{Capítulo 7.}
· Narra Justin ·
Desperté aturdido incorporándome rápidamente de la cama tras la fuerte sacudida que había experimentado el autobús en marcha seguramente debido a algún bache. Aún con los párpados pegados pasé mi mano por mi pelo completamente revuelto después de haber dormido y miré a mi alrededor, reconocí al instante la habitación que solía usar Ryan cuando se venía conmigo de gira y reí al recordar la discusión de anoche con él para que aceptara dormir en el sofá y así _____ pudiese acostarse en mi habitación, no había sido difícil convencerle, después de todo estaba completamente borracho y no hacía más que soltar incoherencias. La verdad es que no me hubiese importado compartir cama con ella, ya que la mía era la más ancha que había en el bús, pero al ver la cara que me puso con simplemente proponerlo decdí no insistir. Una leve risa se escapó de entre mis labios al recordarlo, aquella chica me sacaba de quicio de una forma divertida.
Completamente acalorado me escapé de entre aquellas condenadas sábanas y me saqué la camiseta rápidamente dejándola sobre el colchón. Salí de la habitación y fui directamente a la diminuta ducha que contenía el autobús de la gira. Normalmente esperaba a que llegaramos al hotel que correspondiese para poder ducharme, pero me encontraba cubierto de sudor y no podía aguantar en ese estado hasta llegar a Nueva York, por lo que reuní el valor suficiente forcejeando contra esa parte increíblemente claustrofóbica de mí y me metí en el interior de aquellas pequeñas cuatro paredes. Me deshice rápidamente de mi ropa y me coloqué bajo el agua caliente haciendo que cayera sobre mi cabeza y siguiera su trayectoria por todo mi cuerpo relajando al completo mis músculos.
No tardé demasiado porque estaba comenzando a sentir que me faltaba el aire, así que sequé un poco mi pelo, lo peiné hacia arriba guiándolo con mis dedos y me cubrí con una toalla agarrada por la cintura para finalmente salir de aquel agobiante lugar.
Recorrí el pasillo del enorme autobús hasta llegar a nuestra sala de estar donde Ryan seguía babeando tumbado en el sofá que había situado a la izquierda. Reí al verle tirado de ese modo y sacudí su hombro.
- Tú, bello durmiente, es hora de despertar, hay que desayunar. -le avisé mientras él lamía la saliva que caía de entre sus labios arrugando el entrecejo mientras emitía un quejido.
- Cinco minutos más... -me suplicó girándose hacia el otro lado para darme la espalda.
Yo puse los ojos en blanco y continué andado por el bus hacia la cabina del conductor, dí un par de golpecitos en el cristal atrayendo su atención.
- Buenos días Fred. -le saludé - ¿llevas conduciendo toda la noche?
- Buenos días Justin, tan madrugador como siempre. -respondió él con una sonrisa sin quitar ojo de la carretera. - La verdad es que sí, los chicos y yo pasamos ayer el día entero durmiendo en el hotel mientras estabas dando el concierto.
Reí al comprender que se refería a los demás conductores que se encargaban de llevar los otros autobuses donde viajaban el resto del personal y donde trasladaban todo lo que necesitabamos en cada concierto.
- Eso es genial, ¿cuánto falta para llegar a Toronto?
- Estamos ya básicamente aquí, hemos pillado un desvío hacia el aeropuerto.
- Perfecto, quiero llegar de una vez a Nueva York y darme un baño en algún jodido jacuzzi.
Fred rió como respuesta a mi comentario y yo giré sobre mis talones para ir de vuelta a la parte común del autobús con intención de echarle un cubo de agua por la cara a Ryan, pero me tropecé con algo mejor.
Estaba allí de pie plantada, vestía con una de mis camisetas con la frase MONEY TEAM escritas en dorado y uno de mis pantalones de pijama bajos con pequeños marcianitos, que a ella le llegaban por la pantorrilla. Reí al recordar la noche anterior cuando _____ había caído en que no tenía ninguna ropa que ponerse, no paraba de insistir en volver hasta su casa para ir a coger sus maletas pero en cuanto le propuse un día para que pudiera ir de compras por Nueva York accedió automáticamente a vestir mi ropa hasta que llegaramos. Qué fácil resultaba convencer a una mujer a veces cuando se utilizaban las armas adecuadas.
_____ se frotaba los ojos aún con cara de dormida mientras intentaba situarse dirigiéndose hacia el sofá en el que Ryan estaba acurrucado. La ví sentarse sobre el que anteriormente dormía profundamente y al instante se escuchó un gruñido por parte este que hizo que _____ diera un bote al escucharlo levantándose rápidamente.
- Joder Ryan, menudo susto me has dado. -le dijo abriendo los ojos del todo y consiguiendo que la marmota de mi amigo se incorporase en el sofá llevándose la mano a la cabeza.
- Dios... mi cabeza... ¿qué hora es? -preguntó haciendo notar su resaca.
- Son las nueve y diez. -Ambos me miraron y recordé que iba completamente desnudo a excepción de la toalla que rodeaba mi cintura.
Miré a _____ esperando una expresión de asombro por su parte al igual que hacían todas al verme sin camiseta mientras sonreía para mis adentros aguardando a aquella sensación tan satisfactoria, pero para mi sorpresa no dejó de mirarme a los ojos.
- ¿Dónde estamos? -me preguntó mientras se sentaba al lado de Ryan dejándome completamente desconcertado.
Tal vez aún este demasiado dormida y no se haya fijado.
- En Toronto, en poco más de media hora llegaremos al aeropuerto. -les informé. -Voy a vestirme, en seguida vuelvo.
Recalqué la palabra ''vestirme'' para ver si esta vez surgía efecto, pero parecía tener el mismo interés que hacía unos segundos.
Volví dirección a mi cuarto pasando por la puerta de Alfredo y aporreándola para intentar que despertase.
- Fredo, vístete y ven a desayunar, tenemos que coger un maldito vuelo.
Había veces en las que me sentía la madre de todo el mundo en aquel autobús, pero después el responsable de los retrasos era yo, y la prensa de Nueva York no es que me tuviera mucho cariño hasta el momento.
Cuando por fin todos estuvimos preparados, nos reunimos para desayunar los cereales y después hubo el habitual tráfico delante del espejo para conseguir tener un buen aspecto, sólo que esta vez había un nuevo miembro que para colmo resultaba ser una chica, así que la imagen de los cuatro intentando tener una esquina de aquel bendito trozo de cristal era de risa.
Al llegar al aeropuerto me coloqué mis gafas de sol y mi gorra de los Buffalo Braves antes de salir del autobús, y como de costumbre nos esperaba una fila de paparazzi justo a la entrada del edificio. Busqué a _____ y la encontré detrás de mí mirando boquiabierta a todo nuestro comité de despedida, rápidamente le hice señas para que se acercase y obedeció colocándose a mi lado.
Cuando pasamos por las puertas de la entrada al aeropuerto noté cómo ella agachaba tímidamente la cabeza a la vez que los miles de flashes saltaron sobre nosotros a la vez.
- Mierda, estas son las típicas fotos que nos encontramos al día siguiente las Beliebers rondando por twitter y que al momento comenzamos a criticar a la chica que fue vista contigo. -me susurraba mientras intentaba cubrir su rostro. -¿por qué tuvieron que pillarme con tan mala cara?
Reí al escucharla.
- Suele pasar... tienes que hacerte con unas de estas, evitan las portadas en las revistas con cara de zombie. -le dije refiriéndome a mis gafas de sol.- Así que me estas diciendo que tú te dedicabas a poner verde a todas aquellas chicas a las que veías conmigo en las fotos...
Sonreía viéndo por el rabillo del ojo cómo ella se volvía hacia a mí con cierto nerviosismo.
- No he dicho eso pedazo de cretino, me refería a que es lo que veo hacer a las Beliebers cada vez que ocurre, a mí me da igual, estoy aquí por tu música, deja de creertelo tanto. -intentaba parecer imponente pero su actitud defensiva la delataba.
- Pero has dicho ''nosotras las Beliebers'' por lo cual te has metido a ti misma en el saco. -le respondí sonriendo con cierta diversión al ver que estaba consiguiendo ponerla aún más nerviosa.
-Eres un estúpido. -me contestó simplemente.
- Y tú una aburrida. -volví a repetirle rememorando aquella vez en mi habitación.
Conseguí ver cómo una sonrisa fugaz pasaba por su rostro y eso me hizo sentir orgulloso de mí. Cruzamos la inmensa sala donde no paraban de emitirse avisos de despegue hacia multitud de destinos desde altavoces por todas partes y logramos llegar hasta mi madre y Scooter que nos esperaban para ir a la sala de embarque. Me extrañó ver a mi madre allí, no es que no quisiera que viniera conmigo, simplemente es que Nueva York era una ciudad alucinante llena de sitios donde salir a divertirse y con mi madre todo el rato pegada aquello me iba a resultar imposible.
- ¿Vienes a Nueva York? ¿No ibas a quedarte para hacerle una visita a Jaxo, Jazzy y los abuelos? - la miré con curiosidad al llegar hasta ellos.- Estaban deseando verte.
- Lo sé cariño pero ahora que esta _____ aquí me da mucho apuro dejarla irse con vosotros sola, le prometí a Caroline que no le ocurriría nada. -me miró preocupada.
- No tienes que preocuparte mamá, tú quédate, nosotros nos ocuparemos de que no le ocurra nada, hemos viajado solos cientos de veces, sabemos qué hacer. -dije intentando disimular mi oscura intención para deshacerme de ella.
Ambos volvimos la mirada hacia atrás logrando ver cómo Alfredo hacía un intento para coger a _____ sobre sus hombros tropezando en aquel momento con su propio pie. Ryan consiguió atraparla antes de que esta cayera al suelo y al momento noté que mi madre me miraba levantando una ceja.
- Además estará Scooter, con él no puede ocurrir nada malo. -Intenté arreglarlo.
- Mira Bieber, a mí no me metas en líos ni responsabilidades porque soy de todo menos niñera. -Scooter me tendía nuestros pasaportes mientras me lanzaba una mirada de reproche.
De nuevo volví a mirar a mi madre que esta vez reía al notar mi verdadera intención.
- También estarán allí adultos responsables, como Ryan y Allison... Ryan Good es muy responsable mamá, también nos esperan...
- Justin Drew Bieber, ¿quieres dejar de intentar deshacerte de mí? -me interrumpió colocando sus brazos en jarra. Soltó una pequeña risa y me cogió por el brazo. - Yo confío en ti cielo, prométeme que serás responsable y no te meterás en líos.
- Lo prometo. -dije riendo satisfecho mientras ella depositaba un suave beso de despedida en mi mejilla.
-Te quiero, no hagáis estupideces cariño.
- Hasta pronto mamá. -sonreí llamando mediante señas a los demás que vinieron rápidamente y nos fuimos adentrando en la sala de embarque.
- ¿Pattie no viene? -preguntó _____ nerviosa.
- Que va, no sé cómo lo hace el chico pero siempre consigue que las cosas salgan como él quiere. -le respondió Scooter desinteresadamente mientras encabezaba nuestro paseo hasta el avión.
- De puta madre, ¿qué sitios hay por Nueva York que aún no hayamos visitados y mantengan despierta la noche Justin? -Ryan me dio una pequeña colleja desde atrás y me pasó el brazo alrededor del cuello mientras andábamos.
- Ya conseguiré averiguar algo cuando lleguemos allí tío, verás qué pasada.-le respondí colocándome de nuevo la gorra.
- Me estoy empezando a arrepentir... a saber dónde vais a meterme. -dijo _____ andando un poco más atrás junto a Alfredo.
- Vamos, deja de ser tan aburrida -reí mientras comenzábamos a entrar en el avión dejando que una linda azafata de buenas curvas nos guiara hacia la zona de primera clase. No pude evitar mirarla descarado, lo que hizo que las mejillas de esta se llenaran de color. Me encantaba poder provocar ese efecto en las mujeres. Proseguí desinteresadamente - van a ser las mejores vacaciones de tu vida, ya verás.
No tenía ni idea de hasta qué punto eran ciertas aquellas palabras en ese preciso momento.
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