{Capítulo 50}
Entré en clase sin mirar a nadie a la cara, me estaba poniendo verdaderamente nerviosa toda aquella situación, había sido poner un pie en el instituto y recibir la atención por parte de todo el mundo, miles de ojos puestos en mí y murmurándose cosas entre ellos. Mis amigos también lo habían notado, Christina se empeñaba en que era algo bueno, pero yo había vuelto a clase para continuar con una vida normal. Nosotros no estábamos acostumbrados a que todo el mundo estuviese al tanto de lo que hacíamos, siempre habíamos ido por nuestra cuenta, aunque nos llevábamos bien con todos. Bueno, con casi todos.Resoplé una vez más al recordar a Leslie, aquella chica con su grupito de amigas me había estado haciendo la vida imposible desde que comenzó el instituto, o mejor dicho, desde que comencé a salir con John.
- Muy bien chicos, tomad asiento y dejad las tonterías, las vacaciones han terminado ya y estáis en vuestro último curso, las cosas van a ponerse muy serias.
Todo el mundo comenzó a coger asiento, algunos curiosos continuaban sus murmullos mirando en mi dirección. ''Ya se cansarán'' me dije.
Helena se sentó en uno de los pupitres y más tarde me senté en el de su lado. Ví a Leslie pasar por el lado de la profesora con su grupito de tontas siguiéndola por detrás y dirigirse hacia a mí tomando asiento justo en frente de mí. Helena me miró resoplando y yo hice como si me cogiera una soga imaginaria en el cuello y me ahorcase allí mismo. Mi amiga se tapó la boca para evitar lanzar una carcajada.
Tuve que disimular rápidamente ya que a los pocos segundos, Leslie se volvió con una sonrisa forzada, llevaría como un kilo de maquillaje, no sé quién era peor, si ella o Katia.
Le dediqué una sonrisa amarga como respuesta por pura cortesía y ella tomó mi mano.
- ¡____! ¿Qué tal ha ido el verano? - exclamó con un tono de voz de lo más agudo. - Bueno, no me lo digas, claro que lo sé, todos lo sabemos - carcajeó exageradamente, mi expresión describía a la perfección lo que sentía hacia ella en aquel mismo momento. - ha tenido que ser genial esa experiencia, y con Bieber ni más ni menos, ¿quién diría que justamente tú serías quién le pescara?
Su compañera rió en aquel momento asintiendo y sentí entonces que Helena me pellizcaba la pierna.
- ¿Gracias? - dije encogiéndome de hombros.
Una nueva carcajada brotó de ambas, aquella situación me estaba poniendo los pelos de punta.
- No las des tonta, apuesto a que te lo has pasado genial por Estados Unidos. - asentí tratando de liberar mis manos de las de Leslie. - Y quería recordarte que me tienes a mí y a mis amigas aquí para todo lo que necesites, ya sabes, movemos bastantes hilos en este instituto, así que si de ahora en adelante quieres salir con nosotras sólo tienes que darme un toque, ¿bien?
- Pero... Leslie, tú me odias. - solté sin pensarlo demasiado. No sé ni por qué se molestó en hacerse la sorprendida.
- ¿Qué dices? por favor, puede que hayamos tenido nuestras diferencias, aunque me quitaras el chico en primero no te guardo ningún rencor, eso ya forma parte del pasado, además, ya hace tiempo que se largó.
- Claro que no me guardas rencor, faltaría más, llevas haciéndome perrerías desde que empezó el instituto. - casi reí.
Helena dejó escapar un breve bufido aguantando la risa y la expresión de Leslie en aquel momento fue para hacerse una foto con ella.
- ¡Anda ya, tonta! ¿perrerías?
- No, lo de robarle la ropa del vestuario para que saliera en toalla al pasillo en tercero lo hiciste porque la querías. - intervino entonces Helena al borde de un ataque de risa.
- ¡Silencio! ¡Por las últimas filas! - exclamó la profesora llamando nuestra atención. - No me hagan separarlas, no he dejado de escuchar sus voces, señorita Brooks, no se crea que porque ahora es usted famosa le voy a consentir la más mínima tontería.
- No lo pretendía, lo siento. - me disculpé ignorando la presencia de Leslie, quien se volvió hacia la pizarra nuevamente y la clase pudo dar comienzo.
En cuanto la profesora se hubo dado la vuelta, ésta se giró rápidamente para dedicarme una nueva sonrisa volteándose de nuevo.
Helena sufría en silencio por no poder reírse mientras yo simulaba dispararme en la cabeza.
Los primeros minutos de clase discurrieron con normalidad, saqué mis libros nuevos y mi libreta, estaba dispuesta a hacer lo posible por continuar con mi vida estudiantil como siempre hasta que pudiera graduarme, me centraría en los estudios y podría escoger mi futuro. Eso haría.
Me dispuse a atender la clase cuando un hombre alto y robusto con un enorme ramo de flores irrumpió llamando a la puerta a pesar de que ésta estaba abierta de par en par llevándose en segundos toda aquella atención que tanto le había costado obtener a la profesora por nuestra parte.
- Siento interrumpir, traigo un paquete para ____ Rose Brooks a nombre de Justin Drew Bieber, no sé si se tratará de una broma, yo sólo...
Todo el silencio fue sustituido por exclamaciones de asombro y murmullos constantes, incluso hubo un par de grititos por parte de las chicas de primera fila que se volvieron hacia a mí. La sangre se acumuló en mis mejillas y comenzaron a arderme, no era posible.
- No, no es una broma, es aquí, - suspiró la profesora con impaciencia - pero estamos dando clase, ¿cómo le han dejado entrar?
- En realidad no me dejaron entrar al principio, pero recibí algo más de dinero con instrucciones de recurrir al soborno si esto pasaba, y el portero lo ha aceptado sin problema.
- Dios mío... - susurré cerrando los ojos sin poder evitar una pequeñísima sonrisa.
- Buen negociante, tu novio. - espetó Helena, lo que hizo que mi rubor se intensificara.
Con cierta incredulidad, la tutora le dejó pasar y el propio chico me las llevó a mi mesa. Era increíble, el tamaño del ramo superaba el del pupitre, lo tomé entre los brazos hundiendo mi rostro en él para inhalar el dulce aroma que desprendía y ví entonces la pequeña nota que sobresalía entre las flores. La tomé leyéndola mientras toda la clase mantenía la atención sobre mí en completo silencio.
''¿Qué son unos kilómetros comparado con lo que significas para mí? Que pases un buen día, preciosa. - J.''
Mordí mi labio soltando una leve risa, sonreía como una verdadera estúpida. La profesora volvió a llamar la atención pidiéndome por favor que guardase el ramo y me salvó de ser el centro de todas las miradas una vez más, releí la nota unas treinta veces y porque me hubiesen reñido si continuaba con aquel pequeño jardín entre mis manos. Con mucho cuidado, lo puse sobre la mochila para que no se estropease y saqué con cuidado el móvil ocultándolo bajo el pupitre y conectándome a WhatsApp, hacía casi una hora que no se conectaba, aún así le dejé un breve mensaje agradeciéndoselo y diciéndole cuántas ganas tenía de que llegara la noche para poder hablar con él.
Cuando por fin me dispuse una vez más a atender, Helena sacó algo demasiado tentador.
- Ten, pásalo bajo el jersey y lo tapas con tu pelo. - me susurró dándome un auricular conectado a su móvil. Observé que ella tenía el otro puesto en su oreja y sonreí, aquello era lo que solíamos hacer en las clases menos importantes, pasábamos las horas escuchando música. Mi sonrisa se hizo más amplia cuando, al colocarlo de forma que no se viera, escuché las primeras notas de ''Mistletoe'', ambas nos miramos. - Que las buenas costumbres no cambien nunca.
·Narra Justin·
Sin pensarlo demasiado, abrí la puerta de la pequeña sala de reuniones de golpe haciendo que impactara sonoramente contra la pared y las dos personas que allí se encontraban se volvieron de pronto hacia a mí. Scooter estaba hablando con un hombre ya de entrada edad, con pelo canoso y barba, parecían haber estado discutiendo algún tema sobre la gira porque en los papeles que había amontonados sobre la mesa se podía apreciar mi nombre en letras grandes.
- Tengo que hablar contigo, es importante. - dije mirando a Scooter a los ojos.
- Sea lo que sea, puede esperar, y más vale que te disculpes por cómo acabas de comportarte. - respondió levantándose de su silla.
- Lo siento, pero no pienso irme de aquí hasta que no me aclares por qué mierdas no puedo confiar ni en mi jodido mánager.
Scooter me miró asombrado sin decir una sola palabra y me mostré impasible sin prestar atención al pobre hombre que trataba de mantenerse al margen de todo aquello, carraspeó un par de veces recogiendo todos los papeles y levantándose también de su asiento.
- No pasa nada, parece ser que este tema no puede esperar, mi caso, sin embargo, si que puede, volveré por aquí mañana. - sonrió colocándose su sombrero encaminándose a la puerta.
- Espere, no tiene por qué hacer esto, el chico va a quedarse fuera y esperará a que terminemos de hablar.
Por mucho que Scooter insistió, el señor mayor no se detuvo y pasó por mi lado dándome una leve palmada en el hombro.
- Espero que puedas resolver lo que te traes entre manos, chaval, y sigue así, mi nieta te adora.
Forcé una sonrisa al escuchar aquello y asentí.
- Muchas gracias, señor.
- Pero bájate el pelo, parece que has metido los dedos en un enchufe. - refunfuñó mientras salía por la puerta.
Me giré de nuevo para toparme con la expresión furiosa de mi mánager, lo cierto es que no podía evitar sentir cierto terror al verle así, después de todo, era casi como mi segundo padre, pero no iba a dejar que llevase mi carrera como cantante por donde le diera la gana, no de aquella manera.
- ¿Eres consciente de que acabas de parecer un maldito niñato consentido? Tu madre se esforzó en darte una educación y tú se lo pagas así.
- Mira, Scooter, te lo voy a decir bien claro y espero que me escuches bien, ya no soy un chico de quince años que no tiene ni idea sobre la industria musical, he crecido y he aprendido, y te agradezco muchísimo que me hayas orientado desde que era pequeño porque hiciste un magnífico trabajo y porque gracias a ti mi carrera comenzó pisando fuerte, pero acabas de cometer el error más grande de tu vida.
La expresión de Scooter se mostraba más confusa por momentos, aquello me sacaba de mis casillas.
- ¿De qué se supone que estas hablando?
- No te hagas el tonto, maldita sea, ¿cómo has sido capaz de meter mi vida privada en todo esto? Eras tú el que desde un principio me decía que tenía que aprender a separar ambas cosas, ¿es que sólo tuviste en cuenta el dinero cuando tomaste esta decisión y para colmo sin avisarte? joder, ¡tú eras de los pocos que tenían mi confianza!
- Justin, cálmate. - intentó tranquilizarme sin éxito.
La rabia se intensificaba a medida que hablaba y cada vez me acercaba más a Scooter.
- ¡Es mi vida privada! ¡es mi novia! ¿qué pasará cuando se entere? porque si yo no tenía ni idea de que estábais llevando a cabo algo así ella todavía menos, ¿qué pasará cuando lo vea por la televisión? ¿acaso quieres que me deje? ¡tú no tienes derecho a meterte en mi vida amorosa ni a ir publicando mentiras por ahí sólo para promocionar! ¡pensé que te importaba un poco más allá de este trabajo! - grité.
- Justin.
- ¿Ni si quiera has pensado en lo que esto podría suponer para ella? la prensa se le echará encima, mierda, Scooter, ella no sabe defenderse ante los medios de comunicación, con todo este maldito dilema saldrán millones de rumores en su contra y tendrá que afrontarlos ella sola porque ¡se ha ido a Canadá! - era consciente de que cada vez mi tono era más alto, mi mánager me miraba sorprendentemente serio sin hacer una sola mueca. - Me has jodido bien...
- Justin, te juro que no sé de qué estas hablando, voy en serio, no sé qué es lo que te ha puesto así de furioso pero puedo prometerte que no he tenido nada que ver.
Me quedé petrificado durante unos segundos, intentando tranquilizarme después de haber prácticamente explotado y observando a Scooter que me miraba negando con la cabeza.
- ¿C-cómo...? - balbuceé.
- Lo que escuchas, explícame de qué estas hablando porque estoy totalmente perdido.
- ¿No has tenido nada que ver en el tema de Ariana? - pregunté aún confuso para confirmarlo.
Scooter negó con la cabeza y fue cuando no entendí absolutamente nada de lo que estaba pasando, ¿había Ariana decidido salir a la calle a difundir mentiras acerca de mí por su cuenta? Se supone que cuando se simula un romance entre dos artistas era con el fin de promocionar a ambas partes y es algo que los mánagers suelen acordar, pero si ni yo ni Scooter lo sabíamos, ¿qué derecho tenía ella de soltar una bomba como aquella delante de las cámaras?
Fui relatándole a Scooter todo lo ocurrido y todo lo que había visto y oído por la televisión, al terminar de contarle todo aquello su expresión había pasado de la confusión a ser una de completo enfado. No dijo una palabra, se limitó a sacar su teléfono móvil y se alejó de mí pegándoselo a la oreja. Supuse que estaba tratando de llegar al fondo del asunto, así que mientras Scooter hacía aquellas llamadas, cogí mi teléfono buscando entre sus mensajes y ví que tenía algunos nuevos.
Los leí sonriendo casi sin darme cuenta, había recibido el ramo de flores, por lo tanto ahora mismo estaría en clases. Me apresuré a responderla.
''Necesito que hagas algo por mí, sé cómo eres, así que te voy a pedir algo, no creas nada de lo que te diga nadie, esta noche hablaremos y te contaré todo lo que pasa, pero hasta entonces, confía en mí, no creas absolutamente nada de lo que te digan acerca de nosotros, sólo cree en mí, te quiero mucho''
Pasó el tiempo, hacía rato que Scooter se había despegado de su móvil, simplemente estaba sentado y cruzado de brazos, como si estuviera esperando algo, o alguien, supuse que si no me había dicho nada era porque tenía que esperar allí con él, y eso hice. Me distraje con el móvil durante la siguiente media hora hasta que la puerta de la sala se abrió de pronto dejando pasar a un hombre ancho con una barba de más o menos una semana, Ariana le acompañó por detrás con la mirada baja.
- Mason Herbert, te esperábamos. - dijo Scooter levantándose de su asiento.
Yo por el contrario me quedé sentado, observando a Ariana que rehuía mi mirada arrugando su falda con nerviosismo.
- Muy buenas, Scooter, traje a mi sobrina como me pediste, supongo que todo esto es porque ya habréis visto las noticias. - declaró con voz ronca.
- Sí, verás Mason, nos gustaría que nos aclaráseis por qué...
- Por qué cojones habéis vendido una historia a la prensa que afecta a mi maldita vida privada. - interrumpí a Scooter levantándome y acercándome a ellos. Por fin, Ariana me miró directamente, mantenía una expresión de apuro mientras que la de su tío era una completamente tranquila y fuera de presión. Apreté el puño tratando de controlarme. - Habéis arriesgado mi relación por vuestros propios intereses sin antes consultarlo, ella saldrá perjudicada y no ha hecho nada a nadie, si esta mierda fuera sólo conmigo sería menos grave, pero la habéis metido a ella. - Miré a Ariana con furia apretando los dientes e intentando no volver a explotar. - Se supone que era tu amiga.
- Justin, yo no... perdóname, por favor. - suplicó antes de ser interrumpida por su tío.
- Fui yo quien le dijo que lo hiciera, Ariana sólo esta empezando y algo como una relación contigo podría impulsar a los jóvenes a interesarse y buscar más sus canciones, no es algo que hayamos hecho por maldad, es puro márketing.
- Es pura mentira. - levanté la voz y Scooter detectó al instante que había comenzado a perder los papeles, sin pensárselo, agarró mi brazo para que frenase un poco.
- Lo que Justin quiere decir, es que nosotros nunca hemos trabajado así, puede que sea un método efectivo, pero nos gusta llevar su música de forma honesta y sin trampa, una buena forma de hacer que los fans sigan ahí y no dejen de apoyarle es abrirse a ellos y no engañarles, además no habéis tenido en cuenta que el chico tiene una vida amorosa que va a salir perjudicada por todo esto. - Mason parecía aburrirse mientras Scooter hablaba, y mi mánager lo notó. - El caso es que podemos perfectamente presentar cargos contra vosotros y ganar.
- Dios mío. - Ariana dejó escapar un sollozo cruzando sus brazos y frotándolos para entrar en calor, algo dentro de mí se ablandó.
- Comprendo perfectamente tu posición, pero lo cierto es que nosotros hemos llevado a cabo todo esto simplemente para terminar de olvidar los daños físicos a los que sometió la pequeña novia de tu artista a mi hija Katia, y por lo que todos sabemos, una denuncia por agresión es lago más grave, además de que daría bastante de qué hablar.
- ¡Eso es absurdo! - salté de pronto provocando que todos los que había en la sala me mirasen. - Lo que ocurrió con Katia pasó mucho después de que Ariana soltase aquella historia frente a las cámaras, no podéis ponernos contra la espada y la pared con algo que habíais planeado de antes.
Él se acercó a mí con una débil sonrisa en sus labios y puso su mano sobre mi hombro dándome un par de palmadas, le dediqué una expresión de pocos amigos y entonces se acercó a mí bajando notablemente el todo de su voz.
- Tú sólo dime qué puede perjudicar más a tu chica, que se la vea como una animal agrediendo a otra pobre chica indefensa, o que se presente ante todo el mundo como tu exnovia, mi hija pasó por eso frente a los medios, quizás tu pequeña p... - pareció pensárselo dos veces y cambió rápidamente de opinión, aunque eso no hizo que se fueran mis ganas de partirle la mandíbula de un puñetazo. - tu novia, logre afrontarlo.
- ¿Por qué tiene ella que cargar con esta mierda? - me volví entonces hacia ella esta vez con una expresión un tanto menos acusadora - Ariana.
Ella continuó en silencio, me observaba mordiendo su labio inferior, parecía que estaba a punto de echarse a llorar.
Sin saber a qué recurrir, miré a Scooter, el siempre tenía solución para todo, pero aquella vez se le notaba la misma confusión que yo sentía por dentro. Tras unos segundos de silencio, mi mánager se dirigió a Mason.
- Deja que el chico lo consulte esta noche con la almohada y mañana nos pondremos en contacto contigo para ponerte al corriente de lo que hemos decidido hacer. - pidió con un tono neutral.
Mason asintió y se despidió con un gesto dirigiéndose a la puerta no sin antes avisar a Ariana, que se quedó observándome con tristeza.
- Yo...
- Olvídame. - susurré sin mirarla.
Ella dió media vuelta para reunirse con su tío mirándo hacia atrás de vez en cuando y ambos salieron por la puerta.
Estaba jodido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario