{Capítulo 26}
- ¡Ya lo tengo! ¿Lo llamamos Bigotes?
- Ryan, deja de gritar de una vez por favor... - suplicó Helena a la vez que masajeaba su frente con los ojos entrecerrados.
Jace se acercó en ese momento con una pequeña taza de té que puso por delante de ella. Yo sostenía al pequeño animal entre mis brazos dándole pequeñas caricias absorta en mis pensamientos sin ser ni si quiera consciente de que mantenía una estúpida sonrisa. Recordé con detalle cómo Justin me acompañó a la puerta de mi habitación y me dio un beso de buenas noches que por poco no provoca que deje de respirar. Le había resultado raro que no le hubiese dejado pasar la noche conmigo, y a mí también. O no. O sí. La verdad es que no tengo ni idea de qué es lo que se supone que debería hacer en estos casos, simplemente dije lo que pensaba, aunque se lo tomó mejor de lo que esperaba y volvió a su cuarto dejándome una vez más completamente colgada de su sonrisa.
- ¿Me escuchas? ¿_____? - Ryan hizo que volviera a la Tierra. - ¿Le llamamos Bigotes?
- Tu imaginación me abruma, tío. - reía Jace.
- Además es hembra... creo. - respondí mirando al gato mientras este trataba de estirar el cuello hacia mi tazón de leche con cereales.
- Buenos días.
Me giré rápidamente al escuchar aquella dulce voz y sonreí al instante al verle cruzar la cocina hacia nosotros con el torso desnudo y unos pantalones de pijama que caían desde su cintura haciendo que luciera condenadamente sexy.
- Hola. - susurré cuando se acercó a mí inclinándose para darme un suave beso sobre los labios.
- ¿Dormiste bien? - me preguntó a pocos centímetros de mis labios.
Asentí mientras notaba el hormigueo en el interior de mi estómago que no hizo más que crecer al ver que éste esbozaba una pequeña sonrisa como respuesta y se dirigía hacia el frigorífico para sacar la botella de leche.
Volví la cabeza de nuevo hacia mis tres amigos que observaban la escena con cierta sorpresa, consiguieron intimidarme y tuve que agachar la mirada hacia mi desayuno tratándo de ocultar el leve rubor de mis mejillas.
- ¿Sobre qué hablábais? - dijo Justin mientras se sentaba a mi lado con su mirada hambrienta fija en el tazón de cereales.
- Sobre la bola de pelo. - contestó Ryan refiriéndose a mi nueva mascota. - No le gusta Bigotes como nombre.
El gato se removió sobre mi regazo y tras forzar un poco mi agarre saltó hacia el de Justin acomodándose mientras éste le sonreía divertido. Aún tenía el pelo revuelto después de haber dormido. ¿Otra vez estoy mirándole embobada? Quita la mirada, rápido, rápido.
- Normal que no le guste, ¿qué te parece...? - se quedó pensativo mientras se acercaba el tazón para poder meterse la cuchara de cereales en la boca sin derramar una gota. - Mmmm... ¿qué te parece Tuts?
- ¿Tuts? - preguntó Ryan con cara de disgusto.- ¿Y por qué no ya de paso Boobs?
- Cállate Bigotes. - le picó Justin.
- A mí me gusta. - opinaba Helena a la vez que terminaba su taza de té, parecía que estaba algo mejor. Jace sonreía mientras la miraba, mira, al menos no estoy sola respecto a eso.
Me quedé pensativa a la vez que dejaba a un lado mi desayuno.
- Es sencillo y original. - sonrío a la vez que me enconjo de hombros. - Sí, lo llamaremos Tuts.
- Menudo gusto de mierda tenéis. - gruñó Ryan echándose hacia atrás en su asiento.
Comenzamos a reír ante su reacción y continuamos con el desayuno.
- ¿Pasaste ya a la acción entonces, Bieber? - preguntó Ryan tras unos segundos de silencio.
Levanté los ojos hacia a él fulminándole con la mirada lo que provocó su incomodez y se sintió obligado a carraspear un par de veces.
- Aprende a mantener la boca cerrada cuando te conviene de una vez, tío. - casi susurró Justin. - Además, por lo visto fuiste tú la estrella de la noche, vaya post-fiesta más entretenida que tuviste. - no pudo evitar una pequeña sonrisa vengativa.
Ryan abrió mucho los ojos ante el comentario y Helena y Jace lo miraron con sorpresa.
- No pierdes el tiempo ¿eh? - reía Jace divertido.
- Lo dice el que aprovechó la borrachera de una chica para poder liarse con ella. - soltó sin pensarlo mientras Jace negaba rápidamente con la cabeza desde el lado de Helena con una expresión de horror y esta se quedaba completamente boquiabierta al escucharlo.
Lentamente, mi amiga fue girándose hacia el pobre Jace que parecía estar a punto de echarse a correr.
- ¡TÚ! - gritó ésta.
- Venga Lena, no montes una escena, vamos a hablarlo. - trataba de calmarla mientras se iba alejando de ella en dirección a la puerta de la cocina.
Me quedé sorprendida, ¿desde cuándo no la llamaba Lena? era el mote cariñoso que le tenía cuando aún estaban saliendo. Ryan se levantó de su asiento algo incómodo y se disculpó saliendo y subiendo las escaleras apresuradamente.
Jace le imitó a los pocos segudos seguramente con la esperanza de poder evitar aquella situación, entonces Helena cogió uno de los cucharones de metal colgados en la pared de la cocina y salió en su busca despidiéndose de nosotros como si aquella hubiese sido la reacción más normal del mundo.
Al presenciar todo aquel panorama Justin y yo nos quedamos en silencio unos segudos pero al rato pude escuchar de nuevo el pequeño ruido de la cuchara hundiéndose en el tazón de cereales y me giré para observar cómo atacaba lo que le quedaba de cereales mientras Tuts reposaba su cabeza contra su abdomen, sonreí casi instintivamente.
- ¿Disfrutando de las vistas? - bromeó finalmente sin necesidad de volverse.
Solté una leve risita nerviosa. Parezco gilipollas.
- ¿Qué se hace hoy? ¿Bajamos todos a la playa? - propuse girando mi silla hacia él y apoyando mi codo sobre la mesa y mi mejilla sobre la palma de mi mano.
Hizo una mueca disconforme y me miró unos segundos antes de levantarse para llevar mi tazón y el suyo al fregadero.
- Me han llamado esta mañana desde el estudio de grabación, quieren enseñarme una canción. - me explicaba mientras volvía hacia a mí colocándose en frente e inclinándose sobre mí para apoyar sus manos en la mesa manteniéndome a mí en medio de sus musculosos brazos. Con media sonrisa fue acercándo su cara lentamente a la mía.- Además viendo cómo estan las cosas de tensas entre la gente será mejor que tú y yo nos apartemos hasta que la tormenta pase.
- ¿Esta usted buscando excusas para quedarse a solas conmigo, Drew? - pregunté ocultando mi diversión.
- ¿Tanto se me nota? - rió él y levantó su mano agarrándo mi barbilla y tirando de mi labio inferior con su pulgar para que lo soltara de entre mis dientes.
No me había dado cuenta de que estaba mordiéndomelo. Entonces escuchamos un fuerte golpe procedente del piso de arriba y ambos miramos al techo al instante.
- ¿Cómo se llama esa canción? - le pregunté encogiéndome de hombros.
Él rió leve y aquel sonido me atravesó por completo haciendo que se estremeciera hasta el último rincón de mi cuerpo. Cuando quise darme cuenta, Justin se acercaba deshaciéndose de la distancia que nos separaba y volvía a hacerse con mis labios una vez más.
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Sostenía la mano de Justin con fuerza tratando de ignorar a los pocos hombres de nuestro alrededor que nos decían cosas sin sentido, algunos nos insultaban, otros nos elogiaban, nos hacían preguntas sueltas y hubo uno que no paró de gritarme en el oído en todo el trayecto desde el coche al estudio. Yo medio escondía mi cara en Justin apretando su mano y agarrando aquel mismo brazo para conseguir pegarme más a él. ¿Cómo podía estar tan tranquilo? Casi estaban encima de nosotros. Caminaba calmado con sus gafas de sol y sosteniendo mi mano con firmeza con nuestros dedos entrelazados.
Sólo pude respirar tranquila cuando estuvimos en el interior del edificio, unos cuantos chicos de piel oscura con grandes gorras y un estilo de lo más rapero saludaron a Justin con un choque de nudillos, reprimí una pequeña sonrisa al pensar en el típico estilo de Justin.
- Os presento a mi chica, ____ Brooks, - soltó él de repente colocádo su mano en mi espalda para acercarme, yo le miré con sorpresa. Vaya.- ellos van a enseñarnos la canción de la que te he hablado. - dijo entonces dirigiéndose a mí esta vez.
Les saludé con una tímida sonrisa, parecían tan asombrados como yo porque Justin me hubiese presentado de aquella manera, diablos, soy la chica de Justin Bieber.
- Un placer linda, ¿a qué te dedicas? - me preguntó uno de los chicos mientras avanzábamos hacia el estudio.
- Aún estudio, termino este año el instituto.
Me miraron aún más sorprendidos mientras se sentaban frente a un panel repleto de toda clase de botones, Justin parecía divertirse con la situación mientras encendía una pequeña pantalla táctil situada sobre la mesa y conectada a ella por un par de cables.
- Pero, ¿cómo os conocisteis entonces? ¿en el instituto? - bromeaba su compañero pensando seguramente que les estaba tomando el pelo.
- Pásame la letra tío. - pidió Justin alargando el brazo para coger un par de folios que le tendieron.
- ¿Te dejamos solo como siempre? - preguntaron mientras éste se concentraba en leer los escritos con una de sus manos apoyadas sobre el monitor listo para darle al play.
Justin asintió sin levantar la mirada y en seguida nos quedamos solos en aquella habitación llena de controles. Pulsó el botón de play de la pantalla y se sentó en uno de los anchos sillones con ruedas que había en frente, fue entonces cuando una dulce melodía comenzó a sonar de alguna parte envolviéndome, era lenta y hermosa. Cuando me quise dar cuenta Justin me miraba mojando sus labios.
- ¿Qué? - pregunté con cierto nerviosismo.
- ¿Te dije alguna vez lo preciosa que eres? - me sonrió mientras estiraba su brazo para coger mi mano y tira de ella para que, pocos segundos después me encontrara sentada sobre su regazo.
Solté una leve sonrisa notando cómo la sangre comenzaba a acumularse en mis mejillas.
- De hecho, ayer mismo me llamaste fea. - contesté recordando el día anterior cuando me llevó a dar una vuelta en coche. Me acomodé subiendo mis piernas para pasarlas por encima del brazo del sillón y dejarlas colgar a un lado de este apoyando mi mejilla en el pecho de Justin que reía ante mi comentario y me acunaba en sus brazos depositando un fugaz beso en mi pelo.- Así que... no, nunca me lo dijiste... - bajé el tono de mi voz disfrutando de sus caricias e inhalando el olor que desprendía.
- A partir de ahora me encargaré de que lo escuches a menudo. - me susurraba al oído a la vez que la música sonaba a nuestro alrededor. Un dulce torbellino me subió desde el estómago obligándome a sonreír cerrando los ojos para terminar de acomodarme.
No sé cuanto tiempo pasó, la canción estaba puesta en repetición y yo respiraba con calma mientras sentía los labios de Justin sobre mi cabeza y sus dedos acariciando mi vientre. Hacía muchísimo tiempo que no me sentía así de relajada, había logrado que mi timidez se esfumara con tan sólo un par de movimientos.
- ¿Puedo preguntarte una cosa? - susurró de pronto resquebrajando la calma que se había formado en torno a mí.
- Mmm... - pude responder a duras penas enterrando un poco más mi cara en su pecho.
Escuché su suave risa a milímetros de mi oído y sentí cómo mi cuerpo al completo se estremecía ante aquel dulce sonido mezclado por la música de fondo.
- Cuando tus amigos tengan que marcharse en una semana, he visto que han sacado billetes para ti también y... - su tono contenía cierta preocupación.
Abrí un poco mis ojos encontrándome con los suyos y observé detenidamente cada una de sus facciones, levanté mi mano casi sin darme cuenta y comencé a rozar con la punta de mis dedos su mejilla hasta bajar a sus labios cuando Justin los besó con infinita dulzura.
- Me preguntaba si vas a irte con ellos.
Sonreí negando despacio con la cabeza y esto hizo que él dejara escapar un profundo suspiro de alivio atrayéndome hacia a sí.
- Me quedaré hasta que acabe el verano, pero después empiezo mis clases, puedes venirte a Canadá cuando yo me vaya y así ver a tus hermanos. - propuse esbozando una amplia sonrisa orgullosa de haber tenido una idea como aquella.
- No creo que vaya a poder ser, mi descanso termina a finales de verano y seguimos con la gira, terminamos en Estados Unidos y pasamos por Japón hasta Australia para después regresar a Latinoamérica. - me explicó rehuyendo mi mirada observando la mesa de controles.
Algo dentro de mí se hizo pedazos justo en aquel instante. Con que a esto se refería con llevar una relación seria siendo quien es. Casi inconscientemente retiré mi mejilla de su pecho separándome un poco, esto hizo que él girara su cara horrorizado y me comprimiera contra él para evitar que continuara separándome.
Estaba asustado. Coloqué mi mano sobre su pecho sintiendo el rápido latido de su corazón bajo su piel y le acaricié suavemente tratando de calmarle.
- Aún faltan semanas para eso, ya lo pensaremos más adelante, no te preocupes por nada, ¿vale? - susurré abrazándole con suavidad notando como destensaba sus músculos poco a poco. - Todo va a salir bien.
Perdí la noción del tiempo y aún no tengo ni idea de cuánto tiempo pasamos allí. Justin ojeaba los folios a la vez que entonaba un par de notas marcando las partes en las que pensaba que tendría que hacer algún cambio. Me encantaba verle trabajar, podía verse con facilidad que era su pasión y disfrutaba con ello. Yo jugueteaba de pie con los controles subiendo y bajando las pequeñas palancas dispuestas sobre el panel.
Estaba tan centrada en averiguar para qué servía cada uno de los botones que no pude apreciar que Justin se había levantado y se acercaba despacio a mis espaldas volteándome rápidamente y acercándose tanto que hizo que tuviera que sentarme sobre la mesa colocándo su cuerpo entre mis piernas. Tragué saliva sobresaltada y agarrándole por la camiseta para no caer de espaldas sobre la mesa. Él mantenía una sonrisa juguetona a la vez que apoyaba sus manos a ambos lados de mi cuerpo y acercaba lentamente su cara a la mía, sentí cómo mi corazón se disparaba a medida que la distancia era más corta.
- Me gusta cuando te pones nerviosa por mi culpa. - sonrió susurrándome. - Y cuando digo me gusta quiero decir que me pone bastante...- Se interrumpió a sí mismo mirando fijamente mis labios y su sonrisa se esfumó.
Volvió a hacer que soltara mi labio y cuando quise darme cuenta él mismo lo atrapaba con sus dientes y tiraba de él provocando una dulce corriente eléctrica que atravesó todas mis terminaciones nerviosas haciendo que respondiera colocándo mis manos tras su cabeza agarrándo su pelo por detrás con un leve jadeo. Él llevó sus manos a mis piernas subiéndolas lentamente por mis muslos desnudos hasta llegar al comienzo de la tela de mis pantalones cortos.
- Justin... - pude decir.
- Mierda, qué sexy queda mi nombre en tus labios. - susurró esbozando de nuevo una sonrisa juguetona y fue abriendo los ojos bajando lentamente sus manos acariciando mis piernas. - Tranquila, será cómo y cuándo tú quieras que sea.
Le miré a los ojos sosteniendo mi respiración, ¿cómo podía hacer que explotasen miles de fuegos artificiales a mi alrededor con tan sólo usar unas pocas palabras?
- Eres tan... - comencé diciendo.
- Tuyo. Soy tuyo, y tú mía, que se te vaya metiendo en la cabeza ya. - susurraba mientras me robaba un nuevo beso rápidamente dejando mis labios con ganas de más. - Eres mi chica. - complementó muy lentamente casi saboreando cada una de las palabras que salían por su boca.
- Mmmm... me gusta que me llames así, pero eso de que me presentes...
- ¿Te molesta que le diga a la gente lo que eres? - preguntó con diversión.
- En absoluto, pero lo sueltas como si fuese un adjunto de mi DNI o algo. - reí dándole un leve mordisco en la nariz haciendo que éste la arrugara esbozando una media sonrisa.
- Sólo dejo claro que ya tienes dueño y así mantengo a raya a capullos como el de la fiesta haciéndoles saber que me perteneces.
Al segundo de escuchar esto arqueé una ceja incrédula manteniendo su mirada con una expresión de advertencia.
- ¿Disculpa? Ni eres mi dueño, ni pertenezco a nadie, soy una persona, no un perro. - dije provocando que su diversión aumentara y se acercó lentamente a mi oído.
- Eres mi perra. - susurró medio riendo.- Virgen, pero mi perra al fin y al cabo.
Abrí mi boca casi sin advertirlo y arresté un fuerte puñetazo contra su brazo que me dolió más a mí a la vez que él soltaba una sonora carcajada y volvía a abalanzarse sobre mí para tumbarme sobre la mesa de controles. Comencé a mover las piernas en el aire a ambos lados de Justin que mordisqueaba mi cuello haciéndome cosquillas. Yo reía a la vez que trataba de encogerme para evitar su acceso hasta mi cuello.
- ¡Para! - gritaba a la vez que reía golpeando su espalda con mis puños. - ¡Imbécil!
- Aburrida. - rió girando su cabeza para poder encontrarse con mis ojos rozando su nariz con la mía.
Me quedé colgada de su mirada aún sonriendo y con la respiración entrecortada cuando de pronto el sonido de la puerta abriéndose hizo que ambos rompiéramos a la vez el contacto visual y nos despegáramos el uno del otro como si nos acabáramos de contagiar la peste.
- Por esto tardabas tanto... - susurró uno de los chicos que acababa de conocer levantando una ceja y apoyándose en el marco de la puerta. - Ya sé que nunca te lo he dicho tío, pero el estudio es de uso exclusivo para grabación, sólo de grabación. - advirtió divertido enfatizando el ''sólo''.
Descendí casi movida por un resorte de la mesa de controles bajando lo poco que se me había subido la camiseta y peinándome con los dedos tratando de disimular el intenso rubor de mis mejillas.
- Me llevaré las partituras y demás y le haré un par de arreglos, quizás me venga bien. - dijo Justin cambiando el tema con media sonrisa y tomándo los folios abandonados sobre el sillón que ocupaba anteriormente.
El chico soltó una leve risa y se fue volviendo a dejarnos a solas, entonces escuché la voz de Justin muy cerca.
- No se tú, pero a mí en este sitio entran muchas ganas de romper las reglas.
·Narra Justin·
____ me relataba brevemente la primera vez que Christina sufrió una borrachera, algo que no terminó saliendo bastante bien y yo la escuchaba aguantando la risa en varias ocasiones para no perder detalle de su historia. Más tarde le conté la vez en la que unas fans se hicieron pasar por mujeres de la limpieza en uno de mis hoteles y al salir del baño me las encontré haciéndose fotos con mis bóxers. De fondo sonaba la canción Mirrors de Justin Timberlake, había sido realmente un éxito aquel verano, se mezclaba con la dulce risa de ella, y me ayudaba a disfrutar aún más del paseo en coche.
Quería hacerla sentir cómoda, necesitaba conocerla cada vez más y más, no me cansaba de ninguno de sus rasgos ni sus manías, me daba una agradable sensación en el pecho que me hacía querer tenerla siempre cerca de mí.
Todo iba genial, aunque el buen humor se esfumó cuando al llegar a mi barrio encontré a una masa de paparazzi delante de la puerta de mi casa. Hice que el claxon sonara fuertemente tratando de apartarlos y avanzando lentamente para no arrollar a ninguno por muchas ganas que tuviera de hacerlo en aquel instante.
- ¿Qué mierdas harán aquí? - me pregunté en voz alta.
- Estan en todas partes... - susurraba ella a la vez que el sonido de los flashes volvían a envolvernos.
Continué tocando el claxon sin parar pero ninguno se daba por vencido y tuve que acelerar un poco ya que algunos estaban intentando subirse hasta al capó del coche.
Cerré rápidamente la puerta del jardín en cuanto hubimos entrado y salí del coche como un rayo cerrando de un portazo el coche y caminando a paso ligero ignorando las voces de ____ a mis espaldas. Siempre que me esperaban en casa era porque algo gordo había pasado.
Entré en el interior del edificio y al instante fui abordado por Alfredo.
- Joder Justin, ¿dónde estabas? te he llamado un millón de veces, te estan cayendo denuncias por todas partes. - me explicaba rápidamente a la vez que me mostraba la pantalla de su teléfono móvil. - Scooter parece poseído, dice que quiere hablar contigo de inmediato.
Comencé a leer rápidamente la entrada que podía verse en la pantalla del móvil de Alfredo mientras Ryan se unía a la histeria y ambos me seguían mientras yo caminaba hacia el salón con la mirada fija en el teléfono.
- Tío que el cabrón al que le diste la paliza te ha metido una denuncia por agresión y se ha inventado una historia descojonante sobre _____, Christina estaba mirando la página de Perez Hilton y...
Observaba las fotos colgadas en la web, éramos ____ y yo saliendo del bar, había una de Max después de la pelea, relacionaban mis salidas con la máscara de días después. Exhalé un profundo suspiro de desespración al ver que habían trucado una foto de ella metida en un club de striptease como bailarina y una supuesta ficha que confirmaba que había trabajado en el local.
- Se han hecho como cinco trending topics en twitter referidos a amenazas de muerte hacia ella, el mundo entero se ha vuelto loco, tío que el teléfono no ha dejado de sonar.
- Justin, ¿dónde esta ____? - me preguntó entonces Helena con preocupación.
Me giré rápidamente buscándola con la mirada, ni rastro de ella. Salí como un rayo de la casa encontrándola un poco más alejada, estaba completamente rodeada de paparazzi y trataba de deshacerse de ellos sin conseguirlo. Mantenía una expresión de horror mientras era empujada cada vez con más violencia.
- ¡EH! ¡LARGO DE AQUÍ! - grité furioso a la vez que bajaba las pequeñas escaleras de la entrada. - ¡FUERA!
Al escucharme la multitud se dirigió en mi busca y yo traté de atravesarlos a base de empujones agarrando a _____ por el brazo y tirándo de ella a la vez que me abría paso entre la gente con brusquedad. De repente, uno de ellos intentó agarrarla por la camiseta y me giré rápidamente para atestar un fuerte golpe contra su pecho provocando que éste perdiera el equilibrio y cayera al suelo de espaldas. Los flashes se intensificaron en aquel momento y pude ver cómo ____ se tapaba la cara sollozando. Sin aguantarlo un sólo segundo más volví a reunir fuerzas y en pocos segundos logramos entrar en el interior de la casa.
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María. {hisbeliebeer}
Siguelaaa
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