jueves, 29 de agosto de 2013

Capítulo 23 - Inalcanzable.

{Capítulo 23}
Colocaba cuidadosamente cada una de mis prendas en el interior del amplio armario del que disponía en mi habitación terminando de acomodarme, doblaba las camisetas metiéndolas una por una en los cajones y colgaba los vestidos evitando que pudieran arrugarse. Pude distinguir un leve ruido a mis espaldas que me obligó a voltear rápidamente sobresaltada por el hecho de que el completo silencio se hubiese visto interrumpido de repente. Me calmé al instante cuando distinguí a Justin de pie bajo el umbral de mi puerta.
Fue entonces cuando me dí cuenta de que tan sólo me cubría mediante un fino camisón de seda blanca. Tragué saliva con nerviosismo y me fijé más detenidamente en él.
Su pecho desnudo subía y bajaba rápidamente y se escuchaba su respiración agitada salir desde sus labios entreabiertos e inundando toda la habitación, su mirada llena de deseo estaba fija en mí, y al estudiarle más a fondo logré distinguir un pequeño bulto escondido en sus pantalones.
Corté mi respiración al instante y cerré el armario sin dejar de mirarle quedándome en silencio. Mi corazón latía desenfrenado sin saber por qué y entonces ví cómo movilizaba todos sus músculos al mismo tiempo comenzando a caminar hacia a mí a paso ligero.
- Ya no aguanto más. - dijo con voz ronca.
Notaba cómo el deseo crecía en mi interior y bajaba por mi vientre a medida que la distancia se hacía más corta y no opuse resistencia ninguna cuando Justin me acorraló contra la pared y sujetó mis muñecas levantándolas por encima de mi cabeza mientras me inmovilizaba con sus caderas.
Cerré los ojos a la vez que suspiraba cuando él comenzó a mordisquear mi cuello casi queriendo devorarlo y faltaron segundos para que se hiciese rápidamente con mis labios.
Gemí débilmente, lo que le dio ocasión para colar su lengua en el interior de mi boca comenzando de nuevo una lenta danza que me producía una suave descarga eléctrica que corría bajo mi piel disparando a mi torrente sanguíneo y recorriendo mi cuerpo al completo calenténdolo todo a su paso.
Noté entonces cómo me presionaba aún más contra la pared y fui capaz de sentir su erección contra mi vientre. Suspiré sobre su boca pudiendo apreciar cómo la temperatura cada vez era más alta, estaba atrapada, a su voluntad.
- Despierta..., _____ despierta, menuda marmota, Christina ayuda.
Una suave voz oscureció toda la imagen haciendo temblar mis párpados y la fuerte sensación de sueño me golpeó de lleno. Pude notar entonces mis músculos más pesados de lo normal. Me mantuve en aquella posición intentando acostumbrarme cuando de pronto sentí un frío líquido impactar contra mi cara obligándome a abrir los ojos y a incorporarme en la cama de un salto tosiendo a causa del agua que se había colado en mi boca.
- Tampoco tenías que ser tan brusca, pobre. - reía Helena.
- Igual se convierte ahora en sirena, tú espera.
Froté mis ojos y sequé el resto de mi cara con las palmas de mis manos aún confusa sintiendo mi boca seca y mi corazón latir con fuerza, había sido un sueño. Entrecerré mis ojos debido a que la intensa luz que se colaba desde la ventana me cegaba haciéndome soltar un suave quejido. Las risas de mis amigas resonaron en la habitación.
- ¡¡¡FELIZ CUMPLEAÑOS!!! - gritaron al unísono.
Yo terminé de despejarme aún confusa por lo que acababa de ocurrir en mi cabeza, mirándolas con sorpresa y sin poder evitar que una leve sonrisa se dibujara en mi cara. Mordí mi labio inferior negando con la cabeza y me fundí en un cálido abrazo con ellas aún sentada en la cama. No podía creer que después de tantos años aún siguiéramos tan unidas, ellas eran lo mejor que tenía. Pude notar cómo una pequeña lágrima descendía por mi mejilla sin previo aviso mientras las abrazaba fuertemente.
- Me da igual que ahora tengas dieciocho años, siempre vas a ser nuestra pequeña lo quieras o no, tú no te libras. - susurró Helena sin poder contener un pequeño sollozo debido a la emoción.
Me separé entonces para lograr contemplarlas y reímos al ver que Helena tuvo que secar sus ojos con los dedos.
- Oh, Helen, no llores o también lo haré yo, ya lo sabes... - le pedí cogiendo su mano y acariciando suavemente sus nudillos con mi pulgar.
Ví cómo Christina se levantaba en aquel instante cogiendo un pequeño paquete de encima de la mesilla y volviendo a acercarse a la cama mientras ambas me cantaban la canción del cumpleaños feliz provocando que escondiese mi cara entre las palmas de mis manos rogándoles que bajaran la voz.
- Se van a enterar todos, y ya os dije claramente que no quería que ellos lo supiesen, al menos hasta que el día no este a punto de terminar. - decía mientras trataba de contener mi risa con los ojos fijos en el regalo. - Sois lo peor...
- Que estan todos abajo desayunando, si eres la última en levantarte. - reía Christina mientras me tendía el pequeño paquete envuelto en papel de regalo.- Aunque deberías agradecérnoslo, estabas sudando mientras dormías.
Carraspeé un poco al escuchar esto último y no pude evitar soltar una risita nerviosa como respuesta a su comentario.
- Es normal, ayer la tuvimos hasta las tantas despierta, yo creo que Justin termina echándonos de su casa por alboroto. - decía Helena mientras yo me concentraba en deshacerme del fino envoltorio.
Me quedé inmóvil observando el pequeño retrato con una foto nuestra en la piscina de hacía unos diez años o así, entreabrí mis labios esperando que las palabras pudiesen salir por ellas mismas pero no logré emitir sonido alguno. No pude contener más las lágrimas.

·Narra Justin·
Torcí mi muñeca ligeramente hacia la derecha para conseguir impulsar la pequeña pelota de ping pon consiguiendo hacerme con la victoria una vez más y levantando los brazos cerrando los ojos con una expresión de tremenda satisfación.
- Sigo diciendo que esta pala esta trucada o algo. - susurraba Jace comenzando a examinar el pequeño utensilio de juego.
- ¿Cuántas veces tengo que repetirte que no hay persona que me gane en este juego?- reí como respuesta y me dirigí al interior de la cocina en busca de algo de agua cuando escuché varios pasos bajando las escaleras y supe de quien se trataba, ella siempre andaba descalza en casa.
Sonreí para mis adentros y no dudé en salir de la cocina para ir a recibirla. La sorprendí en el último escalón y me acerqué a ella con propósito de felicitarla por su cumpleaños, rió al principio cuando me vio ir tan rápidamente hacia a ella pero logré cortar su risa rápidamente rodeando su cintura con mis brazos y pegando su cuerpo al mío haciéndola descender lentamente hacia el suelo. Sentí sus manos apoyadas sobre mis hombros mientras miraba mis ojos y poco a poco fui acercando más mi cara a la suya rozándo nuestros labios durante unos segundos hasta terminar por fundirlos en un dulce beso que hizo que me estremeciera, mis labios exigentes se acoplan a los suyos acariciándolos con infinita ternura.
Poco a poco me fui separando y sientí cómo exhala un leve suspiro, lo cual me hizo imposible el evitar una pequeña sonrisa.
- Al fin te despiertas. - susurré bajando la mirada hacia sus labios entreabiertos.
Noté cómo sus dedos subían hacia mi nuca y se hundían en mi pelo acariciándolo por detrás.
- Tú y tus muestras de afecto repentinas... - levanté mis ojos hacia los suyos tratando de adivinar con qué intención decía aquello y me tranquilicé cuando la ví esbozar una sonrisa burlona. - Buenos días a ti también.
Sentí unas ganas enormes de volver a apoderarme de sus labios cuando de pronto una fuerte y exagerada tos me devolvió a la Tierra.
- Vaya por Dios, ya me he vuelto a resfriar...
Asomé mi cabeza para lograr distinguir a Christina y Helena a las espaldas de _____ y sonreí divertido separándome de ella para poder devolvérsela a sus amigas. Se dispusieron a entrar a la cocina entre risas y yo negué con la cabeza sonriendo mientras me daba la vuelta hasta que Helena tiró de mi bazo para voltearme una vez más hacia ella.
- Aquí lo tienes, casi todos han confirmado ya la asistencia esta noche, al final creo que sobre las diez será buena hora, ¿no crees? - preguntó mientras me tendía mi móvil con una pequeña sonrisa de emoción contenida. - También he añadido a un par de personas sobre las que nos ha hablado ____, todo va perfecto, ahora sólo tienes que sacarla de casa.
Me quedé pensativo durante un largo rato dándole vueltas y finalmente esbocé una amplia sonrisa asintiendo.
- Muy bien, creo que tengo una idea, la mantendré bien alejada así que no tendrás que preocuparte, ¿tú me avisas cuando lo tengas todo listo?
Asintió convencida y regresé a la cocina dónde _____ le daba un fuerte abrazo a Jace quien, lo más seguro, hubiese entrado a felicitarla.
- Oye, le he ganado al ping pon, me merezco ese abrazo más que él. - le reproché con una sonrisa divertida haciendo que se separasen entre risas.
- La próxima vez jugaré yo con tu pala, Bieber. - me avisó Jace tratando de aparentar seriedad mientras cogía una manzana del interior del frigorífico.
- Uh, manzanas para desayunar. - exclamó ____ con intención de ir en busca de una para ella.
Caminé rápidamente cerrando el frigorífico antes de que pudiera meter la mano dentro y la miré con media sonrisa.
- No comas nada y ponte los zapatos, desayunamos fuera, yo invito. - casi ordené haciendo una seña con la cabeza para que fuera a hacer lo que le había dicho.
Ella levantó una ceja mirándome con seriedad.
- Mis amigos llegaron el otro día, ellos vienen con nosotros. - condicionó.
Puse los ojos en blanco y miré a Christina en busca de algo de ayuda. Ella comenzó a toser exageradamente una vez más y Jace le dio un par de golpes en la espalda.
- Me encuentro fatal, creo que me estoy mareando, Helen, Jace, sujetadme... - movía los brazos mientras se tambaleaba. - Creo que hoy no podré salir, necesito que me cuidéis los dos...
Soporté las enormes ganas de reír que me provocaba ver aquella escena y mordí mis labios evitando mi sonrisa.
- Me la puedo llevar a la cama. - nos sorprendió Ryan de repente apareciendo por la puerta y esbozando una sonrisa divertida cogiendo la botela de zumo de naranja del frigorífico y mirando a Christina con cierta picardía.
- O también puedes ir a buscarme la guía telefónica y hacer algo con tu vida, tira anda. - le ordenó Helena dándole un suave empujón en el hombro y mandándole a que saliera de la cocina mediante señas a la vez que este reía.
- Pero Chris, que me quedo aquí contigo. - se ofreció ____ mirándola preocupada mientras sus otros dos amigos sostenían a Christina por los brazos seguramente también al borde de la risa.
- Ni hablar, Justin te necesita más que yo, mira qué carita.
Todos se volvieron de pronto hacia a mí y yo miré a _____ haciendo un pequeño mohín, ella levantó una ceja mirándome con cierta sorpresa como si no se creyese que estuviésemos todos tan serios con aquella escena.
- ¿Me estas vacilando?
- Vamos Brooks, no puedes quedarte precisamente hoy encerrada en casa. - dije sin pensar.
Me miró entre confusa y sorprendida y pude distinguir la expresión de apuro de Helena por detrás negando rápidamente con la cabeza.
- Quiero decir...- continué diciendo.- que hace un día increíble y se esta genial en la calle, te haré una visita guiada por Los Angeles, ¿te parece?
Ella se volvió hacia sus amigos que asentían sonriendo aceptando la idea para después volverse hacia a mí de nuevo. Guiñé un ojo sonriendo seductoramente y resopló intentando parecer irritada.
- Voy a por mis zapatillas.

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La música a todo volumen en el pequeño descapotable azulado mientras ____ y yo cantábamos a pleno pulmón uno de los temas de Jason Derulo, Other Side entre risas.
Iba marcando el ritmo de la canción dando en el volante suaves toques con mis dedos mientras aceleraba cada vez más, adoraba la adrenalina. Se alzaban ante nosotros las largas y anchas calles de Los Angeles bordeadas de palmeras, con todo tipo de gente caminando a lo largo de ellas, adoro esta ciudad.
Ella casi no parecía darse cuenta de la velocidad, su pelo se movía desordenado a causa del viento, llevaba mis gafas de sol que me había robado al salir de casa y sostenía en la mano un donut de chocolate que habíamos parado a comprar para que desayunase algo.
Paré en un semáforo y aproveché para girar la cabeza y contemplarla mientras cantaba sonriendo y fijándose en cada detalle de todas las calles por las que pasábamos. Al percatarse de esto, me sacó la lengua haciéndome burla. Sonreí para mis adentros.
- Cada día estas más fea. - bromeé.
Su sonrisa desapareció al instante y noté cómo me fulminaba con la mirada aún por detrás de las lentes de las Ray-Ban.
- Y tu cada día estas más desneuronado. - contestó dando otro bocado a su donut y haciéndose la ofendida.- Gilipollas, por si lo entiendes mejor así.
Reí ante su comentario y volví a pisar el acelerador cuando el semáforo marcó verde levantando un brazo hasta lograr colocarlo sobre sus hombros, acto que ella rápidamente evitó quitándoselo de encima. Mi sonrisa se ensanchó, los retos eran mi debilidad.
- Mucho llamarme gilipollas pero bien que te dejas y te encanta cada vez que me apetece comerte la boca. - Ahogué una pequeña carcajada tras ver de refilón su expresión furiosa y disfruté de la satisfación.
- Pues a partir de ahora ten cuidado cada vez que se te ocurra eso de ''comerme la boca'' porque igual te llevas un puñetazo o algo así. - me contestó simplemente terminando su desayuno.
Volví a carcajear esta vez más fuerte mientras buscaba con la mirada algún hueco para poder aparcar.
- Lo seguiría intentando las veces que hicieran falta, tu boca se esta convirtiendo en una especie de adicción para mí. -respondí entonces sin mirarla. - Y tengo que confesar lo mucho que me pone eso de que te muerdas el labio cada vez que te estas nerviosa.
Giré mi cabeza para observar su reacción y sonreí para mis adentros, la había pillado haciendo aquello mismo, y lo mejor es que la había dejado sin palabras. Desvió su mirada hacia la playa y volví a sentirme victorioso por segunda vez en cuestión de segundos.
- ¿Te parece si echamos un vistazo al paseo de la fama? - le pregunté a la vez que trataba de aparcar el coche.
Asintió sin una palabra y logré distinguir el intenso rubor en sus mejillas, contuve mi risa y robé de un rápido movimiento mis gafas de sol de sus ojos para colocármelas antes de salir del coche.
Todo el paseo fue una especie de show cómico. Compré un par de helados de chocolate para ambos y comencé a seguirla por detrás con mi mano libre en el interior de mi bolsillo mientras ella sacaba fotos de todas las estrellas que se iba encontrando. Cogí mi móvil y la grabé sin poder evitar una pequeña risa que se inmortalizó en el vídeo mientras ella me gritaba que fuese corriendo para que echase un vistazo a una estrella en concreto. Me acerqué dándome cuenta de que se trataba de mi propia estrella y la miré con media sonrisa.
- Saca una buena foto, es la de mi cantante favorito. - reía a la vez que posaba con cierta sonrisa divertida junto a la estrella.
Volteé rápidamente el móvil y me coloqué junto a ella sonriéndole a la cámara con la boca abierta entre risas. Click.


Pasamos horas callejeando por las anchas avenidas de la ciudad de Los Angeles, enseñaba cada zona turística por la que pasábamos y reía ante las reacciones de mi acompañante. Bromeábamos, nos picábamos, hacíamos el imbécil, éramos nosotros mismos, hacía ya demasiado tiempo que no sentía tantísima comodidad estando con otro persona. Pasamos por delante e una pequeña joyería cuyo escaparate llamó la atención de _____. Me detuve junto a ella para lograr ver por lo que tanto interés mostraba. Se trataba de una pulsera con varios enganches.
- Siempre soñé con tener una de esas... y colocar la figurita de un monumento importante por cada lugar del mundo que visitara. - me dijo sin mirarme rozando el cristal del escaparate con la punta de sus dedos. - Sé que es algo tonto, pero siempre me hizo ilusión.
Soltó una leve risa y yo recorrí todos los objetos que allí se encontraban con un corto vistazo. Mis ojos se detuvieron en un colgante con una pequeña nota musical, clave de sol que brillaba adornándolo.
- Voy a entrar en el restaurante de aquí al lado, necesito ir al servicio, espérame aquí. - me avisó.
Asentí sin quitar mis ojos de aquellas joyas.
Terminamos dirigiéndonos hacia la increíble playa de Malibú, era mi preferida, siempre que necesitaba pensar y alejarme de todo paseaba descalzo por aquella arena tan fina, me relajaba. Observaba sonriendo cómo _____ se iba agachando por cada objeto que llamaba su atención recolectándolos en su otra mano. Metí mis manos en los bolsillos y dí una pequeña carrera para poder alcanzarla y caminar a su altura.
- Fíjate, encontré un pedazo de coral. - sonreía mientras me mostraba una pequeña estructura rojiza cubierta de arena. - Este sitio es precioso, gracias por traerme.
- Si no fuera porque esta cayendo el sol y dentro de poco comenzará a refrescar, nos metíamos en el agua, es un placer nadar aquí. - reí observando el mar increíblemente azul que reflejaba los pequeños rayos de luz que aún iluminaban. - Es la primera vez que traigo a una chica aquí conmigo. - confesé.
Ella se giró hacia a mí y levantó una ceja con una expresión divertida que me hizo inevitable esbozar una media sonrisa.
- ¿Qué? - pregunté.
- Sé que te encanta el rollito ese de impresionar a las damas, pero a mí no tienes que mentirme, ni soltarme lo mismo que a las demás, no soy estúpida. - se encogió de hombros continuando con el paseo.
La seguí rápidamente.
- Es cierto, no lo eres, pero yo tampoco soy un mentiroso. - agarré su brazo haiendo que me prestara atención. - Y tú eres importante para mí, tego que tenerte cerca, y necesito que me creas de una vez, deja de ser así de fría cuando te viene en gana, me confundes.
Ví cómo paraba para tragar saliva y me miraba fijamente con seriedad.
- Ya esta bien Justin, no quiero que sigas, no quiero ser otra más de la colección, no necesito que nadie más vuelva a crearme ilusiones para después hacerme sentir como un maldito juguete usado. - ví que se tensaba por momentos mientras pronunciaba aquellas palabras y la agarré por los hombros intentando calmarla. Apretó sus labios en una fina línea y sin pensármelo la atraje hacia a mí con intención de abrazarla, sentí que se removía y lograba deshacerse de mí apartándo su rostro de mi campo de visión y caminando a paso ligero por la arena hacia el paseo peatonal.
Fuí tras ella corriendo viendo cómo poco a poco se aproximaba al carril bici.
-¡Mierda, ____! -grité.
Tiré bruscamente de su mano con tanta fuerza que hice que cayese justo encima de mí provocando la caída de ambos sobre la acera justo en el momento en el que un joven ciclista pasaba velozmente por delante de nosotros.
Ocurrió todo a la velocidad de la luz, cuando quise darme cuenta la apretaba fuertemente contra mi pecho, inhalé profundamente su dulce perfume y pude distinguir el suave aroma a coco que desprendía su pelo, era embriagador.
Levantó la cara para observarme aún algo desorientada y esbocé una diminuta sonrisa. Examiné su rostro suavemente con mis dedos asegurándome de que no constaba de ningún rasguño y pasé mi pulgar por el contorno de sus labios, noté entonces cómo contienía su respiración y levanté la mirada hacia sus ojos sintiendo una suave descarga eléctrica que me sacudió todo el cuerpo. Sostuvo mi mirada durante unos segundos que casi me parecieron eternos y fue bajando sus pupilas poco a poco hasta detenerlas en mis labios. Pasé mi lengua sobre ellos involuntariamente.
- ¿Estas bien? - susurré por fin.
Asintió sacudiendo su cabeza de repente y se llevó una mano a la cabeza cerrando los ojos.
- Sí... lo siento mucho, no sé por qué te dije todo eso, sólo estoy confundida y...
Solté una suave carcajada mientras ella se ponía en pie y me senté en el suelo observándola.
- Eres increíble, por poco no sufres de atropello y sacas el tema. - sonreí levantándome y sacudiendo el polvo de mis pantalones.
Algo comenzó a vibrar en el interior de mi bolsillo y rápidamente saqué mi teléfono móvil revisando los mensajes. Sonreí para mis adentros y volví a mirarla.
- Será mejor que volvamos a casa y cenemos algo, recuerda que no hemos almorzado.
Tras un leve asentimiento por su parte volvimos a caminar juntos en dirección hacia el descapotable iniciando un nuevo paseo por las enormes calles californianas.
- Creo que sé un atajo, llegaremos más rápido. - le dje mientras ella trataba de peinar su pelo con los dedos fijándose en el espejo retrovisor sin progreso ninguno a causa de la ausencia de techo.

·Narra _____·
Cuando por fin llegamos a casa tras miles de vueltas bordeando la ciudad, Justin condujo el descapotable hacia la zona privada de aparcamiento y salió abriendo mi puerta poco después para coger mi mano y tirar de ella ayudándome a levantarme. Ambos nos dirigimos hacia la puerta principal.
- No vuelvo a fiarme de tu sentido de la orientación nunca más, te lo prometo. - reí mientras él trataba de abrir la puerta con sus llaves.
- Míralo por el lado bueno, al menos les he dado más tiempo para prepararse. - sonreía a la vez que abría la puerta y entraba.
Mi expresión divertida se cambió al instante por una completamente confundida.
- ¿De qué estas hablan...? - comencé a decir mientras entraba a su lado al interior de la casa.
Callé al instante al ver a toda aquella gente delante de mí que tiraba confeti y lanzaba decenas de globos multicolores a nuestra dirección. Me giré hacia a Justin completamente boquiabierta mientras él se encogía de hombros con una estúpida sonrisa en la cara.
- Feliz cumpleaños, Brooks.

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Nota de la autora: (#InalcanzableFanFic)
Hola a todos, antes de nada, algo que voy a repetir por énesima vez es que muchísimas gracias por todo lo que hacéis, por todo el apoyo, por los comentarios, vuestros mensajes, todos ellos son los que me ayudan a continuar con esta historia, os pido que nunca dejéis de enviarlos porque son una increíble ayuda, no consigo acostumbrarme a todos vuestros comentarios, es increíble poder haceros soñar conmigo y transmitir sentimientos a través de lo que escribo, pero a ver, que me enrollo.
Para saber a quiénes de vosotras os tengo en twitter me gustaría que si habéis leído el capítulo diéseis RT AQUÍ. Me gustaría abrir un nuevo hashtag en twitter para todas aquellas las que no podéis dejar vuestra opinión en el blog ya que no tengo ni idea de cómo desbloquear los comentarios anónimos, así que si a partir de ahora pudiérais escribir lo que pensáis acompañado del hashtag #InalcanzableFanFic os lo agradecería eternamente, necesito saber la opinión de todo el mundo.
Espero que os quedéis leyendo hasta el final ya que esta no será una novela corta, un beso a todas y de nuevo muchísimas gracias. <3
María. {@hisbeliebeer}

domingo, 25 de agosto de 2013

Capítulo 22 - Inalcanzable.

{Capítulo 22}

Trataba de no dejar caer el pequeño plato de porcelana que contenía la montaña de tortitas recién hechas que había preparado de desayuno mientras las trasportaba desde la cocina hacia el salón dejándolas sobre la mesita de café que se situaba frente al sofá en el que Justin estaba sentado cómodamente con sus pies sobre la mesa viéndo el programa de West Coast donde tuneaban los coches de unos cuantos afortunados.
- Ahí voy a comer yo, baja los pies. - le regañé con una ceja levantada mientras posaba el plato en el pequeño mantel que habíamos puesto sobre el cristal.
- Fíjate que porquerías. - me dijo señalando la enorme pantalla de televisión a la vez que retiraba sus zapatillas de andar por casa con sus iniciales bordadas. - Tienen la oportunidad de hacer que su coche quede increíble y los hacen parecer trastos del carnaval de mi ciudad.
Recogí algo de sirope con el que había complementado el desayuno con el dedo y eché un vistazo al programa fijándome en los coches de toda clase de colores que había, ví que enfocaban uno cuya pintura simulaba las escamas de un pez y no pude evitar una pequeña carcajada mientras me sentaba al lado de Justin en el sofá y este se acercaba para desayunar conmigo.
- No es por nada, pero ahí fuera tienes un coche aparcado repleto de manchas de leopardo... -le miré tratando de contener mi diversión. - Mierda, los tenedores, espera.
Volví a levantarme a la vez que él fruncía el ceño tras escuchar mis palabras y me seguía con la mirada mientras caminaba de vuelta a la cocina.
- Pero eso queda genial, no lo niegues, el leopardo significa velocidad. - reí al escuchar esto último mientras rebuscaba entre los cajones los cubiertos que necesitabamos y regresaba sobre mis pasos al salón chocando contra el pecho de Alfredo cuando tuve intención de cruzar el umbral de la puerta.
- Madre mía, menudo susto Fredo. - solté una leve carcajada al verle con cara de recién levantado frotando sus ojos aún con los párpado medio pegados. - ¿Qué tal fue anoche?
- Ni idea... qué dolor de cabeza... - trataba de espabilarse mientras pasaba por mi lado con intención de ir a buscar un buen vaso de agua helada.
Reí divertida al ver su estado y me apoyé en el marco de la puerta con los brazos cruzados esperando a que terminase. Él se giró dejándo caer su peso sobre la encimera de la cocina a la vez que tomaba un sorbo y señaló mis pantalones con gatos dibujados.
- Bonito pijama, por cierto. - añadió.
Justin apareció de pronto a mis espaldas robándome de la mano los tenedores y sonrió mirándo cómo Alfredo se quejaba debido a la jaqueca aún vestido con los pantalones y la camisa, ahora arrugada, del esmoquin.
- Parece que alguien se pasó con la bebida en la fiesta de después. - dijo mientras entraba en la cocina buscando otro tenedor.
- Fue Ryan, lo último que recuerdo es que pidió como tres botellas enteras de alcohol y me liaba para que continuara bebiendo... -tosió levemente dejando el vaso en el fregadero y Justin atrapó un pequeño papel que sobresalía de su bolsillo. - ¿Qué es eso?
- Parece un... número de teléfono. - carcajeó mostrándome el trozo de papel con los ojos más abiertos. - ¿Has visto? ¿Cómo lo hace?
Me encogí de hombros observándo a ambos con una enorme sonrisa a punto de echarme a reír mientras Justin y Alfredo trataban de añadir el número al teléfono de Justin para ver a través de WhatsApp cómo era la chica. Iba a regresar al salón cuando de pronto, al cruzar por la entrada escuché una voz demasiado conocida.
- Tanta piscina, tanta entrada increíble y tanto rollo pero el timbre no lo encuentro por ninguna par... ah mira, esta aquí.
Abrí mucho más los ojos y mi sonrisa se intensificó al distinguir a Christina haciendo que corriese hacia la puerta como si mi vida dependiera de ello abriéndola de par en par rápidamente. Solté una breve exclamación al ver a mis tres sorprendidos amigos delante de mí provocándo que en cuestión de segundos, todos nos fundiéramos en un cálido abrazo grupal.
Al poco rato Justin se acercó a nosotros sonriendo con intención de presentarse junto con Alfredo y los tres se apartaron rápidamente de mí casi movidos por un resorte para ir a conocerle mientras yo observaba la escena con una ceja levantada.
- Tío creí que la iba a palmar antes de poder conocerte en persona, qué fuerte. - decía Christina con nerviosismo mientras Justin le daba un corto abrazo a Helena a modo de saludo y estrechaba la mano de Jace.
- Oye pues estas viva, es un milagro de Dios. - bromeó este antes de abrazarla a ella también. - Ahora os enseño a todos vuestra habitación para que podáis dejar vuestas maletas allí, este es Alfredo, pero también estan Ryan y Chaz que aún seguirán dormidos, ¿me acompañáis?
- Pero no te alejes mucho, yo me veo que termino perdiéndome aquí dentro. - sonreía Helena mientras levantaba la mirada admirando los interiores.
- Bueno, pues te pierdes conmigo. - dijo Jace en un bajo tono de voz mirándo a Helena desde atrás con media sonrisa.
Ésta puso los ojos en blanco y recogió su equipaje de mano adelantándose hacia las escaleras con intención de subir al primer piso, aligeré mi paso para ponerme a su altura mientras los demás nos seguían de cerca y tuve que bajar el tono de voz.
- Qué profundo, ¿no? - reí.
- Sí, pues lleva en ese plan unas dos semanas, no se cansa. - refunfuñó ella sin mirarme mientras Christina se adelantaba uniéndose a nosotras.
- Ya bueno, tengo que contaros algo cuando entremos en...
Cruzábamos el pasillo cuando de pronto tropezamos con Ryan recién salido de la ducha que deambulaba por el largo corredor sosteniéndo tan sólo una toalla alrededor de su cintura. Éste se sorprendió mientras acomodaba su pelo con sus dedos y paseó la mirada sobre los nuevos invitados deteniéndola en uno en concreto. Levanté los ojos al techo resoplando al ver su expresión.
- Muy buenas preciosa, soy Ryan, Ryan Butler. - se presentó con una sonrisa seductora a la vez que tenía los ojos puestos fijos sobre mi amiga.
- Ho...hola, yo soy Christina. -respondió esta dedicándole una mirada coqueta. - Me puedes llamar Chris.
- Ya, ya sé quien eres, chica del WhatsApp. - la sonrisa de Ryan se ensanchó cuando Christina soltó una débil carcajada.
Todos nos quedamos unos segundos en silencio mietras ellos dos se sonreían en mitad del pasillo y pude apreciar por el rabillo del ojo cómo Jace hacía un ademán de vomitar metiéndo sus dedos en la boca. Me volví hacia Justin que me sonreía con ambas cejas levantadas y se encogió de hombros tratando de contener su diversión.
- Muuuuuy bien, pues... no es por ser aguafiestas ni por querer interrumpir un mágico momento, pero esto pesa. - dijo Helena rompiendo el silencio mientras levantaba su equipaje.
Ryan se hizo a un lado para dejarnos pasar sin apartar ni un sólo segundo sus ojos de mi amiga que agarraba a Helena del brazo y continuaba caminando entre pequeñas risas. Yo esperé a Justin que estaba cargando junto con Jace y Alfredo las maletas más pesadas y le dí una suave colleja a Ryan al pasar por su lado haciendo que este se encogiera de hombros a la defensiva.
- Vístete de una vez, tío. - rió Justin.


Después de haber acomodado a todo el mundo en sus respectivas habitaciones, Justin ofreció a Jace ir a que pudiera echarle un vistazo a sus coches y dar una vuelta a la manzana en el que más le gustase, éste aceptó la propuesta con emoción contenida y finalmente las chicas quedamos solas en mi habitación.
- Vale, os váis a enfadar conmigo por no haberos contado todo esto antes pero en mi defensa diré que me pareció un tema que era mejor dejar para cuando estuviésemos las tres juntas en persona. - comencé diciéndoles mientras me sentaba en la cama junto con ellas.
- ¿Habéis visto sus ojos? ¿los hoyuelos que se le forman en las mejillas al sonreír? Y menudos abdominales, creí que me lo tiraba allí mismo. - suspiró Christina mostrando caso omiso a lo que iba a decir.
Helena le dió un fuerte tirón del pelo que hizo que bajase de las nubes con una breve exclamación y por fin pude disponer de toda su atención. Cogí aire co profundidad para comenzar a relatar paso a paso todos los acontecimientos desde el primer beso en el acantilado de Boston. Les hablé de todo lo que había sido mi vida allí, les informé acerca de Katia y sus trucos, sobre el pasado de Justin, acerca de mi desconfianza sin sentido por sus antiguas costumbres, todo lo que había acontecido en la gala de premios que tuvo lugar la pasada noche, y terminé contando la profunda charla con Justin recién salida de su bañera.
Cuando terminé de hablar había pasado casi una hora y media y mis amigas no habían cerrado la boca ni un sólo segundo desde que comencé. Carraspeé tratando de hacer que mostrasen alguna señal de estar respirando y me encogí de hombros esperando alguna respuesta.
- Lo siento, mi corazón dejó de latir en el momento en el que has dicho que Justin y tú os besásteis. - susurró Helena aún inmóvil.
- ¿Te sabes la dirección de la Zarria esa? - preguntó Christina transformando su expresión en una completamente repulsiva. - Yo la quito de en medio en lo que tardo en decir ''ya esta''.
Solté una leve carcajada negando con la cabeza.
- Se llama Katia, y paso de ella, espero no tener que cruzarmela más, esta en todos sitios. - suspiré y cogí el teléfono móvil de Helena jugueteando con él.- Y aún no sé cómo debo comportarme con Justin, cada vez que estoy con él me siento torpe por no tener claro cómo tratarle, esperaba que vosotras pudiérais ayudarme a decidir si...
- No podemos, _____. - contestó Helena con voz dulce.- No es por que no queramos ayudarte, sólo tú sabes cómo es Justin cuando esta contigo, te han contado su historia pasada, pero estamos al presente, puede que haya cambiado o puede que no, en todo caso tú eres quien ha tenido la ocasión de conocerle, sólo tú vas a poder saber escoger el camino correcto, y estoy segura de que lo harás.
Había cogido mi mano y sonreía inspirándome calma mientras hablaba y asentí decidida dejando que un pequeño suspiro pudiese salir de entre mis labios.
- Estoy con Helen, cuando llegue el momento podrás saber si tomar una dirección u otra. - sonrió Christina. - Y ahora la pregunta que ambas no paramos de repetir en nuestra cabeza y que sólo yo me atrevo a soltar... ¿lo habéis hecho ya?
Ensachó su sonrisa al preguntarme esto último haciendo que despegasemis labios sin poder emitir sonido alguno.
- ¡CHRISTINA! - le regañó Helena quien también parecía mostrar cierto interés por mi respuesta.
Tapé mi cara a la vez que no podía evitar una fuerte risa al verlas a las dos y negué con la cabeza.
- Mira ____ Rose Brooks, si nos lo estas ocultando sólo porque quieres mantenerlo en la intimidad quiero que sepas que lo respet... - hizo una breve pausa haciendo como la que se lo pensaba dos veces y prosiguió.- una mierda, somos tus mejores amigas y es tu primer polvo, estas obligada a contarlo, vamos.
Puse los ojos en blanco y coloqué mi dedo índice sobre mis labios pidiéndole que bajase la voz soltando una leve risa al ver que se hacía la ofendida tras esto último.
- Que no chicas, no he dejado que ocurriese nada, dejad el tema. - reí notando cómo mis mejillas comenzaban a cobrar color.
Alguien nos interrumpió dándo un par de suaves golpes sobre la puerta abierta y me giré sintiendo cómo mi sonrisa se ensanchaba casi automáticamente al verle echado sobre el marco de la puerta cubierto simplemente por un bañador y con una pelota de voley en la mano.
- Perdonad la interrupción chicas, pero ¿os apetece un baño en la piscina? - Justin levantó las cejas dedicándonos una media sonrisa que me fusiló al instante.
- Perdona, es que aún me choca la idea de que estes ahí, ¿sabes que hace unas cuantas semanas estaba acosándote en la puerta de tu hotel? - le preguntó Christina haciendo que Justin soltase una leve risa.

·Narra Justin·
Observaba distraído cómo Jace, Chaz, Ryan y Alfredo discutían las reglas del partido de volley que íbamos a librar contra las chicas en la piscina mientras acariciaba el borde de mi vaso suavemente con mi dedo índice pensativo cuando escuché sus voces llegar del interior de la casa. Me volví para mirarlas y entreabrí mis labios sin ser consciente al apreciar la figura de ____ en bikini. Pasé mi lengua sobre mis labios observando casi hipnotizado sus piernas mientras caminaba y fui levantando poco a poco la vista admirándola y apartando rápidamente la vista al ver que se acercaba. Me dispuse a levantarme de mi hamaca cuando de pronto ella ya corría de la mano de Christina hacia la piscina y se zambullía en el agua salpicando a los chicos que comenzaron a reír descontrolados.
Sonreí para mí mismo, esa chica era especial, cada cosa que hacía y que definía su forma de ser provocaba que cada vez me sintiera más y más atraído por ella, aunque la simple idea de volver a tener que mantener una relación a distancia me repelía.
Me dí cuenta de que Helena se acercaba caminando por detrás con una toalla en el brazo y me acerqué rápidamente a ella bajando el tono de mi voz.
- Oye, ¿sabes ya cómo lo haremos mañana? - sonreí y cogí su toalla llevándola hacia la hamaca de mi lado.
Ella abrió un poco más los ojos recordando y me señaló con el dedo a la vez que andaba a mi hamaca sentándose en ella.
- Claro, se me olvidó decírtelo, esta noche hablaremos con Ryan y Alfredo para que nos ayuden a organizarlo, pero necesitamos que la saques de casa como unas... tres o cuatro horas, ya te iré avisando yo por mensajes. - me explicaba mientras yo tomaba asiento a su lado y bebía un nuevo sorbo de mi bebida.- Y en cuanto a los invitados... apúntalos y también iré añadiendo personas que me vaya diciendo ____ a lo largo del día, ¿te parece?
Asentí esbozando una amplia sonrisa que pareció valerle a Helena como respuesta y terminé mi bebida levantándome y cogiéndo su mano para que viniera conmigo.
- Venga, vamos al agua. - reí al decir esto último y corrí hacia la piscina dándome impulso en el borde de esta para zambullirme de cabeza.
Al salir a la superficie sacudí mi pelo para lograr quitármelo de la cara y abrí los ojos encontrándola delante de mí con una media sonrisa y alzando una ceja. Sonreí y atrapé su cintura entre mis brazos levantándola y haciéndola gritar y reír al mismo tiempo a la vez que golpeaba mis hombros tratando de liberarse.
- ¡Esta vez no te he hecho nada! ¡Suéltame! - reía mientras me tapaba la cara con las manos impulsándose hacia atrás para soltarse.
Bajé uno de mis brazos logrando agarrarla por las piernas y llevándola en brazos al estilo nupcial mientras ella se removía desesperada sin conseguir librarse de mí. Reí divertido al ver que se cansaba y terminaba rindiéndose.
- Pero tú sabes lo mucho que me gusta jugar contigo en el agua.
No me dí cuenta de lo que realmente había dicho hasta que no vi la expresión de sorpresa de ____ y Chaz comenzó a dar voces a mis espaldas.
- Vale, esto ya se esta volviendo algo más porno, mejor jugamos ya el partido y todos somos felices sin tener que ver escenas que parecen sacadas de El Diario de Noa.
Mi prisionera soltó una leve carcajada soltándose por fin y cogiendo mi pelo entre sus dedos para darme un suave tirón antes de volver con las demás chicas a la otra parte de la piscina dividida por una red improvisada. Giré mi cabeza echando un pequeño vistazo a mi equipo.
- ¿No es algo, por no decir bastante injusto que nosotros seamos cinco y ellas sólo tres? - preguntó Jace haciendo girar el balón unos segundos sobre la punta de su dedo.
-Es cierto, además siendo nosotros tíos, que lo quieras o no, influye. - Ryan esbozó una media sonrisa y se encogió de hombros dedicándole a las chicas una expresión divertida haciéndo que estas se mirasen entre ellas intercambiando pequeñas risas.
- Si queréis juego yo con vosotras, - me ofrecí.- estaremos equilibrados.
- No hace ninguna falta Justin, es un partido chicos contra chicas. - me respondió ____ decidida.
- Sí, además ya es algo personal, es necesidad de callar al machista aquel. - reía Christina mientras Ryan le guiñaba un ojo sonriendo.
- ¿Qué tal si los perdedores son los que preparan la comida después? - propuso Helena mientras estiraba sus brazos.
Me volteé en ese momento para mirar a los chicos arrugando levemente mi nariz mientras mostraba una sonrisa juguetona.
- A mí esto me esta dando mal rollo. - confesé.
- Venga ya Justin, somos cinco contra tres, ellas mismas se lo han buscado. - dijo Alfredo a la vez que se encogía de hombros.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
- Ryan, ¿nos traes más zumo? Se me ha acabado. - le llamó ____ desde la zona de las hamacas donde, junto con las demás chicas, se tumbaba al sol con unas grandes gafas solares.
Ryan suspiró resignado mientras removía la pasta en el interior del cazo y me lanzó una mirada de reproche que hizo que no pudiese evitar una pequeña carcajada. Volví la mirada hacia Chaz y Jace que trataban de preparar la salsa de tomate completamente perdidos sin dejar de mirar las instrucciones de la caja, Alfredo se encontraba un poco más lejos dejando a punto la carne picada sin problema. Cuando se trataba de comida, Alfredo disfrutaba en cualquier situación.
Nos habían dado la paliza de nuestras vidas, tuve que habérmelo imaginado cuando, por cortesía les dejamos sacar primero y nos marcaron en cuestión de segundos con total facilidad. Finalmente nos obligaron a vestir con unos ridículos delantales de cocina.
- RYYYYYYYYYYAN... - insistieron.
Le miré divertido, era graciosa su forma de tomar represarias, él me señaló con el dedo.
- Yo ya he ido dos veces, te toca, Bieber.
Puse los ojos en blanco dirigiéndome al frigorífico de mala gana y tomé el recipiente del zumo saliendo por la puerta corredora de cristal de la cocina que daba al jardín, y atravesando la zona del porche me acerqué a las tumbonas y las observé sonriendo con la botella en la mano. ______ bajó sus lentes dejando apreciar sus ojos y pude distinguir una leve sonrisa juguetona.
- ¿Deseaban algo las señoritas? - pregunté mientras intentaba aguantar mi risa a duras penas.
La sonrisa de _____ se ensanchó al instante mientras me miraba, cosa que me hizo disfrutar el doble de aquel momento. Susurraron algo entre ellas y al rato ví cómo me hacían hueco entre ellas dejando libre una hamaca.
- Pareces sacado de una revista Playboy. - dijo simplemente Christina mirando que iba en bañador y tapando mi torso a medias con el delantal.
Todas comenzaron a reír cuando yo bajé la mirada hacia mi atuendo con una sonrisa divertida y me deshice del delantal tumbándome al sol en la hamaca que habían dejado libre para mí. Al poco rato vino Ryan a avisarnos de que la comida estaba lista y levantó una ceja al verme allí.
- Traidor. - escupió.
- Sólo sé tratar a las mujeres, Butsy. - sonreí burlón sin llegar a abrir los ojos.

jueves, 22 de agosto de 2013

Capítulo 21 - Inalcanzable.

{Capítulo 21}
Sólo podía escuchar el sonido de los latidos de mi corazón mientras apretaba los brazos de mi butaca y clavaba en ellos mis uñas sin importarme lo mucho que les habían costado arreglarlas. Mantenía los ojos abiertos como platos echando poco a poco mi cuerpo hacia delante justo después de ese ''Y el ganador es...''.
Contuve la respiración para que ningún ruido pudiera impedirme escuchar la respuesta.
- ¡JUSTIN BIEBER!
No pude dejar escapar uno de mis grititos de niña estúpida de cada vez que me emocionaba y alcé la mirada viendo cómo Justin se levantaba de su asiento con una sonrisa de oreja a oreja y se fundía en un gran abrazo con Scooter dándole la mano a todos los que le rodeaban. Austin reía desde mi lado al haber presenciado mi pequeño ataque de euforia, iba a volverme para callarle cuando de pronto una mano tiró de la mía y a los pocos sengundos me ví echándole los brazos al cuello a Justin para corresponder a su abrazo mientras le susurraba un ''Felicidades'' al oído.
Le dejé ir para que corriese al escenario en busca de su premio, estaba increíblemente elegante. Echó un pequeño vistazo a la multitud antes de acercar sus labios al micrófono.
- No sé qué decir, muchas gracias a todos, de verdad yo no sé, no tengo ni idea de dónde estaría ahora mismo sin vosotros chicos, hemos ganado este premio gracias a vosotros. - hizo una pequeña pausa levantándo la pequeña pirámide de cristal. - Quier darles gracias a todos mis Beliebers, a mi familia y amigos, a mi equipo, gracias a Brooks, por hacerme sonreír como nadie durante estas semanas, os quiero.
- ¿Quién es Brooks? - pudo escucharse a mi alrededor.
Me había quedado de piedra, ¿en serio acababa de mencionarme en su discurso?
Justin desapareció tras el escenario, giré mi cara para poder preguntarle a Scooter hacia a dónde se dirigía pero me di cuenta de que hacía tiempo que se había marchado. Estiré mi cuello tratando de buscar alguna cara conocida entre la multitud pero no encontré a nadie. Me habían dejado sola, ¿qué se supone que debía hacer ahora? Me levanté preocupada ignorando las preguntas de Austin.
Una dulce música procedente de una guitarra acústica hizo que centrara mi atención en el escenario una vez más y pude sentir cómo mi interior se relajaba casi al instante al verle sonriendo mientras deslizaba sus dedos sobre las cuerdas y dedicaba un par de miradas cómplices a su guitarrista. Rozó sus labios contra la textura del micrófono y su voz inundó todos los rincones del lugar. Reconocí la melodía al instante y la letra resonó dentro de mi cabeza.
'' Déjame contarte una historia acerca de un chico y una chica,
él se enamoró de su mejor amiga, cuando ella estaba cerca no sentía otra cosa que no fuese felicidad,
pero a ella ya le habían hecho daño y eso la cegó, aunque nunca pudo imaginar que aquel amor la trataría bien.''
Noté cómo mi respiración iba realentizándose poco a poco a medida que escuchaba aquella canción y mi piel se erizaba bajo la tela del vestido obligándome a cerrar los ojos para lograr que esa música me envolviera. Rápidamente caí en la cuenta de que me encontraba de pie ante miles de personas que trataban de ver la actuación y tomé asiento volviendo a poner todos mis sentidos en él. Cada letra hacía que le recordara a él riendo justo delante de mí, tragué saliva y sonreí hasta que poco a poco su voz fue apagándose para finalizar su interpretación de ''Fall''.
''Yo te cogeré si caes''
Sonreí uniéndome a los aplausos del resto de los presentes y segundos después el presentador anunciaba que se iba a realizar un pequeño descanso de diez minutos. Aproché la ocasión para levantarme y preguntar a uno de los acomodadores en qué dirección se encontraba el cuarto de baño, me señaló el camino y tras dedicarle una sonrisa de agradecimiento me dispuse a seguirla.
Distinguí la puerta un poco más alejada pero antes de que pudiese caminar hacia ella una mano me agarró por el brazo clavándome en la piel todos sus anillos.
- Oye ven, ¿a dónde vas tan rápido?
Esa voz, no puede ser, otra vez no. Me giré hacia ella con cara de pocos amigos sin molestarme en saludarla, parecía divertirse con ello.
- Sólo quería pedirte perdón si lo del otro día te molestó, no todas tenemos el don de hacer que el mismísimo Justin Bieber se ponga tan contento. - me dedicó una sonrisa con sus blancos dientes que hizo que apretase mi puño conteniendo la rabia.
- Ahórrate los cuentos Katia, Justin ya me lo ha aclarado todo, que se ve que hoy sigues con ganas de liar las cosas. - le reproché sin rodeos.
Ella levantó sus cejas en señal de sorpresa y dejó escapar una suave carcajada. Ví cómo se iba acercando lentamente hacia a mí hasta casi posar sus labios en mi oído para susurrarme muy bajo.
- A ver cuando empiezas a tener claro, niñita, que una don-nadie como tú jamás llegará a atraer a alguien como Justin, eres su nuevo juguete, que se te vaya metiendo en tu estúpida cabecita de mocosa inocente, deja de soñar y despierta, él se divertirá unos días contigo y te dará largas como ha hecho siempre, así que apártate de una vez de mi camino.
Apretaba mi brazo con sus largas uñas a la vez que provocaba que algo dentro de mí se resquebrajara con cada palabra que salía de entre sus labios golpeandome como un mazo, cerré los ojos tratando de contener las lágrimas mientras proseguía.
- ¿De verdad llegaste a pensar que alguien tan insignificante como tú podía conseguir que una persona tan influyente como él se fijara en ti? Por favor, no me hagas reír, quítate ese maldito vestido, suéltate ese estúpido peinado y deja de jugar a los famosillos, porque si pretendes hacer como la que pertenece a este mundillo, estas bastante desencaminada.
En aquel momento alguien interrumpió sus palabras logrando liberarme de su agarre y atrayéndome hacia él, levanté la mirada encontrándome con la expresión furiosa de Ryan.
- No sé quién coño te has creído que eres para ir hablándole así a la gente, pero sólo te digo que como no dejes de soltar mierda vas a acabar fatal, Katia. - la amenazó.
Giré mi cara apoyando mi mejilla en el pecho de Ryan tratando de frenar aquellas palabras que acababa de escuchar y que no paraban de repetirse dentro de mi cabeza. La risa de Katia hizo que me estremeciera una vez más y volví la mirada hacia ella desde los brazos de Ryan.
- Oh no, ya esta aquí el amiguito descerebrado, espero que Justin empiece a echarse otro tipo de amistades antes de que acabéis contagiándole la estupidez.
Los músculos de Ryan se tensaron al escuchar esto último y agarré su brazo tirándo de él para alejarle de ella.
- Ryan, acompáñame a pedir un taxi, necesito irme. - susurré.
- Maldita arpía, vuelve a tu jodida esquina y déjanos en paz de una vez.
Tiraba de su brazo mientras sentía la risa divertida de Katia sobre mi nuca al alejarnos.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Entré en casa dejando las llaves sobre el pequeño cuenco situado sobre la mesita de la entrada, cerré la puerta tras mi espalda y me quedé observando el interior completamente a oscuras. Lancé un pequeño suspiro al aire que terminó convirtiéndose es un suave sollozo, contuve la respiración un par de segundos y mojé mis labios repitiéndome a mí misma que tratara de olvidar todas las palabras que Katia me había dedicado horas antes, me asombraba no haber respondido a aquello, pero me hería demasiado pensar en que lo más seguro es que fuera cierto.
Reuní fuerzas para levantar la cabeza y encender la luz, me dirigí hacia el salón para después adentrarme en la cocina dispuesta a ir a por una lata de refresco, pensé en cómo Ryan había insistido en acompañarme al ver que estaba buscando un taxi para regresar. Estaba completamente histérico, se veía que a él no le había caído muy bien Katia ni desde el principio, me pregunté si alguna vez lo habría discutido con Justin o lo había mantenido en silencio para no causarle problemas. Finalmente, y tras miles de súplicas pidiendo que me dejara ir sola, él había accedido de mala gana volviendo a la gala.
Me estaba poniendo nerviosa, aquella casa era escalofriante por la noche, y mucho más si estaba sola. Anduve por el pasillo para dirigirme en dirección a mi habitación y pasé por al lado de un espejo que hizo que me parase en seco al ver mi reflejo en él.
Con cuidado, cogí una a una todas las pinzas que mantenían el recogido y fui deshaciendo mi peinado hasta quedar como siempre. ''Una don-nadie como tú'', sus palabras volvieron a resonar en mi cabeza haciendo que mi corazón se empequeñeciera un poco más y tragué saliva y continué caminando hasta subir las escaleras.
Paré en seco al pasar por al lado de la habitación de Justin y me quedé observando el interior con cierta curiosidad.
''Aún falta como hora y media para que vuelva'' pensé.
Vacilé un poco antes de adentrarme en el cuarto y me dirigí hacia su vestidor, abrí las puertas para encontrarme con algo completamente increíble.
- Dios. -susurré a la vez que abría mis ojos como platos.
Aquello era un auténtico centro comercial, era gigantesco y contenía ropa a montones, debía haber toneladas, ¿qué clase de adicción tenía este chico? Entré para ver a mi derecha varios estantes repletos de zapatillas de toda clase de colores, yo no sabía si reír o asustarme y decidí salir rápido dejándolo todo como estaba.
Conteniéndo mi risa me paseé por el resto de la habitación hasta dar con otra puerta cerrada, que al abrirla sólo me llevó a más sorpresas, abrí mi boca al presenciar la enorme bañera que había frente a mí con decenas de botecitos con sales aromáticas, colorantes para el agua y cosas por el estilo. El diseño era precioso, me acerqué lentamente paseando mis dedos por el borde y no me lo pensé dos veces. Abrí rápidamente el grifo dejando que agua cálida se fuera amontonando en el interior y me acerqué al espejo para poco a poco ir desprendiéndome de mi vestido. Me acerqué nuevamente a la bañera mirando uno por uno todos los botes y escogí el aromático de lavanda esparciéndolo por todo el agua echando un poco mas tarde algo de gel para que lentamente fuese formando espuma a lo largo de la superficie.
Me quité rápidamente la lencería abandonándola sobre el vestido y poco a poco fui introduciéndome en el agua sintiendo cómo mis músculos liberaban la tensión contenida. Me tumbé bocarriba jugando con la espuma entre mis dedos.
Fui cerrando los ojos muy lentamente recordando todo lo que era mi vida antes de haberme metido en todo aquello.
Mis amigos, mi tía y mi primo, casi no había hablado con ellos desde que me fui, al principio la noticia de la adopción había sido dura, pero el haberme mantenido aislada de aquello me había ayudado a superarlo, da igual que no fuese algo biológico, ella me había criado, por lo tanto era mi familia. Pensé en él, en John, lo echaba de menos, él había sido mi única relación en serio, y aunque al final las cosas hubieran salido mal, no podía evitar los buenos recuerdos que había compartido con él.
Recordé una tarde que pasamos de picnic junto al río, había hecho un día precioso de risas y momentos compartidos, no sé por qué pero daría lo que fuese por volver a vivir un día como aquel, tranquilo, alejada de todo problema, despreocupada y sobre todo feliz.
Aunque mi vida había dado un giro completo en las últimas semanas, había hecho cosas que ni en mis sueños más descabellados podría haber imaginado, y con gente increíble, le había conocido a él, pero eso no idicaba que aún pudiese regalarle mi confianza, no soportaría que volviesen a fallarme.
- ¿Qué obsesión tenéis todos con mis bañeras últimamente?
Me giré sobresaltada cuando aquella voz interrumpió mis pensamientos y le ví justo delante de mí, con la chaqueta abierta, la corbata aflojada en su cuello y la camisa por fuera de los pantalones. Sus manos descansaban en el interior de sus bolsillos y él, con el pelo revuelto dándole un aspecto más salvaje, me dedicaba una expresión divertida con media sonrisa a la vez que apoyaba su peso contra el marco de la puerta. Dí gracias a Dios a que el agua se encontraba cubierta de espuma blanca que conseguía hacer que mi cuerpo no fuera visible desde el exterior.
- Dios Justin, ¡largo de aquí! - le grité de pronto sumergiéndome aún más en el agua.
- ¡Pero esta es mi habitación! - se defendió haciéndose el ofendido. - Vete tú.
- ¡He dicho que fuera! - tapé lo que pude con un brazo y con el otro comencé a salpicar agua en dirección a él para conseguir espantarlo.
- ¡_____!, para, lo estas poniendo todo perdido. -reía a la vez que retrocedía para salir del cuarto de baño. Cerró la puerta rápidamente para ponerse a gritarme desde el otro lado. - Buena elección con la lavanda, es mi favorita.
- Te odio. -respondí a la vez que me aseguraba de que no volvía a entrar saliendo torpemente de la bañera y descolgando una toalla que había en una percha un poco más alejada para colocármela alrededor del cuerpo.
Lentamente salí del cuarto de baño encontrándome a Justin doblando la ropa que había vestido anteriormente. Le observé desde detrás, tenía el torso desnudo y se había puesto unos anchos pantalones bajos de pijama que dejaban apreciar el borde de sus boxers Calvin Klein negros. Su espalda era ancha y bien definida, y se distinguía un pequeño tatuaje de un indio sobre su omóplato. Me quedé mirando a aquella especie de dios griego que se alzaba delante de mí completamente embobada y por un segundo me imaginé arañando aquella fuerte espalda mientras la hacía sudar sobre mí.
Sacudí mi cabeza con nerviosismo tratando de apartar aquellos extraños pensamientos de mi cabeza y cuando volví a abrirlos, Justin se había dado la vuelta y me admiraba de arriba a abajo con una estúpida sonrisa.
- ¿Qué estas haciendo aquí? - le pregunté haciendo que sus ojos volviesen a centrar la atención en los míos.
- Me has quitado la pregunta de la boca. - sonrió divertido a la vez que caminaba despacio hacia a mí.
- Quiero decir, ¿la gala no finaliza hasta dentro de una hora o así? ¿has salido en la mitad? - me senté sobre el colchón de su cama levantando la cabeza para poder mirarle.
- Así es, tendremos que esperar hasta que lleguen los demás para saber quién ha ganado la apuesta. - se sentó a mi lado echando os brazos hacia atrás para apoyarlos mientras me miraba. - Ryan ya me puso al día de lo que ha pasado, pensé que necesitarías estar con alguien.
Cerré mis ojos al recordar todas las palabras que Katia me había dedicado aquella noche y lancé un leve suspiro rehuyendo su mirada a la vez que tragaba algo de saliva. Pude notar cómo su brazo iba rodeando lentamente mi cintura y me removí incómoda.
- Mira, sé que te ha dolido, pero no debes creer una sola palabra, _____. - hizo una breve pausa antes de añadir. - Me refiero a que, tú si pintas en todo esto, ya eres parte de mi mundo por así decirlo, y yo fui quien te llevó a esos premios porque eres mi amiga y estabas allí para apoyarme, así que no vayas a sentirte fuera de lugar sólo porque una zorra ha decidido que hoy le toca joderte a ti, ¿comprendes? Yo la conozco, y cuando se le antoja algo no para hasta conseguirlo, por eso ha ido a hacerte daño, las cosas que ha dicho no puede creérselas ni ella misma, y otra cosa...
Volví mis ojos hacia a él conteniendo mi respiración.
- En la vida se me ocurriría dañarte a ti.
Me estremecí al completo tras escuchar esto último y pasé mi legua sobre mis labios para humedecerlos llamando así la atención de Justin sobre ellos. Me levanté de la cama casi movida por un resorte y carraspeé dirigiéndome a la puerta.
- Será mejor que me ponga algo. - dije simplemente.
Justin asintió de mala gana volviendo a desviar la trayectoria de su mirada y me apresuré en llegar a la puerta parando en seco al escuchar su voz una vez más.
- ¿Puedo hacer un cometario sobre esas piernas?
No pude evitar que una sonrisa asomara en mi rostro y negué con la cabeza sin mirarle a la vez que desaparecía en el pasillo.

domingo, 18 de agosto de 2013

Capítulo 20 - Inalcanzable.

{Capítulo 20}
A lo largo de la historia del mundo, incluso puede que un poco antes de que el hombre llegara a él, nunca ha faltado ese maldito sentimiento, el miedo.
Algunos reconocerán la palabra miedo cuando por ejemplo les ponen un examen por delante, cuando ven que personas que les quieren estan a punto de sufrir por ellos, cuando necesitan decir con total urgencia ese ''te quiero'' que aún no ha sido revelado a nadie.
El miedo puede ser aquello que esta presente al ver todo lo que tenemos en contra, cuando piensas que no hay una jodida persona sobre la faz de la Tierra que este de acuerdo contigo, entonces es cuando llega el estado de soledad.
Desde un punto de vista personal diría que el error más grande lo cometes cuando, por temor a equivocarte dejas de actuar abriendo camino a los demás entre tus debilidades.
Ahí va otro consejo de esta pesada, no esperes que las cosas a las que aspiras vengan de la nada hacia a ti, nunca permitas que alguien sienta el derecho de anularte, no abandones los sueños por miedo, porque eso es lo único que verdaderamente quedará con nosotros para siempre.
Y pasemos a ese tipo de miedo al que sigo sin verle una solución definitiva, el miedo de poder confiar en una persona. Si no arriesgas no ganas, se suele decir, pero ¿qué pasa cuando tienes un 90% seguro de que no vas a ganar y continúas intentándolo sólo porque confiar en esa persona sería lo mejor que te pueda pasar?
La vida en la mayoría de los casos nos toma por desconfiados, muchas veces con razón pero muchas veces sin ella, esto es aún más cierto si hemos experimentado alguna vez el sentimiento de traición. Sinceramente el tema de regalar mi confianza a una persona es lo que se dice, mi miedo principal.



- No vayas a morderme a mí también, por favor. -suplicó Ryan a la vez que me conducía con los ojos tapados al interior de la casa de Justin.
- No creo... ¿te lo ha contado? - abrí mi boca con sorpresa poniendo mis manos sobre las de él tratando de no tropear con nada bajo mis pies.
- Gracias por firmar mi sentencia de muerte Butler, fue un placer ser tu mejor amigo. - Justin nos seguía por detrás soltando alguna que otra risotada de vez en cuando al vernos caminar de forma tan torpe.
Cuando por fin dejaron libre mi campo de visión lo único que pude hacer fue quedarme completamente inmóvil, levanté la cabeza para apreciar el alto techo con una gigantesca lámpara de araña que colgaba e iluminaba la impresionante escalera hacia el piso superior, tan sólo había visto la entrada.
Justin me cogió por la mano para hacerme un tour por la casa, me comenzó mostrando su enorme salón con todo tipo de comodidades, me paseó por la cocina con su multitud de tecnologías, me guió hacia el jardín, con una impresionante piscina que se complementeba con unas cuantas tumbonas al lado, anduvimos durante Dios sabe cuánto tiempo por los largos pasillos y fue mostrándome una por una todas sus habitaciones.
- ¿Te va gustando? - me preguntó mientras seguía haciéndome de guía llevándome con su dedo índice enroscado en el mío.
- ¿A cuánto vendes los mapas? - sonreí inocente.
Justin soltó una sonora carcajada tras esto último y me metió en el interior de una de las habitaciones, era raro, hasta ahora sólo les había echado un vistazo rápido desde la puerta.
Paseé la mirada por el interior de la habitación, contenía otros dos cuartos internos, un vestidor y un cuarto de baño individual, se podían apreciar algunas guitarras especiales para zurdos en una esquina descansando, había cuadros colgados por las paredes mostrando los premios que habían recibido algunos de sus álbumes, una camiseta oficial de hockey del equipo de los Toronto Maple Leafe firmada por los jugadores.
Caminé despacio hacia la cama de matrimonio que se situaba en mitad de la habitación y ojeé los marcos de fotos sobre la pequeña mesilla, cogí uno en el que se podían distinguir a un par de niños rubios sonriendo con la boca llena de helado.
- Son mis hermanos. - distinguí su voz cerca de mi oído y giré la cabeza para encontrar su cara por encima de mi hombro observando la foto con cierta nostalgia.
- ¿Por qué no vas a Canadá y les haces una visita? - propuse.
Él levantó uno de los marcos en el que se podía apreciar la foto de cuando era más pequeño acompañado por un señor más mayor, sonreí para mis adentros al reconocerle, era Bruce, su abuelo, había hablado sobre él multitud de veces en sus entrevistas. Justin limpió con la mano restos de polvo que había sobre el cristal volviendo a apoyarlo en la mesilla.
- Hace mucho que no voy, ni tengo tiempo, la gira continuará después de los Estados Unidos hacia Europa, aunque hay un mes de descanso, pero Scooter siempre los utiliza para ensayar, así que no creo que pueda verles.
Repasé con la mirada todas las fotos que había sobre la pequeña mesilla  y agarré su brazo poniéndome de puntillas para lograr alcanzar su mejilla depositando un suave beso sobre ella. Respondió a esto con una pequeña sonrisa.
- Vamos, voy a enseñarte tu habitación, esta al lado por si necesitas algo.

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- Voy a meter la pata Helena, estoy cien por cien segura...
Mi taxi callejeaba entre las anchas calles de Los Angeles a toda velocidad, aquella tarde Justin me había enseñado dónde debía dejar que me peinasen y me preparasen para estar presentable en los premios y no había dejado de liarla durante toda la tarde debido a los nervios.
Habían ondulado y entrelazado mi cabello haciendo que terminase en un precioso recogido con varias perlas de adorno, conseguí que me quemaran con la planca unas seis veces, pero luego llegó el maquillaje, que no sé ni cómo lograron terminar, no dejaba de moverme haciendo que desviase la trajectoria del lápiz de ojos, había provocado la caída de mi pintalabios que por poco no echa a perder el vestido, pero finalmente el acabado fue increíble hasta para mí.
Conseguí calmarme cuando acercaron un espejo de cuerpo entero y pude apreciar todo lo que habían hecho en mí, jamás imaginé que algún día vestiría algo como aquel traje, mis ojos estaban perfectamente perfilados con una fina línea negra que se acompañaba por una brillante sombra de ojos. Mis labios a juego con el vestido se veían de un intenso carmín que realzaba mucho más su grosor, y los pequeños mechones que caían en débiles tirabuzones del reogido me hacía sentir como en una película de cine, dí una media vuelta girando mi cabeza para ver mi espalda al descubierto, me encantaba.
''Necesitas tranquilizarte, vas a estar genial, no pararé de buscarte en la televisión y es que MADRE MÍA, ES QUE MI MEJOR AMIGA VA A SALIR POR LA TELE ACOMPAÑANDO A JUSTIN, Y VAS A CONOCER A MILES DE PERSONAS INCREÍBLES ALLÍ Y TE VA A ESTAR VIENDO EL MUNDO ENTERO Y...''
 - ¡SUFICIENTE! Te llamé para que me tranquilizaras, ¿recuerdas? - noté cómo mi corazón se había disparado con cada palabra que Helena pronunció.
''Es verdad, es verdad, lo siento, perdón...''
Puse los ojos en blanco aún sabiendo que estaba hablando con ella por teléfono y no podría verlo.
- Ya estoy llegando, aih mi madre, todos me estan esperando a mí, qué verguenza. - logré divisar a Scooter, Ryan, Chaz, Alfredo y Justin, todos vestidos de traje a unas manzanas más alejadas del recinto donde los premios tendrían lugar.
'' ____, escúchame, sólo será esto: vas a entrar ahí, vas a sonreír, vas a ser amable, y sobre todo vas a ser tú misma, disfrutarás de la experiencia y del espectáculo, tú imagina que sólo es una de las actuaciones de nuestro instituto, ¿de acuerdo? Y nos vemos mañana, cariño.''
Tragué saliva al escuchar esto último y asentí dándole las gracias a Helena, ella y su maldita forma de calmarme con tan sólo un par de palabras. Colgué el teléfono móvil en cuanto el taxi aparcó y salí de él llamando la atención de todos los que allí me esperaban.
- La hostia puta, estas impresionante. - dijo Ryan sin dejar de desplazar su mirada sobre mí.
- Me encanta cuando te pones caballeroso Butsy. - sonreí divertida a la vez que agachaba la mirada al darme cuenta de que Justin estaba mirándome con los ojos abiertos como platos.
Llevaba un sofisticado esmoquin negro y lograban distinguirse su camisa blanca adornada con una corbata del mismo color que la chaqueta y los pantalones, el toque de color lo daba el pequeño panuelo que sobresalía de su bolsillo exterior del mismo color de mi vestido.
- Vaya... estas muy...diferente a como sueles vestir. - pude decirle despertándolo de su trance.
- Lo mismo puedo decir de ti. - me dedicó una de sus irresistibles sonrisas mientras ofrecía su brazo gentilmente para que lo agarrase. - Vosotros váis en el siguiente entonces, nos vemos para la actuación.
Tras despedirnos me condució a un pequeño y coqueto Audi color negro abriéndome la puerta trasera y ayudándome a entrar sin arrugar mi vestido, él hizo lo mismo poco después y ambos nos quedamos pendientes de todo lo que se veía tras la ventanilla hasta que finalmente nos colocaron frente a la alfombra roja.
- ¿Preparada? - me preguntó Justin con un bajo tono de voz apretando mi mano, ni me había dado cuenta de que la tenía agarrada.
Yo asentí tratando de llevar mi respiración a un ritmo más normal mientras le veía salir del coche provocando que miles de gritos que venían acompañados por multitud de flashes cayeran al mismo tiempo sobre él. Mi turno.
Salí del coche entre todo aquel estruendo uniéndome a Justin y caminamos juntos a lo largo de la kilométrica alfombra que para mí parecía no tener fin.
El paseo tardó más de lo que esperaba ya que tenía que ir acompañando a Justin y parándome cada vez que él decidía parar a fimar autógrafos o a responder a alguna que otra pregunta. Observaba a mi alrededor on una expresión que mezclava la sorpresa con la desorientación cuando entonces escuché mi nombre a gritos desde la otra parte de la alfombra.
Sonreí al divisar las camisetas con la cara de aquel chico que había logrado engancharme a su voz y atravesé el camino color carmín para reunirme con aquel pequeño grupo atrapado por las vallas.
- ¡_____! ¡Hazte una foto con nosotras, por favor! - me gritaban.
No dudé en acercarme a ellas para reunirme desde el otro lado de la seguridad metálica a su reducido grupo poniéndome en medio y posando con caras divertidas acompañadas por el signo de ''paz'' con mis dedos. Las fui abrazando una a una sin darme cuenta de lo mucho que estaba sonriendo en aquel momento.
- Dile a Justin que le amamos. - me pidió una de ellas.
- Yo también las amo. - dijo alguien a mi espalda.
Al ver las caras de mis nuevas amigas supe al instante de quien se trataba.
- No te separes de mí, vamos a entrar de una vez anda, esto es un caos. - susurró a mi oído a la vez que tomaba mi cintura con su brazo alejándome de las vallas.
Nos adentramos en el interior del recinto posando delante de los carteles patrocinadores de aquellos premios, yo aún no sabía ni qué era lo que estaba haciendo allí, no me sentía cómoda frente a tantísimas cámaras, pero traté de tranquilizarme y sonreír para todas ellas.
Sabía que terminaría en rumores, rumores que realmente eran ciertos, pero intenté no pensar demasiado sobre ello, había ido allí para pasar un buen rato y apoyar a Justin, fuera problemas por una noche.
Abrí más los ojos en cuanto la idea se me pasó por la cabeza y agarré la cintura de Justin pegándome más a él y abriendo mucho la boca finjiendo cara de sorpresa mientras le señalaba, para que la gente viese que aún recordaba quién era yo.
Justin comenzó a reír tapándo su cara y me hizo una señal con la cabeza para que nos fuéramos a tomar asientos cuanto antes. Asentí conteniendo mi sonrisa burlona y le seguí hacia la zona de las primeras filas, conseguimos encontrar a Scooter sentado junto con el presidente de Def Jam Records, la discográfica de Justin y tomamos asiento a su lado.
- Estoy nominado a cinco, hagámos apuestas. - me propuso levantando una ceja.
- Mmmm, hagámoslo interesante, si pierdes, subes una foto a instagram con un tutú rosa, si pierdo hago lo mismo con tus pantalones del Super Mario Bros.
- Eso no vale, tu foto mola. - frunció el ceño poniéndose serio de repente.
- Bueno, pues me pintas la cara con rotulador. - ofrecí rindiéndome y sonriendo al ver que aceptaba de buena gana. - Yo digo que ganas tres.
- Yo digo que cuatro... -no pudo evitar una sonrisa juguetona mientras estrechaba mi mano con la suya cerrando la apuesta.
- Hola, perdona, ¿tú eres cantante? ¿actriz? ¿estas nominada?
Una dulce voz llamó mi atención desde la butaca de mi lado y me giré para lograr ver a un chico de pelo castaño y revuelto con unos lindos ojos verdes que vestía de chaqueta y me dedicaba una hermosa sonrisa.
- ¿Yo? ¿cantante? - hice un ademán de reírme al escuchar aquello.
- Lo siento, te ví tan bonita y pensé que estarías aquí por ello. - dijo sin rodeos uniéndose a mis carcajadas.
Dejé de reír sin saber qué responderle y noté que comenzaba a ruborizarme casi instantáneamente. Qué directo.
- Vaya... gracias. -pude decir antes de que Justin me apartara un poco hacia el lado para poder introducirse en la conversación.
- ¿Qué piensas de mí? ¿También estoy guapo?
- Pues... - balbuceó el chico al darse cuenta de a quién tenía delante.
- ¡JUSTIN! - le regañé frunciendo el ceño con una expresión de reproche.
Éste volvió a erguirse en su asiento mordiendo el interior de su mejilla con cara de fastidio dirigiendo su mirada hacia el escenario.
- Perdona, ¿es que estáis saliendo? - me preguntó bajando un poco el tono de su voz con apuro.
Me giré para ver que Justin había vuelto a centrar su atención en nosotros y esperaba mi respuesta con cierta curiosidad. Sonreí para mis adentros y mordí mi labio tratando de contener mi diversión volviendome de nuevo hacia aquel chico.
- Pues al parecer no, no lo estamos. - respondí sin rodeos soportando las ganas de girar mi cabeza para contemplar su expresión.
- Oh... bueno, en todo caso, soy Austin. - me tendió la mano estrechándola con la mía.
- Yo soy ____. -respondí amablemente. - Estoy aquí de acompañante, ¿y tú?
- Pues no estoy nominado a ninguna categoría, pero me invitaron y aquí estoy. - se encogió de hombros y pude advertir cierto nerviosismo en su cara.
Se notaba que era nuevo en aquello, traté de traquilizarle contándole que yo también estaba inquieta y hablamos sobre cómo había comenzado su carrera musical cuando de pronto las luces se apagaron y el escenario se iluminó dándo comienzo a la gala.
Justin pasó de repente su brazo por encima de mis hombros tirándo de mí hacia él y dejé escapar una leve risa sacándomelo de encima. Me dedicó una mirada de fastidio y yo levanté una ceja terminando por negar con la cabeza entre risas.
- Eres como un crío. - le dije al oído para que pudiese escucharme por encima de la voz amplificada del presentador.

Capítulo 19 - Inalcanzable.

{Capítulo 19}
- ¿Qué tal vas?
Justin había encontrado una pequeña colina un poco más lejos que nos había dado algo de cobertura pero no la suficiente para llamar, así que había tenido que subir a sus hombros para buscar algo más de cobertura y ahora nos balanceábamos mientras yo le agarraba con fuerza por el flequillo para evitar caerme.
- Nada, tal vez sea porque las cop...espera, ¡dos rayas de golpe! vuelve a la derecha, a la derecha, se me ha ido, ¿dónde vas?
- ¡A la derecha! - me contestó a duras penas mientras se movía de un lado a otro sosteniéndome.
- Pues a la otra derecha, juraría que estaba... ¡aquí! ¡para, para!
- Eso no será un problema... ¿quieres dejar de tirarme del pelo? Suele excitarme pero esta vez no sé cómo no me has dejado calvo ya. - se quejaba mientras yo tecleaba rápidamente el numero de Ryan ignorando su comentario colocándome el móvil en la oreja.
''¿Hola? ¿Dónde estáis? Llevamos esperándoos más de media hora, moved vuestro trasero de vuelta o Kenny se va a...''
- ¿Ryan? ¡Ryan! Escucha, tenemos que hablar rápido porque casi no hay cobertura, estamos perdidos, empezamos a andar recto desde nuestro punto de despedida y hay como una especie de zona rocosa formando una montaña y a la derecha un claro donde casi no hay árboles, justo al lado hay una pequeña charca con el agua muy limpia y... Justin, la mano.
- Es que te ibas a caer para atrás. - se defendió mientras soltaba una pequeña carcajada mientras apartaba su mano de mi trasero.
- Llama a Kenny y díselo también, venid cuanto antes porque empieza a picarme toda la cara y necesito tomarme la medicina, además Justin tiene una herida.
- Nos cruzamos con una bestia. -levantó la voz para que Ryan fuera capaz de oírle y yo di un fuerte tirón de su flequillo. - ¡Ah! Joder, qué agresiva.
''Vamos ahora mismo hacia allí, quedáos donde estáis, Nora y yo ya vamos, Fredo esta llamando a...''
Un continuo pitido me avisó de que se había cortado la conversación telefónica y aparté el altavoz de mi oreja mirando la pantalla.
- No hay cobertura, pero dicen que ya vienen hacia aquí, bájame. - me quedé mirándole agachándo mi cabeza y él esbozó una pícara sonrisa que no me gustó un pelo.
- Pídeme perdón antes por haberme tirado del pelo como si fuera un caballo poco domado, y si lo haces te bajo. - propuso retándome.
Exhalé un pequeño suspiro poniendo los ojos en blanco en señal de desesperación y volví a erguirme tirándole una vez más del pelo sonriéndo satisfecha por mi pequeña osadía.
- Tú lo has querido. -contestó antes de ponerse en marcha hacia el pequeño arroyo que terminaba en una charca de aguas tibias y calmadas.
Mi corazón comenzó a latir más rápido al darme cuenta de lo que se traía entre manos y le cubrí la cara con mis brazos agarrándome a él con fuerza negando con la cabeza.
- No Justin, de acuerdo, lo siento mucho, lo siento, de verdad, no lo hagas, no volveré a tirarte del pelo, Justin que me aseguro de que no puedas tener hijos, no vayas a... - no me dio oportunidad de acabar la frase, se agachó soltándo mis piernas y dejando que cayera sobre la superficie del agua salpicando y haciendo que toda la calma de aquel lugar se viera destrozada.
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(Al día siguiente)
·Narra Justin·
- ¿Cuánto te falta, tío?
Revisé de nuevo mi maleta asegurándome de que no faltaba nada por recoger y fui hacia la otra punta de la habitación sacando el esmoquin del armario con cuidado de no arrugarlo. Me puse frente a Ryan que me observaba tumbado desde la cama con una bolsa de patatas fritas y cambió su expresión de aburrimiento en cuanto vio el traje.
- Para los premios. -le aclaré. - ¿Qué te parece?
- Diferente a lo que sueles llevar. -respondió incorporándose un poco. - ¿No hablaste con RyGood sobre los pantalones con las cremalleras y la chuppa de cuero negro a juego?
Colgué el esmoquin en el espejo para que se lo llevaran cuando fueran a recoger las maletas  y cogí un peine tratando de hacer que mi pelo se viera algo mejor.
- ____ me dijo que hacía mucho que no me había visto vestir normal para unos premios. - reí al darme cuenta de lo que acababa de decir.- Así que voy a darle la sorpresa.
Me volví hacia Ryan al ver que no me contestaba y le encontré sentado en la cama con una ceja levantada y una estúpida sonrisa.
- ¿Qué? - le pregunté acercándome para quitarle la bolsa de patatas.
- Ver para creer, el gran Justin Bieber colado hasta los huesos por una chica, ¿no solía pasar al revés?- carcajeó tirando de mi camiseta para sentarme en la cama a su lado echándome el brazo por los hombros susurrando. - Bueno y ahora dime, ¿cómo es ésta en la cama?
- Cuando te pones a decir gilipolleces no hay quien te aguante Ryan, no es para tanto. - aproveché que me dejaba caer en la cama para darle una fuerte colleja amistosa en la cabeza.- No lo sé.
- Ya claro, escúpelo o te dejaré la cara peor de lo que la tenías hace una semana.
- Que aún no he hecho nada con ella. - insistí a punto de estallar en carcajadas.
- Justin, ¿qué nos prometimos cuando nos empezaron a dejar a ir a los clubs de noche? - se quedó en silencio esperando una respuesta por mi parte y prosiguió al ver que lo único que obtuvo fue una mirada vacilante por mi parte. - Que ibamos a hablarnos con detalle sobre todos nuestros polvos por muy famosa que fuera la nena, ¿recuerdas a esa modelo que era de Texas? La que iba con esas botas tan raras, la del estilo vaquero.
Hice una mueca de asco arrugando la nariz mientras saboreaba un par de patatas que había sacado de la bolsa.
- Intentaba olvidarlo, pero gracias por recordármelo.
- Vamos, no seas muermo, soy tu mejor amigo, tengo derecho a esa información.
Me levanté dejando la bolsa de patatas sobre la sábana y me dirigí al cuarto de baño de al lado cogiendo mi cepillo de dientes.
- No te esoy mintiendo Butsy, ella dice que prefiere ir despacio. - le explicaba mientras mojaba el cepillo metiéndomelo en la boca comenzando a lavarme los dientes mientras me apoyaba en el marco de la puerta del baño observándole con diversión contenida.
- ¿Y desde cuando tú vas despacio, cabroncete? - le ví reír mientras me tiraba una almohada que esquivé al ir a enjuagarme la boca.
Al terminar me senté en el sillón de enfrente doblando mi espalda para apoyar mis antebrazos sobre las piernas mirando al suelo pensativo.
- Yo también me lo pregunto.
Nuestra conversación se vio interrumpida por el fuerte golpe de la puerta al abrirse de golpe, Ryan y yo giramos la cabeza en aquella dirección rápidamente sin explicarnos qué era lo que estaba pasando hasta que le vimos.
- Puta puerta que no se abría. -se escuchó desde fuera.
- ¡CHAAAAAAAAAAAZ! -gritamos ambos casi al unísono.
Me levanté de un salto del sillón corriendo hacia él para poco después fundirnos en un fuerte abrazo, Ryan saltó sobre nosotros uniéndose y al segundo los tres estabamos abrazándonos como si alguno de nosotros fuese a morir mañana.
Chaz Somers era otro de mis amigos de Canadá, había estado allí desde el principio sin fallarme y venía a estar conmigo cada vez que le era posible, hacía demasiado tiempo que no le veía. Estaba más alto que la última vez, su pelo castaño le había crecido ocultando su frente.
Cuando por fin nos separamos volvimos a tomar asiento para poder charlar tranquilamente.
- Pero ¿no sabías que venía? - me preguntó Chaz divisando la bolsa de patatas en una esquina de la cama y levantándose en seguida para ir a por ella. - Le dije a Ryan que...
- Es verdad, que tenía que avisarte. - apuntó éste rascándo su barbilla.
Negué con la cabeza medio riéndo y le di una fuerte palmada a Chaz en la espalda.
- ¿Qué tal la chica esa que era la nueva mujer de tu vida? ¿Cómo se llamaba? - miré a Ryan con cierta diversión. - ¿Emily? ¿Amie?
- No, Amie fue la mujer de su vida de cuando la cena de Acción de Gracias, ¿no te acuerdas? Se atribuyó medio pavo para ella sola. - me recordó señalando a Chaz. - No vuelvo a meter a más novias tuyas en mi casa cuando se trata de comidas familiares, que mal rato.
- Ashley... se llamaba Ashley. - dijo éste mientras frotaba los sus ojos tratando de aparentar fastidio. Finalmente no pudo evitar dejar escapar una leve risa.- Cómo os gusta sacar el cajón de mierda.
- ¿Qué pasó al final con ella? No me quedó claro cuando nos lo contaste. - me levanté del sillón riendo para dirigirme a la pequeña nevera de la habitación sacando tres cervezas y las repartí entre todos.
- Era una guarra. - contestó simplemente mientras trataba de abrir la lata de cerveza sin derramarla.
- Esa es la explicación que tiene para todas sus rupturas. -abrí mi cerveza y me senté dando un largo trago.
- Tío, ¿te has dado cuenta de que todas las novias que has tenido contienen una ''A'' y una ''E'' en su nombre? - casi gritó emocionado Ryan abriendo mucho sus ojos sonriéndole a Chaz que por poco no se atraganta con su bebida.
Comenzamos a reír sin parar al escuchar esto último mientras Ryan trataba de hacerse el serio.
- De verdad, estan Amber, Kate, Catherine, Jessica, Anne, Chelsea, ¿quieres que siga?
- No, por favor... - le suplicó Chaz escondiéndose tras su bebida.
- Cameron, Elizabeth, Scarlett, Bella. - decía Ryan mientras yo estaba al borde de un ataque.
Sin poder soportarlo un segundo más, Chaz se levantó y derribó a Ryan de un salto tirándolo al suelo y comenzándo a pelear con él a modo de juego, yo los observaba desde mi asiento riendo, aunque la risa me duró poco.
- ¡AH JODER! ¡PARA, PARA! - comenzó a gritar Ryan frenando los puños de su contrincante.- ¿Sabes que Justin esta enamorado?
Chaz se giró hacia a mí con cara de estar presenciando el mismísimo apocalipsis. Estaba perdido.

·Narra ____·
Bajé del autobús que nos había llevado desde el hotel hasta el aeropuerto de Boston tratando de no ser aplastada por mis propias maletas. Pude haber pedido a Nora y Anna que me ayudaran pero creo que su equipaje era el doble de gigantesco que el mío.
No podía creer que fuera a hacerlo, iba a viajar a Los Angeles, una de las ciudades más increíbles de todo Estados Unidos, siempre había soñado con visitar aquel sitio e iba a hacerlo a lo grande. Aún seguía sin asimilarlo.
Nora alargó su brazo sosteniendo su iPhone en lo alto para hacernos una foto, al momento las tres sonreímos para la cámara.
- Venga chicas, decir ''California''. - nos dijo haciendo que estallarmos en carcajadas antes de tomar la foto.
Continuamos arrastrando las maletas siguiendo al resto del equipo que se nos había adelantado. No había visto a Justin desde que nos encontraron en el bosque, y al subir al autobús tampoco, pero Anna me había explicado que el equipo se había dividido para ser transportado entre dos autobuses, así que lo más seguro era que llegase más tarde.
Nos adentramos en el gigantesco aeropuerto de Boston y fuimos directos a facturar nuestras maletas cuando unas grandes y cálidas manos cubrieron mis ojos tapándo mi campo de visión al completo. Segundos después noté cómo me susurraban al oído, aquella voz la conocía demasiado bien.
- ¿Me echabas de menos?
Me volteé casi al momento echándole los brazos al cuello para abrazarle con todas mis ganas soltando una pequeña risa, él respodió a mi abrazo rodeando mi cintura y presionándo mi cuerpo contra el suyo durante unos largos segundos a la vez que hundía sus dedos en mi pelo acariciándolo con suma delicadeza.
- En absoluto. -respondí finalmente al separarme de él tratando de ocultar mi sonrisa. -Estaba disfrutando de la calma y la tranquilidad, ¿sabes?
- Pues siento comunicarte que en el sitio al que vamos no podrás tener de eso ni un segundo, - me dedicó una media sonrisa que hizo que me estremeciera al completo. - sobre todo si vas conmigo.
- Aunque no fuera contigo, el hecho de que mis amigos viniesen conmigo también supodría le pérdida total de paz y tranquilidad, así que... - me encogí de hombros a la vez que pasaba mi lengua sobre mis labios humedeciéndolos.
Justin se quedó mirando el gesto y carraspeó levemente mirando a mis dos compañeras que contemplaban la escena conteniendo la risa a duras penas.
- ¿Os la puedo robar un momento? Tengo que ir a presentarle a una pers... -ellas asintieron con energía en mitad de la frase y cuando quise darme cuenta Justin volvía a arrastrarme en mitad del aeropuerto hacia la sala de espera para el embarque.
Conseguí divisar a Ryan, Alfredo y otro chico sentados de espaldas a nosotros, pero antes de que pudiera llamarlos de una voz el fuerte brazo de Justin tiraba de mi mano haciendo que nos metiéramos en una de las puertas reservadas para el personal.
Encendió la luz, el armario para los productos de limpieza.
- ¿Qué estas haciendo? - reí al verme metida en aquel lugar sin sentido ninguno.
- Yo sí te echaba de menos. - me dijo simplemente.
Dejé de reír poco a poco al escucharle y me quedé colgada del color miel de sus ojos que cada vez estaban más cerca de mí hasta que chocó suavemente su frente contra la mía haciendo que pudiese sentir su respiración a tan sólo un centímetro de distancia.
Justin separó un poco su cara para poder apartar un mechón de pelo que caía sobre la mía.
- Vendrás conmigo en el vuelo, ¿verdad? - me susurraba a la vez que contemplaba mis labios entreabiertos.
Sentí que la curiosidad podía conmigo y negué muy lentamente con la cabeza mientras le dedicaba una pequeña sonrisa juguetona esperando a ver cual sería su reacción.
Él frunció el ceño haciendo un pequeño mohín que provocó que me derritiera en tan sólo cuestión de milésimas de segundo, cogió mi barbillaobligándome a levantar la cabeza y miré sus ojos logrando apreciar el deseo que guardaban.
Atrapó mis labios con los suyos haciendo inevitable que mis ojos se cerraran para lograr disfrutar de la sensación hasta el último segundo, las mariposas volvieron a crecer dentro de mí y casi pude escuchar los fuegos artificiales. Trataba mis labios con delicadeza mezclando lo dulce con lo intenso y una vez más pude sentir su cálida lengua colándose entre mis labios para unirse a la mía en un perfecto baile que hizo que perdiera al completo la respiración dejándome llevar por él.
Tras unos segundos lentamente fue separándose de mis labios provocando un pequeño chasquido entre ellos al despegarse y dejándome completamente sin aliento delante de él.
- Vendrás conmigo en el avión, ¿verdad? -me repitió provando suerte una vez más.
Pasé la lengua por encima de mis labios tratando de guardar el sabor que los suyos habían dejado con su paso y me encogí de hombros provocando una pequeña carcajada por su parte.
Salimos del cuartillo no sin antes asegurarnos de que nadie podía darse cuenta y caminamos de nuevo hacia la sala de espera saludando a los chicos.
Justin me presentó a su viejo amigo Chaz Somers que pareció maravillado conmigo sin ninguna razón, en cuanto me vió vino rápidamente a saludarme mientras Justin ponía los ojos en blanco al presenciar la escena. Un chico bastante cariñoso, he de decir.
Nos sentamos finalmente todos a esperar ya que el vuelo se había retrasado unos minutos. Finalmente terminé por colocarme mis cascos.
Cerré los ojos para que aquella voz lograse llenarme por completo disfrutando de cómo conseguía estremecerme por cada nota que entonaba y controlé el impulso de sonreír aumentando más el volumen. Apoyé mi cabeza sobre el hombro de Ryan notando que el cansancio comenzaba a poder conmigo y luché porque no me terminara venciendo. Algo me ayudó a terminar de espabilar sacudiéndome para que cambiara la dirección de mi cabeza.
No me hizo falta abrir los ojos para saber que se trataba de Justin sentado a mi lado al que no le había gustado un pelo que hubiese escogido el hombro de Ryan antes que el suyo.
- Eso en mi mundo... se le llama ''estar celoso'', ¿sabes? -repetí las mismas palabras que él mismo me dedicó hace unos días encerrados en el ascensor y no pude evitar esbozar una sonrisa burlona al escuchar su leve risa sobre mí.
- ¿Eso que oigo es One Time? ¿Qué haces tú escuchando al niñatejo mimado ese? -bromeó cambiando de tema radicalmente al advertir la canción procedente de mis cascos.
Aquello hizo que me fuera imposible contener una pequeña carcajada mientras le agarraba por el brazo acomodándome sobre su hombro exhalando un profundo suspiro.
- Ni una palabra más o te mando a donde yo me sé, Bieber.

Capítulo 18 - Inalcanzable.

{Capítulo 18}
·Narra Justin·
- Cuando entré ella ya estaba allí, y yo estaba en toalla porque... -me quedé unos segundos en silecio mirando mi reflejo. - No... me quité la ropa para dormir, no sabía que Katia andaba por mi habitación.
Estampé mi cara contra la palma de la mano con desesperación y al momento mi teléfono móvil comenzó a vibrar en la mesa del espejo, lo cierto es que no tenía ganas de hablar con nadie. Apoyé mis manos sobre la pequeña mesa de madera y giré mi cabeza hacia el enorme balcón de mi habitación, hacía un día estupendo ahí fuera, sin embargo tenía la misma sensación que solía experimentar cuando era pequeño y me pasaba los días encerrado en mi casa de Stratford por culpa de la enorme cantidad de nieve en las peores épocas del año.
- Entré y me la encontré desnuda.
Encogí los hombros mientras me observaba a mí mismo y pude apreciar las pequeñas ojeras que se hacían visible bajo mis ojos, había pasado la noche en vela comiendome la cabeza sobre qué hacer.
Mi móvil comenzó a vibrar por enésima vez, finalmente lo recogí mirando el SMS.
De: Ryan Butler
"Te estamos esperando para desayunar, baja"
"Mueve tu jodido trasero de la cama y ven a desayunar, no me dejan empezar si no estamos todos"
"QUE BAJES YA, HOSTIA."

Resoplé guardando el teléfono en uno de los bolsillos traseros de mi pantalón y eché un último vistazo al espejo, las heridas iban mucho mejor, con un poco de suerte casi no serían visibles en los premios.
Sacudí mi cabeza y dí los últimos retoques a mi pelo delante del espejo, debo actuar con normalidad, si ve que para mí no resulta un tema muy relevante, lo más seguro era que ella con el tiempo pudiera tomárselo igual. Un minuto más tare ya estaba saliendo de la suite.
Por el pasillo me crucé con Scooter que caminaba a la vez que mantenía conversación con otros dos hombres a su lado. En cuanto me vió pasar agarró mi brazo haciendo que parase.
- Oye Justin, quería hablarte de una cosa. - bajó el todo de voz a medida que hablaba y pude distinguir una leve sonrisa. - Hoy les he dado el día libre a los del equipo y se han puesto de acuerdo en hacer algo juntos, muchos de ellos se han negado pero pienso que te iría bien ir de senderismo con el otro porcentaje, van a ir dirección al río atraesando el bosque que hay al noroeste de la ciudad, ¿sabes de cual te hablo?
Asentí recordando la noche anterior en el pequeño acantilado e inconscientemente pasé mi lengua por encima de ambos labios humedeciéndolos.
- Estaría bien, hace tiempo que no hago ese tipo de cosas, me recuerdan a Canadá. - sonreí contagiando a Scooter.
- Perfecto, yo lo hablo con el personal para que podáis salir todos juntos esta tarde, y nos vemos por la noche chico. - concluyó dando na fuerte palmada sobre mi hombro.
Tras despedirme de él en el pasillo continué mi camino hasta llegar a la sala de reuniones, ahora convertida en comedor gracias a mi equipo, pude distinguir Ryan, Fredo que empezaron a aplaudirme al verme aparecer mientras _____ reía a la vez que Nora charlando animadamente.
Como si nada hubiese pasado, Justin.
Me acerqué decidido hacia ella y pasándo por detrás, me agaché para depositar un suave beso sobre su mejilla a la vez que esbozaba una pequeña sonrisa con los ojos cerrados. Nada ocurrió. Para cuando quise abrirlos ya era tarde, ____ sostenía su vaso de leche en la mano que no dudó en lanzar sobre mi cara empapándome por completo en tan sólo cuestión de segundos.
Me aparté casi en seguida escupiendo el líquido que se me había colado en la boca distinguiendo de fondo las risas descontroladas de Alfredo y Ryan mientras secaba mis ojos.
- ¿DÓNDE MIERDAS TENGO YO LA CÁMARA EN MOMENTOS COMO ESTE? - decía Alfredo casi ahogándose por la risa.
Eché un nuevo vistazo viendo cómo _____ salía a paso ligero por la puerta, miré a Nora con los ojos muy abiertos mientras ella tapaba su boca con la mano encogiéndose de hombros. Finalmente suspiré y tomé asiento junto a Ryan que me ofrecía una servilleta aún riendo.
- Joder Justin, menuda leche que te han dado. - tras decir esto último, Nora y Alfredo estallaron en nuevas risas mientras yo adoptaba una expresión de impaciencia mordiendo el interior de mi mejilla.
- Biebs, cariño, ¿quieres que te llene el vaso?- me ofreció Nora, pero antes de que pudiese contestarla prosiguió. - Mejor que no, veo que ya estas servido.
La gracia continuó durante todo el desayuno.

(Horas más tarde.)

- Muy bien, vamos a hacer recuento chicos, ¿lleváis todas las cosas?
Kenny revisaba la lista de nombres de quiénes habíamos accedido a ir, y para mi sorpresa _____ estaba entre ellos, se había pasado todo el viaje en las filas de delante con algunas bailarinas tras rechazar numerosas de veces la oferta de Ryan de venirse con nosotros al sillón más grande de detrás del autobús que nos había recogido.
Trataba de encontrar una buena forma de sentarla y explicarle todo lo que había ocurrido en realidad, pero sonaba todo tan malditamente ridículo que ni yo mismo me hubiera creído.
- ¿Y a aquella qué le pasa? - el brazo de Ryan me rodeó el cuello sacándome así de mis pensamientos. - ¿Te parece si nosotros vamos por libre, tío?
Le miré sin poder evitar una sonrisa divertida mientras me lo sacaba de encima dándole un puñetazo amistoso en el hombro.
- ¿Quiénes somos ''nosotros''? - pregunté cargando mi mochila al hombro en cuanto Kenny me la pasó.
- Pues Fredo, Anna, Nora, ____, tú y yo. -me explicó señalando en la pequeña masa de bailarines a las chicas.
Presté más atención al escuchar su nombre entre uno de los miembros del grupo y me quedé mirándola con los labios entreabiertos, tal vez pudiera conseguir que se parase a escucharme si nos encontrábamos entre menos gente.
- Ryan tienes que ayudarme. -dije simplemente volviéndome hacia él que ahora me miraba extrañado. - Bueno, antes te lo tendré que contar todo desde el principio.
Aproveché la pequeña confusión del recuento para alejarle un poco conmigo y comencé a relatarle los hechos desde la comida en Gino's y pasando por el acuario y el baño con los delfines para después contarle con detalle todo lo que había ocurrido en los acantilados hasta llegar al incidente provocado por Katia. Ryan me miraba inexpresivo mientras hablaba y se rascó la barbilla con la pequeña pelusilla a la que él llamaba barba.
- ¿Y no te tiraste a Katia? - negué con la cabeza decidido ante su pregunta. - Venga ya Bieber.
- Que te estoy diciendo la verdad, capullo, se coló en mi habitación y en cuanto terminé de hablar sobre los amigos de _____ sobre su cumpleaños...
- ¿Cumpleaños? ¿De quién? ¿Dónde esta la tarta? - me interrumpió una voz a mis espaldas.
Alfredo nos rodeó el cuello a Ryan y a mi con sus brazos apareciendo en medio de los dos con su tan épica sonrisa.
- El de Brooks. -contesté en voz baja sin pensarlo.
- ¿Quién cojones es...?
- Cállate, te va a escuchar. -todos volvimos la mirada hacia _____ y Nora que estaban sentadas en un pequeño tronco compartiendo auriculares y evaluando la música del móvil de mi bailarina. - El caso es... que tenéis que ayudarme a que no le quede más remedio que escucharme, ¿alguna idea?
Miré a Ryan que se quedó pensativo durante unos segundos mientras Alfredo nos miraba a ambos como si estuviese presenciando un partido de tenis completamente perdido.
- ¿Alguien me explica qué esta pas...? - no le di tiempo a terminar la frase, le tapé la boca sin piedad sin dejar de mirar a Ryan que tenía los ojos hacia el infinito sin hacer el más mínimo movimiento.
- Creo que tengo una idea. - nos dijo finalmente provocando que pusiera toda mi atención en lo que iba a proponer.
- Habla.

·Narra ____·
Accedí a acompañar a mis amigos a una excursión a parte de los más adultos aún teniendo que compartir aire con el estúpido de Justin, me había dicho a mí misma que si quería que él viera lo poco que me afectaba todo aquello tenía que comportarme de manera normal con todos aunque ello supusiese estar a su lado, quería que supiera que si a él todo aquello le resvalaba, a mí el doble.
Habíamos acordado en separarnos en aquel mismo claro donde el autobús iba a esperar durante todo el día y volver a reunirnos por la tarde sobre las siete que era cuando comenzaba a oscurecer. Vimos que Ryan nos hacía señas para que avisaramos a Kenny que era el responsable aquella tarde y Anna se levanto desde mi lado dirigiéndose hacia él.
La acababa de conocer hoy pero ya me llevaba genial con ella, Anna era una de las mejores bailarinas de la gira según Nora, y una de las más guapas, desde que se unió ya había roto bastantes corazones, aquello me hizo preguntarme si Justin ya lo habría intentado con ella. Sus ojos eran verdes con largas pestañas que los hacían el doble de bonitos, su pelo rubio caía sobre su espalda formando perfectos tirabuzones en las puntas que chocaban con sus caderas al andar. Sinceramente me extrañaba que no tuviese novio, era una chica alegre y graciosa y me había aliviado saber que también venía con nosotros, ya que así tendría más posibilidades de evitar a Justin todo lo que quedaba de día.
Una vez que tuvimos la aprobación por parte de Kenny nos pusimos en marcha adentrándonos todos juntos entre los árboles.
Reíamos mientras Nora y Justin trataban de impovisar sobre la marcha la letra de una canción acerca del bosque que estaba quedando cada vez más ridícula y con menos sentido mientras Alfredo creaba el ritmo con su boca.
Anna subía a las espaldas de Ryan dejando que éste le llevase a cuestas un largo trecho del camino.
- Uno de sus corazones rotos. - me susurró Nora desde mi lado cuando se dió cuenta de que les observaba.
- ¿Ryan? Si es un gran chico, ¿por qué le rechazó? - pregunté sorprendida volviendo la mirada hacia ella.
Nora se encogió de hombros haciendo un mohín y negando con la cabeza.
- Desde que la conozco nunca la he visto con pareja, quizás sea algún asunto personal, igual le asustan las relaciones en serio, le pasa a mucha gente. - me explicó.
No pude evitar que el nombre de Justin pasara por mi cabeza en aquel momento, me giré hacia él y le pillé mirándome a la vez que reía seguramente por algo que le habría contado Alfredo. Aguanté aquella mirada con seriedad haciendo que poco a poco él fuera borrando su sonrisa y finalmente rompió la conexión visual declarándome vencedora.
- Oye, esperad, ¿y si jugamos a algo? - nos paró Ryan dejando a Anna en el suelo.
Justin y él se dedicaron una corta mirada acompañada por una débil sonrisa.
- ¿Jugar? ¿A qué? - pregunté algo confusa.
- Se trata de... -intentó explicar.
- Es algo que se acaba de inventar y que veo una auténtica pérdida de tiempo. - le interrumpión Alfredo con una ceja levantada cruzándose de brazos.
Nora le dio un suave empujón para que le dejase hablar y volvimos a centrar la atención en lo que tenía que decir.
- Por equipos de dos personas cada uno, debemos ponernos de acuerdo para buscar un objeto, a ser posible difícil de encontrar, y el primer equipo que se haga con él podrá permitirse imponer una prueba a los equipos perdedores. -reía a la vez que miraba a Anna que le observaba insegura. - Y no es por nada, pero allí cerca hay un río helado en el que me apetece bastante ver gente en ropa interior sufriendo.
Todos estallamos en carcajadas al escuchar aquello último pero mi risa se vio ahogada por la petición de Alfredo.
- Para que la cosa este igualada hagamos que cada equipo se componga por un chico y una chica, Nori. -sonrió abriéndole los brazos a mi compañera que puso los ojos en blanco llendo con él y echándole un brazo por detrás del cuello mientras reía. - Los futuros vencedores.
- Me parece bien. - asintió Ryan que giró la cabeza hacia Anna tendiéndole la mano. - Rubia, ponte tú conmigo y Justin y ____ que vayan juntos.
Lo sabía.
Clavé mi mirada de pocos amigos en Ryan que al verla se apresuró en comenzar el juego.
- Temenos que empezar encontrando la pluma de un ave... de color azulado, ¿os parece?
Todos asintieron quedando de acuerdo y segundos después nos dividíamos tomando diferentes direcciones.
Me giré viendo a Justin observarme con una estúpida sonrisa en la cara y tras exhalar un profundo suspiro haciendo notar mi disconformidad con todo aquello y cruzándome de brazos comencé a caminar por delante de él adentrándome entre el follaje.
Escuchaba los pasos de mi compañero a mis espaldas siguiéndome en silencio mientras yo buscaba por el suelo tratando de encontrar la dichosa pluma para poder terminar cuanto antes. ¿Cómo podía tener el descaro de besarme, acostarse con otra chica justo al regresar al hotel y ahora mirarme a la cara sonriendo, todo ello en un periodo de veinticuatro horas?
Me contuve para no volverme y estampar mi mano contra su cara por segunda vez. No entiendo por qué me tocan a mi los chicos más descerebrados.
Mantuvimos el ritmo durante unos diez minutos cada vez más alejados de nuestro punto de encuentro y me dí cuenta de que no estaba prestando ninguna atención a encontrar el objeto por el cual me había metido en aquello.
- ¿Sabes por dónde estas llendo? Porque yo simplemente te estoy siguiendo, si nos perdemos es cosa tuya. - escuché a mis espaldas.
Iba a contestarle cuando mi móvil comenzó a vibrar en mi bolsillo haciendo sonar la canción Stuck In The Moment y quitándome al completo mi imagen de dura. No quería mirarle, sabía que estaba sonriendo y que se reía de mí en silencio.
Saqué mi teléfono rápidamente apagando la alarma que mostraba el pequeño recordatorio ''pastillas''.
- Mierda... - cerré los ojos al recordarlo.
- ¿Qué ocurre?
- Mis medicinas contra la alergia, las metí en el saco que llevaba Kenny para acordarme después de tomarlas pero me olvidé completamente. - levanté la mirada hacia él que me miraba con cierta preocupación. - No me suele ocurrir mucho, pero cuando salgo al campo o a sitios donde hay mucha vegetación a veces me hinflo como un globo debido a...
Paré al apreciar que cambiaba su expresión a una totalmente divertida y resoplé volviendo a caminar hacia el lado contrario con intención de ir a buscar al resto del equipo.
- Eh, no, espera, perdona es que eso tiene que ser algo digno de ver. - le escuché reír mientras me agarraba del brazo al ver que no me detenía. - Oye para, necesito hablar contigo, estoy llendo en serio.
Le ignoré sin parar de caminar entre la maleza y sentí cómo forzaba mucho más su agarre provocándome una mueca de dolor.
- ¿Es que para ti no significó nada el beso de ayer? - me preguntó de repente.
Aquello sí me hizo parar girándome casi movida por un resorte mirándole con total desprecio y una vez más me veía a mí misma conteniéndome por no marcarle la mejilla de un bofetón.
- ¿Cómo te atreves a preguntarme eso precisamente tú?
- Tengo todo el derecho a preguntarlo, y si me dejaras explicarte lo que ocurrió lo comprenderías tú también. - bajó el tono de su voz acercándose un poco más.
Guardé unos segundos de silencio tratando de descifrar su expresión pero finlmente me dí por vencida continuando mi marcha.
- Gilipollas.
Justin puso los ojos en blanco suspirando con desesperación y volvió a correr detrás de mí para alcanzarme agarrando mi muñeca y tirando de ella logrando voltearme hacia él haciéndome quedar muy cerca de su cara. No tuve tiempo de replicar ya que al instante él había deslizado su otra mano a mi mejilla sosteniéndo mi cara y se había lanzado rápidamente a mis labios comenzando a besarlos con una dulzura casi inimaginable. Caí rendida dejándome llevar por su textura cerrando los ojos sin ser consciente de ello y respondí a su beso con la misma delicadeza. Giró lentamente su cabeza dándome un mejor acceso a su boca, poco a poco subí mis manos hasta su pecho agarrándole por la camiseta para mantenerle cerca de mí cuando entonces sentí cómo bajaba su mano desde mi cintura trazando lentamente una trayectoria que terminó en mi trasero e hizo que abriera los ojos de golpe.
Sin pensármelo dos veces le empujé con todas mis fuerzas apartándole de mí y rompiendo nuestra preciada conexión provocando que diera un traspié y cayera sentado al suelo.
- Ah... joder, menudo golpe. - se retorció.
 Me tapé la boca mirándole en el suelo pensando que tal vez había sido demasiado agresiva y me agaché con intención de tenderle la mano para poder levantarlo.
- ¿Estas bien? - pregunté vacilante.
Agarró mi mano con firmeza y tiró de ella provocando que cayera al suelo casi al instante sintiendo cómo ponía todo su peso sobre mí sentándose y agarrándome por las muñecas presionándolas contra el suelo inmovilizándome. Traté de deshacerme de él y quitármelo de encima pero mientras más resistencia mostraba, más fuerte me sostenía contra el suelo.
- ¡Justin! ¡Quita de encima! -luchaba por mi libertad bajo su cuerpo tratando de escabullirme pero cada vez resultaba más imposible. - ¡Pareces un maldito crío de tres años! ¡SUÉLTAME!
- Cuando te tranquilices y quieras hablar sobre el tema me levantaré. - me dijo tranquilamente.
- ¡SOCORRO! - se me ocurrió gritar provocando una leve sonrisa de diversión por parte de mi opresor. - ¡¡AYUDA!!
Rápidamente Justin soltó una de mis muñecas tapándome la boca para evitar que continuara, no tardé nada en clavar mis dientes con todas mis ganas en su cálida mano haciendo que él la retirara a la velocidad de la luz gimiendo de dolor.
- HOSTIA, MALDITA CABRONA, ME HAS MORDIDO. - llevó la única mano con la que me retenía a la marca que le había dejado.- ¡PARA DE UNA VEZ!
Esta vez sí obedecí contemplando la escena en silencio tumbada bajo él sobre la tierra completamente inmóvil esperando.
Cuando por fin pareció más calmado observó su mano enrojecida y me miró con una expresión que estaba entre la sorpresa y la rabia, finalmente se puso en pie devolviéndome mi preciada libertad y me ayudó a levantarme sacudiéndose el polvo de los pantalones.
- Vamos a sentaros en las rocas aquellas... si quieres... - dije con un tono apenas audible sin saber muy bien cómo debía tratarle ahora.
Para mi sorpresa se tomó bien mi propuesta ya que comenzó a caminar hacia donde había indicado sentádose en una de las enormes piedras clavadas en el suelo y se giró hacia a mí haciendo un rápido movimiento con la cabeza para que le acompañase.
Vacilante, anduve con lentitud hacia las rocas sentándome en la que había a su lado y examinando su mano desde la distancia. Recordé entonces de que llevaba un pequeño paquete de pañuelos en mi bolsillo y rápidamente lo saqué tendiéndole uno para que pudiera limpiar la herida.
- Necesito que te pares a escucharme y esto termine antes de que puedas acabar conmigo. - me pidió aceptando el pañuelo y colocándolo sobre la marca.
Asentí aún en silencio bajando la mirada sintiendo que era lo menos que podía hacer y me dispuse a oír su explicación de los hechos.
- Si te digo la verdad hacía mucho que nadie me hacía sentir como tú lo hiciste anoche, me refiero a que con un sólo beso... me gustó, no sé si tú sentiste lo mismo pero... - parecía que le costaba reconocerlo y arrastraba las palabras a duras penas. - Eres importante para mí y yo nunca dejaría que nadie te dañase, y mucho menos yo mismo, ¿comprendes? Me has demostrado que puedo poner toda mi confianza en ti y necesito hacer lo mismo contigo.
Poco a poco fui levantando mi mirada hacia él con todos mis sentidos puestos en lo que me estaba diciendo, apreté el paquete de pañuelos dentro de mi mano al ver que proseguía.
- Anoche cuando estabamos volviendo al hotel, después de dejarte en tu cuarto regresé al mío y me tiré en la cama, estuve con el móvil un rato y después fui al baño. - me estremecí temiendo lo que podía venir después de aquello pero mantuve la mirada puesta sobre la de él.- Te prometo, te juro que ella ya estaba allí cuando entré, se había colado en mi habitación y se había metido en mi bañera, ____, tú misma fuiste testigo de lo que te dijo tras la actuación en el Garden. La eché n cuanto ví lo que pretendía y ella se marchó, y fue cuando tú saliste de tu cuarto, pero te prometo que...
- Basta, suficiente. - interrumpí tragando saliva. - No entiendo por qué te pones así, tú eres libre de enrollarte con quien te de la gana, yo ni entro ni salgo en ese tipo de decisiones.
- Yo me pongo así por la misma razón por la que tú te has enfadado tantísimo por ello. - respondió mientras se volvía a acercar a mí.
Guardé silencio tras aquello último y me quedé mirándole casi durante un minuto. Estaba en lo cierto, no podía reprocharle aquello.
- Entonces ¿me explicas por qué ibas medio desnudo?
- En verano duermo en ropa interior. -contestó haciendo que me sintiera como una completa estúpida.
Pude pronunciar un pequeño ''Ah...'' y desvié la mirada notando cómo mis mejillas me traicionaban comenzando a enrojecerse.
- ¿Confías en mí? - me preguntó simplemente haciendo caso omiso de que acababa de ruborizarme en sus narices.
Le miré, tenía los ojos clavados en mí y su expresión era seria, algo confusa asentí mojando mis labios y terminé por mirarle esbozando una diminuta sonrisa, no me estaba mintiendo.
- Confío en ti.
Al escuchar aquello soltó una larga bocanada de aire como si se hubiera sacado un gigantesco peso de encima y me sorprendió acogiéndome entre sus brazos regalándome un fuerte abrazo que por poco no me deja sin respiración. Sonreí correspondiéndole a aquel gesto y nos quedamos así durante unos segundos, tenía mi mejilla apoyada en su hombro y logré distinguir ese olor que tanto me gustaba mientras rodeaba su cuello con mis brazos.
- Por fin, ha sido duro, he salido herido pero finalmente he conseguido explicártelo. -sonrió burlón a la vez que se iba separándo de mí y se ponía en pie.
- En mi defensa diré que te has puesto un tanto extremista con la escenita del agresor y demás. -levanté una ceja mirándole desde abajo provocando que su sonrisa se ensanchara.
- Lo que tú digas pero llévanos de vuelta, el mordisco esta empezando a escocer. - dijo en un tono de reproche.
- Ya... en cuanto a eso... -me levanté mordiendo mi labio inferior sin aber cómo decirle y miré hacia ambos lados.- No sé donde estamos.
Añadí una leve risa tratando de quitarle hierro a la situación pero no pareció servir de nada, Justin abrió los ojos como platos y echó un rápido vistazo a su alrededor volviéndose de nuevo hacia a mí con media sonisa.
- Haz el favor de dejar la broma, conmigo esas cosas no funcionan.
- Es que no entiendo por qué soy yo la que tiene que saber orientarse, tú eres el que ha venido aquí cientos de veces. - traté de defenderme.
- Pero sólo he ido hasta el acantilado, es el único camino que sé de memoria. -alzó el tono de su voz.
- ¿Cómo? te recuerdo que cuando llegamos estabas a lo subidito sin parar de decir ''me sé este bosque como la palma de mi mano blah blah blah...'' -traté de imitar su voz en esta última frase haciendo que Justin se viera aún más irritado.
- Joder, sólo intentaba impresionarte, no sé ni cómo cojones te lo tragaste, este sitio es gigantesco.- Arrugué mi nariz mirándole sin saber siquiera cómo tomarme aquello y sacudí la cabeza. - Tú decidiste ir en cabeza, eras la que tenía que aprenderse el camino.
- ¿DESDE CUÁNDO? - me desesperé.
Justin apretó su mandíbula cerrando los ojos tratando de calmarse y me tendió la mano.
- Saca tu móvil, llama a Ryan, rápido.
Obedecí sin saber que no me quedaba otro remedio y suspiré impaciente mientras revisaba la pantalla de mi teléfono. Mojé mis labios levantando la mirada hacia sus ojos temiendo cualquiera que pudiera ser su reacción y me quedé en silencio hasta que él se encogió de hombros.
- Sin cobertura.