·Narra Justin·
Nada, ni una sola palabra, ni un simple ''imbécil'', si no la conociera de antes la hubiese creído muda. Llevaba ignorándome desde la noche después del concierto, en cuanto regresé al hotel tras haberme quedato haciéndome fotos junto con algunas fans que no habían logrado entrar al Garden, me había encontrado en mi habitación a Ryan y a ____ riéndo con sus teléfonos móviles y en cuantro saludé ella me miró y sin una respuesta se fue inmediatamente a su cuarto, yo miré a Ryan para preguntarle qué le había ocurrido pero éste cambió el tema sin que hubiera tenido oportunidad de iniciarlo y me preguntó sobre Katia, ya que se la había cruzado en el concierto, fue entonces cuando le conté todo lo que había ocurrido en la grabación del anuncio.
Tras terminar de relatarle el inesperado encuentro, Ryan insistía en que si era su mejor amigo debía contarle todo, yo no paraba de repetirle que no sabía a qué se refería y finalmente él dio por concluida la conversación haciendo como si nada hubiera pasado. Todo aquello me había confundido bastante pero pensé que al día siguiente las cosas volverían a la normalidad.
Nos encontrábamos en el autobús una vez más viajando rumbo a la ciudad de Boston, y yo ya estaba comenzando a ponerme nervioso con aquella situación. Había probado de todo para que ____ me dirigiese la palabra pero la cosa parecía ser imposible, hasta había llegado al punto de coger su ropa interior e ir paseando por el bus con ella en la mano. ____ se había limitado a mirarme increíblemente inexpresiva y a arrancarme su ropa de la mano volviendo entonces a su habitación mientras yo la miraba escuchando la risa burlona de Alfredo a mi lado.
No había salido de su habitación en toda la tarde. Yo permanecía en el sofá mirando el pasillo mientras jugaba con la chapa de mi lata de cerveza entre mis dedos completamente absorto en mis pensamientos.
- Lost in confusion... like an illusion... -escuché la voz de Ryan canturrear cerca de mi oído soltando una leve risilla.
Me volví rápidamente hacia él.
- Cada día te noto más capullo, esto tiene que vértelo un médico, va muy en serio. - levanté una ceja fastidiado.
- Menuda cara de gilipollas tienes Bieber, parece como si te hubieran disecado mientras tomabas cerveza. - rió mientras se sentaba a mi lado en el sofá con una lata de Coca-Cola entre las manos. - ¿Quieres dejar de comerte la cabeza?
Volví a girarme hacia el pasillo dejando que un pequeño suspiro escapara de entre mis labios antes de volver a darle un nuevo sorbo a mi bebida. Ryan apretó levemente mi hombro con su mano libre.
- Quizás hice algo mal cuando la subí al escenario, a lo mejor ella no quería salir más, pero es imposible, se la veía contenta. - le dije sin mirarle. - Quizás le molestó que la llamara aburrida, pero eso nos lo decimos siempre, así que no lo creo.
- Es por tu lío con Katia.
- ¿Y si la decepcioné llegando tarde al concierto?
- Tío, que es por Katia.
- No puede ser, lo más seguro es... espera. -me giré rápidamente hacia Ryan y él levantó las manos y la vista al techo.
- Aleluya.
- ¿Qué lío con Katia? ¿De qué estas hablando? - me levanté rápidamente con intención de ir a llamar a ____ pero Ryan me agarró de los pantalones y volvío a sentarme a su lado.
- Que la dejes, esta jodida, pero se le pasará, tú dale tiempo. - me explicó quitándome la cerveza de la mano para apoyarla en la mesa.
Volví a centrar mi atención en el diminuto pasillo del autobús y no me lo pensé dos veces.
- ¡____! ¡VEN, QUIERO QUE HABLEMOS DE ALGO!
No hubo respuesta, para variar. Ryan reía al presenciar la ridícula escena, después de esto se levantó de su asiento y se dirigió hacia el pasillo dando un par de toques en la puerta de ____.
- Oye, sal un momento, tenemos que cenar. - dijo apoyado en la pared mientras miraba hacia el suelo.
Entonces la puerta se abrió y ____ salió al fin de su habitación en pijama dedicándole una dulce sonrisa a Ryan, quien se la devolvió al instante.
- ¿Qué hay para cenar? Estoy hambrienta. -anunció mientras se sentaba en la otra punta del sofá en el que yo estaba.
Antes de que pudiese abrir la boca, volví a ser interrumpido.
- ¡¡PASTA!! - gritaba Alfredo emocionado desde la cocina terminando de preparar los platos.
Toda aquella situación estaba comenzando a sacarme de quicio, y mis ganas de ponerme a gritarle a aquella chica en mitad del autobús iban en aumento, pero sólo conseguiría empeorar las cosas aún más.
Ryan se sentó entre nosotros ocupando parte del enorme espacio que nos separaba y esperando de brazos cruzados mientras disfrutaba de la tensión que se había creado en el ambiente en aquel mismo momento. Intenté ignorar la situación al menos hasta terminar de cenar, así que cogí mi teléfono móvil y revisé twitter hasta que llegó la comida. Alfredo se quedó mirando el espacio que quedaba entre nosotros algo confuso antes de sentarse en medio, entonces comenzamos a comer en silencio, aunque podía notar cómo Ryan trataba desesperadamente de aguantar la risa.
- ¿Alguien quiere queso en polvo? - les ofrecí tratando de crear algún tema de conversación. - ¿____?
Silencio.
- _____, ¿quieres queso en polvo? - la miró Ryan con una odiosa sonrisa burlona.
- Sí por favor, ¿me lo pasas? -contestó ella sonriente esperando a que él le facilitara el recipiente.- Gracias.
Yo los miraba con una completa expresión de fastidio que fácilmente provocó que Ryan estallara en carcajadas sin poder aguantarlo más. Alfredo observaba los acontecimientos mientras se llevaba el tenedor a la boca.
- ¿Me he perdido algo? - nos preguntó a la vez que masticaba la comida con ansia.
- Todos nos lo hemos perdido al parecer. - le contestó ____ mientras derramaba el queso sobre su plato desinteresadamente. - Aún así la furcia aquella me dijo que preferiría una habitación individual la próxima vez, espero que no soltara las bragas por cualquier rincón, a saber lo contaminada que estará la habitación.
Hablaba traquilamente sin apartar la mirada de su plato mientras se llevaba un dedo lleno de queso a la boca.
- ¿Tú para qué preguntas nada, oreos? -susurró Ryan dándole una suave colleja a Alfredo que se encogía de hombros a la defensiva.
La miré completamente anonadado doblando un poco mi cuerpo hacia la mesa.
- ¿De qué coño estas hablando? -pregunté esta vez levantando ligeramente mi tono de voz.
- ¿Alguien más quiere queso? - sonreía ella mientras miraba a los chicos ignorándome una vez más.
Ryan y Alfredo agacharon la cabeza a su plato al ver que la tensión había aumentado considerablemente y sólo pudo oírse el sonido de los tenedores chocando levemente contra la cerámica del plato. Dejé que el enfado fuese tomando el control de mis palabras.
- Te quejas de los paparazzi y de todo lo que dicen en las noticias y sin embargo eres mejor que todos ellos en eso de inventar mierdas. - esta vez sí conseguí llamar su atención, desgraciadamente.
- Perdona niñato mimado, pero si no fuera por la que inventa mierdas ahora mismo estarías pudriéndote entre los abucheos de todo el jodido recinto en Nueva York. - me dijo levantando el tono de su voz por encima del mío haciéndo notar que acababa de estallar.
En ese momento nuestros gritos se vieron interrumpidos por el sonido que venía del móvil de Alfredo, quien contestó rápidamente a la llamada aún con la cabeza agachada.
- ¿Diga? Ah, hola Pattie, ¿cómo estan los pequeños Bie...-se quedó en silencio unos segundos escuchando la voz que le hablaba a través del altavoz del teléfono. - Oh sí, todo genial, somos como una familia.
- Aunque es lo que deberías haber recivido, abucheos, ¿qué jodido artista deja tiradas a sus fans por un maldito polvo? - continuaba gritando ____ mientras me miraba desde la otra esquina del sofá. - Y yo mientras como una estúpida cubriéndote, la única que confiaba en ti, joder, hay que ser tonta.
- ¡Cállate de una vez! ¡Eres tan crédula como todos los imbéciles de la prensa! - me levanté dando un fuerte golpe en la mesa con el puño comenzando a perder los papeles. - ¡Una mierda confías en mí, maldita mentirosa!
Alfredo trataba de tapar todo lo posible el micrófono del móvil para evitar que mi madre escuchase lo que estaba ocurriendo, Ryan sin embargo nos miraba a ambos intrigado mientras continuaba comiendo de su plato.
- ¿Qué dices? ¿Los gritos? - decía Alfredo con cierto nerviosismo mientras nos miraba. - No, tranquila, sólo estamos viendo una película... de terror... sobre un divorcio.. sí, es raro pero esta interesante.
Me distraje un segundo para darme cuenta de que mi madre nos estaba escuchando, y cuando volví a levantar la mirada hacia ella pude ver que se había acercado a mí rápidamente, entonces fue cuando me di cuenta de que levantaba su mano y sentí una fuerte bofetada que me hizo volver la cara.
- Eres un mierdas. - dijo simplemente antes de regresar una vez más a su habitación.
Me quedé mirándola desde atrás sin saber cómo reaccionar y me giré hacia Ryan que llevaba un rato observándome, entonces él bajó rápidamente su mirada al plato para continuar cenando.
- Luego te llamo Pattie, pasamos por un túnel. -colgó rápidamente Alfredo al ver lo que acababa de ocurrir. - ¿Por qué...?
- Dejadme en paz un rato. -le interrumpí sin pensar caminando hacia mi cuarto del autobús dejándolos atrás.
·Narra ____·
El camino hasta Boston se hizo más largo de lo que pensaba, temía salir fuera de mi habitación por si me lo cruzaba y me sentía obligada a decirle más cosas que hicieran que nuestra pelea fuera a más, así que me limité a estar con mi móvil hasta que llegaramos.
Ya había caído la noche cuando nuestro autobús llegó al hotel en el que nos alojaríamos en Boston, cogí rápidamente mi bolsa colgándomela al hombro y abrí la puerta antes de poder cruzármelo. Caminé a paso ligero hacia la entrada del hotel, no hubo problema ya que no había muchas fans en la puerta al ser tan tarde. En el vestíbulo logré distinguir que Scooter estaba hablando con el organizador del hotel, no dudé en acercarme a ellos.
- Hola Scooter, ¿puedes decirme el número de habitación? Estoy cansada, me quiero ir ya a la cama. -hablaba con rapidez ignorándo por completo al otro hombre quien había parado la conversación al verme.
- Hola ____, creo que Justin podrá ayudarte, vuestras habitaciones estan al lado, pregúntale a él. -me explicaba mientras veía cómo el hombre de su lado sacaba del bolsillo de su camisa una pequeña tarjeta para que pudiera abrir mi puerta.
¿Preguntar a Justin? Antes preferiría probar con todas las habitaciones del hotel.
- Fíjate, hablando del rey de Roma. - Scooter volvió a llamar mi atención mientras escuchaba una vez más el sonido de las puertas giratorias que había en la entrada moviéndose. - Justin, tu sabías el número de habitación, haz el favor de mostrárselo a la chica.
No quería mirarle, así que mantuve la mirada baja y crucé mis brazos cuando pude distinguir unas zapatillas rojas llegando hacia nosotros.
- ¿Vienes? - escuché su voz a mi lado y eso hizo inevitable que tuviera que levantar los ojos hacia él, me observaba serio cargando con su chaqueta negra en el hombro.
Asentí sin decir una palabra y le seguí por detrás hasta el ascensor, cuando este se abrió ambos entramos mientras yo rezaba porque no fuese una planta demasiado alta.
Justin pulsó uno de los botones y se echó hacia atrás apoyándo su espalda contra la pared mientras yo entraba quedándome cérca de todos los botones, ambos permanecimos en silencio.
Primera planta.
Justin bajó su mirada para hacer como que se distraía observando el suelo.
Segunda planta.
Creo que esta es una de las situaciones más incómodas que he tenido en toda mi vida.
Tercera planta.
¿Soy yo o este ascensor va demasiado lento?
Cuarta planta.
El móvil de Justin comienza a sonar, le miro esperando alguna reacción por su parte pero continúa inmóvil.
Quinta planta.
- ¿No vas a cotestar? - pregunté.
- No, será mi madre, después la llamo. - dijo él en un susurro.
Sexta planta.
Me volví un poco para ver a qué planta teníamos que llegar, la 22. Oh, Dios.
Sin pensármelo dos veces pulsé el enorme botón rojo de STOP y el ascensor dio una fuerte sacudida que hizo que nos agarrásemos de repente a las pequeñas barandillas dispuestas en las paredes.
Justin miraba hacia el techo completamente aterrorizado.
- ¿Qué demonios has hecho? -me preguntó mirándome con los ojos muy abiertos.
- De acuerdo, hablemos del tema.
- Pero el tema se puede hablar en cualquier otro sitio, en la habitación, en el vestíbulo, cualquier parte donde haya más aire para respirar, joder. -se agarraba a las paredes con nerviosismo.
Arrugué el entrecejo extrañada mientras le veía en aquel estado y me acerqué un poco a él.
- ¿Estas bien? - pude preguntarle.
- No, no estoy bien, soy claustrofóbico y este sitio es minúsculo, pon el maldito trasto en marcha. - me dijo alzando el tono de voz y señalándome de nuevo el botón rojo del ascensor.
Algo sorprendida volví a dirigirme hacia el panel que contenía multitud de botones y pulsé una vez más el botón de STOP. Nos quedamos aguardando unos segundos pero aquello parecía no dar señales de vida, volví a pulsarlo de nuevo. Nada.
- Joder... - Justin llevó rápidamente la mano hacia el bolsillo de su pantalón y sacó el móvil, iba a llamar cuando unos segundos más tarde sonó un leve pitido anunciando que iba a apagarse por falta de batería. - No, no, no, no, no, no...
Comencé a buscar rápidamente el mío por los bolsillos de mi pantalón y le miré algo preocupada.
- Lo olvidé en el autobús... - susurré con cierto tono de disculpa.
Justin cubrió su cara con las manos y se sentó en el suelo del ascensor, decidí imitarle dejándo mi bolsa entre nosotros.
- En cualquier momento Scooter se dará cuenta de que no estamos y nos bajará de aquí. - seguí diciendo, pero él continuaba en silencio. - No lo hice a propósito.
- ¿Esto tampoco? - me preguntó levantando la cabeza y señalando su mejilla enrojecida.
Miré hacia otro lado tragando saliva y pude escuchar el sonido de un profundo suspiro saliendo por la boca de Justin.
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