domingo, 18 de agosto de 2013

Capítulo 20 - Inalcanzable.

{Capítulo 20}
A lo largo de la historia del mundo, incluso puede que un poco antes de que el hombre llegara a él, nunca ha faltado ese maldito sentimiento, el miedo.
Algunos reconocerán la palabra miedo cuando por ejemplo les ponen un examen por delante, cuando ven que personas que les quieren estan a punto de sufrir por ellos, cuando necesitan decir con total urgencia ese ''te quiero'' que aún no ha sido revelado a nadie.
El miedo puede ser aquello que esta presente al ver todo lo que tenemos en contra, cuando piensas que no hay una jodida persona sobre la faz de la Tierra que este de acuerdo contigo, entonces es cuando llega el estado de soledad.
Desde un punto de vista personal diría que el error más grande lo cometes cuando, por temor a equivocarte dejas de actuar abriendo camino a los demás entre tus debilidades.
Ahí va otro consejo de esta pesada, no esperes que las cosas a las que aspiras vengan de la nada hacia a ti, nunca permitas que alguien sienta el derecho de anularte, no abandones los sueños por miedo, porque eso es lo único que verdaderamente quedará con nosotros para siempre.
Y pasemos a ese tipo de miedo al que sigo sin verle una solución definitiva, el miedo de poder confiar en una persona. Si no arriesgas no ganas, se suele decir, pero ¿qué pasa cuando tienes un 90% seguro de que no vas a ganar y continúas intentándolo sólo porque confiar en esa persona sería lo mejor que te pueda pasar?
La vida en la mayoría de los casos nos toma por desconfiados, muchas veces con razón pero muchas veces sin ella, esto es aún más cierto si hemos experimentado alguna vez el sentimiento de traición. Sinceramente el tema de regalar mi confianza a una persona es lo que se dice, mi miedo principal.



- No vayas a morderme a mí también, por favor. -suplicó Ryan a la vez que me conducía con los ojos tapados al interior de la casa de Justin.
- No creo... ¿te lo ha contado? - abrí mi boca con sorpresa poniendo mis manos sobre las de él tratando de no tropear con nada bajo mis pies.
- Gracias por firmar mi sentencia de muerte Butler, fue un placer ser tu mejor amigo. - Justin nos seguía por detrás soltando alguna que otra risotada de vez en cuando al vernos caminar de forma tan torpe.
Cuando por fin dejaron libre mi campo de visión lo único que pude hacer fue quedarme completamente inmóvil, levanté la cabeza para apreciar el alto techo con una gigantesca lámpara de araña que colgaba e iluminaba la impresionante escalera hacia el piso superior, tan sólo había visto la entrada.
Justin me cogió por la mano para hacerme un tour por la casa, me comenzó mostrando su enorme salón con todo tipo de comodidades, me paseó por la cocina con su multitud de tecnologías, me guió hacia el jardín, con una impresionante piscina que se complementeba con unas cuantas tumbonas al lado, anduvimos durante Dios sabe cuánto tiempo por los largos pasillos y fue mostrándome una por una todas sus habitaciones.
- ¿Te va gustando? - me preguntó mientras seguía haciéndome de guía llevándome con su dedo índice enroscado en el mío.
- ¿A cuánto vendes los mapas? - sonreí inocente.
Justin soltó una sonora carcajada tras esto último y me metió en el interior de una de las habitaciones, era raro, hasta ahora sólo les había echado un vistazo rápido desde la puerta.
Paseé la mirada por el interior de la habitación, contenía otros dos cuartos internos, un vestidor y un cuarto de baño individual, se podían apreciar algunas guitarras especiales para zurdos en una esquina descansando, había cuadros colgados por las paredes mostrando los premios que habían recibido algunos de sus álbumes, una camiseta oficial de hockey del equipo de los Toronto Maple Leafe firmada por los jugadores.
Caminé despacio hacia la cama de matrimonio que se situaba en mitad de la habitación y ojeé los marcos de fotos sobre la pequeña mesilla, cogí uno en el que se podían distinguir a un par de niños rubios sonriendo con la boca llena de helado.
- Son mis hermanos. - distinguí su voz cerca de mi oído y giré la cabeza para encontrar su cara por encima de mi hombro observando la foto con cierta nostalgia.
- ¿Por qué no vas a Canadá y les haces una visita? - propuse.
Él levantó uno de los marcos en el que se podía apreciar la foto de cuando era más pequeño acompañado por un señor más mayor, sonreí para mis adentros al reconocerle, era Bruce, su abuelo, había hablado sobre él multitud de veces en sus entrevistas. Justin limpió con la mano restos de polvo que había sobre el cristal volviendo a apoyarlo en la mesilla.
- Hace mucho que no voy, ni tengo tiempo, la gira continuará después de los Estados Unidos hacia Europa, aunque hay un mes de descanso, pero Scooter siempre los utiliza para ensayar, así que no creo que pueda verles.
Repasé con la mirada todas las fotos que había sobre la pequeña mesilla  y agarré su brazo poniéndome de puntillas para lograr alcanzar su mejilla depositando un suave beso sobre ella. Respondió a esto con una pequeña sonrisa.
- Vamos, voy a enseñarte tu habitación, esta al lado por si necesitas algo.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

- Voy a meter la pata Helena, estoy cien por cien segura...
Mi taxi callejeaba entre las anchas calles de Los Angeles a toda velocidad, aquella tarde Justin me había enseñado dónde debía dejar que me peinasen y me preparasen para estar presentable en los premios y no había dejado de liarla durante toda la tarde debido a los nervios.
Habían ondulado y entrelazado mi cabello haciendo que terminase en un precioso recogido con varias perlas de adorno, conseguí que me quemaran con la planca unas seis veces, pero luego llegó el maquillaje, que no sé ni cómo lograron terminar, no dejaba de moverme haciendo que desviase la trajectoria del lápiz de ojos, había provocado la caída de mi pintalabios que por poco no echa a perder el vestido, pero finalmente el acabado fue increíble hasta para mí.
Conseguí calmarme cuando acercaron un espejo de cuerpo entero y pude apreciar todo lo que habían hecho en mí, jamás imaginé que algún día vestiría algo como aquel traje, mis ojos estaban perfectamente perfilados con una fina línea negra que se acompañaba por una brillante sombra de ojos. Mis labios a juego con el vestido se veían de un intenso carmín que realzaba mucho más su grosor, y los pequeños mechones que caían en débiles tirabuzones del reogido me hacía sentir como en una película de cine, dí una media vuelta girando mi cabeza para ver mi espalda al descubierto, me encantaba.
''Necesitas tranquilizarte, vas a estar genial, no pararé de buscarte en la televisión y es que MADRE MÍA, ES QUE MI MEJOR AMIGA VA A SALIR POR LA TELE ACOMPAÑANDO A JUSTIN, Y VAS A CONOCER A MILES DE PERSONAS INCREÍBLES ALLÍ Y TE VA A ESTAR VIENDO EL MUNDO ENTERO Y...''
 - ¡SUFICIENTE! Te llamé para que me tranquilizaras, ¿recuerdas? - noté cómo mi corazón se había disparado con cada palabra que Helena pronunció.
''Es verdad, es verdad, lo siento, perdón...''
Puse los ojos en blanco aún sabiendo que estaba hablando con ella por teléfono y no podría verlo.
- Ya estoy llegando, aih mi madre, todos me estan esperando a mí, qué verguenza. - logré divisar a Scooter, Ryan, Chaz, Alfredo y Justin, todos vestidos de traje a unas manzanas más alejadas del recinto donde los premios tendrían lugar.
'' ____, escúchame, sólo será esto: vas a entrar ahí, vas a sonreír, vas a ser amable, y sobre todo vas a ser tú misma, disfrutarás de la experiencia y del espectáculo, tú imagina que sólo es una de las actuaciones de nuestro instituto, ¿de acuerdo? Y nos vemos mañana, cariño.''
Tragué saliva al escuchar esto último y asentí dándole las gracias a Helena, ella y su maldita forma de calmarme con tan sólo un par de palabras. Colgué el teléfono móvil en cuanto el taxi aparcó y salí de él llamando la atención de todos los que allí me esperaban.
- La hostia puta, estas impresionante. - dijo Ryan sin dejar de desplazar su mirada sobre mí.
- Me encanta cuando te pones caballeroso Butsy. - sonreí divertida a la vez que agachaba la mirada al darme cuenta de que Justin estaba mirándome con los ojos abiertos como platos.
Llevaba un sofisticado esmoquin negro y lograban distinguirse su camisa blanca adornada con una corbata del mismo color que la chaqueta y los pantalones, el toque de color lo daba el pequeño panuelo que sobresalía de su bolsillo exterior del mismo color de mi vestido.
- Vaya... estas muy...diferente a como sueles vestir. - pude decirle despertándolo de su trance.
- Lo mismo puedo decir de ti. - me dedicó una de sus irresistibles sonrisas mientras ofrecía su brazo gentilmente para que lo agarrase. - Vosotros váis en el siguiente entonces, nos vemos para la actuación.
Tras despedirnos me condució a un pequeño y coqueto Audi color negro abriéndome la puerta trasera y ayudándome a entrar sin arrugar mi vestido, él hizo lo mismo poco después y ambos nos quedamos pendientes de todo lo que se veía tras la ventanilla hasta que finalmente nos colocaron frente a la alfombra roja.
- ¿Preparada? - me preguntó Justin con un bajo tono de voz apretando mi mano, ni me había dado cuenta de que la tenía agarrada.
Yo asentí tratando de llevar mi respiración a un ritmo más normal mientras le veía salir del coche provocando que miles de gritos que venían acompañados por multitud de flashes cayeran al mismo tiempo sobre él. Mi turno.
Salí del coche entre todo aquel estruendo uniéndome a Justin y caminamos juntos a lo largo de la kilométrica alfombra que para mí parecía no tener fin.
El paseo tardó más de lo que esperaba ya que tenía que ir acompañando a Justin y parándome cada vez que él decidía parar a fimar autógrafos o a responder a alguna que otra pregunta. Observaba a mi alrededor on una expresión que mezclava la sorpresa con la desorientación cuando entonces escuché mi nombre a gritos desde la otra parte de la alfombra.
Sonreí al divisar las camisetas con la cara de aquel chico que había logrado engancharme a su voz y atravesé el camino color carmín para reunirme con aquel pequeño grupo atrapado por las vallas.
- ¡_____! ¡Hazte una foto con nosotras, por favor! - me gritaban.
No dudé en acercarme a ellas para reunirme desde el otro lado de la seguridad metálica a su reducido grupo poniéndome en medio y posando con caras divertidas acompañadas por el signo de ''paz'' con mis dedos. Las fui abrazando una a una sin darme cuenta de lo mucho que estaba sonriendo en aquel momento.
- Dile a Justin que le amamos. - me pidió una de ellas.
- Yo también las amo. - dijo alguien a mi espalda.
Al ver las caras de mis nuevas amigas supe al instante de quien se trataba.
- No te separes de mí, vamos a entrar de una vez anda, esto es un caos. - susurró a mi oído a la vez que tomaba mi cintura con su brazo alejándome de las vallas.
Nos adentramos en el interior del recinto posando delante de los carteles patrocinadores de aquellos premios, yo aún no sabía ni qué era lo que estaba haciendo allí, no me sentía cómoda frente a tantísimas cámaras, pero traté de tranquilizarme y sonreír para todas ellas.
Sabía que terminaría en rumores, rumores que realmente eran ciertos, pero intenté no pensar demasiado sobre ello, había ido allí para pasar un buen rato y apoyar a Justin, fuera problemas por una noche.
Abrí más los ojos en cuanto la idea se me pasó por la cabeza y agarré la cintura de Justin pegándome más a él y abriendo mucho la boca finjiendo cara de sorpresa mientras le señalaba, para que la gente viese que aún recordaba quién era yo.
Justin comenzó a reír tapándo su cara y me hizo una señal con la cabeza para que nos fuéramos a tomar asientos cuanto antes. Asentí conteniendo mi sonrisa burlona y le seguí hacia la zona de las primeras filas, conseguimos encontrar a Scooter sentado junto con el presidente de Def Jam Records, la discográfica de Justin y tomamos asiento a su lado.
- Estoy nominado a cinco, hagámos apuestas. - me propuso levantando una ceja.
- Mmmm, hagámoslo interesante, si pierdes, subes una foto a instagram con un tutú rosa, si pierdo hago lo mismo con tus pantalones del Super Mario Bros.
- Eso no vale, tu foto mola. - frunció el ceño poniéndose serio de repente.
- Bueno, pues me pintas la cara con rotulador. - ofrecí rindiéndome y sonriendo al ver que aceptaba de buena gana. - Yo digo que ganas tres.
- Yo digo que cuatro... -no pudo evitar una sonrisa juguetona mientras estrechaba mi mano con la suya cerrando la apuesta.
- Hola, perdona, ¿tú eres cantante? ¿actriz? ¿estas nominada?
Una dulce voz llamó mi atención desde la butaca de mi lado y me giré para lograr ver a un chico de pelo castaño y revuelto con unos lindos ojos verdes que vestía de chaqueta y me dedicaba una hermosa sonrisa.
- ¿Yo? ¿cantante? - hice un ademán de reírme al escuchar aquello.
- Lo siento, te ví tan bonita y pensé que estarías aquí por ello. - dijo sin rodeos uniéndose a mis carcajadas.
Dejé de reír sin saber qué responderle y noté que comenzaba a ruborizarme casi instantáneamente. Qué directo.
- Vaya... gracias. -pude decir antes de que Justin me apartara un poco hacia el lado para poder introducirse en la conversación.
- ¿Qué piensas de mí? ¿También estoy guapo?
- Pues... - balbuceó el chico al darse cuenta de a quién tenía delante.
- ¡JUSTIN! - le regañé frunciendo el ceño con una expresión de reproche.
Éste volvió a erguirse en su asiento mordiendo el interior de su mejilla con cara de fastidio dirigiendo su mirada hacia el escenario.
- Perdona, ¿es que estáis saliendo? - me preguntó bajando un poco el tono de su voz con apuro.
Me giré para ver que Justin había vuelto a centrar su atención en nosotros y esperaba mi respuesta con cierta curiosidad. Sonreí para mis adentros y mordí mi labio tratando de contener mi diversión volviendome de nuevo hacia aquel chico.
- Pues al parecer no, no lo estamos. - respondí sin rodeos soportando las ganas de girar mi cabeza para contemplar su expresión.
- Oh... bueno, en todo caso, soy Austin. - me tendió la mano estrechándola con la mía.
- Yo soy ____. -respondí amablemente. - Estoy aquí de acompañante, ¿y tú?
- Pues no estoy nominado a ninguna categoría, pero me invitaron y aquí estoy. - se encogió de hombros y pude advertir cierto nerviosismo en su cara.
Se notaba que era nuevo en aquello, traté de traquilizarle contándole que yo también estaba inquieta y hablamos sobre cómo había comenzado su carrera musical cuando de pronto las luces se apagaron y el escenario se iluminó dándo comienzo a la gala.
Justin pasó de repente su brazo por encima de mis hombros tirándo de mí hacia él y dejé escapar una leve risa sacándomelo de encima. Me dedicó una mirada de fastidio y yo levanté una ceja terminando por negar con la cabeza entre risas.
- Eres como un crío. - le dije al oído para que pudiese escucharme por encima de la voz amplificada del presentador.

No hay comentarios:

Publicar un comentario