domingo, 15 de diciembre de 2013
Capítulo 47 - Inalcanzable.
RECOMENDACIÓN (muy muy muy muy recomendado) : Descargad la canción UNCOVER de Zara Larsson y no escuchadla hasta el momento que salga en este capítulo, se hace muchísimo más bonito, igual hasta consigo que soltéis alguna lagrimita. ;)
{Capítulo 47}
Estaba despierta, pero aún no había abierto los ojos, sentía que aún era demasiado temprano y me dije a mí misma que debía volver a dormirme para no despertar a Justin. Su olor estaba por todas partes, adoraba dormir en su cama, me sentía mucho más cómoda allí hecha un ovillo y a su lado, además adoraba despertarme y escuchar su respiración calmada mientras él... un segundo, no escuchaba nada.
Traté de colocar mi brazo sobre él pero éste calló sobre el colchón y por fin abrí los ojos confirmando su ausencia. Me incorporé sobre el colchón desperazándome durante unos segundos y echando un vistazo a aquella habitación, hoy era el último día que pasaba aquí.
Una fuerte oleada de decepción me recorrió por completo pero me di cuenta de que debía disfrutarlo como fuera y a ser posible no tener en cuenta que al día siguiente tenía que coger un vuelo para irme a Canadá.
Noté la textura de mis labios seca como si fuese papel de lija y pasé mis labios sobre ellos observando las guitarras que había colgadas en la pared, mi mirada se detuvo una vez más en la cómoda de al lado de la cama, la que tenía tantas fotos de su familia y cogí una en la que Jazmyn y Jaxon salían tirándose sobre Justin que sonreía dulcemente a la cámara. Volví a sentir ese pequeño pellizco de compasión, cuando llegase a Canadá lo primero que haría sería contactar con Pattie para ver si podía conocer a los hermanos pequeños de Justin.
Mi móvil vibró desde la mesilla de noche en la otra punta de la cama, aún no había mirado ni la hora que era, tampoco tenía idea alguna de dónde podría estar Justin. Atravesé la cama gateando hasta llegar a mi teléfono móvil y lo cogí cegádome con el brillo de la pantalla durante unos segundos hasta acostumbrarme.
''1 mensaje de Justin''
Miré la hora, las 9:24, era muy raro que Justin hubiese salido de la cama tan temprano. Fruncí el ceño temerosa de que el mensaje pudiese contener alguna mala noticia, algún motivo por el cual no poder estar con él el último día, sin embargo lo que leí me extrañó aún más.
''Hoy tus pies caminarán por algo un poco más agradable que el suelo a primera hora de la mañana, ¿no tienes hambre?
- J.''
- Este chico desvaría... - susurré para mí misma arrugando la nariz y releyendo de nuevo el mensaje por si lo había comprendido mal, aquello no tenía ningún sentido.
Dirigí a mirada entonces hacia la puerta, estaba cerrada, y mis ojos percataron algo bajo esta que no había estado ahí durante la noche, eran, ¿pétalos?
Seguí con la mirada el camino que había desde la puerta hasta los pies de la cama hecho exclusivamente con pétalos de rosa y una leve sonrisa asomó en mi rostro, no me lo podía creer.
Mi sonrisa se intensificó al comprender y bajé de la cama hundiendo los pies entre los pétalos. Sin pensármelo mucho más comencé a seguir el camino que Justin había marcado y abrí la puerta viendo que éste continuaba por el pasillo. Caminé sobre la suavidad de aquellos pétalos hasta el final del pasillo que daba al balcón-terraza con vistas a la playa donde había tenido mi pequeña charla con Jace antes de que mis amigos se fueran. Salí al exterior y encontré una pequeña mesa cubierta por un mantel azul claro y con un pequeño florero que contenía un par de margaritas, una jarra llena de lo que parecía ser zumo de naranja y dos vasos sobre ella. De pronto, Justin salió al exterior después de mí vestido con un pequeño delantal blanco que le quedaba ridículo y a la vez adorable, llevaba en ambas manos dos platos cada uno con una pequeña torre de tortitas.
- Buenos días preciosa, ¿te apetece desayunar? - preguntó dejando ambos platos sobre la mesa y apartándo una de las sillas para ofrecerme asiento.
Me miró con una pequeña sonrisa y me derretí instantáneamente, ¿cómo era posible? ¿de verdad se había tomado tantas molestias por mí?
Sólo pude dejar escapar una risa de lo más estúpida antes de acercarme a él y agarrarle por la camiseta dándole un dulce beso sobre los labios, gesto que acogió al instante correspondiéndolo con un poco más de pasión. Me separé poco a poco para sentarme y acercarme a la mesa mirando el desayuno con una amplia sonrisa.
- Con sirope de arce, para que nos sintamos un poco más cerca de nuestro hogar. - rió besando mi mejilla desde atrás. - Espero que sepan bien, o el tío de ese programa de cocina se habrá quedado conmigo.
Mordí mi labio riendo y me giré para mirarle.
- ¿Te he dicho ya que eres increíble?
Realmente lo era, mi chico detallista y perfeccionista, cada vez conseguía que le quisiera aún más aún cuando parecía imposible seguir creciendo. Me abrazó por detrás y cogió el poco de nata que había sobre la pequeña montaña de tortitas para adornar el plato y me la puso sobre la nariz riendo de esa forma tan tierna que me volvía completamente loca. Yo giré mi cara frotando mi nariz contra su mejilla y limpiando la nata para después llevármela de su cara a besos. Al cabo de un rato por fin dejé que Justin se sentara frente a mí, desayunar escuchando el sonido de las olas era algo digno de vivir, y más si era a su lado.
- ¿Tienes algo que hacer hoy? - le pregunté mientras devoraba mi plato con ganas.
- Sólo una cosa, y requiere toda mi atención. - él sonrió al ver que aquella respuesta me había provocado cierta decepción de lo que yo pensaba que iba a decir. - Pasar contigo cada segundo, es bastante importante, así que nada podrá interrumpirlo, ni si quiera Scooter, seremos sólo tú y...
- Tío, el pasillo esta lleno de mierda, que sepas que yo no he sido. - irrumpió Ryan aún con los párpados pegados señalando el camino que me había hecho Justin.
Éste cogió aire cerrando los ojos con impaciencia mientras su amigo volvía a entrar en la casa tambaleándose.
- Ryan... - suspiró Justin echándose el pelo hacia atrás.
Yo reí divertida cogiendo la jarra de zumo para vertirlo en nuestros vasos.
- Es lo más bonito que han hecho nunca por mí, Justin, me has dejado completamente sin palabras. - susurré.
Él esbozó una sonrisa mirándome con infinito cariño.
- Pues no es nada comparado con lo que te espera quedándote a mi lado.
~
Por segunda vez en aquella semana, me encontraba frente al mítico estadio de Staple Center, siempre que lo veía de frente se me quedaba la boca abierta admirándolo, lo cierto es que imponía bastante. Me removí sobre mi asiento incómoda y miré a Justin que conducía relajado adentrándose en el aparcamiento. Eran las doce de la mañana, sería raro si nos dejaran entrar.
- ¿Por qué me has traído aquí ahora?
- No paras de hacer preguntas, por una vez podrías dejarte sorprender.
Colocó su mano sobre mi rodilla y aquello me relajó un tanto, sonreía como un niño, me di cuenta entonces de que parecía que para él lo de tener novia era casi tan nuevo como para mí. Tenía que ser realista, ¿en cuántas chicas había podido confiar Justin plenamente? no descartaba la idea de que hubiese estado con varias mujeres pero eso no implicaba una relación estable y de confianza. Todo eso me hizo sentir menos presionada, él estaba intentado volcar su lado más romántico conmigo y era algo que no había podido hacer demasiadas veces en su vida, no podía por lo tanto, valerse de su propia experiencia.
Estacionó el coche y salimos de allí en dirección a una de las puertas para el personal que había por las partes de detrás. Una vez dentro del estadio, todo estaba increíblemente oscuro, sólo podían distinguirse las débiles luces de emergencia en determinados puntos que coincidían con las puertas.
- Dime que estamos aquí legalmente. - susurré.
Justin no contestó, me llevaba en silencio de la mano palpando las paredes hasta que por fin dió con el panel de controles y bajó un par de palancas con las que consiguió alumbrar el inmenso escenario en el cual pude advertir que había una guitarra apoyada en un pequeño taburete.
Nos encaminamos de nuevo en dirección al escenario y Justin se paró en la primera fila de asientos mirándome con una dulce sonrisa.
- Estuve pensando ayer que... realmente tú nunca has presenciado uno de mis conciertos como es debido, en el que nos conocimos no pudiste llegar a escuchar ni una sola canción, en el de Nueva York ocurrió todo el tema de Katia, y en éste último tuve aquel pequeño problema, así que... - se me iluminaron los ojos y le apreté la mano sin querer de la emoción contenida, él rió ante aquella reacción y se acercó para darme un pequeño beso en la frente. - he pensado que te gustaría tener un concierto especial.
Asentí enérgicamente sentándome en uno de los asientos más cercanos al escenario como respuesta y Justin dio una pequeña carrera para impulsarse subiendo de un salto al escenario. Le veía sentarse y posicionarse para poder mantener la guitarra sobre su regazo y comenzar a tocar las primeras notas. Allí estaba, sentada justo en frente de él, de mi chico, del chaval que ayudaba a los demás utilizando tan sólo su música, el chaval que servía de inspiración a miles de personas en el mundo, aquel que soportaba duras críticas diariamente, más de lo que cualquier persona normal sería capaz de soportar, y seguía adelante, aquel que con tan sólo diecinueve años se había comido el mundo y había demostrado tener más cabeza que muchos otros que le doblaban la edad, aquel que hacía años me había enamorado de su voz, y que ahora me había enamorado del todo tan sólo dejándome entrar en su mundo. Conmigo no debes temer nada, Justin, estaré siempre que caigas, siempre que necesites ayuda, siempre que creas que podrán contigo yo te serviré de apoyo, no tienes que tener miedo a la soledad ahora, al hecho de estar rodeado de personas que tan sólo quieren aprovecharse, conmigo tienes algo que solías echar de menos y que ya no volverás a extrañar, a un igual.
Las primeras notas de Catching Feelins hicieron que mi vello se erizase, le miré cantar para mí, mirándome directamente a los ojos, con aquella sonrisa.
''Podíamos pasar horas hablando por teléfono y ahora ni encuentro las palabras, ¿qué se supone que debo hacer?''
Sus dedos se deslizaban ágilmente sobre las cuerdas de la gitarra, la melodía era sencillamente preciosa y sentía cómo hacía que cada vez mi corazón fuera aún más deprisa. Sentía mis mejillas ardiendo mientras le escuchaba cantar, él había nacido para ello, disfrutaba cantando para el mundo y compartiendo su música, y de otra forma no hubiera podido conocerle.
'' ¿Debería decirle lo que realmente siento? ¿o tal vez debería acercarme y quedarme callado? ¿cómo lo sabré?
Porque si tomo una decisión y cojo su mano todo va a cambiar, ¿cómo sabre si ella siente lo mismo?
Puede haber una posibilidad, trataré de ver qué pasa, porque estoy hecho para ti, y tú para mí, ahora es nuestro momento. Intento ser positivo pero ya fue suficiente. Dicen que somos demasiado jóvenes para el amor pero yo capto las sensaciones.''
Tarareé con él las últimas notas de aquella canción y me levanté de mi asiento para ir hacia el escenario apoyando mis brazos al borde de éste para poder verle más de cerca. Él terminó la canción y bajó del taburete para sentarse al borde del escenario donde yo estaba apoyada, cogió mi mano y me aupó para que pudiera sentarme a su lado.
- ¿Cuál quieres que cante ahora? - dijo sonriendo apoyando de nuevo la guitarra acústica sobre su regazo.
Pasamos allí lo que quedaba de tarde, en cuanto hubo cantado unas cuantas canciones más nos tumbamos sobre el escenario y pasamos hablando horas y horas, riendo, mordiéndonos, acariciándonos, dejándonos amar el uno al otro, no paraba de besarme, le recordé mil y una vez que no quería irme de su lado, y él consiguió calmarme otras mil y una veces. A veces, simplemente nos quedábamos callados mirándonos, y admirando al otro dejando que esa pequeña sensación de electricidad se produjera constantemente, podía perderme en sus ojos durante tanto que ni me daba cuenta de que el tiempo continuaba pasando, me recordó decenas de veces cuánto me quería y yo no paré de hacerle reír. Nos paseamos por el inmenso estadio, subimos hasta los asientos más altos y nos pusimos a gritar como locos, él me besaba con pasión y yo le correspondía, él reía sobre mis labios y aquello era algo que me llevaba a la locura de ida y vuelta una y otra vez. Nos regalábamos miles de sensaciones por momentos y nos hacíamos sentir vivos. Hacía mucho que no me sentía así de bien, sin ni un sólo problema en la cabeza, sólo él, sólo sus palabras de amor al oído, sólo su jóven risa sobre mi boca.
Comenzamos a amar tanto aquel lugar que hasta fuimos por la comida y volvimos para montar un pequeño e improvisado picnic sobre el escenario. El día transcurrió demasiado rápido para mi gusto y llegó un momento en el que Justin me volvió a subir al coche. En un primer momento pensé que volvíamos a casa pero cogió un desvío y de pronto le ví tendiéndome un pañuelo de color azul cielo.
- Póntelo en los ojos, aún nos queda un sitio más que visitar.
Miré el pañuelo vacilando durante unos segundos pero finalmente decidí dejarme llevar como bien me había dicho antes y lo tomé colocándomelo sobre los ojos y atándolo por detrás de mi cabeza.
Fueron varias las veces en las que Justin se aprovechó de mi situación para darme pellizcos y pequeños tirones de pelo, yo me quejaba y él reía sin parar.
Pasaba el tiempo y lo único que podía escuchar eran las ruedas del coche pasando sobre las pequeñas piedras del camino. Mantenía mi mano sobre la de Justin y notaba cómo mi respiración comenzaba a agitarse. Vale, sí, estaba demasiado nerviosa.
Al cabo de un rato, el coché frenó y yo me incorporé de mi asiento dispuesta a quitarme de una vez por todas aquel pañuelo que me tenía en ascuas, no tenía ni la más mínima idea de dónde habíamos ido a parar, pero la mano de Justin me detuvo posándose sobre la mía.
- Aún no, tienes que hacer algo por mí. - me susurró muy cerca. Yo asentí sin poder evitar mostrarme bastante inquieta, no había vuelto a apoyar la espalda sobre el respaldo de mi asiento. - Necesito que te quedes aquí quieta durante algún tiempo, se te hará algo largo porque eres lo más impaciente que ha nacido en este mundo, pero volveré en seguida.
- ¿No puedo al menos quitarme esto de la cara? Lo estoy deseando desde que me lo puse. - mordí mi labio sabiendo que había parecido con aquello aún más impaciente.
La risa de Justin se escuchó muy cerca de mí.
- No puedes aún, vamos, hazlo por mí, juro que merecerá la pena. ¿Confías en mí?
Y lo siguiente que sentí fue el grosor y la suavidad de sus labios posándose sobre los míos y acogiéndolos con ganas. Correspondí a su beso levantando mis manos para sostener su cara para impedir que volviese a separarse e intensifiqué aquel beso. Todas mis defensas cayeron en picado, él era mi debilidad, podía hacer cualquier cosa que me dijese. Su lengua se abrió paso de entre mis labios y buscó la mía hasta que ambas se enroscaron en su habitual danza, le besaba dulcemente a la vez que saboreaba cada centímetro de su boca. Besaba tan bien, con los ojos bendados aquel beso se volvía aún más exquisito de lo que ya era, mantenía todos mis sentidos en sus labios mientras que los miles de fuegos artificiales volvían a sonar a mi alrededor.
Me dejó completamente sin aire cuando poco a poco fue separándose, podía escuchar su respiración agitada a la vez que la mía, a él también le había pillado desprevenido tanta pasión, pasé mi lengua por los labios antes de murmurar.
- Confío en ti.
Casi pude sentir su sonrisa al decir esto y noté cómo volvió a acercarse a mí para darme un último beso, corto pero muy muy dulce. Después de esto tan sólo pude escuchar el golpe que dio la puerta del coche al cerrarse.
Justin tenía razón, se me estaba haciendo eterno. Allí lo único que se escuchaba era el segundero del rolex que siempre lleaba guardado en la guantera, y juraría que cada vez iba más y más despacio, no sé cuánto tiempo pasé allí parada pero mis nervios aumentaban por segundos.
Al fin, pude escuchar el sonido de unos pasos que se aercaban, deseé que fuera Justin pero por desgracia no podía confirmar aquello. La puerta de mi lado se abrió y el corazón se me subió a la garganta, en aquel instante los nervios se habían transformado de alguna forma en puro miedo. Una mano se apoyó sobre mi pierna y sentí un alivio descomunal al escuchar su voz.
- Ya esta listo, ven, deja que te guíe.
¿Que me guíe? ¿Significaba aquello que aún no podía quitarme el dichoso pañuelo de la cara? Exhalé un profundo suspiro de impaciencia mientras Justin me cogió la mano para ayudarme a salir del coche, preferí continuar con su plan sin presentar quejas.
Anduvimos por el asfalto y de pronto, Justin me cogió en brazos. Dí un pequeño bote al recibir aquel gesto inesperado y me agarré a él rodeando su cuello con mis brazos.
- ¿Y esto? - le pregunté.
- Es para asegurarme de que no te caes.
Me acurruqué en él, así la verdad es que la mayor parte de los nervios desaparecían, noté cómo me llevaba sobre un suelo que parecía desnivelado a juzgar por los pasos que daba. Me tocó esperar una vez más hasta que de pronto escuché el sonido de las olas, de nuevo.
- ¿Estamos en la playa?
Justin no respondió, me dejó sobre el suelo con mucho cuidado y me tomó ambas manos guiándome, era imposible que aquello pudiese ser la playa, el suelo era duro, aunque no era un suelo construido, más bien parecía rocoso y tuve que tener mucho cuidado para no caerme. Me dejé llevar por Justin hasta que al fin me paró y le sentí abrazarme por detrás, una dulce música se escuchaba de fondo, no la reconocía.
- ¿Qué es eso que suena?
- Una canción, se llama Uncover. (R) - rozó su nariz sobre mi cuello. - Ya puedes quitártelo.- susurró a mi oído.
Tragué saliva mientras me deshacía del pañuelo y al dejarlo caer mi corazón dio un vuelco. Aquel era el pequeño lugar apartado de la playa y rodeado por cuevas, el pequeño trozo de playa, su lugar secreto... nuestro lugar secreto. Sobre el suelo había decenas de pequeñas velas alineadas para formar una pequeña frase ''te echaré de menos''.
Mordí mi labio sintiendo cómo las mejillas me ardían, era precioso, mis ojos se inundaron y me dí la vuelta para abrazarle con todas mis fuerzas, él correspondió éste gesto besando mi cabeza y nos quedamos allí durante un bue rato.
Joder, no sé qué mierdas iba a hacer tan lejos de él. Es demasiado tonto añorar tanto la presencia de una persona que sólo ha estado algunos meses en tu vida, pero lo haría, lo haría más que con nadie, no tenía ni la más mínima idea de cómo haría para no volverme loca mientras pasaban los días sin poder tener su sonrisa a centímetros de mí.
Levanté la mirada para encontrarme con la suya y él apoyó su frente sobre la mía secando la pequeña lágrima que había asomadobajo mi párpado sin llegar aún a rodar por mi mejilla.
- Recuerdo cuando despertaste en mi cama del autobús después de haberte desmayado en mi conciert en Canadá, desde aquel instante mi vida comenzó a llenarse por fin. - susurraba mientras sus manos se deslizaban por mi cintura pegando mi cuerpo al suyo, levanté mis brazos y se los eché al cuello dejando que me llevase en una lenta danza al son de la canción que se escuchaba de fondo. - Por muy lejos que estes, vas a ser siempre mía, ¿qué son unos cuantos kilómetros comparados con todo lo que tenemos? Has logrado que pueda confiarte hasta mi vida, ¿te das cuenta? no pienso dejarte escapar por nada del mundo...
Me dejó prácticamente sin palabras, me acerqué todo lo que pude y apoyé mi mejilla en su pecho junto con la mano que él me cogió para bailar y me dejé llevar por él, de un lado a otro, bailando en un lugar secreto alejado de todos, en aquel instante me di cuenta de que era él y nadie más, de que le esperaría ésta y todas las veces que hicieran falta, que sin él la vida podría seguir igual que siempre, pero sería como haber tenido el mayor tesoro en tus manos y haberlo dejado escapar, siempre tendrías un vacío demasiado grande dentro de ti.
Cerré los ojos acurrucándome en él, en unas horas tendría que decirle adiós y sólo pensarlo me costaba, él había sido la razón por la que me había despertado con la curiosidad de qué me traería de nuevo el mundo cada día desde que le conocí, él que antes me ayudaba con tan sólo un CD cada vez que me sentía triste y atrapada, ahora me ayudaba a seguir adelante, a mirar el mundo con otros ojos y a disfrutar de la vida con él sin importar todos los obstáculos que ésta nos pusiese.
Su mano acariciaba la mía y entreabrí los ojos aún apoyada en su pecho para echar un breve vistazo a lo que allí me había preparado, las luces de las velas nos rodeaban mientras la última parte de la canción hacía que mi corazón fuese un poco más rápido.
''Podríamos construir un universo justo aquí, haciendo desaparecer el mundo entero sin importarnos.
Nadie lo ve, nadie lo sabe, somos un secreto que no puede ser expuesto, así es cómo es, así es cómo va todo, lejos de todos el mundo, tan sólo cerca el uno del otro.''
-------------------------------
Espero que os haya gustado el maratón.
Por si preferís, y ya que algunas personas me habían pedido desde antes que la pasase, la novela ahora también esta en wattpad para aquellas que se sientan más cómodas utilizándolo, la ventaja que tiene a parte de que puedes dejar la lectura por donde quieras y cuando la vuelves a abrir esta por la misma página, es que si comienzas a seguir mi perfil y añades la novela a tu biblioteca, el propio móvil te avisa cada vez que subo capítulo (por lo menos a mí me avisa, soy nueva en wattpad y no tengo mucha información) pero sé que a muchas les parece más cómodo y por eso subiré los capítulos también allí. Este es el link para comenzar la lectura -> http://www.wattpad.com/32319669-inalcanzable-justin-bieber-fanfiction
Si quieres que te avise cuando suba el nuevo capítulo haz RT AQUÍ
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Hay dios mío que bonito los capítulos :')
ResponderEliminarHa sido una mezcla de sensaciones, alegría cuando Justin estaba ya perfectamente, nostalgia cuando ____ y Austin hablaban en la playa, tristeza cuando Justin y ____ bailaban y se decían todo lo que sentían cuando la hora de la partida se alejaba, amor por el Staple Center y Justin cocinando
PRECIOSO *.*
Lo he visto como si lo hubieras escrito con amor y mucho mimo, de verdad.
¿Qué hará Katia cuándo ____ se vaya? ¿Y Justin tendrá cuidado?
TIENES QUE HACER QUE PATTIE VAYA CON JUSTIN PARA TENERLO CENTRADO, YA QUE SEGURAMENTE SE DISTRAERÁ CON ALGO.
Y no me pongas mucho drama por favor, o bueno, pon mucho que así estaré enganchada y lloraré seguramente.
Un beso con sabor a Oreo y un abrazo de oso amoroso <3
Atte: @CelesteDreams