{Capítulo 5.}
La veía a la orilla de aquel lago con su largo vestido de seda que parecía volar por cada paso que daba, danzaba de un lado para otro entre suaves risas que provocaban un profundo eco sobre el agua en calma.
La mujer tenía los ojos cerrados y su dulce sonrisa hacía que diera la sensación de estar soñando despierta. Decidí acercarme a ella con lentitud, pareció escucharme porque dejó rápidamente de bailar y abrió sus ojos verdes girándose hacia a mí. Su sonrisa se ensanchó y volvió a escucharse una de sus hermosas risas. Ví poco a poco cómo ella me tendía su mano, sentí la enorme necesidad de cogerla y atraerla hacia a mí para poder abrazarla. Fuerte, y así poder compensar todos aquellos abrazos que no hubieron podido tener lugar.
Cuando al fin estaba a punto de rozar la punta de sus dedos con los mío,pude notar que se alejaba lentamente de mí.
No, otra vez no.
Levanté la mirada hacia ella, seguía sonriendo de esa forma tan angelical. Tenía ganas de gritar de impotencia, algo me impedía ir tras ella, necesitaba llorar, quería tenerla a mi lado. Su pelo castaño ondeaba mientras retrocedía alejándose cada vez más de mí. Poco a poco la sensación de soledad comenzaba a poder conmigo.
No quería sentirme perdida y cada vez notaba más su ausencia. Ella seguía sonriendo y lentamente despegó sus labios para poder susurrarme desde la lejanía.
- Nunca volverás a sentirte sola.
Su voz retumbaba en mi cabeza quitándome el miedo en tan sólo cuestión de segundos. Cuando quise fijarme, ella había desaparecido.
Un sonido algo más fuerte me golpeó de momento haciendo que mis párpados temblaran.
- ¿Por qué cada vez que vienes de gira conmigo estoy todo el santo día encontrandome calzoncillos tuyos por toda mi habitación?
- Qué pesado eres Bieber, ¿cómo sabes que son míos? ¿Y sin son de Alfredo?
- ¡A MÍ NO ME METÁIS! -pude apreciar aquel grito un poco más alejado.
- Tío, por la parte de detrás pone ''Para Ryan Propiedad de Jessica'' con pinta...Dios Ryan, por tu madre espero que esto sea pintalabios.
- Ah sí... ya...fue divertido. -se escuchó una risotada.
- ¿Me estas vacilando?
- Oye Justin, creo que la bella durmiente esta despertando.
Entreabrí un poco los ojos cogiendo aire pero volví a cerrarlos al instante al ver la cegadora luz de la habitación sobre mi. Llevé las manos a mis ojos y los froté incorporandome rápidamente.
- ¿Quienes...?- fui capaz de decir a media voz.
- Tus violadores.
- ¡RYAN! -gritó riendo una voz al instante de que me hubieran respondido.
Conseguí abrir los ojos y por poco no me da un infarto al ver justo delante de mí a dos chicos que me miraban fijamente con cierta curiosidad. Me eché rapidamente hacia atrás nerviosa hasta que conseguí reconocer a Justin a mi izquierda, lo cual no hizo que me tranquilizara en absoluto. Volví mi mirada hacia el otro chico y tragué saliva. Aquel era Ryan Butler, uno de los mejores amigos de Justin desde su infancia. Un chico alto y rubio, tenía una sonrisa juguetona y ojos claros que me observaban como si estuviese disfrutando viendo cómo un ratón se pierde a lo largo de un diminuto laberinto en busca de su trozo de queso.
- Hola ¿cómo te encuentras?- la dulce voz de Justin volvió a llamar mi atención mientras yo terminaba de situarme.
- Estoy bien, sólo que... ¿dónde estoy? -eché mi pelo hacia atrás y apoyé ambas manos en la colcha de la cama en la que me habían tumbado para mirar a mi alrededor. Estaba en una pequeña habitación, ligeramente desordenada donde podían distinguirse dos armarios y una enorme televisión de pantalla plana en frente de la cama.
- Estas en mi habitación, en la del autobús al menos, mi madre me pidió que te trajera aquí para que pudiera verte el médico.- me explicó.
Me quedé mirando con detenimiento cada uno de sus rasgos mientras hablaba, en la vida lo había visto tan de cerca. De repente recordé todo.
- ¿Y el concierto...?- pregunté presionando mi frente al sentir un leve dolor de cabeza.
Justin esbozó una sonrisa divertida y le echó una fugaz mirada a Ryan que miraba distraído su teléfono móvil.
- El concierto terminó harán unas dos horas, en cuanto te traje aquí, volví y salí al escenario corriendo. -Volvío a mirar a Ryan- ya habían empezado a abuchear, esta gente puede estar semanas acampando pero no pueden aguardar ni media hora a que pueda estar listo, es algo que siempre me sorprenderá.
-Tío si yo tuviese que esperar semanas enteras sólo para tener que ver tu cara fea me cabrearía bastante si tú no llegases a ser puntual. - Ryan levantó su mirada a Justin mientras llevaba su móvil a la oreja esperando que le cogiesen la llamada.
- Ya, claro, dile eso a la portada de la revista Teen Vogue, Butsy. -rió al ver la cara de pocos amigos que le dedicó Ryan al escuchar ese mote y se giró agachándose para recoger sus zapatillas. Por segunda vez aquel día, me sentía ignorada en una sala llena de gente famosa. -¿A quién llamas?
- A tu madre, nos dijo que la avisáramos si ____ despertaba.- respodió Ryan mirándome y me tendió la mano con la que no sostenía el móvil. - Hola, soy Ryan Butler.
- Encantada...- estreché su mano suavemente sonriéndole y solté un pequeño suspiro.- Perdonad, pero estoy empezando a hartarme de ser siempre la que no se entera de nada.
Crucé las piernas acomodándome en la cama y froté mis ojos intentando centrarme en lo que me estaba pasando, eché la cabeza hacia atrás y comencé a recoger mi pelo en una cola para quitármelo de la cara. Ryan se tiró en la cama a mi lado mientras comenzaba su conversación telefónica con Pattie. Justin se acercó a mí de nuevo trayéndome un vaso de agua, se lo agradecí con una sonrisa.
- Que...se ha despertado ya y esta aquí en el bus con nosotros y Fredo.- se mordía la uña de su dedo índice mientras escuchaba la voz que había al otro lado del teléfono.
Con un rápido movimiento Justin se hizo con el teléfono móvil de Ryan y nos dio la espalda alejándose hacia la otra punta de la habitación.
- Mamá soy yo, te iba a decir...¿qué hacemos con esto? -soltó una débil risa que ahogó para seguir escuchando. Yo levanté una ceja indignada al haber escuchado la palabra ''esto'' refiriéndose a mí, lo cual hizo que Ryan riera.- Sí...claro...sí, me parece que lo ví antes...nosotros nos encargamos...de acuerdo, hasta luego.
Colgó y se dio la vuelta mirándonos con seriedad, dejó el móvil en una mesa al lado de la televisión y se acercó mojando sus labios. Sentí cómo me daba un vuelco el corazón.
- Al parecer...te quedan dos horas de vida. -nos dijo muy serio.
¿Qué?
Justin agrachó la cabeza y se echó a reír tapándose los ojos con una mano.
- Joder, lo que hubiera dado por poder hacer una foto de la cara que has puesto. -rió.
Cogí una de sus almohadas y en un acto reflejo se la lancé de pleno a la cara, él me miró sorprendido mientras Ryan estaba al borde de un ataque debido a la risa.
- Eres un imbécil.- pude decirle mientras le veía intentando ocultar su diversión.
- Y tú una aburrida.- contraatacó mirando directamente mis ojos y sonriendo como si me tuviese totalmente bajo control.
- ¿Quién has dicho que se aburre? -Alfredo asomó la cabeza por la puerta con el labio superior completamente manchado de leche, Ryan no podía dejar de reírse mientras yo me incorporaba aún mas arrodillándome sobre la cama para intentar lograr estar a la altura de Justin.
- No me hace gracia, ¿qué te ha dicho tu madre?
Esta vez pareció tomarselo en serio porque brodeó la cama y se sentó a mi lado haciéndo que yo volviense a bajar para escucharle.
- Nos ha dicho que te digamos que tu tía ya debería estar en camino, cogieron tu móvil y buscaron su número, se lo han explicado todo y ha cogido el coche -me explicó.- también dice que si hay alguien que pudo haberte echado en falta cuando supuestamente desapareciste, que será mejor que contactes con él o ella cuanto antes.
Mierda, me había olvidado completamente de Helena, Christina y Jace. Comencé a palpar los bolsillos de mis pantalones con desesperación mientras Justin y Ryan se dedicaban una sonrisa cómplice.
- Dáselo Justin, la pobre ya esta lo suficientemente perdida. -se compadeció Ryan.
Volví mi mirada hacia Justin que sacó mi móvil de uno de sus bolsillos traseros y me lo tendió. Le miré dando un profundo suspiro y le arranqué el móvil de las manos. ¿Qué era esto?
''812 MENSAJES DE 7 CONVERSACIONES''
Abrí mucho los ojos y me conecté a WhatsApp, lo único que me decían era que dónde estaba, qué había pasado, si estaba bien... espera...
Abrí la conversación de Christina y comencé a leerla por donde la había dejado.
Yo: QUE ME LO HE HECHO CON JUSTIN DETRÁS DE SU AUTOBÚS *carita sonrojada* 11:44p.m
Christina: ¿____? Pero ¿dónde mierdas te has metido? ¿No sabes que te estamos buscando por todo el jodido recinto? 11:44p.m
Yo: MADRE DE DIOS, LA TIENE GIGANTE, TENDRÍAS QUE HABERLA VISTO, AQUELLO NO ERA NORMAL PUF 11:44p.m
Christina: ¡____! ¡DÉJATE DE ESTUPIDECES Y DINOS DÓNDE ESTAS! 11:44p.m
Leía la conversación totalmente boquiabierta mientras abría la foto que supuestamente le había enviado a Christina. No me lo podía creer. Miré a Justin que parecía estar a punto de llorar de risa contenida.
- ¡LA FOTO DEL CULO ES DE RYAN! ¡ES DE RYAN! ¡LO JURO, DE VERDAD!
- ¿¡POR QUÉ HAS TENIDO QUE DELATARME!?- Rió Ryan desde mi lado cogiendo la almohada que quedaba para taparse la cara.
Los miré a ambos completamente furiosa y volví de nuevo mi mirada hacia el móvil, acababa de recibir dos mensajes de mi tía.
Tía Caroline: ____ estoy llegando, llámame en cuanto puedas. 12:23a.m
Tía Caroline: Lo siento mucho. 12:23a.m
Al leer aquello último todo volvió a mi cabeza de golpe. Abrí un poco mi boca quedándome en silencio escuchando de fondo cómo las risas de Ryan y Justin se iban apagando lentamente mientras una lágrima descendía involuntariamente por mi mejilla.
Justin me miraba seriamente mientras hacía señas a los chicos para que salieran de la habitación. Estos obedecieron al instante y pronto se escuchó el sonido de la puerta al cerrarse. Pude notar que un brazo pasaba por encima de mis hombros y levanté la cabeza no sin antes secar mi mejilla con la mano.
- No quería hacerte llorar, perdóname... debí imaginar que estarías asustada como para que encima yo...
- No ha sido por eso.- le interrumpí mirándole y sonreí tímidamente.- La broma estuvo bien...pero Ryan debería ir a alguna playa nudista a broncearse el trasero, en la bañera seguramente brillará y todo de lo blanco que esta.
Rió ante mi comentario quitando su mano de encima de mi hombro al ver que estaba mejor.
- ¿Me cuentas entonces qué te ha pasado? ¿Por qué mi madre se ha comportado así contigo?
Me quedé mirándole durante un largo periodo de tiempo hasta que por fin rememoré de principio a fin la historia que Pattie me había contado. Intenté reunir fuerzas y comencé a contarle palabra por palabra todo lo que me había ocurrido desde que salí de la habitación tras habernos hecho la foto. Justin me escuchaba completamente concentrado en lo que estaba contando. Al terminar de hablar esbozó una pequeña sonrisa.
- ¿Qué? -pregunté al ver que reaccionaba de ese modo tan extraño.
- Nada...es curioso.
- ¿Qué es curioso? -arrugué el entrecejo confundida.
- Que me hubieses conocido cuando aún llevaba pañales y hace unas horas yo te diera justo a ti un simple papel para que pudieras permitirte venir a darme un simple abrazo.
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