{Capítulo 9.}
Bajé hacia el comedor del hotel el cual habíamos reservado exclusivamente para todo el equipo aquella noche y busqué a Justin con la mirada entre todas las mesas.
Finalmente encontré a Ryan junto con unos cuantos bailarines reunidos, al ver una silla libre a su lado me dirigí hacia él sentándome en ella.
- Hola Butsy. -le saludé sonriendo.
- Otra igual, que no me llaméis así, joder. -me miró con cierta expresión de fastidio mientras llamaba al camarero para que yo pudiese pedir mi plato. -Ahí estaba sentado Justin pero se ha largado y no ha vuelto, así que supongo que puedes quedarte.
- Oh, qué gran honor. -pude decir con ironía.
Este rió y yo pedí un buen plato de espaguetis a nuestro camarero, que se fue a paso ligero al terminar de anotarlo.
- ¿Me cuentas ya eso de un lugar al que íbais a ir por la noche? -pregunté finalmente.
Después de llevarse un enorme trozo de filete a la boca se acercó a mí para explicarme.
- Siempre que la gira pasa por alguna ciudad importante, hay decenas de sitios que invitan a Justin a ir como miembro VIP, bares y clubbes, y hay veces en las que para relajarnos un poco nos retiramos toda la noche a algún lugar como ese.
- Pero mañana hay concierto. -dije extrañada pudiendo distinguir cómo Justin volvía a la mesa pasando entre la gente.
- ¿Y qué mas da? los conciertos son por la tarde o noche, hay mucho tiempo para tomar una siesta. -respodió Ryan volviendo a fijar su atención en la comida.
- Juraría que hace cinco minutos ese sitio era mío. -me señaló Justin mientras agarraba otra silla libre colocándola junto a nosotros.
- Si no me echas comparto mis espaguetis contigo. -reí mirándole.
- Hecho.
Pasamos una media hora poniéndonos de acuerdo sobre el plan que habría para el resto del día y Ryan nos contó que iba a visitar a un par de amigos suyos que compartían piso en Nueva York. Finalmente Justin y yo decidimos irnos a comprar mi ropa por las tiendas que había a lo largo de la Quinta Avenida mientras hacíamos turnos para ir comiendo del inmenso plato de espaguetis que me pusieron delante.
Tras haber vaciado aquel plato, Justin se levantó para ir a buscar a Scooter e informarle de que íbamos a salir, me acompañó fuera del comedor y nos disponíamos a atravesar el vestíbulo cuando de pronto pude notar cómo un brazo rodeaba mi hombro.
El susto de muerte que me dio ver la cara de aquel hombre entre Justin y yo cogiéndonos a los dos por los hombros no fue nada normal. Di un fuerte grito que hizo que todos en el vestíbulo se giraran rápidamente para mirarnos a los tres y hubo un par de agentes de seguridad que se acercaron creyéndo seguramente que se trataba de una fan que había logrado colarse.
- Tranquilos, viene conmigo. -decía Justin mientras no dejaba de reír.
- ¿Tanto miedo da mi cara? -me preguntó aquel alto hombre señalándose a sí mismo mientras yo lo observaba aún tapandome la boca con las manos.
Justin le rodeó el cuello con un brazo aún sin poder parar de reír y me miró.
- _____, te presento a Ryan Good, él es mi estilista. - giró su cabeza hacia Ryan que le miraba alzando una ceja con expresión divertida. - Nos va a acompañar para que puedas escoger tu ropa.
- Si andas con una estrella, tienes que vestir como una estrella. -citó este provocando una nueva risa por parte de Justin.
- Yo soy _____, es un placer. -dije aún sorprendida pero sonriendo muy leve al escuhar a Justin reír de aquella forma.
Justin llamó la atención de un par de altos y robustos hombres cuyo rostro estaba cubierto parcialmente debido a las grandes gafas de sol que llevaban.
- Nos llevaremos un par de guardaespaldas por si nos apetece ir andando cuando lleguemos a la avenida.
Asentí emocionada y en poco rato ya salíamos los tres rápidamente hacia el coche que nos esperaba en la puerta del hotel.
La tarde fue pasando sin que apenas pudiera darme cuenta, Justin estaba continuamente haciendo el tonto junto con Ryan Good, parecía que estaban muy unidos y yo no podía dejar de reír con sus estupideces. Entramos en toda clase de tiendas. Al principio nos metimos en una óptica y me dejaron camino libre para poder escoger todas las gafas de sol que quisiera.
Pasamos por el espejo unas tresmil quinienta y seis veces, era demasiado divertido cómo poníamos caras por cada par de gafas que nos probábamos, salí de allí con siete de ellas y algunas simplemente las habíamos comprado por hacer la broma, Justin paseaba a mi lado con unas gafas diminutas que tan sólo le tapaban el contorno del ojo, no podía estar dos segundos sin mirarle y no echarme a reír.
A continuación entramos en una inmensa tienda con ropa de marca, creo que fue una de mis favoritas, aquella era una tienda temática donde todos los dependientes eran modelos sin camiseta, me quedaba embobada cada vez que pasábamos por al lado de alguno y estaba consiguiendo poner a Justin de los nervios.
Finalmente se colocó detrás de mí e iba tapándome los ojos mientras me guiaba por los pasillos.
- Si vienes de compras, vienes de compras y punto, yo no he traido servilletas para ir limpiando tus babas. -reía a la vez que evitaba que chocase contra cualquier pared.
Ryan Good caminaba rápido entre los montones de ropa cogiendo de allí y de allá, tan fácil como aquello, las amontonaba entre sus brazos y se las tiraba en la cara a Justin que me acompañaba hasta los vestidores y me iba lanzando prenda tras prenda por encima de las cortinas.
Al cabo del tiempo perdí la cuenta de todas las veces que había salido de aquel vestidor, pero no me importaba. Desfilar para Justin y Ryan era la cosa más divertida del mundo.
Entraba y salía con todo tipo de ropa. Probé unos pantalones shorts vaqueros con lentejuelas, una camisa de seda que dejaba al descubierto mi espalda y unas botas y salí de allí cantando a Hannah Montana. Poco después volví a salir esta vez con una camiseta ajustada junto con unos leggins de leopardo y unos tacones de plataforma, agarré un pequeño bolso y comencé a moverlo haciendo círculos en el aire con él mientras desfilaba para los chicos pero tropecé al intentar ir de vuelta al probador quitándome de encima todo el glamour finjido y haciendo que las risas fueran en aumento por parte de mi querido público.
Al terminar con la ropa de calle nos dirigimos entre una multitud de bolsas hacia una enorme boutique con unos vestidos de ensueño y sólo en el escaparate. Me pegué al cristal de la tienda con los ojos abiertos como platos, me giré rápidamente hacia la montaña de bolsas que escondían detrás a la gran estrella Justin Bieber y sonreí divertida mientras le ayudaba a quitarse algunas de encima.
- ¿Dónde se ha metido Ryan? -pregunté mientras cargaba con todo.
- Ha ido al coche a meter algunas de las bolsas, se ha llevado la mitad y aún no podemos ni andar con las que quedan. -me miró levantando una ceja. - ¿Las mujeres no sabéis cuando parar?
Yo volví a girarme hacia el escaparate observando todos aquellos vestidos completamente fuera de mi alcance cuando de pronto escuché su voz a mi lado.
- Son bonitos, ¿quieres entrar?
- ¿Para qué necesito yo vestidos de noche?
- Oye, en menos de un mes tengo unos premios, no querrás ir en vaqueros. -me sonrió mientras me agarraba por la muñeca arrastrándome con él hacia el interior de la tienda.
¿Estaba hablando de coña?
Me quedé boquiabierta al ver toda aquella cantidad de vestidos increíblemente caros delante de mí. Me era completamente imposible escoger sólo uno entre todos, eran alucinantes, yo no estaba hecha para llevar cualquiera de estos encima.
Justin se paró para saludar a la dependienta de la tienda dándole un corto abrazo.
- Lily, te presento a _____, una amiga de Canadá.
Bajé a la tierra en cuanto Justin pronunció mi nombre y centré mi atención en la chica que estaba delante de mí. Tenía una expresión dulce y me sonreía inspirando confianza, su pelo perfectamente cuidado caía por sus hombros hasta el comienzo de su cintura y sus ojos eran de un castaño claro.
- Hola _____, es un placer, yo soy Lily. - me sonreía amigable mientras yo permanecía en silencio. Parecía tonta, ¿por qué me quedaba tan callada?
- Muy bien...-Justin interrumpió mis pensamientos. -Necesitamos que hagas tu magia con esta amiga mía, ¿te parece?
Los miraba a ambos confundida, estaba claro que el estar en una tienda con vestidos cuyo valor individual no bajaba de los 10000 dólares me desorientaba bastante.
- Lily se encarga a veces de escoger algunos de mis trajes cuando se trata de ir formal. -Justin miraba a la chica con cierta diversión en su rostro.- Una vez fui a unos premios en los que decidí llevar una serpiente en la mano como complemento, ella no me habló en varias semanas.
- Dios Justin, ni me lo recuerdes, que cosa más horrible. - reía Lily mientras me echaba un largo vistazo de arriba a abajo y se giraba sobre sus talones recorriendo la tienda con la mirada. - Dejame pensar...
·Narra Justin·
Y allí estaba yo de nuevo, sentado y siendo el centro de docenas de bolsas de toda clase de colores, esperaba aburrido delante del provador en el que ____ se había metido junto con el vestido que Lily le había tendido. Esta se acercó al rato metiendo la cabeza dentro de la cortina.
- ¿Necesitas ayuda?
- Sí, no sé cómo mierdas cerrar este trasto. - se escuchó tras aquella cortina. Yo sonreí al instante con diversión contenida.
- A ver, trae aquí. -se ofreció Lily antes de meterse con _____ dentro del vestidor.
- No hagáis ninguna impureza ahí dentro chicas. - dije entre risas. Alcé un poco más la voz.- Al menos no sin mí.
- Maldito cerdo... -pude distinguir la voz de Lily desde el interior del provador.
Poco despues ésta última salía de allí colocándose el pelo en su sitio mientras dejaba escapar una leve risa divertida. ¿Qué estaba tramando?
Algo que se movía llamó mi atención haciendo que volviera girarme hacia el provador. Dejé escapar mi iPhone 5 de las manos escuchándolo caer al suelo, aunque yo no podía quitar los ojos de ella.
Vestía un increíble vestido de seda color rojo cuyo final se arrastraba un poco por el suelo, al ser ajustado bordeaba a la perfección su cuerpo moldeando cada una de sus curvas. Ella dió una vuelta dejando que pudiera verla desde todos los ángulos. Tragué saliva. El vestido se abría dejando al descubierto su espalda al completo, _____ me miraba con timidez.
- ¿Cómo lo ves? -me preguntó embobándome de nuevo con su sonrisa.
Yo abrí la boca aunque no pude articular prácticamente ninguna palabra.
- Yo...
- DIOS. Me has puesto a cien. -Ryan Good nos sorprendió diciendo justo esa frase que no paraba de rondar por mi cabeza en aquellos momentos.
_____ rió nerviosa negando con la cabeza y volviendo a entrar en el provador.
- Creo que me lo llevo. -la escuchamos decir desde el otro lado de la cortina.
Ryan recogió todas las bolsas que fue capaz para volver a cargarlas hasta el coche.
- Bieber, ve cortándole el grifo a tu amiguita, en el coche ya no caben más de estas, y a saber cómo vamos a entrar nosotros.
Yo reí volviendo a ponerme en pie mientras le veía desaparecer de la tienda cargado de bolsas hasta arriba, al poco rato salió _____ con el vestido en el brazo y me dirigí con ella hacia el mostrador.
- Cómo me ha rascado el bolsillo en menos de dos horas doña aburrida, ver para creer. -dije mientras sacaba la tarjeta de crédito dándosela a Lily en la mano. Sonreí satisfecho al verla con la boca abierta intentando hacerse la ofendida.
- Mira señorito, le dí la oportunidad de volver a mi casa para coger mis maletas y te empeñaste en las compras por Nueva York, pues no era capaz de llevarte la contraria.
- Ni tú ni nadie. - la miré levantando mis cejas haciéndola rabiar.
- Además... - prosiguió.- creo que todo este dinero no es ni la mitad de lo que yo he gastado comprando tus camisetas, tus colonias y todo tus dichosos productos, esto en realidad es mío.
Me dedicaba una sonrisa burlona que me hizo reír, entonces se me ocurrió. Saqué mi móvil y abrí la aplicación de Instagram, al segundo siguiente ya estaba colocando la cámara hacia nosotros.
- Vamos, tenemos que captar este mítico momento en el que el desafortunado cantante Justin Bieber se empobrece de la noche a la mañana.
Ella parecía indecisa, pero finalmente se acercó a mí y sonrió para la cámara, yo capté el momento y bajé el teléfono móvil para poder contemplar mi obra.
- Qué verguenza, súbela antes de que me arrepienta... -me decía mientras agarraba la bolsa que Lily le tendía con el vestido dentro.
- Oye chicos, ¿os animaréis a venir a una pequeña fiesta que organizamos cerca del SoHo mañana por la noche? - nos decía ésta que no había dejado de observarnos conteniendo la risa todo el tiempo.
La miré y me encogí de hombros.
- No lo sé Lily, tengo un sitio planeado para ir esta noche y no creo que a Scooter le haga mucha gracia que salga tan seguido y más tratándose de Nueva York.
- Pues a mí me encantaría ir. -me sorprendí al escuchar decir aquello a ____ y me volví hacia ella extrañado.
- ¡Genial!, deja que te guarde mi número en tu móvil, conocerás a un montón de gente. - sonreía Lily emocionada mientras le robaba de las manos el móvil a ____.
- ¿Vas a ir sola? - le pregunté.
- Ya soy mayorcita creo. -respondió dedicandome una sonrisa con burla.
- Ya, pero...
Antes de que pudiera terminar la frase _____ había cogido su móvil y se había vuelto de espaldas a mí agarrando la bolsa con intención de salir de la tienda.
· Narra _____·
Nos disponíamos a salir de la tienda cuando me ncontré frente a algo increíblemente sorprendente. Miles de flashes disparaban continuamente en nuestra dirección. Observé a Justin sin advertir que mi boca estaba completamente abierta. Él no me miró, pero por su expresión parecía bastante molesto.
- Joder, ¿cómo cojones nos han econtrado?
Le miraba completamente confusa cuando de pronto sentí que su mano se cerraba sobre la mía tirándo de ella y obligándome a salir a la calle entre aquella masa de fotógrafos que no paraban de hablarnos a gritos. Él andaba a paso ligero y yo tenía que dar pequeñas carreras para conseguir mantener su ritmo, Justin se tapaba la cara con su mano libre mientras andaba encorbado. En ese momento presté atención a lo que nos decían cada uno de los paparrazzis.
- ¡AQUÍ! ¿CÓMO TE LLAMAS BELLEZA? -tardé un tiempo en comprender que se dirigían a mí.
Me volví hacia ellos mientras andaba dejando que captaran mi cara de perdida con sus enormes cámaras.
- Hola... soy ____ -dije con voz temblorosa a causa de que Justin me tenía prácticamente corriendo por la ancha avenida neoyorkina.
- ¡AQUÍ, AQUÍ! ¡MIRA HACIA AQUÍ!
Yo no sabía qué demonios hacer entre esa inmensa cantidad de flashes que nos acosaban en aquel mismo momento.
Dios, ¿esta calle no termina nunca?
- ¿Qué estábais haciendo dentro de aquella tienda? -busqué con la mirada la voz que me preguntaba intentando ignorar que Justin estaba cortando mi circulación sanguínea de lo fuerte que me agarraba de la mano.
No sé qué fue lo que se apoderó de mí. Sentía que estaba perdiendo en alguna especie de batalla por la dignidad, por lo que reaccioné a mi manera.
- Intentábamos encontrar algún vestido que consiguiera realzar la mirada de Justin. -bromeé.
Se escucharon una serie de risas camufladas entre la multitud, yo ya casi ni escuchaba el sonido de los flashes.
Los paparazzi cerraban cada vez más el círculo que habían formado a nuestro alrededor mientras caminábamos. Pude advertir por el rabillo del ojo cómo uno de ellos conseguía acercarse más de lo debido.
- ¡Eh, Bieber! ¿Es esa tu nueva puta? - nos gritaba mientras aguardaba detrás de la cámara para poder captar cualquier reacción que pudieramos tener.
Abrí mucho más los ojos y acto reflejo me encontraba mirándoles a todos completamente furiosa.
- ¿PERO QUÉ COJ...? - antes de que pudiese terminar aquella frase sentí cómo la mano de Justin agarraba firmemente mi brazo arrastrándome tras él hacia el interior del coche que nos esperaba en la esquina de la avenida en el cruce con la 42.
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