{Capítulo 43}
El corazón me bombeaba a mil por segundo y mi mente procesaba datos a una velocidad de vértigo mientras me quedaba plantada observando aquella escena, Justin se quedó en silencio mirándome durante unos segundos y Katia se volvió hacia a mí esbozando una sonrisa maliciosa antes de poner un tono de lo más desagradable.
- ¡____, querida! - exclamó poco antes de caminar hacia a mí tomándome por los hombros para darme un abrazo.
Yo me quedé muy quieta sin corresponder a aquel gesto y mirando a Justin a los ojos por encima del hombro de Katia, apestaba tanto a perfume que mareaba estar más de diez segundos a su lado.
- Verás, ya sé que hemos tenido nuestras diferencias, me siento tan arrepentida, cariño. - suspiró exageradamente examinando un mechón de mi pelo. - Pero ahora que ya se han solucionado todas las cosas y Justin y yo volvemos a ser amigos todo será mucho más fácil, ¡incluso podemos quedar los tres juntos para salir a comer! ¿no te parece buena idea? - esbozó una amplia sonrisa dejándo ver sus blanqueados dientes y volviéndose hacia Justin que le devolvió una expresión seria enarcando una ceja sin decir nada.
- ¿Qué? - pregunté simplemente sintiéndome angustiosamente perdida en todo aquel tema, casi ni me apetecía mirar a Justin a la cara.
- ¿No te puso Justin al día, cariño?
Miré a Justin desde la otra punta de la habitación y perciví cómo cogía aire profundamente devolviéndome la mirada.
- Pues... no, la verdad. - dije sin dejar de mirarle notando cómo el nudo en el estómago se hacía cada vez más grande.
- Pues a ver, ya que admito que he causado algún que otro problema entre vosotros, con todo esto de que me voy de gira con Justin...
- No... - Justin cerró sus ojos levantando la mano y Katia paró de hablar volviéndose hacia él.
Sentí como si me acabaran de dar una buena patada en el estómago, de pronto me quedé sin aire. No iba a dejar que pudieran conmigo, necesitaba parecer más fuerte que ellos, maldita cría, ni se te ocurra soltar una jodida lágrima.
- ¿Cómo? - pude decir a media voz.
Se creó un incómodo silencio durante los siguientes segundos en el camerino en el que Justin y yo nos quedamos mirándonos sin decir una palabra con Katia observándonos a ambos.
Finalmente, ella rompió el silencio.
- Al parecer tenéis muchas cosas sobre las que hablar vosotros dos, será mejor que vaya cogiendo sitio, este concierto va a ser mítico. - rió sonoramente. - Pero que sepáis que lo de comer los tres sigue en pie, a ver si podemos organizarlo antes de que te vayas tan lejos, guapa. - me sonrió de nuevo y miró mi ropa examinándome de arriba a abajo cambiando su expresión a una de completo disgusto. - Buena suerte, Biebs. - dijo antes de salir por la puerta lanzándole un beso a Justin que no había dicho una palabra.
Cerró la puerta con un fuerte golpe y volvió a crearse el silencio en la habitación. Aquella maldita sensación en mi estómago no paraba de crecer y la cabeza me daba vueltas, me quedé mirando al suelo unos segundos.
- ¿Piensas decir algo? - susurré.
- Lo siento.
- ¿Algo que funcione? - levanté la mirada, podía advertir el miedo en su expresión pero no dejé que aquello me ablandara.
- Yo... - comenzó.
- ¿Desde cuándo lo sabías?
Y otros veinte eternos segundos de silencio.
- Desde ayer por la mañana.
- ¿Pensabas contármelo?
- Sí.
- Ya. - dije sarcástica. - ¿Cuándo?, ¿cuando estuviese lo suficientemente lejos?
- Eso no me otorgaría ningún beneficio. - decía esto mientras se acercaba a mí, completamente vestido de blanco a excepción de sus zapatillas doradas, a juego con sus guantes de cuero.
- Entonces explícame por qué llevas todo este tiempo guardándolo en secreto, sabiendo lo mucho que la odio. - levanté el tono de voz conforme le ví acercarse. No tenía muy claro si se trataba de un mecanismo de autodefensa para no derrumbarme.
- Porque quería evitar esto. - él también impuso el tono de su voz y eso hizo que mi respiración se entrecortase.
- Te dije cuánto confiaba en ti, te conté todo, cómo me sentía, te pedí perdón por haberme comportado como lo hice con Ariana, y tú no has sido capaz de contarme que ella va a quedarse a tu lado tantos meses cuando yo no podré ni besarte. - se me quebró la voz y Justin dio un paso al frente con intención de abrazarme pero le frené colocándo mi mano en su pecho, por un instante sentí lo rápido que iba su corazón. - ¿Y qué es eso de que sois amigos? ¿por qué te estaba abrazando?
- No empieces.
- No actúes como si no tuviera importancia.
- ¡Es que no la tiene!
- Justin, esa arpía te destrozó, volvió, se metió en tu bañera y me hirió emocionalmente en la jodida gala de premios dejándome bien claro que iba a ir a por mí si continuaba estando a tu lado, y ahora me la encuentro dándote un abrazo y me dices que sois amigos. - ví cómo Justin se llevaba la mano a la cabeza y se tambaleaba antes de dirigirse a uno de los sillones más cercanos sentándose en él. - ¿Estas bien?
Se quedó unos segundos apoyando sus brazos sobre sus rodillas y después volvió a incorporarse con una expresión seria sin levantarse del sillón.
- Si de verdad confiaras en mí no le darías tanta importancia al hecho de que ella me acompañe en la gira, yo no pretendo tener nada con ella, y pensé que te lo había dejado claro hace unas horas cuando te he dicho que te amo.
- Si de verdad me amaras no me ocultarías que tu exnovia se va contigo de gira.
- Joder, ¡ya tengo que amarte como para estar soportando toda esta mierda! - su expresión se endureció. - Si te digo que no quiero nada con ella, tendrías que creerme, ¡estoy harto de tu jodida desconfianza, de que estes constantemente dudando de mí! ¡que tenga la posibilidad de estar con una serie de chicas no significa que tengas que verme como un jodido infiel!
- Yo nunca... - fui a replicar bajando notablemente el tono de mi voz.
- ¡Cállate ya!
Aquello fue como miles de piedras cayéndome encima de una vez. Pude sentir cómo algo dentro de mí se hacía trizas y mis ojos comenzaron a llenarse de agua.
Ni hablar, no iba a darle esa satisfación.
Se escucharon un par de toques en la puerta y una voz femenina al otro lado de ella, era Allison.
- Justin, diez minutos y al escenario.
No aparté la mirada ni un segundo de él y lo solté.
- Eres un capullo.
Su rostro se dulcificó un tanto y yo me giré sobre mis talones abriendo la puerta del camerino antes de salir, pude escuchar el ruido del sillón arrastrarse por el suelo, señal de que se había levantado y ahogué el sonido de su voz con un fuerte portazo.
- Esper...
·Narra Justin·
Volví a desmoronarme sobre el sillón completamente mareado, la habitación entera daba vueltas. Pestañeé un par de veces pero aquello no mejoró y decidí echar la cabeza hacia atrás cerrando los ojos durante unos segundos.
¿Cómo había pasado todo aquello? Yo sólo buscaba la forma de que nadie saliese herido y había provocado justo lo contrario, no sé ni cómo podía haber sido capaz de llegar a gritarle.
Se me revolvió el estómago de volver a pensarlo y cuando quise darme cuenta estaba echando mi cuerpo hacia delante tratando de controlar las arcadas.
Mi nombre retumbó por cada rincón debido a la multitud que me esperaba y aquello me confundió aún más. Volví a abrir los ojos pero fue peor, el mareo se intensificó.
- Vamos Justin, esta todo en tu mente... intenta olvidarte del tema por un par de horas y cuando termine el concierto te vuelves a comer la cabeza pero olvidalo... - tomé aire profundamente relajando todos mis músculos y tratando de calmarme.
Comenzaba a dar resultado cuando los golpes en la puerta volvieron a sonar el doble de fuerte.
- ¡Dos minutos!
''Vamos allá'' y me puse en pie de un salto teniendo que apoyarme en la pared al instante. Caminé con cuidado hasta el pasillo y me dirigí hacia la zona de detrás del escenario subiendo las escaleras incorporadas en la pared que ascendían hasta las gigantescas alas de acero.
Escuchaba el murmullo de las voces de Scrappy y los demás a mis espaldas mientras me aferraba al pasamanos y me coloqué para que pudieran colocarme el arné de seguridad y el micrófono que me rozó los labios sujeto a la parte de detrás de mi cabeza.
Froté mis ojos sin saber muy bien qué hacer en aquel momento, todo aquello me había venido en cuestión de minutos, no podía ser que estuviese enfermo, lo más seguro sería que se me pasara cuando comenzase el show.
- Eh, chaval. - Scrappy me dio un suave golpe en el hombro y me puso las gafas de sol. - Que se te olvidaban.
- Oh, gracias. - respondí a media voz.
- Hoy no es tu día, eh. - su risa se fue alejando y escuché el sonido de sus pasos bajando las escaleras, yo abría y cerraba los ojos aún con la sensación de mareo. - Mucha suerte.
Justo cuando iba a hacer señas para que me bajaran de allí, un ruido ensordecedor se adueñó de todo el lugar y la música comenzó a sonar. No había vuelta atrás. Tranquilo, sólo serán un par de horas.
Poco a poco, la pantalla se fue abriendo y los focos me cegaron, los gritos se intensificaron y sentí el leve temblor de las alas al moverse hacia delante.
Me matuve firme durante todo el trayecto hasta el suelo tratando de hacer que los gritos y la imagen de todos mis fans me quitaran de la mente todo problema.
Sentí el suelo bajo mis pies y las manos de mis bailarines que acudían para ayudarme a deshacerme del arnés de seguridad y recordé entonces que la música ya había comenzado a sonar. Mierda.
·Narra _____·
(Unos minutos antes)
Mantenía la cabeza apoyada sobre el hombro de Ryan Good observando con desinterés la actuación de Ariana mientras éste revisaba su teléfono móvil. Lo cierto es que lo hacía realmente bien, tenía una voz preciosa, se había ganado al público desde el primer segundo. Tal vez era buena chica, la había juzgado casi sin conocerla tan sólo por celos, y lo cierto es que teniendo a Katia metiendo sus narices en el tema, el hecho de que Ariana fuera la telonera de Justin dejeba de ser una preocupación para mí.
Ryan atrajo mi atención poniendo la pantalla de su móvil delante de mí y leí el pequeño chiste verde que se veía en la pantalla soltando una leve risa.
- No me hagas reír, estoy enfadada. - repliqué.
- Si lo váis a solucionar en cuestión de minutos y lo sabes. - volvió a sumergirse en su conversación vía WhatsApp. - Tal y como me lo has contado me parece que has sido un poco dura, el chico no tiene la culpa de que esa pedazo de tía... - arqueé una ceja girando un poco la cabeza para mirarle. - ...tan mala y tan arpía vaya a ir de gira con nosotros, y tal vez no te lo contó porque no quería pelear contigo. Aunque eso no quita que no tengas razón, debes ponerte en su lugar.
Me quedé unos segundos pensativa y lancé un breve suspiro al aire, Ryan no había estado presente cuando Justin me había gritado que prácticamente me estaba soportando.
- Canta bien mi prima, eh.
Giré la cabeza hacia el asiento, anteriormente libre, de mi lado deseando que no fuera quien creía, pero no tuve aquella suerte.
- Sí. - respondí con sequedad incorporándome en mi asiento.
- Lo sé, el talento nos viene de familia. - soltó una aguda risa que me provocó un tremendo pitido de oídos.
Puse los ojos en blanco y RyGood rió por lo bajo al darse cuenta.
- ¿Me dejas ver tu colgante? - me giré y la pillé observando mi gargantilla con curiosidad antes de acercarse un poco para mirarla de cerca. - ¿Dónde la compraste?
- Me la regaló Justin. - contesté llevando mi mano a la nota musical que colgaba de mi cuello.
- Oh.
Aquello me produjo una enorme satisfación sin saber muy bien por qué y sonreí levemente volviendo a mirar hacia la actuación de Ariana que estaba a punto de terminar.
- Bueno... - volvió a cortar Katia. - será mejor que me vaya para estar allí cuando Ari salga del escenario, deja que...
Sentí su mano sobre mi hombro mientras se levantaba y de pronto me la ví echándo su cuerpo hacia delante en un ademán de caerse al suelo, aferrándose a mi gargantilla y arrancándola de mi cuello para finalmente parar la caída apoyando sus manos en mis rodillas. Coloqué mi mano sobre mi cuello en un intento desesperado porque el colgante quedara intacto pero ya era demasiado tarde, la cadena caía al suelo rota e independientemente de la pequeña nota musical.
- Dios mío, lo siento. - exclamó tapándose la boca con ambas manos.
Entreabrí mis labios agachándome para rescatar lo que quedaba de mi pequeño tesoro y mordí mi labio observándolo entre mis manos.
- Te pagaré uno mejor y más bonito, disculpadme. - y se largó por donde había llegado.
En aquel instante se me pasaron por la mente infinidad de maneras sobre cómo acabar con una persona en mitad de un estadio con capacidad para más de cincuentamil personas, apreté mi mandíbula y volví a mirar el regalo de Justin con un pequeño nudo en la garganta.
- Tenías razón, es una maldita arpía. - susurró Ryan desde mi lado.
Exhalé un entrecortado suspiro tratando de no sacar las cosas de quicio, pero joder, era el regalo que Justin me había hecho por mi cumpleaños, el día que me pidió que fuera suya, no quería parecer una niña pequeña pero mi corazón se había hecho pedazos al sentir cómo la cadena era arrancada de mi cuello de aquella manera.
Los gritos se intensificaron y ví entonces cómo Justin descendía desde la pantalla superior luciendo unas increíbles alas plateadas.
- Dámelo, veré qué puedo hacer para arreglarlo. - dijo Ryan levantando su voz y tomando lo que quedaba de mi collar entre sus manos para guardarlo en el bolsillo de su pantalón.
Sentí de pronto cómo una mano se cerraba sobre mi hombro desde atrás y logré distinguir la voz de Alfredo. Miré a mis espaldas y me lo encontré haciéndome señas para que le siguiera, y después de avisar a RyGood me dirigí a la zona de los pasillos tras él.
- Ten esto, no te preocupes, lo he puesto en modo automático, sólo tienes que enfocar y hacer la foto. - dijo colgando una enorme cámara profesional increíblemente pesada alrededor de mi cuello. - Necesito que me ayudes a hacer una sesión de fotos de este concierto para la página web, estoy que echo humo, ____, suele ayudarme Butsy pero él esta en Canadá, ¿lo harías?
Asentí enérgicamente y le acompañé hacia las escaleras descendiendo y colándonos en la zona situada entre las vallas de seguridad y el escenario. Algunas chicas se volvieron locas al reconocernos y las demás simplemente estaban absortas en la actuación mientras caminaba encorbada bajo la multitud de brazos que se alzaban con la esperanza de poder rozar la mano de aquel por el cual se encontraban allí.
Logré encontrar un sitio en el que las vallas estaban lo suficientemente alejadas del escenario como para que me fuera posible captar un par de fotos.
Lo cierto es que entre los efectos de luces, el inmenso escenario, la entrega de los fans, y el hecho de que Justin tenía la virtud de ser bastante fotogénico, conseguí capturar momentos increíbles.
Seguía a Justin tras la cámara cuando me pareció verle tambalearse, le notaba bastante raro, no bailaba con la misma intensidad que siempre, de hecho, parecía que lo evitaba, y su voz era algo apagada. Sentí una leve punzada sólo de pensar que hubiese sido por mi culpa.
Fue entonces cuando Justin atendió a las súplicas de las fans que se encontraban detrás de mí y se encaminó hacia mi dirección. Yo me agaché siendo consciente de la avalancha que aquello supondría contra mi persona, y desde abajo pude ser testigo de aquella imagen que me apresuré a fotografiar en seguida.
Decenas de manos logrando alcanzar aquella envuelta en un guante dorado.
Sonreí para mis adentros, pensaba pedirle a Alfredo que me regalase una copia de aquella foto cuando las voces incrédulas de algunas chicas me alertaron y levanté la vista asomando la cabeza por encima del escenario.
Se me encogió el corazón.
Justin se encontraba con el cuerpo inclinado hacia delante y apoyándose sobre sus rodillas se dio rápidamente la vuelta para comenzar a vomitar.
- ¡Justin! - grité sintiendo cómo el pulso se me disparaba.
Observaba con un nudo en la garganta cómo él no paraba de arquearse devolviéndolo todo y busqué rápidamente a alguien sobre el escenario que pudiera ayudarle distinguiendo a los bailarines que habían cesado de bailar y se dirigían hacia él. Volví mi mirada de nuevo hacia Justin y sentí cómo mi corazón daba un vuelco al verle caer sobre su brazo al suelo de espaldas a mí.
Sin poder aguantarlo más, apoyé mis manos sobre el escenario impulsándome y colocándo mi rodilla sobre él dispuesta a salir corriendo hacia él sintiendo cómo el miedo me invadía. Antes de tener oportunidad de saltar completamente al escenario, unos fuertes brazos me agarraron por detrás apartándome de él.
- ¡Quítame las manos de encima, maldito gorila! - chillé moviendo las piernas y revolviéndome luchando por mi libertad. - ¡Tengo que ir a ayudarle!
- Claro, al igual que las miles de chicas que hay aquí dentro, - contestó el de seguridad llevándome en brazos a través del pequeño pasillo. - no te preocupes jovencita, se pondrá bien, ¿qué asiento tenías? - preguntó dejándome en el suelo de nuevo.
Le miré con incredulidad y me quedé pensativa durante unos segundos dando por sentado que no iba a creerme si le decía que conocía a Justin y menos si le decía que era su novia, así que llevé a cabo el siguiente procedimiento.
- ¡Dios, van a tirar la valla! - señalé al lado opuesto al escenario llamándo su atención.
Como si mi vida dependiera de ello, me agarré al borde del escenario dándo un fuerte salto subiéndome a él en seguida y echando a correr bajo los gritos del gorila de seguridad, hacia la masa de bailarines y ayudantes de seguridad que se habían reunido en torno a Justin.
Me abrí paso entre ellos cuando ya lo habían levantado del suelo y se disponían a llevarlo al backstage. Les seguí tratando de ver a Justin y logré ver su rostro con los ojos cerrados entre ellos.
La voz de Scooter encabezaba aquel escudo humano y corrí hasta lograr ver su brazo que era sostenido por los bailarines que le trasladaban, sin dudarlo, agarré su mano con el corazón a mil por segundo y le perseguí hacia el interior.
- ¡Justin!
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Muy bien, hoy me gustaría aclarar algo. Hay lectoras, muy fieles a la novela y que sois de lo mejor, que quieren ser avisadas cada domingo cuando suba capítulo y que lo que hacen es RT el mismo tweet que yo les envié para avisarlas del anterior capítulo en el que pongo su user y demás y que luego me reclaman que por qué no las he avisado si ellas dieron RT. A ver, ESE no es el tweet en el que yo me baso para buscar a todas las lectoras de twitter que quieren que las avise, en ese sólo estas tú, así que NO tenéis por qué RT el tweet en el que os aviso, sólo el que yo os doy a continuación de cada capítulo, tenéis que hacer click en las letras señaladas y dar RT a ese si queréis que avise, espero que hayáis entendido porque a veces me expreso de mierda, en fin.
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domingo, 24 de noviembre de 2013
sábado, 16 de noviembre de 2013
Capítulo 42 - Inalcanzable.
{Capítulo 42}
·Narra ____·
Reía mientras él se divertía mordisqueando mi cuello y jugando a hacerme cosquillas, yo me encogí tratando de pararle y él se separó aún tendido a mi lado sobre el césped acariciando con sus dedos mi cuello. Había empezado a oscurecer y frente a nosotros el cielo tenía un precioso color rosado bajo el cual las luces de Los Angeles comenzaban a encenderse una por una.
- Al parecer te dejé un par de regalos. - rió mirando mi cuello.
Abrí más los ojos llevando mi mano al lugar que Justin rozaba con la yema de sus dedos.
- ¿Me has marcado? - pregunté. Él se encogió de hombros con una sonrisa pícara.
- Así todos tendrán bien claro que eres mía y de nadie más. - sonrió y pasó la lengua sobre sus labios humedeciéndolos y logrando llamar mi atención nuevamente.
- Yo no soy tuya. - susurré dirigiendo mi mirada a sus ojos que me observaban con infinita dulzura. - Así que te prohíbo marcarme más.
- ¿Seguro? - dijo aún más bajo rozando sus labios con los míos.
Asentí lentamente entrecerrando mis ojos y coloqué mi mano sobre su pecho. Atrapó mi labio inferior con los dientes tirando suavemente de él y volvió a susurrar contra mis labios.
- ¿Lo prometes?
Cerré los ojos negando y fue entonces cuando sus labios se acoplaron dulcemente a los míos a un ritmo exquisitamente lento. Miles de fuegos artificiales estallaron dentro de mí acompasando su sonido al de los latidos provocados por mi corazón. Juro que no existe mejor sensación que aquella, besaba tan bien.
Me separé unos milímetros sintiendo la necesidad de coger aire y él descendió nuevamente con sus labios a mi cuello, poco a poco fui introduciendo mi mano bajo la tela de su camiseta acariciando su estómago y él tensó sus abdominales marcándolos, lo cual me hizo sonreír.
- Qué fuerte esta mi chico.
Despegó sus labios de mi piel dándome un leve mordisco y me miró esbozando una sonrisa divertida.
- ¿Te gusta? - asentí sin poder evitar una pequeña risita. - Pero te gusta más mi espalda, por lo que se ve.
Fruncí el ceño extrañada ante su comentario y él se incorporó un poco levantando su camiseta para que pudiera ver su espalda. Abrí más mis ojos al ver los arañazos que se marcaban levemente sobre sus omóplatos.
Le miré llevando mi mano a mi boca sin saber cómo reaccionar.
- Dios mío, soy un monstruo. - susurré incorporándome para poder examinar de cerca aquellos arañazos.
Él se echó a reír sin parar y yo le miraba confundida.
- ¿Estas de broma? Estos arañazos son la prueba de que soy un dios en la cama. - me respondió sin parar de reír.
Cubrí mi rostro con mis manos y levanté tímidamente mi mirada a la suya.
- ¿Te duele?
De nuevo, estalló en mil risas esta vez abrazándome con fuerza, me contagié al escuchar aquel sonido, me era prácticamente imposible no sonreír cuando reía.
- Me he dado cuenta esta mañana en la ducha, cuando me las hiciste estaba demasiado concentrado en otros asuntos, por eso no me he quitado aún la camiseta, aunque debería hacerlo, quiero lucir mis cicatrices de buen foll...
- ¡Para! - reí tapándole la boca con mis manos y dejó de hablar mirándome enarcando una ceja.
- Vale, pero si tú no me prohíbes marcarte la piel, es lo mínimo después de haberme puesto así la espalda.
- Ha sido sin querer, imbécil. - reí y él se acercó dándome un suave mordisco en la mejilla. - Será mejor que nos vayamos, queda menos de una hora para el concierto y yo aún tengo que cambiarme de ropa.
- Mmmmm... -se quejó volviendo a tumbarse sobre el césped.
- Vamos Justin, nos van a matar, ¿puedes llamar a Alfredo para que vaya a casa y tú puedas irte directamente para así no tener que esperarme mientras me visto? Por favor, me agobia este asunto.
- Eso es porque eres una aburrida que no sabe divertirse, relájate, llegaremos bien...
- Justin. . volví a suplicarle.
Él se incorporó levantándose del suelo y desperezándosé, tras un sonoro bostezo sacó el móvil de su bolsillo.
- No te preocupes, vamos bien, además conozco un atajo.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
- De acuerdo. ¡Pisa otra vez!
Hundí la planta de mi pie sobre el acelerador del coche mientras Justin ponía todo su empeño en empujarlo desde la parte trasera.
Finalmente, su atajo nos había llevado a un camino totalmente embarrado por el cual las ruedas del lujoso descapotable no habían podido evitar hundirse en el profundo fango inmovilizándonos al completo.
El motor del coche rugió y las ruedas comenzaron a rodar sin éxito ninguno y levantando una cantidad enorme de barro que terminó cubriendo por completo a Justin quien, desafortunadamente se encontraba justo detrás de la rueda trasera.
Miré hacia mis espaldas y me tapé la boca con las manos al verle en aquel estado, escupía al suelo y trataba de limpiar su rostro para despejar sus ojos de la suciedad.
No pude evitarlo y comencé a reír desenfrenadamente sobre el asiento del conductor echando mi cabeza hacia detrás y sintiendo cómo mi barriga comenzaba a provocarme dolor de tanto reír, no olvidaría aquella imagen en mi vida.
- ¿Te hace gracia?
Volví a abrir los ojos y me lo encontré sonriendo y levantando los brazos desde atrás con su piel completamente ennegrecida.
- Demasiada. - contesté entre risas sacando mi móvil para rápidamente tomar una foto inmortalizando aquel irremplazable instante.
- Pues a mí ninguna, he perdido el jodido teléfono.
Me puse seria de pronto observándole buscar a su alrededor y mordí mi labio inferior abriendo la puerta del coche para poco después hundir mis zapatillas en el barro dirigiéndome hacia él con intención de ayudarle.
- Tiene que estar por aquí, ¿dónde se te ha caído? - pregunté con mis ojos fijos en el suelo.
Al ver que no respondía levanté mi mirada y me lo encontré de brazos abiertos con una ancha sonrisa que no me estaba inspirando ninguna confianza. Poco a poco se fue acercando a mí y yo retrocedí lentamente chocándo mi espalda contra la parte trasera del coche.
- Ni se te ocurra hacer lo que estas pensando... - le miré asustada sin saber qué hacer.
- Pero necesito tu cariño. - decía él con una sonrisa juguetona rompiendo cada vez más la distancia.
Comencé a reír y traté de saltar hacia el asiento trasero del coche por encima pero unos fuertes brazos se cerraron en torno a mi cintura impidiéndomelo y cuando quise darme cuenta, Justin me pegaba fuertemente a él ensuciandome de pies a cabeza por el barro mientras no parábamos de reír.
- ¡Déjame en paz! ¡Socorro! - gritaba entre carcajadas tratando de liberarme.
Tomó mi barbilla con fuerza haciéndome girar mi rostro hacia el suyo y en cuestión de segundos posaba bruscamente sus labios sobre los míos llenando mi cara de aquel líquido maloliente. Le dí un fuerte empujón huyendo lo más rápido posible entre carcajadas y escuchando cómo iba detrás de mí.
Al cabo de unos veinte minutos sin parar ni un sólo instante de hacer el gilipollas, logramos arrancar el coche y llegar a casa. Fredo nos esperaba en la puerta y se quedó completamente anonadado al vernos en aquel estado, yo le saludé sonriente antes de entrar en casa caminando con dificultad con cuidado de no resvalar.
- Malas noticias... he jodido la tapicería, tío. - escuché reír a Justin a mis espaldas.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
Lograba escuchar a la inmensa muchedumbre desde el asiento del copiloto de camino al gigantesco recinto del Staples Center de Los Angeles, conocido mundialmente. Movía mi pierna con nerviosismo mirando por la ventanilla del coche de Alfredo las impresionantes luces que se movían de un lado a otro desde el interior del estadio y las voces de las chicas que corrían por las calles para unirse a las demás llevando con ellas toda clase de pancartas en las que no paraba de repetirse el mismo nombre.
Aquel por el que todos ellos estaban allí, sonriendo, riendo, gritando, unidos por la misma cosa, la música que él compartía con el mundo, él, la persona a la que más quería en todo el mundo, que además me esperaba allí dentro, para que le apoyase en aquello, sentí cómo el vello se me erizaba cuando los gritos se intensificaron y me atravesaron resonando por cada esquina. Distinguí entonces a medida que nos fuimos acercando, el intento fallido del rap de Ryan Good, estaban haciendo las pruebas de sonido.
Alfredo paró frente a las grandes puertas metálicas que separaban la carretera del parking para el personal autorizado y mostró una tarjeta que colgaba de su cuello y se apartó para que yo pudiera mostrar la mía al policía encargado de vigilar.
Éste abrió las puertas y pudimos acceder al interior. Una vez aparcado el coche salí corriendo tirando de la mano de Alfredo que reía siendo testigo de mi emoción.
- ¿Dónde esta? - pregunté con una enorme sonrisa a Scooter que estaba en el pasillo hablando con Scrappy.
- ¿La responsabilidad de los jóvenes de hoy en día? No tengo ni la más mínima idea, es que ya hasta un cantante internacional se escaquea de sus malditos ensayos para irse de risitas con su novia ¿sabes? como no hay días para los besitos y las tonterías, no... él tiene que elegir la tarde antes de un concierto, encima se me presenta lleno de porquería de arriba a abajo y...
- Scooter, para, es la quinta vez que te veo perder los papeles hoy, te vas a quedar sin pelo. - Scrappy le agarró del brazo y yo me mostré inquieta.
- Pero lo importante es que todo esta bien ahora, ¿dónde esta? - me movía de un lado a otro sin poder contener mi emoción.
- ¿Te estas haciendo pis o algo? - preguntó Scrappy completamente en serio.
- En el camerino vistiéndose, a ver si tú consigues que deje de comer las bolsas de chucherías que le dejan las fans en los Meet&Greet, a saber qué se ha tragado ya.
- ¿Pero dónde esta el camerino? - pregunté entonces a punto de perder los nervios.
- ¿Se esta comiendo los dulces? Pero si Pattie se lo tiene prohibido desde siempre. - intervino entonces Scrappy sin hacerme caso.
- Pattie no esta, y cuando no esta, éste chico se cree omnipotente o algo.
Exhalé un exagerado suspiro y ambos me miraron, entonces Scooter esbozó una diminuta sonrisa señalándome el camino.
- Tercera puerta a la izquierda, llama antes por si... - salí disparada sin darle tiempo a terminar.- ¡pero guarda un poco la calma o te confundirán con una fan que ha conseguido colarse!
- ¿Acaso ves alguna diferencia? - rió Scrappy a mis espaldas.
Llegué con una inmensa sonrisa en mi cara al ver el cartel que había colgado donde se veía escrito ''Justin Bieber''. Giré el pomo abriendo la puerta rápidamente entre risas dispuesta a saltar sobre él para darle un abrazo pero mi sonrisa se esfumó en cuestión de segundos y me quedé inmóvil bajo el umbral de la puerta sintiendo como si me acabaran de dar una fuerte bofetada.
Justin dejó de abrazar a Katia al verme cambiando su expresión a una llena de pánico y se separó de ella casi movido por un resorte.
- Joder. - dijo simplemente.
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Sé que son bastante reducidos pero últimamente estoy de exámenes hasta el cuello e incluso puede que haya algún viernes que no pueda subir, de todas formas, espero que os hayan gustado los capítulos.
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·Narra ____·
Reía mientras él se divertía mordisqueando mi cuello y jugando a hacerme cosquillas, yo me encogí tratando de pararle y él se separó aún tendido a mi lado sobre el césped acariciando con sus dedos mi cuello. Había empezado a oscurecer y frente a nosotros el cielo tenía un precioso color rosado bajo el cual las luces de Los Angeles comenzaban a encenderse una por una.
- Al parecer te dejé un par de regalos. - rió mirando mi cuello.
Abrí más los ojos llevando mi mano al lugar que Justin rozaba con la yema de sus dedos.
- ¿Me has marcado? - pregunté. Él se encogió de hombros con una sonrisa pícara.
- Así todos tendrán bien claro que eres mía y de nadie más. - sonrió y pasó la lengua sobre sus labios humedeciéndolos y logrando llamar mi atención nuevamente.
- Yo no soy tuya. - susurré dirigiendo mi mirada a sus ojos que me observaban con infinita dulzura. - Así que te prohíbo marcarme más.
- ¿Seguro? - dijo aún más bajo rozando sus labios con los míos.
Asentí lentamente entrecerrando mis ojos y coloqué mi mano sobre su pecho. Atrapó mi labio inferior con los dientes tirando suavemente de él y volvió a susurrar contra mis labios.
- ¿Lo prometes?
Cerré los ojos negando y fue entonces cuando sus labios se acoplaron dulcemente a los míos a un ritmo exquisitamente lento. Miles de fuegos artificiales estallaron dentro de mí acompasando su sonido al de los latidos provocados por mi corazón. Juro que no existe mejor sensación que aquella, besaba tan bien.
Me separé unos milímetros sintiendo la necesidad de coger aire y él descendió nuevamente con sus labios a mi cuello, poco a poco fui introduciendo mi mano bajo la tela de su camiseta acariciando su estómago y él tensó sus abdominales marcándolos, lo cual me hizo sonreír.
- Qué fuerte esta mi chico.
Despegó sus labios de mi piel dándome un leve mordisco y me miró esbozando una sonrisa divertida.
- ¿Te gusta? - asentí sin poder evitar una pequeña risita. - Pero te gusta más mi espalda, por lo que se ve.
Fruncí el ceño extrañada ante su comentario y él se incorporó un poco levantando su camiseta para que pudiera ver su espalda. Abrí más mis ojos al ver los arañazos que se marcaban levemente sobre sus omóplatos.
Le miré llevando mi mano a mi boca sin saber cómo reaccionar.
- Dios mío, soy un monstruo. - susurré incorporándome para poder examinar de cerca aquellos arañazos.
Él se echó a reír sin parar y yo le miraba confundida.
- ¿Estas de broma? Estos arañazos son la prueba de que soy un dios en la cama. - me respondió sin parar de reír.
Cubrí mi rostro con mis manos y levanté tímidamente mi mirada a la suya.
- ¿Te duele?
De nuevo, estalló en mil risas esta vez abrazándome con fuerza, me contagié al escuchar aquel sonido, me era prácticamente imposible no sonreír cuando reía.
- Me he dado cuenta esta mañana en la ducha, cuando me las hiciste estaba demasiado concentrado en otros asuntos, por eso no me he quitado aún la camiseta, aunque debería hacerlo, quiero lucir mis cicatrices de buen foll...
- ¡Para! - reí tapándole la boca con mis manos y dejó de hablar mirándome enarcando una ceja.
- Vale, pero si tú no me prohíbes marcarte la piel, es lo mínimo después de haberme puesto así la espalda.
- Ha sido sin querer, imbécil. - reí y él se acercó dándome un suave mordisco en la mejilla. - Será mejor que nos vayamos, queda menos de una hora para el concierto y yo aún tengo que cambiarme de ropa.
- Mmmmm... -se quejó volviendo a tumbarse sobre el césped.
- Vamos Justin, nos van a matar, ¿puedes llamar a Alfredo para que vaya a casa y tú puedas irte directamente para así no tener que esperarme mientras me visto? Por favor, me agobia este asunto.
- Eso es porque eres una aburrida que no sabe divertirse, relájate, llegaremos bien...
- Justin. . volví a suplicarle.
Él se incorporó levantándose del suelo y desperezándosé, tras un sonoro bostezo sacó el móvil de su bolsillo.
- No te preocupes, vamos bien, además conozco un atajo.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
- De acuerdo. ¡Pisa otra vez!
Hundí la planta de mi pie sobre el acelerador del coche mientras Justin ponía todo su empeño en empujarlo desde la parte trasera.
Finalmente, su atajo nos había llevado a un camino totalmente embarrado por el cual las ruedas del lujoso descapotable no habían podido evitar hundirse en el profundo fango inmovilizándonos al completo.
El motor del coche rugió y las ruedas comenzaron a rodar sin éxito ninguno y levantando una cantidad enorme de barro que terminó cubriendo por completo a Justin quien, desafortunadamente se encontraba justo detrás de la rueda trasera.
Miré hacia mis espaldas y me tapé la boca con las manos al verle en aquel estado, escupía al suelo y trataba de limpiar su rostro para despejar sus ojos de la suciedad.
No pude evitarlo y comencé a reír desenfrenadamente sobre el asiento del conductor echando mi cabeza hacia detrás y sintiendo cómo mi barriga comenzaba a provocarme dolor de tanto reír, no olvidaría aquella imagen en mi vida.
- ¿Te hace gracia?
Volví a abrir los ojos y me lo encontré sonriendo y levantando los brazos desde atrás con su piel completamente ennegrecida.
- Demasiada. - contesté entre risas sacando mi móvil para rápidamente tomar una foto inmortalizando aquel irremplazable instante.
- Pues a mí ninguna, he perdido el jodido teléfono.
Me puse seria de pronto observándole buscar a su alrededor y mordí mi labio inferior abriendo la puerta del coche para poco después hundir mis zapatillas en el barro dirigiéndome hacia él con intención de ayudarle.
- Tiene que estar por aquí, ¿dónde se te ha caído? - pregunté con mis ojos fijos en el suelo.
Al ver que no respondía levanté mi mirada y me lo encontré de brazos abiertos con una ancha sonrisa que no me estaba inspirando ninguna confianza. Poco a poco se fue acercando a mí y yo retrocedí lentamente chocándo mi espalda contra la parte trasera del coche.
- Ni se te ocurra hacer lo que estas pensando... - le miré asustada sin saber qué hacer.
- Pero necesito tu cariño. - decía él con una sonrisa juguetona rompiendo cada vez más la distancia.
Comencé a reír y traté de saltar hacia el asiento trasero del coche por encima pero unos fuertes brazos se cerraron en torno a mi cintura impidiéndomelo y cuando quise darme cuenta, Justin me pegaba fuertemente a él ensuciandome de pies a cabeza por el barro mientras no parábamos de reír.
- ¡Déjame en paz! ¡Socorro! - gritaba entre carcajadas tratando de liberarme.
Tomó mi barbilla con fuerza haciéndome girar mi rostro hacia el suyo y en cuestión de segundos posaba bruscamente sus labios sobre los míos llenando mi cara de aquel líquido maloliente. Le dí un fuerte empujón huyendo lo más rápido posible entre carcajadas y escuchando cómo iba detrás de mí.
Al cabo de unos veinte minutos sin parar ni un sólo instante de hacer el gilipollas, logramos arrancar el coche y llegar a casa. Fredo nos esperaba en la puerta y se quedó completamente anonadado al vernos en aquel estado, yo le saludé sonriente antes de entrar en casa caminando con dificultad con cuidado de no resvalar.
- Malas noticias... he jodido la tapicería, tío. - escuché reír a Justin a mis espaldas.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
Lograba escuchar a la inmensa muchedumbre desde el asiento del copiloto de camino al gigantesco recinto del Staples Center de Los Angeles, conocido mundialmente. Movía mi pierna con nerviosismo mirando por la ventanilla del coche de Alfredo las impresionantes luces que se movían de un lado a otro desde el interior del estadio y las voces de las chicas que corrían por las calles para unirse a las demás llevando con ellas toda clase de pancartas en las que no paraba de repetirse el mismo nombre.
Aquel por el que todos ellos estaban allí, sonriendo, riendo, gritando, unidos por la misma cosa, la música que él compartía con el mundo, él, la persona a la que más quería en todo el mundo, que además me esperaba allí dentro, para que le apoyase en aquello, sentí cómo el vello se me erizaba cuando los gritos se intensificaron y me atravesaron resonando por cada esquina. Distinguí entonces a medida que nos fuimos acercando, el intento fallido del rap de Ryan Good, estaban haciendo las pruebas de sonido.
Alfredo paró frente a las grandes puertas metálicas que separaban la carretera del parking para el personal autorizado y mostró una tarjeta que colgaba de su cuello y se apartó para que yo pudiera mostrar la mía al policía encargado de vigilar.
Éste abrió las puertas y pudimos acceder al interior. Una vez aparcado el coche salí corriendo tirando de la mano de Alfredo que reía siendo testigo de mi emoción.
- ¿Dónde esta? - pregunté con una enorme sonrisa a Scooter que estaba en el pasillo hablando con Scrappy.
- ¿La responsabilidad de los jóvenes de hoy en día? No tengo ni la más mínima idea, es que ya hasta un cantante internacional se escaquea de sus malditos ensayos para irse de risitas con su novia ¿sabes? como no hay días para los besitos y las tonterías, no... él tiene que elegir la tarde antes de un concierto, encima se me presenta lleno de porquería de arriba a abajo y...
- Scooter, para, es la quinta vez que te veo perder los papeles hoy, te vas a quedar sin pelo. - Scrappy le agarró del brazo y yo me mostré inquieta.
- Pero lo importante es que todo esta bien ahora, ¿dónde esta? - me movía de un lado a otro sin poder contener mi emoción.
- ¿Te estas haciendo pis o algo? - preguntó Scrappy completamente en serio.
- En el camerino vistiéndose, a ver si tú consigues que deje de comer las bolsas de chucherías que le dejan las fans en los Meet&Greet, a saber qué se ha tragado ya.
- ¿Pero dónde esta el camerino? - pregunté entonces a punto de perder los nervios.
- ¿Se esta comiendo los dulces? Pero si Pattie se lo tiene prohibido desde siempre. - intervino entonces Scrappy sin hacerme caso.
- Pattie no esta, y cuando no esta, éste chico se cree omnipotente o algo.
Exhalé un exagerado suspiro y ambos me miraron, entonces Scooter esbozó una diminuta sonrisa señalándome el camino.
- Tercera puerta a la izquierda, llama antes por si... - salí disparada sin darle tiempo a terminar.- ¡pero guarda un poco la calma o te confundirán con una fan que ha conseguido colarse!
- ¿Acaso ves alguna diferencia? - rió Scrappy a mis espaldas.
Llegué con una inmensa sonrisa en mi cara al ver el cartel que había colgado donde se veía escrito ''Justin Bieber''. Giré el pomo abriendo la puerta rápidamente entre risas dispuesta a saltar sobre él para darle un abrazo pero mi sonrisa se esfumó en cuestión de segundos y me quedé inmóvil bajo el umbral de la puerta sintiendo como si me acabaran de dar una fuerte bofetada.
Justin dejó de abrazar a Katia al verme cambiando su expresión a una llena de pánico y se separó de ella casi movido por un resorte.
- Joder. - dijo simplemente.
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Sé que son bastante reducidos pero últimamente estoy de exámenes hasta el cuello e incluso puede que haya algún viernes que no pueda subir, de todas formas, espero que os hayan gustado los capítulos.
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Capítulo 41 - Inalcanzable.
{Capítulo 41}
·Narra _____·
Jugaba con el pelo de Anna mientras ambas nos sentábamos en torno a Justin y un grupo reducido de bailarines que mostraban el baile que tendría lugar en la zona delantera del escenario mientras los demás ensayaban por su cuenta en la zona opuesta de la sala, la coordinación era asombrosa, aunque el jefe no parecía estar muy satisfecho. Miré a Justin cuando paró todo para hablar.
- Carline, vas atrasada todo el rato, paro un poco para que cogas el ritmo y sigues llendo atrasada.
- No es verdad, iba sincronizada con el resto del grupo. - replicó ésta sin miedo, me gustó que fuera de las que sabían plantar cara, en todo lo que llevaba de tarde en los ensayos, lo único que había visto era cómo aceptaban las órdenes de Justin sin replicar, era como si tuvieran miedo de él. - Estoy constantemente comprobándolo.
- Sí es verdad, y cada vez te pegas más, como sigas así vas a terminar poniéndome la zancadilla. - Justin parecía querer aparentar seriedad, sin embargo tenía una expresión divertida mientras reñía a su bailarina. - Pero no te culpo, a veces se puede venir un poco oxidado de las vacaciones, ya volverás a cogerle el truco.
- Yo no estoy oxidada.- ella frunció el ceño poniendo los brazos en jarra, reí al ver la indignación con la que se había tomado el asunto.
- No lo estas, tranquila, es que mi novio necesita sentirse poderoso hoy, le he tenido bajo control en todo lo que lleváis de vacaciones y le hace falta, tú síguele el rollo. - le expliqué a Carline interviniendo, que me escuchó dibujando una leve sonrisa cómplice mientras que por otro lado, Justin enarcaba una ceja sin el más mínimo rastro de humor en su rostro.
- ¿De qué estas hablando? Intento que el show de esta noche salga perfecto. - se picó.
- Ya, lo que tú digas, marimandón. - mojé mis labios conteniendo las ganas de echarme a reír tras ver su expresión de fastidio. - No haces más que gritar e intimidar a tus bailarines, creo que voy a llamar a tu madre a ver si con ella se te bajan esos humos de rey de la casa. - le dije sin dejar de mirarle a lo ojos.
El grupo de bailarines que le rodeaban comenzó a reír, incluida Anna y Justin cerró sus ojos con una pequeña sonrisa, consciente de que estaba montando aquella escena a propósito.
Carraspeó un par de veces y trató de volver a tomar el control de la situación.
- Tengo diecinueve años, no me preocupa lo que pueda hacer mi madre al respecto, la verdad. - se giró con intención de continuar con los ensayos.
- ¿No? - le miré juguetona.
- En absoluto. - respondió volviéndose de nuevo hacia a mí.
- Entonces no tendré que preocuparme porque me lo impidas. - susurré a la vez que sacaba mi móvil del bolsillo, él mordió levemente su labio inferior mientras yo colocaba el móvil en mi oreja. - ¿Hola? ¿Pattie?
Sin previo aviso, Justin corrió hacia a mí con intención de arrancarme el móvil de las manos si fuera necesario y yo lo escondí velozmente tras mi espalda soltando una carcajada tratando de arrastrarme por el suelo para alejarme de él.
- Eres como un niño. - reí.
- Seguid unos minutos sin mí, chicos. - anunció con la mirada fija en mí.
Me levanté del suelo con intención de echar a correr fuera de la sala y comenzar con una divertida persecución pero sin que me diera tiempo a darme la vuelta, Justin dobló su cuerpo hacia delante agarrándome por la cintura y levantándome del suelo apoyando mi estómago en su hombro. Solté una breve exclamación y agarré su camiseta por la espalda aporreándola con mis puños y con el pelo en la cara mientras él caminaba llevándome a cuestas
- ¡Suéltame!
- ¿Y si no? ¿se lo dirás a mi madre?
Reí y llevé mis manos hacia sus pantalones subiéndoselos todo lo posible cuando sentí que Justin me pellizcaba el trasero, las risas de los bailarines resonaron por toda la habitación.
- ¡Justin!
Él rió cambiándome de posición y cogiéndome en brazos esta vez al estilo nupcial. Yo me agarré a su cuello creyendo por un momento que me dejaba caer, finalmente fue él quien se sentó en el suelo.
Abrió sus piernas haciéndome hueco para que pudiera sentarme entre ellas manteniendo en todo momento sus brazos en torno a mí y sonreí escondiendo mi cara en su pecho cerrando los ojos mientras él me abrazaba.
- ¿A qué viene dejarme en ridículo delante de mi equipo? - susurró contra mi pelo haciéndome cosquillas a la vez.
Reí removiéndome y levanté la mirada observándole.
- Te veía demasiado subidito y decidí asumir la responsabilidad de mantenerte en la tierra, señor jefe.
Justin ensanchó su sonrisa intensificando las cosquillas y yo reí encogiéndome para tratar de evitar que continuara aquella dulce tortura.
Cuando por fin se apiadó de mí y paró de hacerme cosquillas, logré escuchar su voz muy cerca de mi oído.
- ¿Y si nos vamos corriendo y pasamos el resto del día tú y yo solos?
- ¿Quieres que nos escapemos? - respondí en su mismo tono de voz colocando mi frente sobre la suya.
- Te quiero a ti, para mí solo.
- ¿Y qué pasa con el concierto?
- Al diablo el concierto, escapémonos.
Aquello terminó de partirme en dos, mierda, iría hasta el fin de el mundo si él me lo pidiese. Aún así no podía dejarle faltar al concierto de aquella forma, si en adelante se arrepentía, me sentiría demasiado culpable.
- Pero van a ir muchas personas que quieren verte cantar. - dije a media voz agarrándo su camiseta y sin saber muy bien si quería que insistiera o me diera la razón.
- Podemos marcharnos y volver antes de que empiece la actuación, sólo serán un par de horas, te lo prometo.
Su sonrisa fue en aumento y no pude evitar sentirme emocionada, mordí mi labio asintiendo rápidamente y Justin miró hacia todas partes pensativo.
-Si salimos por la puerta nos puede ver cualquiera. - le recordé separándome un poco y sentándome en el suelo de frente a él.
- Lo sé, estoy pensando, a lo mejor... - miró a un punto fijo de la sala durante unos segundos que se me hicieron eternos, y cuando estuve a punto de girarme para ver qué era lo que había llamado su atención, se acercó para hablarme al oído tapándo su boca con la mano. - Vamos a entrar los dos en el cuarto de baño, si nos ve alguien y se dan cuenta de que tardamos, pensarán que estaremos a lo nuestro, hay una ventana que da a la parte trasera de este sitio donde tengo el coche aparcado, saldremos por allí.
- Dios, Scooter va a matarnos. - reí a la vez que asentía y levanté la mirada cuando él se puso en pie y me ayudó a levantarme.
- Ponte pastelosa por si alguien mira y así dar el pego.
Mantuve mi mano cogida a la suya mientras andábamos y le agarré ese mismo brazo con mi otra mano libre apoyando mi mejilla en su hombro y mirando de reojo que los bailarines aún siguieran concentrados en los ensayos. Una vez dentro de los servicios, Justin se separó de mí abriéndo la ventana que había sobre los lavabos apoyándo su pie en uno de ellos e impulsándose así para llegar hasta la ventana.
- Justin, te vas a caer, no puedo mirar.
- Qué poca fe, Brooks. - le escuché reír tapando mis ojos con las manos. - Ya esta, ven que te ayude a subir.
Destapé mi campo de visión y ví que se había sentado con una pierna fuera tendiéndome la mano.
La agarré con fuerza imitando cada uno de los pasos que él había hecho anteriormente y me subí al lavabo, entonces él sacó su otra pierna hacia fuera de la ventana y se dejó caer. No volví a respirar hasta que no escuché de nuevo su voz.
- Vamos, salta, te cojo.
Me impulsé agarrándome al marco de a ventana y echándo un último vistazo hacia la puerta por si a alguien se le había ocurrido entrar y me subí a la ventana mirando la altura que me separaba del suelo y viendo a Justin con los brazos extendidos esperándome.
- Me voy a caer.
- No lo harás, te prometo que te cojeré.
Sin pensarlo demasiado, salté desde la ventana agarrándome al cuello de Justin cuando éste me atrapó al vuelo dejándome en pie sobre el suelo intacta.
- Te lo dije. - sonrió besando mi frente antes de coger mi mano.
Cuando quise darme cuenta, salíamos corriendo de allí.
·Narra Justin·
Si aquello no era el cielo estaba muy cerca de serlo.
Hacía muchísimo tiempo que no sentía aquel nivel de paz a mi alrededor, todo lo que hacía tan sólo un rato me preocupaba, había desaparecido sin dejar rastro. Sólo se escuchaban las hojas de los árboles más cercanos al moverse con el viento y el sonido de su dulce voz tarareando Imagine de John Lennon.
Tenía a cabeza apoyada sobre su regazo, ambos nos encontrábamos sentados en el suelo admirando las increíbles vistas que daban a la ciudad de Los Angeles.
______ apoyaba su espalda sobre uno de los anchos y fuertes hierros que sostenían la letra W del mítico cartel en honor a HOLLYWOOD y yo me había tumbado sobre el suelo dejando caer mi cabeza sobre sus piernas.
Acariciaba mi frente echándome hacia atrás los mechones de pelo que se habían despeinado durante el viaje en descapotable, sonreí al recordarla levantando los brazos mientras ambos cantábamos cualquier canción que pusieran por la radio.
- Cantas muy bien. - susurré.
- No lo creo. - respondió ella llevando su otra mano a mi mejilla acariciándola.
Abrí mis ojos para encontrarme con su sonrisa y ella continuó tarareando para mí.
- No tienes idea de cuánto te necesito.
- Ni la mitad de lo que yo a ti, tenlo por seguro. - y se agachó para depositar un dulce beso sobre mis labios.
- No me entiendes, has entrado en mi vida y lo has revolucionado todo. No hago más que sentarme y mirar cómo el mundo entero lucha por hundirme cada vez más, y hay veces en las que estoy muy... muy deprimido como... van a acabar conmigo. - hice una breve pausa, ella había cesado las caricias y me observaba con seriedad. - Siempre estan ahí, por mucho que me esconda, por cada cosa que hago, estan detrás mía, y siempre con el mismo propósito, quieren destruirme.
Escuché entonces cómo su respiración se hacía más pesada y cogí su mano tratando de calmarla antes de proseguir.
- He tenido mil pesadillas, ellos aparecían en todas, y siempre eran más que yo, mayores en número, más imponentes, más confiados y más insensibles... Nunca me dejan respirar, siento que mi vida esta siendo manejada a su antojo y es algo que me consume por dentro, ellos me empequeñecen muy poco a poco.- Una pequeña lágrima rodó por su mejilla y rápidamente la atrapé con mi pulgar. - La música era lo único que me mantenía a flote, cada vez que ellos se hacían con mis pensamientos, yo los echaba tocando el piano, la guitarra, incluso entonando un par de notas, recordaba por qué estaba allí, y recordaba a todas las personas que sí estaban de mi parte. - Sonreí mirándola y ella devolvió esa sonrisa. - Pero luego te encontré a ti, y no sé cómo comenzaste a hacerlo desde el primer momento, no sé cómo no me dí cuenta en aquel mismo instante, pero siempre que tú estabas conmigo, todo aquello que anteriormente me había hecho sentir basura, desaparecía. Ellos intentaban volver a derrumbarme, a obligarme a refugiarme y a esconderme una vez más, pero llegabas tú y me hacías reír, o me enfadabas, o te enfadabas tú conmigo, tú y esa manía tuya de sonreír y hacer que todo lo demás me importe una mierda, tú y tu amor a lo que yo amo, a mi música, tu inocencia, y tus gamberradas, tus ganas de hacerme rabiar, esa habilidad tuya de besarme y volverme completamente loco, tú y tu manera de hacerme sentir querido, de hacer que confíe en ti hasta tal punto de hacer cualquier cosa que me pidas... - me incorporé finalmente para poder estar a su misma altura y acerqué mi cara a la suya mirándo sus ojos. - Nadie, en la vida me ha hecho sentir de esta manera, nadie...
Se me quebró la voz y ella cogió aire antes de hablar en un susurro, de manera que sólo nosotros en todo el mundo fuimos testigos de aquellas palabras.
- Te amo.
Y mi corazón dejó de latir durante los siguientes dos segundos, dejé de sentir el suelo debajo de mí y una fuerte sensación de júbilo me atravesó dejándome completamente atontado.
- Yo también te amo.
Ella soltó una leve risa y me echó los brazos al cuello volviéndo a tumbarme sobre el césped, la sostuve por la cintura sin dejar de mirar su sonrisa mientras lo decía una y otra vez.
- Te amo, te amo, te amo, te am...
Y la besé. Porque no había cosa en este mundo que deseara más que aquello, porque nada me hubiera podido impedir que lo hiciera, por que ella me correspondía, porque ni ellos podían destruir esto, porque la amaba y tenía más claro que nunca que era a su lado donde quería estar.
·Narra _____·
Jugaba con el pelo de Anna mientras ambas nos sentábamos en torno a Justin y un grupo reducido de bailarines que mostraban el baile que tendría lugar en la zona delantera del escenario mientras los demás ensayaban por su cuenta en la zona opuesta de la sala, la coordinación era asombrosa, aunque el jefe no parecía estar muy satisfecho. Miré a Justin cuando paró todo para hablar.
- Carline, vas atrasada todo el rato, paro un poco para que cogas el ritmo y sigues llendo atrasada.
- No es verdad, iba sincronizada con el resto del grupo. - replicó ésta sin miedo, me gustó que fuera de las que sabían plantar cara, en todo lo que llevaba de tarde en los ensayos, lo único que había visto era cómo aceptaban las órdenes de Justin sin replicar, era como si tuvieran miedo de él. - Estoy constantemente comprobándolo.
- Sí es verdad, y cada vez te pegas más, como sigas así vas a terminar poniéndome la zancadilla. - Justin parecía querer aparentar seriedad, sin embargo tenía una expresión divertida mientras reñía a su bailarina. - Pero no te culpo, a veces se puede venir un poco oxidado de las vacaciones, ya volverás a cogerle el truco.
- Yo no estoy oxidada.- ella frunció el ceño poniendo los brazos en jarra, reí al ver la indignación con la que se había tomado el asunto.
- No lo estas, tranquila, es que mi novio necesita sentirse poderoso hoy, le he tenido bajo control en todo lo que lleváis de vacaciones y le hace falta, tú síguele el rollo. - le expliqué a Carline interviniendo, que me escuchó dibujando una leve sonrisa cómplice mientras que por otro lado, Justin enarcaba una ceja sin el más mínimo rastro de humor en su rostro.
- ¿De qué estas hablando? Intento que el show de esta noche salga perfecto. - se picó.
- Ya, lo que tú digas, marimandón. - mojé mis labios conteniendo las ganas de echarme a reír tras ver su expresión de fastidio. - No haces más que gritar e intimidar a tus bailarines, creo que voy a llamar a tu madre a ver si con ella se te bajan esos humos de rey de la casa. - le dije sin dejar de mirarle a lo ojos.
El grupo de bailarines que le rodeaban comenzó a reír, incluida Anna y Justin cerró sus ojos con una pequeña sonrisa, consciente de que estaba montando aquella escena a propósito.
Carraspeó un par de veces y trató de volver a tomar el control de la situación.
- Tengo diecinueve años, no me preocupa lo que pueda hacer mi madre al respecto, la verdad. - se giró con intención de continuar con los ensayos.
- ¿No? - le miré juguetona.
- En absoluto. - respondió volviéndose de nuevo hacia a mí.
- Entonces no tendré que preocuparme porque me lo impidas. - susurré a la vez que sacaba mi móvil del bolsillo, él mordió levemente su labio inferior mientras yo colocaba el móvil en mi oreja. - ¿Hola? ¿Pattie?
Sin previo aviso, Justin corrió hacia a mí con intención de arrancarme el móvil de las manos si fuera necesario y yo lo escondí velozmente tras mi espalda soltando una carcajada tratando de arrastrarme por el suelo para alejarme de él.
- Eres como un niño. - reí.
- Seguid unos minutos sin mí, chicos. - anunció con la mirada fija en mí.
Me levanté del suelo con intención de echar a correr fuera de la sala y comenzar con una divertida persecución pero sin que me diera tiempo a darme la vuelta, Justin dobló su cuerpo hacia delante agarrándome por la cintura y levantándome del suelo apoyando mi estómago en su hombro. Solté una breve exclamación y agarré su camiseta por la espalda aporreándola con mis puños y con el pelo en la cara mientras él caminaba llevándome a cuestas
- ¡Suéltame!
- ¿Y si no? ¿se lo dirás a mi madre?
Reí y llevé mis manos hacia sus pantalones subiéndoselos todo lo posible cuando sentí que Justin me pellizcaba el trasero, las risas de los bailarines resonaron por toda la habitación.
- ¡Justin!
Él rió cambiándome de posición y cogiéndome en brazos esta vez al estilo nupcial. Yo me agarré a su cuello creyendo por un momento que me dejaba caer, finalmente fue él quien se sentó en el suelo.
Abrió sus piernas haciéndome hueco para que pudiera sentarme entre ellas manteniendo en todo momento sus brazos en torno a mí y sonreí escondiendo mi cara en su pecho cerrando los ojos mientras él me abrazaba.
- ¿A qué viene dejarme en ridículo delante de mi equipo? - susurró contra mi pelo haciéndome cosquillas a la vez.
Reí removiéndome y levanté la mirada observándole.
- Te veía demasiado subidito y decidí asumir la responsabilidad de mantenerte en la tierra, señor jefe.
Justin ensanchó su sonrisa intensificando las cosquillas y yo reí encogiéndome para tratar de evitar que continuara aquella dulce tortura.
Cuando por fin se apiadó de mí y paró de hacerme cosquillas, logré escuchar su voz muy cerca de mi oído.
- ¿Y si nos vamos corriendo y pasamos el resto del día tú y yo solos?
- ¿Quieres que nos escapemos? - respondí en su mismo tono de voz colocando mi frente sobre la suya.
- Te quiero a ti, para mí solo.
- ¿Y qué pasa con el concierto?
- Al diablo el concierto, escapémonos.
Aquello terminó de partirme en dos, mierda, iría hasta el fin de el mundo si él me lo pidiese. Aún así no podía dejarle faltar al concierto de aquella forma, si en adelante se arrepentía, me sentiría demasiado culpable.
- Pero van a ir muchas personas que quieren verte cantar. - dije a media voz agarrándo su camiseta y sin saber muy bien si quería que insistiera o me diera la razón.
- Podemos marcharnos y volver antes de que empiece la actuación, sólo serán un par de horas, te lo prometo.
Su sonrisa fue en aumento y no pude evitar sentirme emocionada, mordí mi labio asintiendo rápidamente y Justin miró hacia todas partes pensativo.
-Si salimos por la puerta nos puede ver cualquiera. - le recordé separándome un poco y sentándome en el suelo de frente a él.
- Lo sé, estoy pensando, a lo mejor... - miró a un punto fijo de la sala durante unos segundos que se me hicieron eternos, y cuando estuve a punto de girarme para ver qué era lo que había llamado su atención, se acercó para hablarme al oído tapándo su boca con la mano. - Vamos a entrar los dos en el cuarto de baño, si nos ve alguien y se dan cuenta de que tardamos, pensarán que estaremos a lo nuestro, hay una ventana que da a la parte trasera de este sitio donde tengo el coche aparcado, saldremos por allí.
- Dios, Scooter va a matarnos. - reí a la vez que asentía y levanté la mirada cuando él se puso en pie y me ayudó a levantarme.
- Ponte pastelosa por si alguien mira y así dar el pego.
Mantuve mi mano cogida a la suya mientras andábamos y le agarré ese mismo brazo con mi otra mano libre apoyando mi mejilla en su hombro y mirando de reojo que los bailarines aún siguieran concentrados en los ensayos. Una vez dentro de los servicios, Justin se separó de mí abriéndo la ventana que había sobre los lavabos apoyándo su pie en uno de ellos e impulsándose así para llegar hasta la ventana.
- Justin, te vas a caer, no puedo mirar.
- Qué poca fe, Brooks. - le escuché reír tapando mis ojos con las manos. - Ya esta, ven que te ayude a subir.
Destapé mi campo de visión y ví que se había sentado con una pierna fuera tendiéndome la mano.
La agarré con fuerza imitando cada uno de los pasos que él había hecho anteriormente y me subí al lavabo, entonces él sacó su otra pierna hacia fuera de la ventana y se dejó caer. No volví a respirar hasta que no escuché de nuevo su voz.
- Vamos, salta, te cojo.
Me impulsé agarrándome al marco de a ventana y echándo un último vistazo hacia la puerta por si a alguien se le había ocurrido entrar y me subí a la ventana mirando la altura que me separaba del suelo y viendo a Justin con los brazos extendidos esperándome.
- Me voy a caer.
- No lo harás, te prometo que te cojeré.
Sin pensarlo demasiado, salté desde la ventana agarrándome al cuello de Justin cuando éste me atrapó al vuelo dejándome en pie sobre el suelo intacta.
- Te lo dije. - sonrió besando mi frente antes de coger mi mano.
Cuando quise darme cuenta, salíamos corriendo de allí.
·Narra Justin·
Si aquello no era el cielo estaba muy cerca de serlo.
Hacía muchísimo tiempo que no sentía aquel nivel de paz a mi alrededor, todo lo que hacía tan sólo un rato me preocupaba, había desaparecido sin dejar rastro. Sólo se escuchaban las hojas de los árboles más cercanos al moverse con el viento y el sonido de su dulce voz tarareando Imagine de John Lennon.
Tenía a cabeza apoyada sobre su regazo, ambos nos encontrábamos sentados en el suelo admirando las increíbles vistas que daban a la ciudad de Los Angeles.
______ apoyaba su espalda sobre uno de los anchos y fuertes hierros que sostenían la letra W del mítico cartel en honor a HOLLYWOOD y yo me había tumbado sobre el suelo dejando caer mi cabeza sobre sus piernas.
Acariciaba mi frente echándome hacia atrás los mechones de pelo que se habían despeinado durante el viaje en descapotable, sonreí al recordarla levantando los brazos mientras ambos cantábamos cualquier canción que pusieran por la radio.
- Cantas muy bien. - susurré.
- No lo creo. - respondió ella llevando su otra mano a mi mejilla acariciándola.
Abrí mis ojos para encontrarme con su sonrisa y ella continuó tarareando para mí.
- No tienes idea de cuánto te necesito.
- Ni la mitad de lo que yo a ti, tenlo por seguro. - y se agachó para depositar un dulce beso sobre mis labios.
- No me entiendes, has entrado en mi vida y lo has revolucionado todo. No hago más que sentarme y mirar cómo el mundo entero lucha por hundirme cada vez más, y hay veces en las que estoy muy... muy deprimido como... van a acabar conmigo. - hice una breve pausa, ella había cesado las caricias y me observaba con seriedad. - Siempre estan ahí, por mucho que me esconda, por cada cosa que hago, estan detrás mía, y siempre con el mismo propósito, quieren destruirme.
Escuché entonces cómo su respiración se hacía más pesada y cogí su mano tratando de calmarla antes de proseguir.
- He tenido mil pesadillas, ellos aparecían en todas, y siempre eran más que yo, mayores en número, más imponentes, más confiados y más insensibles... Nunca me dejan respirar, siento que mi vida esta siendo manejada a su antojo y es algo que me consume por dentro, ellos me empequeñecen muy poco a poco.- Una pequeña lágrima rodó por su mejilla y rápidamente la atrapé con mi pulgar. - La música era lo único que me mantenía a flote, cada vez que ellos se hacían con mis pensamientos, yo los echaba tocando el piano, la guitarra, incluso entonando un par de notas, recordaba por qué estaba allí, y recordaba a todas las personas que sí estaban de mi parte. - Sonreí mirándola y ella devolvió esa sonrisa. - Pero luego te encontré a ti, y no sé cómo comenzaste a hacerlo desde el primer momento, no sé cómo no me dí cuenta en aquel mismo instante, pero siempre que tú estabas conmigo, todo aquello que anteriormente me había hecho sentir basura, desaparecía. Ellos intentaban volver a derrumbarme, a obligarme a refugiarme y a esconderme una vez más, pero llegabas tú y me hacías reír, o me enfadabas, o te enfadabas tú conmigo, tú y esa manía tuya de sonreír y hacer que todo lo demás me importe una mierda, tú y tu amor a lo que yo amo, a mi música, tu inocencia, y tus gamberradas, tus ganas de hacerme rabiar, esa habilidad tuya de besarme y volverme completamente loco, tú y tu manera de hacerme sentir querido, de hacer que confíe en ti hasta tal punto de hacer cualquier cosa que me pidas... - me incorporé finalmente para poder estar a su misma altura y acerqué mi cara a la suya mirándo sus ojos. - Nadie, en la vida me ha hecho sentir de esta manera, nadie...
Se me quebró la voz y ella cogió aire antes de hablar en un susurro, de manera que sólo nosotros en todo el mundo fuimos testigos de aquellas palabras.
- Te amo.
Y mi corazón dejó de latir durante los siguientes dos segundos, dejé de sentir el suelo debajo de mí y una fuerte sensación de júbilo me atravesó dejándome completamente atontado.
- Yo también te amo.
Ella soltó una leve risa y me echó los brazos al cuello volviéndo a tumbarme sobre el césped, la sostuve por la cintura sin dejar de mirar su sonrisa mientras lo decía una y otra vez.
- Te amo, te amo, te amo, te am...
Y la besé. Porque no había cosa en este mundo que deseara más que aquello, porque nada me hubiera podido impedir que lo hiciera, por que ella me correspondía, porque ni ellos podían destruir esto, porque la amaba y tenía más claro que nunca que era a su lado donde quería estar.
Capítulo 40 - Inalcanzable.
{Capítulo 40}
En todos los años que llevaba en mi carrera profesional, había desarrollado la increíble habilidad de desconectar por completo de los gritos de desquicio que daba mi coreógrafo, Nick DeMoura cuando los bailarines no estaban, lo que se dice, muy por la labor de coordinarse.
- Descanso. - pedí levantando la mano al terminar la canción con la respiración entrecortada.
- Muy bien, tú, tú, tú, tú y tú, venid conmigo que vamos a tener una charla sobre lo que os pasará si no espabiláis y comenzáis a rascar la perfección, - dijo apuntando a algunos de los bailarines, entre ellos Nora, que echaba su pelo rizado hacia atrás recogiéndoselo y despejándose la cara. Su expresión se tornó a una completamente indignada al ver que Nick la había señalado. - porque si la jode uno sólo, la actuación se echa a perder. Los demás, descanso de cinco minutos.
- ¿Me estas vacilando? ¿Me despiertas a las seis de la madrugada en mitad de mis vacaciones y me pones pegas sobre mi forma de bailar? Yo soy una profesional. - levantó la voz mientras Anna reía a sus espaldas haciendo estiramientos. - ¡Justin!
Puse los ojos en blanco y me volví hacia a ellos que me miraban cruzados de brazos esperando a que me pusiera de parte de alguno.
- Enséñale cómo se hace, Nick. - sonreí divertido pasando por el lado de Nora en dirección a mi mochila que descansaba en un rincón de la pista junto con la de los demás bailarines, me acerqué al oído de Nora que había abierto la boca a modo de fastidio. - Esto por entregarme a Scooter en Nueva York, yo nunca olvido, bonita. - susurré dándole un par de palmadas en el hombro.
- Hijo de la gran...
- Ya has oído, acompáñame Nora, ahora. - ordenó mi coreógrafo con una sonrisa de suficiencia.
Negué con la cabeza sonriendo, alejándome de la discusión que había vuelto a dar lugar y cogí una pequeña toalla que había dejado sobre mi mochila para secarme el sudor del cuello con ella. La colgué en mi hombro mientras rebuscaba el teléfono móvil entre mis cosas y me senté en el suelo cuando dí con él, dispuesto a llamarla. Eché un vistazo a la hora, las nueve de la mañana, quizás ya se hubiese despertado, así que la llamé sin poder evitar una sonrisa.
Lo cogió al tercer toque.
- ''Buenos días, chico trabajador, ¿cómo van esos ensayos?''
Mi sonrisa se ensanchó.
- Buenos días dormilona, algo duros, pero se llevan. - levanté la mirada cuando el fuerte sonido del instrumental de As Long As You Love Me ahogó mi voz y ví que Nick estaba sometiendo a los bailarines a un examen individual. Me levanté para salir de la inmensa habitación y me senté en el suelo del pasillo. - ¿qué tal estas? te echo de menos.
Escuché el pequeño temblor en su respiración y aquello me hizo sentir satisfecho.
- ''Muy bien, la verdad, aunque podrías haberme avisado de que Alfredo se iba a presentar en casa esta mañana, ya no eres el único que me ha visto desnuda.''
Entreabrí los labios completamente anonadado y hasta me incorporé un poco despegando la espalda de la pared.
- ¿Qué?
Se escucharon risas en respuesta y logré distinguir la voz de Alfredo un poco más alejada.
- ''No bromees con eso porque después me tocará dormir con Tuts''
- ''Eres un tonto.'' - ella volvió a reír y yo respiré con tranquilidad dejándome caer en la pared. - ''Aún así, avísame la próxima vez, porque tiene llaves y el susto que me ha dado verle en la casa no ha sido normal.''
- Lo siento nena, iba a decírtelo antes de que me distrajeras, pero insistías en que utilizara la boca para otra cosa. - mojé mis labios tratando de no reírme aunque no parecía haber nadie en el pasillo.
Un largo silencio me indicó que mi intento de picarla había dado resultado y no pude evitar soltar una pequeña carcajada esta vez. No me cansaba de aquello.
- ''Eres lo peor, Justin''
Apoyé la cabeza en la pared con una expresión divertida.
- ¿Llevas mucho tiempo despierta?
- ''Desde las siete y media, me he dado un baño, me he vestido, he desayunado y ha aparecido este pobre sintecho.'' - en aquel momento apareció Scooter caminando a paso ligero y me hizo señas para que le siguiese, yo le indiqué que esperase un rato y él me señalo la salida antes de irse. - ''¿Y tú? ¿Habéis avanzado? ¿Le digo a Alfredo que me lleve? Así no tienes que salir ni interrum...''
- No, no, no hace ninguna falta, de verdad, quiero ir yo a recogerte. - afirmé apresuradamente sintiendo algo de pánico. Aún no me había cruzado con Katia, y si estaba allí, debía hacer que se largase antes de que _____ pudiera verla. Lo único que me faltaba para volver a enfriar nuestra relación era que descubriese que mi exnovia se venía de gira conmigo mientras ella, en cambio, necesitaría conexión a internet y una buena tarifa de llamadas internacionales para poder contactar conmigo. - Aún me queda un poco, tú prepárate y ya mismo estaré allí con el coche.
Lo último que quería hacer era ganarme su desconfianza después de toda la bronca de ayer. Tan sólo tenía que mantener a aquella bruja lejos de _____ el tiempo suficiente para que ella no fuera consciente de su estancia con nosotros una vez que se hubiera marchado a Canadá, así no se preocuparía y yo podría salir intacto de todo aquel marrón.
- ''Oye, Bieber, ¿soy yo o estas intentando hacer que no vaya a ese ensayo?'' - su dulce risa destensó un poco la sensación de apuro que acababa de atravesarme.
Me mordí la cara interna de mi mejilla. Mierda.
- Eres tú... quiero ir yo porque... - pensé a la velocidad de la luz. - porque Alfredo es malísimo al volante y estaré más tranquilo si te traigo personalmente.
Hubo un corto silencio que sin embargo, se me hizo duramente interminable.
- ''Bueno, pues te espero aquí entonces, no te machaques demasiado, eh. Yo también te echo de menos.'' - y tras un par de despedidas y algo de resistencia por tener que colgar, finalizó la llamada.
Dejé el teléfono en el suelo y dejé caer todo mi peso contra la pared exhalando un profundo suspiro. ¿En qué mierda me había metido? Debería llamarla y contárselo, o mejor, llevarla a los ensayos y que la viera, al menos no tendría que pasar por toda aquella culpabilidad.
Me tomé unos segundos para dejar la mente en blanco cuando recordé a Scooter y me puse en pie de un salto caminando hacia la salida apresuradamente.
Encontré a mi mánager y a Dan junto con un grupo de personas entre las cuales se encontraba Ariana y me acerqué esbozando una débil sonrisa.
- Oh, aquí esta por fin, Justin, - avisó Scooter volviéndose hacia a mí- ella es Joan, la madre de Ariana, y él es Edward, su padre. - me presentó señalando a los padres a los cuales estreché mi mano tratando de transmitir confianza. - Han venido desde Florida junto con el resto de la familia para asistir al concierto de esta noche, ya les he dicho que no saldrán para nada decepcionados.
- Por supuesto, se llevarán una buena impresión, su hija no podría haber encontrado a un equipo mejor que el nuestro para salir de gira, puedo garantizarlo. - sonreí finalmente guiñándole rápidamente un ojo a Ariana que ensanchó su sonrisa al instante y miró a sus padres para comprobar si me había ganado su aprobación.
- No dudamos de ello, Justin, tengo muchas ganas de veros cantar a los dos esta noche, estoy muy emocionada por nuestra pequeña, gracias por abrirle tantas puertas. - espetó Joan abrazándola lateralmente, asentí sonriente sin poder evitar algo de inquietud, no parecía haber rastro de Katia, aquello me relajó notablemente. - Aunque no puedo evitar estar algo preocupada, verás, ella no suele pasar más de una semana sin necesitarme para cualquier cosa.
- ¡Mamá! - rió Ariana hundiendo su rostro entre sus manos.
Esbocé una media sonrisa al contemplar la tierna escena familiar, mis pensamientos en aquel momento se concentraban en que ya podía ir en busca de _____ con tranquilidad.
- Y por cierto, ni la he avisado con las ganas que ella tenía de verte. - dijo entonces Ariana dirigiendo su mirada a todas partes en busca de algo.
- Estará otra vez de pelea con tu tío, Ari, para variar. - la miró su padre.
Entreabrí mis labios dispuesto a preguntar a qué e referían cuando su voz a mis espaldas lo hizo innecesario.
- ¡Por fin estas aquí!
Cerré los ojos exhalando un breve suspiro, la pesadilla había comenzado, sólo podría salir ganando si fingía que no me afectaba lo más mínimo su dichosa presencia. Esbocé una sonrisa forzada y me volví hacia a ella que, para mi sorpresa, se lanzó hacia a mí abrazándome.
- Cuánto tiempo, Justin.
- H-hola. - tartamudeé sin saber cómo debía reaccionar ante aquello.
-¿Os conocíais? - Ariana nos señaló entreabriendo sus labios con una expresión de sorpresa.
- Claro, somos viejos amigos, ¿verdad? - esbozó una amplia sonrisa que me puso el vello de punta.
- ¿Por qué no me lo contaste?
- Porque era algo más bien entre él y yo. - le respondió a su prima agarrándose a mi brazo.
Tragué saliva ante éste último comentario, todos se habían quedado en silencio mirándonos a excepción de Scooter, que miraba a Katia aún sin salir del shock. Dan reaccionó y me agarró del brazo alejándome un poco de los demás.
- ¿Se puede saber qué esta haciendo aquí tu exnovia? - susurró.
- Me enteré ayer mismo, al parecer es la prima de Ariana.
- ¿La acoplada que nos acompaña en la gira?
Asentí y él abrió mucho más sus ojos, se quedó unos segundos pensativo y Scooter carraspeó un poco haciéndonos recordar que la familia de Ariana seguía allí. Nos observaban con curiosidad a excepción de Katia, cuya sonrisa comenzaba a inquietarme.
- Lo siento, ¿les importa acompañarme? les mostraré el camino desde el hotel hasta el recinto en la sala de reuniones. - les calmó Scooter volviendo a centrar en ellos su atención.
Sacudí mi cabeza cuando todos se alejaron y me dispuse a volver a los ensayos pero la idea de acabar con todo aquello me golpeó como un mazo y agarré el brazo de Katia antes de que pudiera unirse a su familia. Ella se giró y me miró confusa.
- ¿Podemos hablar? - dije con seriedad.
- Quieres... hablar. - confirmó ella con una leve sonrisa. - De acuerdo, ¿dónde hablamos? - preguntó recalcando esta última palabra como si se tratara de alguna especie de lenguaje en clave.
- Va en serio, Katia, ¿vienes?
- Pues vale. - echó su pelo hacia atrás y caminó hacia el interior del edificio, yo la seguí por detrás exhalando un breve suspiro de desesperación. Aquello se me estaba llendo de las manos.
La acompañé hacia los vestuarios de los bailarines y ella se sentó en uno de los bancos cruzándo sus piernas y me observó durante unos segundos.
- Estas bastante bien desde que lo dejamos, creo que me estoy arrepintiendo. - decía mientras me examinaba con la mirada de arriba a abajo.
Poco a poco la rabia me fue invadiendo, apreté los puños y traté de calmarme ignorándo su comentario.
- Vale, ya esta bien, te he traído para decirte que una gira se hace muy larga, se pasan por muchas ciudades de muchos países y a veces es duro ¿sabes? - ella se encongió de hombros en señal de aburrimiento. - Lo que quiero decir es que lo único que me faltaba es tenerte todo el tiempo pegada a mí cuando últimamente no tengo ganas de verte ni en pintura.
- No hace falta ser irrespetuoso. - enarcó una ceja.
- ¿Irrespetuoso? ¿Vas a hablarme tú sobre faltar al respeto? - solté una amarga risa. - Por si no lo has notado desde que volviste a recordar mi existencia no haces más que joderme, Katia, me dejaste hecho una mierda, no pienso dejar que vuelvas a hacerlo, nunca debí tragarme todas las gilipolleces que me hacías creer sobre nosotros, soy humano, no un maldito juguete. - Ella había borrado la sonrisa y me escuchaba sin hacer un sólo movimiento. - Sabías que me estaba enamorando de ti y aún así seguiste dándome falsas esperanzas, no fuiste capaz de esperarme, ¿sabes lo jodido que me dejaste? ¿tienes idea? - mi respiración había comenzado a agitarse y decidí calmarme un poco antes de seguir hablando.
- Yo no... - susurró.
- Lo peor de todo es que conseguí afrontar los hechos, me autoconvencí de que jamás hubiera salido bien y pude superarlo, pasé tiempo sin querer tener nada que ver sobre el amor, no apareciste por mi vida ni por tan sólo un jodido segundo hasta que conseguí encontrar a otra persona, con una diferencia enorme, y es que ella sí me correspondía. - la interrumpí. - Y desde que he ido descubriendo que de nuevo otra chica había conseguido atraparme y he comenzado a intentar ser feliz de nuevo, has llegado y no has parado de poner piedras sobre el camino ni un puto segundo, sin razón aparente. Llegaste y decidiste que podías volver a jugar conmigo. Katia, he crecido, he madurado y he aprendido a base de daños, no vas a volver a joderme porque simplemente no voy a dejar que eches a perder lo que tengo con ella, porque me hace sonreír y me hace sentir bien siempre que estoy con ella, me hace sentir agusto y sé que puedo confiar en ella, que es una cualidad que escasea bastante en las personas que me rodean, y a diferencia de ti, lo consigue hasta con la ropa puesta. - tragué saliva notando en inmenso nudo que se había formado en mi garganta. - ¿Por qué me haces esto? ¿qué he hecho para merecerlo? ¿superar lo nuestro? ¿es eso lo que te ha jodido? ¿ver que no me tenías comiendo de tu mano? Tienes a miles de chicos dispuestos a aguantarte por un jodido polvo, ¿qué coño haces perdiendo el tiempo conmigo? ¿Has venido aquí por Ariana o para intentar hacer que rompa mi relación?
- Suficiente. - cortó desviando su mirada.
La miré durante unos segundos esperando a que intentara defenderse, a que comenzara a enumerar una tras otra su interminable lista de quejas o incluso que volviera a sacar aquella irritante sonrisa pero nada pasó, en aquella habitación sólo podía escuchar mis propios latidos después de haberlo soltado todo. Viendo que no tenía nada que decir me giré dispuesto a volver a los ensayos pero su voz sonó a mis espaldas.
- Lo siento.
Aquello sí que no me lo esperaba.
- ¿Qué? - me giré.
- Sólo tenías diecisiete años, no pensé que fuera a provocar tanto daño. - agachó la cabeza y yo fruncí el ceño observándola. - No quiero hacerte la vida imposible, Justin, aunque no me creas, tú también fuiste y aún eres muy importante para mí. Por nada del mundo querría ver cómo te derrumbas por mi culpa, y no tenía ni idea de que esa chica significase tanto para ti.
- Pues significa, y mucho. - dije vacilante, aquello me había resultado demasiado extraño.
- Si así lo prefieres abandonaré la gira, desapareceré de tu vida y no tendrás que verme más. Siempre puedo ver a Ariana por la televisión, lo que cuenta es que tú te sientas cómodo.
Reflexioné unos segundos mientras ella continuaba excusándose y levanté la mano en señal de que podía parar de hablar.
- Tranquila, no tienes por qué irte de la gira si quieres seguir con tu prima, pero recuerda bien lo que has dicho. - dije por lo bajo.
Katia se levantó de donde estaba sentada y caminó contoneándose en sus vaqueros ajustados hasta llegar a mí abrazándome. No supe muy bien cómo reaccionar y finalmente correspondí a su abrazo incómodo.
- Lo siento tanto, Justin. - apoyó su mejilla en mi hombro y carraspeé un par de veces.
- Ya, vale, no te preocupes. - di un par de palmadas con suavidad en su espalda y me separé un poco, ella suspiró pesadamente.
- Verás qué bien nos lo pasaremos viajando, nunca había acompañado una gira. - soltó una risita y mojó sus labios acomodándose el pelo a un lado y buscó mi mano con la suya.
Antes de que le diera tiempo a hacer nada más me dirigí a la puerta abriéndola.
- Seguro que sí, pero ahora debo volver a los ensayos.
Ella salió de los vestuarios y me miró bajo sus largas pestañas.
- Entonces, ¿amigos?
-Amigos... - asentí y cerré la puerta a mis espaldas. - Por cierto, ¿podrías mantenerte lejos de aquí hasta la actuación de esta noche? Lo digo porque preferiría avisar a ____ con antelación de que... nos acompañas y demás.
Ví cómo luchaba por contener su sonrisa sin conseguirlo, entonces recordé su increíble facilidad para manejar a las personas a su antojo y cómo me había hecho creer lo que ella había querido durante más de un año. No esperaba un cambio espontáneo en ella, pero tampoco que pudiera llegar a ser tan hipócrita.
- Por supuesto, volveré al hotel y nos veremos esta noche, te desearé suerte antes de que salgas al escenario. - se acercó y plantó un beso en mi mejilla antes de comenzar a dirigirse a la puerta con un caminar bastante ensayado. - Como en los viejos tiempos.
- Adiós.
- Adiós, Justin, y oye... - se volvió hacia a mí una última vez esbozando su tan típica sonrisa seductora. - estas muy guapo.
En todos los años que llevaba en mi carrera profesional, había desarrollado la increíble habilidad de desconectar por completo de los gritos de desquicio que daba mi coreógrafo, Nick DeMoura cuando los bailarines no estaban, lo que se dice, muy por la labor de coordinarse.
- Descanso. - pedí levantando la mano al terminar la canción con la respiración entrecortada.
- Muy bien, tú, tú, tú, tú y tú, venid conmigo que vamos a tener una charla sobre lo que os pasará si no espabiláis y comenzáis a rascar la perfección, - dijo apuntando a algunos de los bailarines, entre ellos Nora, que echaba su pelo rizado hacia atrás recogiéndoselo y despejándose la cara. Su expresión se tornó a una completamente indignada al ver que Nick la había señalado. - porque si la jode uno sólo, la actuación se echa a perder. Los demás, descanso de cinco minutos.
- ¿Me estas vacilando? ¿Me despiertas a las seis de la madrugada en mitad de mis vacaciones y me pones pegas sobre mi forma de bailar? Yo soy una profesional. - levantó la voz mientras Anna reía a sus espaldas haciendo estiramientos. - ¡Justin!
Puse los ojos en blanco y me volví hacia a ellos que me miraban cruzados de brazos esperando a que me pusiera de parte de alguno.
- Enséñale cómo se hace, Nick. - sonreí divertido pasando por el lado de Nora en dirección a mi mochila que descansaba en un rincón de la pista junto con la de los demás bailarines, me acerqué al oído de Nora que había abierto la boca a modo de fastidio. - Esto por entregarme a Scooter en Nueva York, yo nunca olvido, bonita. - susurré dándole un par de palmadas en el hombro.
- Hijo de la gran...
- Ya has oído, acompáñame Nora, ahora. - ordenó mi coreógrafo con una sonrisa de suficiencia.
Negué con la cabeza sonriendo, alejándome de la discusión que había vuelto a dar lugar y cogí una pequeña toalla que había dejado sobre mi mochila para secarme el sudor del cuello con ella. La colgué en mi hombro mientras rebuscaba el teléfono móvil entre mis cosas y me senté en el suelo cuando dí con él, dispuesto a llamarla. Eché un vistazo a la hora, las nueve de la mañana, quizás ya se hubiese despertado, así que la llamé sin poder evitar una sonrisa.
Lo cogió al tercer toque.
- ''Buenos días, chico trabajador, ¿cómo van esos ensayos?''
Mi sonrisa se ensanchó.
- Buenos días dormilona, algo duros, pero se llevan. - levanté la mirada cuando el fuerte sonido del instrumental de As Long As You Love Me ahogó mi voz y ví que Nick estaba sometiendo a los bailarines a un examen individual. Me levanté para salir de la inmensa habitación y me senté en el suelo del pasillo. - ¿qué tal estas? te echo de menos.
Escuché el pequeño temblor en su respiración y aquello me hizo sentir satisfecho.
- ''Muy bien, la verdad, aunque podrías haberme avisado de que Alfredo se iba a presentar en casa esta mañana, ya no eres el único que me ha visto desnuda.''
Entreabrí los labios completamente anonadado y hasta me incorporé un poco despegando la espalda de la pared.
- ¿Qué?
Se escucharon risas en respuesta y logré distinguir la voz de Alfredo un poco más alejada.
- ''No bromees con eso porque después me tocará dormir con Tuts''
- ''Eres un tonto.'' - ella volvió a reír y yo respiré con tranquilidad dejándome caer en la pared. - ''Aún así, avísame la próxima vez, porque tiene llaves y el susto que me ha dado verle en la casa no ha sido normal.''
- Lo siento nena, iba a decírtelo antes de que me distrajeras, pero insistías en que utilizara la boca para otra cosa. - mojé mis labios tratando de no reírme aunque no parecía haber nadie en el pasillo.
Un largo silencio me indicó que mi intento de picarla había dado resultado y no pude evitar soltar una pequeña carcajada esta vez. No me cansaba de aquello.
- ''Eres lo peor, Justin''
Apoyé la cabeza en la pared con una expresión divertida.
- ¿Llevas mucho tiempo despierta?
- ''Desde las siete y media, me he dado un baño, me he vestido, he desayunado y ha aparecido este pobre sintecho.'' - en aquel momento apareció Scooter caminando a paso ligero y me hizo señas para que le siguiese, yo le indiqué que esperase un rato y él me señalo la salida antes de irse. - ''¿Y tú? ¿Habéis avanzado? ¿Le digo a Alfredo que me lleve? Así no tienes que salir ni interrum...''
- No, no, no hace ninguna falta, de verdad, quiero ir yo a recogerte. - afirmé apresuradamente sintiendo algo de pánico. Aún no me había cruzado con Katia, y si estaba allí, debía hacer que se largase antes de que _____ pudiera verla. Lo único que me faltaba para volver a enfriar nuestra relación era que descubriese que mi exnovia se venía de gira conmigo mientras ella, en cambio, necesitaría conexión a internet y una buena tarifa de llamadas internacionales para poder contactar conmigo. - Aún me queda un poco, tú prepárate y ya mismo estaré allí con el coche.
Lo último que quería hacer era ganarme su desconfianza después de toda la bronca de ayer. Tan sólo tenía que mantener a aquella bruja lejos de _____ el tiempo suficiente para que ella no fuera consciente de su estancia con nosotros una vez que se hubiera marchado a Canadá, así no se preocuparía y yo podría salir intacto de todo aquel marrón.
- ''Oye, Bieber, ¿soy yo o estas intentando hacer que no vaya a ese ensayo?'' - su dulce risa destensó un poco la sensación de apuro que acababa de atravesarme.
Me mordí la cara interna de mi mejilla. Mierda.
- Eres tú... quiero ir yo porque... - pensé a la velocidad de la luz. - porque Alfredo es malísimo al volante y estaré más tranquilo si te traigo personalmente.
Hubo un corto silencio que sin embargo, se me hizo duramente interminable.
- ''Bueno, pues te espero aquí entonces, no te machaques demasiado, eh. Yo también te echo de menos.'' - y tras un par de despedidas y algo de resistencia por tener que colgar, finalizó la llamada.
Dejé el teléfono en el suelo y dejé caer todo mi peso contra la pared exhalando un profundo suspiro. ¿En qué mierda me había metido? Debería llamarla y contárselo, o mejor, llevarla a los ensayos y que la viera, al menos no tendría que pasar por toda aquella culpabilidad.
Me tomé unos segundos para dejar la mente en blanco cuando recordé a Scooter y me puse en pie de un salto caminando hacia la salida apresuradamente.
Encontré a mi mánager y a Dan junto con un grupo de personas entre las cuales se encontraba Ariana y me acerqué esbozando una débil sonrisa.
- Oh, aquí esta por fin, Justin, - avisó Scooter volviéndose hacia a mí- ella es Joan, la madre de Ariana, y él es Edward, su padre. - me presentó señalando a los padres a los cuales estreché mi mano tratando de transmitir confianza. - Han venido desde Florida junto con el resto de la familia para asistir al concierto de esta noche, ya les he dicho que no saldrán para nada decepcionados.
- Por supuesto, se llevarán una buena impresión, su hija no podría haber encontrado a un equipo mejor que el nuestro para salir de gira, puedo garantizarlo. - sonreí finalmente guiñándole rápidamente un ojo a Ariana que ensanchó su sonrisa al instante y miró a sus padres para comprobar si me había ganado su aprobación.
- No dudamos de ello, Justin, tengo muchas ganas de veros cantar a los dos esta noche, estoy muy emocionada por nuestra pequeña, gracias por abrirle tantas puertas. - espetó Joan abrazándola lateralmente, asentí sonriente sin poder evitar algo de inquietud, no parecía haber rastro de Katia, aquello me relajó notablemente. - Aunque no puedo evitar estar algo preocupada, verás, ella no suele pasar más de una semana sin necesitarme para cualquier cosa.
- ¡Mamá! - rió Ariana hundiendo su rostro entre sus manos.
Esbocé una media sonrisa al contemplar la tierna escena familiar, mis pensamientos en aquel momento se concentraban en que ya podía ir en busca de _____ con tranquilidad.
- Y por cierto, ni la he avisado con las ganas que ella tenía de verte. - dijo entonces Ariana dirigiendo su mirada a todas partes en busca de algo.
- Estará otra vez de pelea con tu tío, Ari, para variar. - la miró su padre.
Entreabrí mis labios dispuesto a preguntar a qué e referían cuando su voz a mis espaldas lo hizo innecesario.
- ¡Por fin estas aquí!
Cerré los ojos exhalando un breve suspiro, la pesadilla había comenzado, sólo podría salir ganando si fingía que no me afectaba lo más mínimo su dichosa presencia. Esbocé una sonrisa forzada y me volví hacia a ella que, para mi sorpresa, se lanzó hacia a mí abrazándome.
- Cuánto tiempo, Justin.
- H-hola. - tartamudeé sin saber cómo debía reaccionar ante aquello.
-¿Os conocíais? - Ariana nos señaló entreabriendo sus labios con una expresión de sorpresa.
- Claro, somos viejos amigos, ¿verdad? - esbozó una amplia sonrisa que me puso el vello de punta.
- ¿Por qué no me lo contaste?
- Porque era algo más bien entre él y yo. - le respondió a su prima agarrándose a mi brazo.
Tragué saliva ante éste último comentario, todos se habían quedado en silencio mirándonos a excepción de Scooter, que miraba a Katia aún sin salir del shock. Dan reaccionó y me agarró del brazo alejándome un poco de los demás.
- ¿Se puede saber qué esta haciendo aquí tu exnovia? - susurró.
- Me enteré ayer mismo, al parecer es la prima de Ariana.
- ¿La acoplada que nos acompaña en la gira?
Asentí y él abrió mucho más sus ojos, se quedó unos segundos pensativo y Scooter carraspeó un poco haciéndonos recordar que la familia de Ariana seguía allí. Nos observaban con curiosidad a excepción de Katia, cuya sonrisa comenzaba a inquietarme.
- Lo siento, ¿les importa acompañarme? les mostraré el camino desde el hotel hasta el recinto en la sala de reuniones. - les calmó Scooter volviendo a centrar en ellos su atención.
Sacudí mi cabeza cuando todos se alejaron y me dispuse a volver a los ensayos pero la idea de acabar con todo aquello me golpeó como un mazo y agarré el brazo de Katia antes de que pudiera unirse a su familia. Ella se giró y me miró confusa.
- ¿Podemos hablar? - dije con seriedad.
- Quieres... hablar. - confirmó ella con una leve sonrisa. - De acuerdo, ¿dónde hablamos? - preguntó recalcando esta última palabra como si se tratara de alguna especie de lenguaje en clave.
- Va en serio, Katia, ¿vienes?
- Pues vale. - echó su pelo hacia atrás y caminó hacia el interior del edificio, yo la seguí por detrás exhalando un breve suspiro de desesperación. Aquello se me estaba llendo de las manos.
La acompañé hacia los vestuarios de los bailarines y ella se sentó en uno de los bancos cruzándo sus piernas y me observó durante unos segundos.
- Estas bastante bien desde que lo dejamos, creo que me estoy arrepintiendo. - decía mientras me examinaba con la mirada de arriba a abajo.
Poco a poco la rabia me fue invadiendo, apreté los puños y traté de calmarme ignorándo su comentario.
- Vale, ya esta bien, te he traído para decirte que una gira se hace muy larga, se pasan por muchas ciudades de muchos países y a veces es duro ¿sabes? - ella se encongió de hombros en señal de aburrimiento. - Lo que quiero decir es que lo único que me faltaba es tenerte todo el tiempo pegada a mí cuando últimamente no tengo ganas de verte ni en pintura.
- No hace falta ser irrespetuoso. - enarcó una ceja.
- ¿Irrespetuoso? ¿Vas a hablarme tú sobre faltar al respeto? - solté una amarga risa. - Por si no lo has notado desde que volviste a recordar mi existencia no haces más que joderme, Katia, me dejaste hecho una mierda, no pienso dejar que vuelvas a hacerlo, nunca debí tragarme todas las gilipolleces que me hacías creer sobre nosotros, soy humano, no un maldito juguete. - Ella había borrado la sonrisa y me escuchaba sin hacer un sólo movimiento. - Sabías que me estaba enamorando de ti y aún así seguiste dándome falsas esperanzas, no fuiste capaz de esperarme, ¿sabes lo jodido que me dejaste? ¿tienes idea? - mi respiración había comenzado a agitarse y decidí calmarme un poco antes de seguir hablando.
- Yo no... - susurró.
- Lo peor de todo es que conseguí afrontar los hechos, me autoconvencí de que jamás hubiera salido bien y pude superarlo, pasé tiempo sin querer tener nada que ver sobre el amor, no apareciste por mi vida ni por tan sólo un jodido segundo hasta que conseguí encontrar a otra persona, con una diferencia enorme, y es que ella sí me correspondía. - la interrumpí. - Y desde que he ido descubriendo que de nuevo otra chica había conseguido atraparme y he comenzado a intentar ser feliz de nuevo, has llegado y no has parado de poner piedras sobre el camino ni un puto segundo, sin razón aparente. Llegaste y decidiste que podías volver a jugar conmigo. Katia, he crecido, he madurado y he aprendido a base de daños, no vas a volver a joderme porque simplemente no voy a dejar que eches a perder lo que tengo con ella, porque me hace sonreír y me hace sentir bien siempre que estoy con ella, me hace sentir agusto y sé que puedo confiar en ella, que es una cualidad que escasea bastante en las personas que me rodean, y a diferencia de ti, lo consigue hasta con la ropa puesta. - tragué saliva notando en inmenso nudo que se había formado en mi garganta. - ¿Por qué me haces esto? ¿qué he hecho para merecerlo? ¿superar lo nuestro? ¿es eso lo que te ha jodido? ¿ver que no me tenías comiendo de tu mano? Tienes a miles de chicos dispuestos a aguantarte por un jodido polvo, ¿qué coño haces perdiendo el tiempo conmigo? ¿Has venido aquí por Ariana o para intentar hacer que rompa mi relación?
- Suficiente. - cortó desviando su mirada.
La miré durante unos segundos esperando a que intentara defenderse, a que comenzara a enumerar una tras otra su interminable lista de quejas o incluso que volviera a sacar aquella irritante sonrisa pero nada pasó, en aquella habitación sólo podía escuchar mis propios latidos después de haberlo soltado todo. Viendo que no tenía nada que decir me giré dispuesto a volver a los ensayos pero su voz sonó a mis espaldas.
- Lo siento.
Aquello sí que no me lo esperaba.
- ¿Qué? - me giré.
- Sólo tenías diecisiete años, no pensé que fuera a provocar tanto daño. - agachó la cabeza y yo fruncí el ceño observándola. - No quiero hacerte la vida imposible, Justin, aunque no me creas, tú también fuiste y aún eres muy importante para mí. Por nada del mundo querría ver cómo te derrumbas por mi culpa, y no tenía ni idea de que esa chica significase tanto para ti.
- Pues significa, y mucho. - dije vacilante, aquello me había resultado demasiado extraño.
- Si así lo prefieres abandonaré la gira, desapareceré de tu vida y no tendrás que verme más. Siempre puedo ver a Ariana por la televisión, lo que cuenta es que tú te sientas cómodo.
Reflexioné unos segundos mientras ella continuaba excusándose y levanté la mano en señal de que podía parar de hablar.
- Tranquila, no tienes por qué irte de la gira si quieres seguir con tu prima, pero recuerda bien lo que has dicho. - dije por lo bajo.
Katia se levantó de donde estaba sentada y caminó contoneándose en sus vaqueros ajustados hasta llegar a mí abrazándome. No supe muy bien cómo reaccionar y finalmente correspondí a su abrazo incómodo.
- Lo siento tanto, Justin. - apoyó su mejilla en mi hombro y carraspeé un par de veces.
- Ya, vale, no te preocupes. - di un par de palmadas con suavidad en su espalda y me separé un poco, ella suspiró pesadamente.
- Verás qué bien nos lo pasaremos viajando, nunca había acompañado una gira. - soltó una risita y mojó sus labios acomodándose el pelo a un lado y buscó mi mano con la suya.
Antes de que le diera tiempo a hacer nada más me dirigí a la puerta abriéndola.
- Seguro que sí, pero ahora debo volver a los ensayos.
Ella salió de los vestuarios y me miró bajo sus largas pestañas.
- Entonces, ¿amigos?
-Amigos... - asentí y cerré la puerta a mis espaldas. - Por cierto, ¿podrías mantenerte lejos de aquí hasta la actuación de esta noche? Lo digo porque preferiría avisar a ____ con antelación de que... nos acompañas y demás.
Ví cómo luchaba por contener su sonrisa sin conseguirlo, entonces recordé su increíble facilidad para manejar a las personas a su antojo y cómo me había hecho creer lo que ella había querido durante más de un año. No esperaba un cambio espontáneo en ella, pero tampoco que pudiera llegar a ser tan hipócrita.
- Por supuesto, volveré al hotel y nos veremos esta noche, te desearé suerte antes de que salgas al escenario. - se acercó y plantó un beso en mi mejilla antes de comenzar a dirigirse a la puerta con un caminar bastante ensayado. - Como en los viejos tiempos.
- Adiós.
- Adiós, Justin, y oye... - se volvió hacia a mí una última vez esbozando su tan típica sonrisa seductora. - estas muy guapo.
domingo, 10 de noviembre de 2013
Capítulo 39 - Inalcanzable.
{Capítulo 39}
·Narra Justin·
- No hay problema, fuiste tú el que decidió irse, ya sabes que puedes quedarte siempre que quieras, en cierto modo, tú también vives aquí.
Jugaba con el cordón de mi zapatilla, sentado con las piernas cruzadas sobre la cama de mi dormitorio. _____ iba a enseñarme lo que se había comprado y me había sentado a esperarla cuando recibí una llamada de Alfredo.
- ''Pensé que con ____ en casa querías más intimidad, por eso llamé antes, no quiero ser una carga.'' - suspiró al otro lado de la línea. Al parecer él y Nora habían tenido una pelea bastante fuerte, me sorprendí al escucharlo, pocas cosas pueden hacer que Alfredo se enfade de verdad.
- ¿Bromeas? Aquí estarás mejor con nosotros, seguro que conseguimos que se te olviden todos los...
Un leve ruido distrajo mi atención de la conversación y ví entonces cómo _____ aparecía de detrás de la puerta del cuarto de baño luciendo con un conjunto de lencería negra que dejaba muy poco a la imaginación. Recorrí cada centímetro de su cuerpo intentando grabar aquella imagen a fuego en mi mente. Llevaba unas ligueras que sujetaban la fina tela de sus medias y sonreía mordiendo su labio inferior como hacía cada vez que se ponía nerviosa. Sentí cómo mi colega despertaba desde el interior de mis pantalones y me dí cuenta de que se me había cortado la respiración. Cogí aire profundamente exhalando un entrecortado suspiro. Ella comenzó a caminar hacia a mí y mis sentidos se dispararon. Mierda, aún no me había puesto la mano encima y ya estaba al límite. Se agachó justo delante de mí aún de pie y apoyó sus manos sobre mis rodillas.
- Joder. - pude decir con voz ronca. Ella soltó una leve carcajada.
-''¿Justin?'' - sonó desde el móvil que aún mantenía pegado a mi oreja.
_____ lo tomó entre sus manos colgando la llamada y dejando el teléfono sobre la mesilla.
- ¿Te gusta cómo me queda?
Yo sólo pude asentir rápidamente durante un rato provocando una nueva sonrisa divertida por su parte. Definitivamente, era otro de mis sueños raros, esto me pasa por quedarme hasta las tantas despierto siempre.
Lentamente, ella fue subiendo a la cama y yo logré reaccionar. La cogí por la cintura tumbándola de espaldas sobre la cama y rocé mis labios con los suyos disfrutando de aquella sensación que provocaba el tenerla debajo de mí a mi completa disposición. Me iba a volver completamente loco.
Sentí su mano cerrarse sobre mi nuca y nuestros labios se fundieron en un apasionado beso que hizo que la temperatura subiera notablemente. Sólo podía pensar en hacerla disfrutar como nunca. Mordí su labio inferior y lo absorbí, ella respondió con un nuevo mordisco, y así continuamos hasta que logré sentir el calor de su lengua alrededor de la mía.
- Esta noche no pararé hasta hacerte llegar al límite. - susurré sobre sus labios.
Ella reaccionó con un suspiro de excitación, podía sentir la textura de su piel debajo de mí, acaricié su cintura y bajé con ambas manos moldeando su figura hasta llegar a sus muslos, los cuales separé para poder acomodarme entre ellos.
Poco a poco fui abandonando sus labios y bajé por su mandíbula hasta morder suavemente el inicio de su cuello. Su respiración era cada vez más agitada y podía sentir su corazón llendo a mil por hora, sin pensarlo dos veces comencé a deborar su cuello tratando de no pensar las marcas que supondría aquello sobre su piel, ella jadeaba excitada y hundía sus dedos en mi pelo por detrás con una mano mientras que con la otra agarraba fuertemente mi camiseta.
Me incorporé, echando de menos el contacto con su piel en seguida, para deshacerme de mi camiseta. Sentí entonces cómo ella manipulaba mis pantalones desabrochando el botón y bajándome la cremallera rápidamente. Miles de sensaciones me dispararon a la vez concentrándose en mi miembro haciendo que éste se endureciese hasta tal punto de sentir molestia. No, aún no.
Bajé rápidamente antes de que pudiese hacer más y acogí con mis labios la curva que comenzaba a continuación de su cuello. Deslicé mis manos hacia arriba hasta chocar con la tela de su sujetador y mordisqueé la zona que no estaba cubierta. Ella soltó un gemido ahogado.
- Eres preciosa.
- Justin... - suplicó.
- Quiero besar, morder y probar cada maldito centímetro de tu cuerpo.
Cerré ambas manos sobre sus senos cubiertos con la delicada tela de encaje, bordeé el contorno para más tarde ir deslizando la tela hacia abajo hasta descubrir sus pechos, que quedaron por encima del sostén.
Deslicé mi pulgar sobre uno de sus pezones sintiendo cómo se endurecía bajo mi contacto. Comencé a formar una fila de besos mojados que fueron bajando desde su garganta, pasando por el centro entre sus pechos hasta su ombligo. Hice una breve pausa sobre éste, la sentía respirar agitada debajo de mí. Bajé mis manos a sus piernas situadas a ambos lados de mi cuerpo y acaricié la fina tela de sus medias.
- Sabes muy bien, no me quiero ni imaginar cómo sera tu sabor un poco más profundo...
Sentí con esto cómo se tensaba y ví su vientre subir y bajar muy rápido, sonreí interiormente y comencé a subir mis manos y a bajar mi cabeza pasando de la frontera de sus caderas.
Tranquilo, Justin, contrólate.
Agarré el borde de encaje de sus finas bragas y fui haciéndolas descender hasta que comenzaron a llevarse consigo las medias, dejándola completamente a mi voluntad, pude escuchar un profundo suspiro por su parte debido a la excitación y mil estremecimientos me atravesaron acumulándose de nuevo en el lugar adecuado.
Noté cierto movimiento y levanté la mirada viéndo cómo _____ se deshacía del sujetador que en aquel momento suponía una molestia.
La lujuria me envolvía y me hacía temblar por la amplia necesidad. Dios, no podía aguantar ni un sólo segundo más.
Volví a centrarme en lo que tenía justo delante de mí, y sin poder darme tiempo a pensarlo de nuevo, cerré los ojos y lamí su sexo sin control ninguno. Ella gimió con fuerza y sentí cómo las sábanas se tensaban bajo su agarre. La sostuve por las piernas que ella dobló un poco y la arrastré hacia a mí hundiendo mi lengua en su interior y jugando dentro de ella sin piedad. Enviaba grandes sacudidas de placer por cada vez que rozaba su clítoris y mi nombre se hacía presente entre gemidos atravesando las paredes y atravesando mis sentidos dejándome al borde de la locura.
Profundicé mi lengua y la moví en pequeños círculos que hicieron que ella arquease su espalda sobre la cama, la mantuve inmóvil agarrando sus caderas.
La mordisqueé, saboreé, la absorbí sin ser consciente de que había encontrado mi nueva droga. Ella se retorcía bajo mi lengua entre gemidos ahogados. Me separé a duras penas mojando mis labios relamiéndolos y deseando poder guardar aquel sabor de por vida.
- Eres tan dulce... - susurré y ella jadeó bajando su mano en dirección a su sexo.
La paré rápidamente e introduje mis dedos en su interior provocando una nueva sacudida de placer tanto para ella como para mí. Estaba bastante mojada, mis dedos resbalaban y provocaban un fácil acceso. Movía mis dedos hacia dentro y hacia fuera a la vez que subía hasta su boca de nuevo, busqué su lengua desesperadamente transmitiéndole una pequeña parte de todo lo que acababa de experimentar mientras continuaba masajeando su sexo y acogí uno de sus pechos con la mano que aún me quedaba libre. Un hilo de voz salió de ella.
- Justin, por favor...
Esa súplica hizo que el deseo creciera notablemente aún creyéndo aquello imposible. Tragué saliva y acerqué mi boca a su oído a la vez que me acomodaba sobre su cuerpo y susurré muy cerca.
- ¿Tienes idea de cuánto me excitas? - apreté la mandíbula tras decir esto último, ella jadeó.
- No... yo...
- Mierda, quiero poseerte a todas horas. - la excitación comienza a volverme completamente loco.
Me incorporé terminando el trabajo que ____ había comenzado minutos antes y me deshice de mis pantalones y mi ropa interior liberando de una vez por todas mi creciente erección. No pude evitar entrecerrar mis ojos al pillarla mirándola a la vez que respiraba entre jadeos y atrapé rápidamente el cajón de la mesita sacando un nuevo envoltorio. Lo abrí con agilidad y lo deslicé sobre mi miembro volviendo a ponerme en suspensión sobre su cuerpo.
- Voy a hacerte tocar el cielo.
Ella se agarró a mí y besé su cuello muy suavemente mientras comenzaba a hundirme en su interior poco a poco. Me resultó mucho más fácil que la última vez, aún así entré con deliciosa lentitud a la vez que escuchaba cómo ella cortaba su respiración. Mordí mi labio con fuerza hasta penetrarla del todo empujando fuertemente en el último tramo y provocando un fuerte grito por su parte.
·Narra ____·
Y de nuevo aquella sensación de plenitud. Me aferré con fuerza a su ancha espalda mientras él volvía a sumergirse en mí y arqueé mi espalda sobre el colchón con infinito placer. Con un esfuerzo sobrehumano conseguí abrir mis ojos tratando de verle mientras volvía a embestirme esta vez con mayor dureza y su boca se relajaba dibujando un ''Ah...''.
La piel me ardía mientras buscaba desesperadamente el mayor contacto posible con su piel. Justin comenzó a incrementar el ritmo y yo me deleitaba con ello. Quería verle, aquello era demasiado placentero y me obligaba a cerrar los ojos para sumergirme en aquel inmenso mar de sensaciones. Mi cuerpo iba tensándose cada vez más a causa de la continua fracción cada vez más veloz, gemía sin control clavando mis uñas en su espalda y arañándola, eché bruscamente la cabeza hacia atrás cuando Justin se acomodó para poder entrar y salir de mí con mucha más rapidez, y poco a poco, mi cuerpo buscó aquella liberación.
Alcanzamos el clímax juntos y chillé al llegar al orgasmo sin poder pronunciar otra cosa que su nombre sintiendo cómo Justin se quedaba rígido sobre mí destensando su cuerpo con increíble facilidad antes de derrumbarse sobre mí.
- Dios... - susurré con la respiración entrecortada.
Justin apoyó su cabeza sobre mi pecho y la acogí entre mis manos acariciando su pelo mientras trataba de recuperarme, el corazón me iba a mil y él se quedó muy quieto con la oreja pegada a mi piel acariciando mi cintura.
- Ha sido increíble. - le escuché suspirar.
- Hagámoslo otra vez.
Levantó la cabeza mirándome con los ojos muy abiertos y mordí mi labio esbozando una leve sonrisa con la que le contagié.
- Joder, te quiero. - y me besó cortando mi risa.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
- ¿Satisfecha, Brooks?
Me sonreía divertido mientras sentía cómo sus dedos se desplazaban suavemente sobre mi espalda creando figuras. Estaba tumbada sobre su cuerpo completamente desnuda, inhalé prundamente el olor que desprendía, algo entre sudor y sexo, y me acurruqué entre sus brazos deseando que el tiempo parase en aquel mismo instante.
- Mucho. - solté una leve risa y pude sentir su nariz hundiéndose sobre mi pelo.
- Pienso componer una jodida canción inspirándome en esta noche. - dijo entonces, lo que hizo que mi risa se intensificara escondiéndo mi rostro en su pecho.
Nos quedamos en aquella postura unos minutos hasta que nuestro pulso volvió a la normalidad, entonces apoyé mis brazos sobre su pecho y mi barbilla sobre estos para poder mirarle a los ojos. Él me respondió con una sonrisa cómplice.
- ¿No piensas hacer declaraciones? - arqueé una ceja con una expresión divertida.
- Mmmm, me declaro oficialmente ninfómano.
Reí volviéndole la cara con la palma de mi mano pero él la buscó dándome un pequeño beso sobre ella.
- No me refiero a eso, imbécil. - volví a apoyar mis brazos dejando caer mi mejilla sobre ellos.
- Me declaro Belieber de tu ropa interior nueva... braguilieber. - esta vez el que rió fue él y yo le miré abriendo la boca riendo. - De bragas...
- Lo he pillado, y es el chiste más malo que me han contado en mi vida.
Me incliné y le di un pequeño besito en la mejilla, su expresión se dulcificó al instante y sus brazos me envolvieron un poco más fuerte.
- Te quiero tanto, nena... no vuelvas a enfadarte conmigo, por favor, nunca más.
Aquello terminó de partirme por la mitad y comencé a besar su pecho muy despacio.
- Yo te quiero mucho más, Justin, ni te imaginas cuánto, no quiero que te apartes nunca de mi lado.
- No lo haré. - susurró. - Lo prometo, no tengas miedo por eso.
Volví a mirarle, estaba completamente despeinado y tenía un brillo nuevo en sus ojos. En aquel momento sentí una increíble impotencia al no poder expresar lo muchísimo que le necesitaba, ya formaba parte de mi vida, mi mundo comenzaba a girar en torno a él, y aquello me asustaba a la vez que me encantaba.
Se incorporó para poder depositar un suave beso sobre mis labios y me acunó entre sus brazos.
- Es muy tarde, será mejor que duermas.
Y con esto me acomodé sobre él entrecerrando mis ojos y dejando por fin que el sueño fuese pudiendo conmigo.
- Justin...
- ¿Qué?
- Yo escogeré el título de la canción.
Su risa fue lo último que escuché antes de dejar que el sueño me venciese.
Sonreía bajo su mirada, esos ojos grandes y verdes, protectores aún encontrándose demasiado lejos de mí. Me abrazaba con fuerza y casi podía olerla, su voz era tan dulce, resonaba en mi cabeza como si su persona saliera de mi interior. Todos estos años ella había estado a mi lado y yo había sido tan tonta como para no reparar en su presencia. Aunque nunca hubiese podido tocarla, ella formaba parte de mí.
Un molesto ruido interrumpió todo aquel ambiente de calma y de pronto su figura desapareció una vez más, esfumándose como si nuestro tiempo juntas hubiera llegado a su fin y no pudiese evitar separarse de mí.
Mis párpados temblaron levemente antes de entreabrir mis ojos, tenía mucha calor. Mojé mis labios y me removí dándome cuenta de que Justin me mantenía pegado a su cuerpo rodeándome con su brazo. Le ví contestándo al teléfono con los párpados aún pegados y el pelo completamente revuelto, aún no había ni amanecido. Me quitó el brazo de encima y yo hundí mi cara en la almohada volviendo a cerrar los ojos con un leve quejido.
- ¿Quién es? - preguntó con voz ronca frotándose un ojo. - ¿Qué...? pero... ¿qué hora es?
Me hice la dormida con una oreja puesta en la conversación.
- ¿Tiene que ser ahora? Pero voy a despertar a _____. - susurraba aún con el sueño haciéndose notar en su tono de voz. - Es demasiado temprano, vuestra organización es una mierda, tuvimos la reunión ayer, ¿no podíais haberlo mencionado?
Se hizo un breve silencio en el que Justin recibía respuesta desde el otro lado de la línea.
- Espera, ¿quiénes han llegado? ¿De Ariana? - exhaló un breve suspiro. - No jodas tío... ¿puedes buscar si la familia de su representante también a llegado? Su prima. - de nuevo un breve silencio se adueñó de la habitación. - Mira, dame un par de horas, ¿quieres? Son las putas seis de la mañana, y estoy de vacaciones, hasta luego.
Noté cómo la luz procedente de la pantalla del móvil de desvanecía y poco después su aliento estaba muy cerca de mi cara. Las sábanas me cubrieron un poco más, me estaba arropando. Abrí un poco mis ojos y lo encontré tumbado de cara a mí, observándome mientras dormía.
- Hola. - dije con un hilo de voz.
- Hola, ¿estabas despierta?
Asentí voviendo a cerrar los ojos y sus labios se posaron sobre mi frente.
- ¿Quién ha llamado?
- Un agente de seguridad, dice que una fan loca se ha colado en mi cama. - sonreí adormilada mientras él besaba mi mejilla suavemente. - Ha sido Dan, hay que ensayar, esta noche se va a organizar un concierto en el Staples Center, va a venir gente importante, además también la familia de Ariana para que puedan verla sobre el escenario antes de empezar la segunda vuelta de la gira.
Luché contra mí misma para no abrir los ojos y mirarle resignada, ayer mismo le prometí que controlaría mis celos. Tenía que hacerlo, no era culpa suya.
- ¿Y tenéis que empezar a ensayar ahora?
- A las ocho, así que voy a darme una ducha y me iré a los ensayos, ¿querrás que pase a recogerte por la tarde para llevarte allí?
- No, voy contigo y así...
- No.- dijo con urgencia, dejándome algo extrañada. - Quiero decir... es mejor que vengas luego porque tienes que descansar, ayer nos pasamos hasta muy tarde.
Me sonrojé al escuchar aquello y solté un leve quejido en respuesta, no era justo que me lo quitaran cuando se supone que le habían dado vacaciones.
- De acuerdo.
- Bueno, quédate durmiendo y te llamaré cuando crea que te hayas levantado preciosa. - y con esto depositó un breve beso sobre mis labios y sentí cómo se destapaba dejando su lado de la cama aún cálido pero solo.
Agarré su brazo antes de que pudiera ponerse en pie y tiré débilmente de él en un intento inútil porque se quedara.
- No te vayas... - hice un pequeño mohín y él enarcó ambas cejas.
- No hagas eso que sabes de sobra que haré lo imposible por escaquearme y quedarme contigo.
- Quédate a dormir conmigo, hace frío fuera... - trataba de esconder mi sonrisa y al ver que se lo estaba pensando le solté sintiéndome culpable al instante. - Dile a Dan que le estamparé la guitarra en la cabeza en cuanto le vea esta tarde.
- Lo haré preciosa, gracias. - sonrió poniéndose en pie y terminé de despejarme cuando Justin me ofreció aquellas vistas.
Me incorporé un poco observándole andar desnudo por la habitación en busca de ropa que ponerse después de la ducha. ¿Yo había pasado toda la noche con él pegado a mí? Dí gracias a que estaba lo suficientemente oscuro como para que Justin no pudiese advertir mi rubor al darse cuenta de que le miraba.
- ¿Le gusta lo que ve, Brooks? - sonrió colgándose una camiseta sobre el hombro.
- Demasiado, es una pena que no pueda disfrutar de ello esta mañana. - sonreí divertida al ver que le cambiaba la cara.
- Mira, como sigas por ese camino, tiro el teléfono por la vetana y nos pasamos en día entre las sábanas.
Sonreí coqueta mordiendo mi labio inferior y sacando ambos brazos desnudos de debajo de las sábanas.
- Vamos... hazlo por tu novia. - pestañeé sosteniéndo la sábana para que cubriese mi pecho.
Me sorprendí cuando Justin me lanzó una de sus camisetas a la cara dirigiéndose al baño.
- Tú no eres mi novia, eres el demonio que me tienta para no ir a ensayar.
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·Narra Justin·
- No hay problema, fuiste tú el que decidió irse, ya sabes que puedes quedarte siempre que quieras, en cierto modo, tú también vives aquí.
Jugaba con el cordón de mi zapatilla, sentado con las piernas cruzadas sobre la cama de mi dormitorio. _____ iba a enseñarme lo que se había comprado y me había sentado a esperarla cuando recibí una llamada de Alfredo.
- ''Pensé que con ____ en casa querías más intimidad, por eso llamé antes, no quiero ser una carga.'' - suspiró al otro lado de la línea. Al parecer él y Nora habían tenido una pelea bastante fuerte, me sorprendí al escucharlo, pocas cosas pueden hacer que Alfredo se enfade de verdad.
- ¿Bromeas? Aquí estarás mejor con nosotros, seguro que conseguimos que se te olviden todos los...
Un leve ruido distrajo mi atención de la conversación y ví entonces cómo _____ aparecía de detrás de la puerta del cuarto de baño luciendo con un conjunto de lencería negra que dejaba muy poco a la imaginación. Recorrí cada centímetro de su cuerpo intentando grabar aquella imagen a fuego en mi mente. Llevaba unas ligueras que sujetaban la fina tela de sus medias y sonreía mordiendo su labio inferior como hacía cada vez que se ponía nerviosa. Sentí cómo mi colega despertaba desde el interior de mis pantalones y me dí cuenta de que se me había cortado la respiración. Cogí aire profundamente exhalando un entrecortado suspiro. Ella comenzó a caminar hacia a mí y mis sentidos se dispararon. Mierda, aún no me había puesto la mano encima y ya estaba al límite. Se agachó justo delante de mí aún de pie y apoyó sus manos sobre mis rodillas.
- Joder. - pude decir con voz ronca. Ella soltó una leve carcajada.
-''¿Justin?'' - sonó desde el móvil que aún mantenía pegado a mi oreja.
_____ lo tomó entre sus manos colgando la llamada y dejando el teléfono sobre la mesilla.
- ¿Te gusta cómo me queda?
Yo sólo pude asentir rápidamente durante un rato provocando una nueva sonrisa divertida por su parte. Definitivamente, era otro de mis sueños raros, esto me pasa por quedarme hasta las tantas despierto siempre.
Lentamente, ella fue subiendo a la cama y yo logré reaccionar. La cogí por la cintura tumbándola de espaldas sobre la cama y rocé mis labios con los suyos disfrutando de aquella sensación que provocaba el tenerla debajo de mí a mi completa disposición. Me iba a volver completamente loco.
Sentí su mano cerrarse sobre mi nuca y nuestros labios se fundieron en un apasionado beso que hizo que la temperatura subiera notablemente. Sólo podía pensar en hacerla disfrutar como nunca. Mordí su labio inferior y lo absorbí, ella respondió con un nuevo mordisco, y así continuamos hasta que logré sentir el calor de su lengua alrededor de la mía.
- Esta noche no pararé hasta hacerte llegar al límite. - susurré sobre sus labios.
Ella reaccionó con un suspiro de excitación, podía sentir la textura de su piel debajo de mí, acaricié su cintura y bajé con ambas manos moldeando su figura hasta llegar a sus muslos, los cuales separé para poder acomodarme entre ellos.
Poco a poco fui abandonando sus labios y bajé por su mandíbula hasta morder suavemente el inicio de su cuello. Su respiración era cada vez más agitada y podía sentir su corazón llendo a mil por hora, sin pensarlo dos veces comencé a deborar su cuello tratando de no pensar las marcas que supondría aquello sobre su piel, ella jadeaba excitada y hundía sus dedos en mi pelo por detrás con una mano mientras que con la otra agarraba fuertemente mi camiseta.
Me incorporé, echando de menos el contacto con su piel en seguida, para deshacerme de mi camiseta. Sentí entonces cómo ella manipulaba mis pantalones desabrochando el botón y bajándome la cremallera rápidamente. Miles de sensaciones me dispararon a la vez concentrándose en mi miembro haciendo que éste se endureciese hasta tal punto de sentir molestia. No, aún no.
Bajé rápidamente antes de que pudiese hacer más y acogí con mis labios la curva que comenzaba a continuación de su cuello. Deslicé mis manos hacia arriba hasta chocar con la tela de su sujetador y mordisqueé la zona que no estaba cubierta. Ella soltó un gemido ahogado.
- Eres preciosa.
- Justin... - suplicó.
- Quiero besar, morder y probar cada maldito centímetro de tu cuerpo.
Cerré ambas manos sobre sus senos cubiertos con la delicada tela de encaje, bordeé el contorno para más tarde ir deslizando la tela hacia abajo hasta descubrir sus pechos, que quedaron por encima del sostén.
Deslicé mi pulgar sobre uno de sus pezones sintiendo cómo se endurecía bajo mi contacto. Comencé a formar una fila de besos mojados que fueron bajando desde su garganta, pasando por el centro entre sus pechos hasta su ombligo. Hice una breve pausa sobre éste, la sentía respirar agitada debajo de mí. Bajé mis manos a sus piernas situadas a ambos lados de mi cuerpo y acaricié la fina tela de sus medias.
- Sabes muy bien, no me quiero ni imaginar cómo sera tu sabor un poco más profundo...
Sentí con esto cómo se tensaba y ví su vientre subir y bajar muy rápido, sonreí interiormente y comencé a subir mis manos y a bajar mi cabeza pasando de la frontera de sus caderas.
Tranquilo, Justin, contrólate.
Agarré el borde de encaje de sus finas bragas y fui haciéndolas descender hasta que comenzaron a llevarse consigo las medias, dejándola completamente a mi voluntad, pude escuchar un profundo suspiro por su parte debido a la excitación y mil estremecimientos me atravesaron acumulándose de nuevo en el lugar adecuado.
Noté cierto movimiento y levanté la mirada viéndo cómo _____ se deshacía del sujetador que en aquel momento suponía una molestia.
La lujuria me envolvía y me hacía temblar por la amplia necesidad. Dios, no podía aguantar ni un sólo segundo más.
Volví a centrarme en lo que tenía justo delante de mí, y sin poder darme tiempo a pensarlo de nuevo, cerré los ojos y lamí su sexo sin control ninguno. Ella gimió con fuerza y sentí cómo las sábanas se tensaban bajo su agarre. La sostuve por las piernas que ella dobló un poco y la arrastré hacia a mí hundiendo mi lengua en su interior y jugando dentro de ella sin piedad. Enviaba grandes sacudidas de placer por cada vez que rozaba su clítoris y mi nombre se hacía presente entre gemidos atravesando las paredes y atravesando mis sentidos dejándome al borde de la locura.
Profundicé mi lengua y la moví en pequeños círculos que hicieron que ella arquease su espalda sobre la cama, la mantuve inmóvil agarrando sus caderas.
La mordisqueé, saboreé, la absorbí sin ser consciente de que había encontrado mi nueva droga. Ella se retorcía bajo mi lengua entre gemidos ahogados. Me separé a duras penas mojando mis labios relamiéndolos y deseando poder guardar aquel sabor de por vida.
- Eres tan dulce... - susurré y ella jadeó bajando su mano en dirección a su sexo.
La paré rápidamente e introduje mis dedos en su interior provocando una nueva sacudida de placer tanto para ella como para mí. Estaba bastante mojada, mis dedos resbalaban y provocaban un fácil acceso. Movía mis dedos hacia dentro y hacia fuera a la vez que subía hasta su boca de nuevo, busqué su lengua desesperadamente transmitiéndole una pequeña parte de todo lo que acababa de experimentar mientras continuaba masajeando su sexo y acogí uno de sus pechos con la mano que aún me quedaba libre. Un hilo de voz salió de ella.
- Justin, por favor...
Esa súplica hizo que el deseo creciera notablemente aún creyéndo aquello imposible. Tragué saliva y acerqué mi boca a su oído a la vez que me acomodaba sobre su cuerpo y susurré muy cerca.
- ¿Tienes idea de cuánto me excitas? - apreté la mandíbula tras decir esto último, ella jadeó.
- No... yo...
- Mierda, quiero poseerte a todas horas. - la excitación comienza a volverme completamente loco.
Me incorporé terminando el trabajo que ____ había comenzado minutos antes y me deshice de mis pantalones y mi ropa interior liberando de una vez por todas mi creciente erección. No pude evitar entrecerrar mis ojos al pillarla mirándola a la vez que respiraba entre jadeos y atrapé rápidamente el cajón de la mesita sacando un nuevo envoltorio. Lo abrí con agilidad y lo deslicé sobre mi miembro volviendo a ponerme en suspensión sobre su cuerpo.
- Voy a hacerte tocar el cielo.
Ella se agarró a mí y besé su cuello muy suavemente mientras comenzaba a hundirme en su interior poco a poco. Me resultó mucho más fácil que la última vez, aún así entré con deliciosa lentitud a la vez que escuchaba cómo ella cortaba su respiración. Mordí mi labio con fuerza hasta penetrarla del todo empujando fuertemente en el último tramo y provocando un fuerte grito por su parte.
·Narra ____·
Y de nuevo aquella sensación de plenitud. Me aferré con fuerza a su ancha espalda mientras él volvía a sumergirse en mí y arqueé mi espalda sobre el colchón con infinito placer. Con un esfuerzo sobrehumano conseguí abrir mis ojos tratando de verle mientras volvía a embestirme esta vez con mayor dureza y su boca se relajaba dibujando un ''Ah...''.
La piel me ardía mientras buscaba desesperadamente el mayor contacto posible con su piel. Justin comenzó a incrementar el ritmo y yo me deleitaba con ello. Quería verle, aquello era demasiado placentero y me obligaba a cerrar los ojos para sumergirme en aquel inmenso mar de sensaciones. Mi cuerpo iba tensándose cada vez más a causa de la continua fracción cada vez más veloz, gemía sin control clavando mis uñas en su espalda y arañándola, eché bruscamente la cabeza hacia atrás cuando Justin se acomodó para poder entrar y salir de mí con mucha más rapidez, y poco a poco, mi cuerpo buscó aquella liberación.
Alcanzamos el clímax juntos y chillé al llegar al orgasmo sin poder pronunciar otra cosa que su nombre sintiendo cómo Justin se quedaba rígido sobre mí destensando su cuerpo con increíble facilidad antes de derrumbarse sobre mí.
- Dios... - susurré con la respiración entrecortada.
Justin apoyó su cabeza sobre mi pecho y la acogí entre mis manos acariciando su pelo mientras trataba de recuperarme, el corazón me iba a mil y él se quedó muy quieto con la oreja pegada a mi piel acariciando mi cintura.
- Ha sido increíble. - le escuché suspirar.
- Hagámoslo otra vez.
Levantó la cabeza mirándome con los ojos muy abiertos y mordí mi labio esbozando una leve sonrisa con la que le contagié.
- Joder, te quiero. - y me besó cortando mi risa.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
- ¿Satisfecha, Brooks?
Me sonreía divertido mientras sentía cómo sus dedos se desplazaban suavemente sobre mi espalda creando figuras. Estaba tumbada sobre su cuerpo completamente desnuda, inhalé prundamente el olor que desprendía, algo entre sudor y sexo, y me acurruqué entre sus brazos deseando que el tiempo parase en aquel mismo instante.
- Mucho. - solté una leve risa y pude sentir su nariz hundiéndose sobre mi pelo.
- Pienso componer una jodida canción inspirándome en esta noche. - dijo entonces, lo que hizo que mi risa se intensificara escondiéndo mi rostro en su pecho.
Nos quedamos en aquella postura unos minutos hasta que nuestro pulso volvió a la normalidad, entonces apoyé mis brazos sobre su pecho y mi barbilla sobre estos para poder mirarle a los ojos. Él me respondió con una sonrisa cómplice.
- ¿No piensas hacer declaraciones? - arqueé una ceja con una expresión divertida.
- Mmmm, me declaro oficialmente ninfómano.
Reí volviéndole la cara con la palma de mi mano pero él la buscó dándome un pequeño beso sobre ella.
- No me refiero a eso, imbécil. - volví a apoyar mis brazos dejando caer mi mejilla sobre ellos.
- Me declaro Belieber de tu ropa interior nueva... braguilieber. - esta vez el que rió fue él y yo le miré abriendo la boca riendo. - De bragas...
- Lo he pillado, y es el chiste más malo que me han contado en mi vida.
Me incliné y le di un pequeño besito en la mejilla, su expresión se dulcificó al instante y sus brazos me envolvieron un poco más fuerte.
- Te quiero tanto, nena... no vuelvas a enfadarte conmigo, por favor, nunca más.
Aquello terminó de partirme por la mitad y comencé a besar su pecho muy despacio.
- Yo te quiero mucho más, Justin, ni te imaginas cuánto, no quiero que te apartes nunca de mi lado.
- No lo haré. - susurró. - Lo prometo, no tengas miedo por eso.
Volví a mirarle, estaba completamente despeinado y tenía un brillo nuevo en sus ojos. En aquel momento sentí una increíble impotencia al no poder expresar lo muchísimo que le necesitaba, ya formaba parte de mi vida, mi mundo comenzaba a girar en torno a él, y aquello me asustaba a la vez que me encantaba.
Se incorporó para poder depositar un suave beso sobre mis labios y me acunó entre sus brazos.
- Es muy tarde, será mejor que duermas.
Y con esto me acomodé sobre él entrecerrando mis ojos y dejando por fin que el sueño fuese pudiendo conmigo.
- Justin...
- ¿Qué?
- Yo escogeré el título de la canción.
Su risa fue lo último que escuché antes de dejar que el sueño me venciese.
Sonreía bajo su mirada, esos ojos grandes y verdes, protectores aún encontrándose demasiado lejos de mí. Me abrazaba con fuerza y casi podía olerla, su voz era tan dulce, resonaba en mi cabeza como si su persona saliera de mi interior. Todos estos años ella había estado a mi lado y yo había sido tan tonta como para no reparar en su presencia. Aunque nunca hubiese podido tocarla, ella formaba parte de mí.
Un molesto ruido interrumpió todo aquel ambiente de calma y de pronto su figura desapareció una vez más, esfumándose como si nuestro tiempo juntas hubiera llegado a su fin y no pudiese evitar separarse de mí.
Mis párpados temblaron levemente antes de entreabrir mis ojos, tenía mucha calor. Mojé mis labios y me removí dándome cuenta de que Justin me mantenía pegado a su cuerpo rodeándome con su brazo. Le ví contestándo al teléfono con los párpados aún pegados y el pelo completamente revuelto, aún no había ni amanecido. Me quitó el brazo de encima y yo hundí mi cara en la almohada volviendo a cerrar los ojos con un leve quejido.
- ¿Quién es? - preguntó con voz ronca frotándose un ojo. - ¿Qué...? pero... ¿qué hora es?
Me hice la dormida con una oreja puesta en la conversación.
- ¿Tiene que ser ahora? Pero voy a despertar a _____. - susurraba aún con el sueño haciéndose notar en su tono de voz. - Es demasiado temprano, vuestra organización es una mierda, tuvimos la reunión ayer, ¿no podíais haberlo mencionado?
Se hizo un breve silencio en el que Justin recibía respuesta desde el otro lado de la línea.
- Espera, ¿quiénes han llegado? ¿De Ariana? - exhaló un breve suspiro. - No jodas tío... ¿puedes buscar si la familia de su representante también a llegado? Su prima. - de nuevo un breve silencio se adueñó de la habitación. - Mira, dame un par de horas, ¿quieres? Son las putas seis de la mañana, y estoy de vacaciones, hasta luego.
Noté cómo la luz procedente de la pantalla del móvil de desvanecía y poco después su aliento estaba muy cerca de mi cara. Las sábanas me cubrieron un poco más, me estaba arropando. Abrí un poco mis ojos y lo encontré tumbado de cara a mí, observándome mientras dormía.
- Hola. - dije con un hilo de voz.
- Hola, ¿estabas despierta?
Asentí voviendo a cerrar los ojos y sus labios se posaron sobre mi frente.
- ¿Quién ha llamado?
- Un agente de seguridad, dice que una fan loca se ha colado en mi cama. - sonreí adormilada mientras él besaba mi mejilla suavemente. - Ha sido Dan, hay que ensayar, esta noche se va a organizar un concierto en el Staples Center, va a venir gente importante, además también la familia de Ariana para que puedan verla sobre el escenario antes de empezar la segunda vuelta de la gira.
Luché contra mí misma para no abrir los ojos y mirarle resignada, ayer mismo le prometí que controlaría mis celos. Tenía que hacerlo, no era culpa suya.
- ¿Y tenéis que empezar a ensayar ahora?
- A las ocho, así que voy a darme una ducha y me iré a los ensayos, ¿querrás que pase a recogerte por la tarde para llevarte allí?
- No, voy contigo y así...
- No.- dijo con urgencia, dejándome algo extrañada. - Quiero decir... es mejor que vengas luego porque tienes que descansar, ayer nos pasamos hasta muy tarde.
Me sonrojé al escuchar aquello y solté un leve quejido en respuesta, no era justo que me lo quitaran cuando se supone que le habían dado vacaciones.
- De acuerdo.
- Bueno, quédate durmiendo y te llamaré cuando crea que te hayas levantado preciosa. - y con esto depositó un breve beso sobre mis labios y sentí cómo se destapaba dejando su lado de la cama aún cálido pero solo.
Agarré su brazo antes de que pudiera ponerse en pie y tiré débilmente de él en un intento inútil porque se quedara.
- No te vayas... - hice un pequeño mohín y él enarcó ambas cejas.
- No hagas eso que sabes de sobra que haré lo imposible por escaquearme y quedarme contigo.
- Quédate a dormir conmigo, hace frío fuera... - trataba de esconder mi sonrisa y al ver que se lo estaba pensando le solté sintiéndome culpable al instante. - Dile a Dan que le estamparé la guitarra en la cabeza en cuanto le vea esta tarde.
- Lo haré preciosa, gracias. - sonrió poniéndose en pie y terminé de despejarme cuando Justin me ofreció aquellas vistas.
Me incorporé un poco observándole andar desnudo por la habitación en busca de ropa que ponerse después de la ducha. ¿Yo había pasado toda la noche con él pegado a mí? Dí gracias a que estaba lo suficientemente oscuro como para que Justin no pudiese advertir mi rubor al darse cuenta de que le miraba.
- ¿Le gusta lo que ve, Brooks? - sonrió colgándose una camiseta sobre el hombro.
- Demasiado, es una pena que no pueda disfrutar de ello esta mañana. - sonreí divertida al ver que le cambiaba la cara.
- Mira, como sigas por ese camino, tiro el teléfono por la vetana y nos pasamos en día entre las sábanas.
Sonreí coqueta mordiendo mi labio inferior y sacando ambos brazos desnudos de debajo de las sábanas.
- Vamos... hazlo por tu novia. - pestañeé sosteniéndo la sábana para que cubriese mi pecho.
Me sorprendí cuando Justin me lanzó una de sus camisetas a la cara dirigiéndose al baño.
- Tú no eres mi novia, eres el demonio que me tienta para no ir a ensayar.
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domingo, 3 de noviembre de 2013
Capítulo 38 - Inalcanzable.
{Capítulo 38}
Odiaba sentirme así, insegura, vulnerable, estúpida, pero sobre todo inocente. Lo peor es que él me llevaba ventaja en el asunto de cierta forma, era yo la que quería huir de él, era yo la que tendría que recomponer los pedazos si al final resultaba ser cierto todo lo que me gritaba mi subconsciente. Todo aquel tiempo había estado pensando que poco a poco, él me estaba abriendo las puertas a su vida, que por fin había encontrado a alguien que cuidara de mí, que me correspondiera, y de nuevo me había dado de bruces contra el suelo.
Una pequeña pizca de confianza dentro de mí me decía que volviera a llamarle, que fuera a su encuentro y le abrazase lo más fuerte posible para poder transmitirle lo mucho que le necesitaba, que me aclarase que todo había sido un malentendido y me llevase de vuelta a casa para poder darme caricias y que volviera a hacerme sentir querida, llevaba demasiado tiempo sin besarle y lo necesitaba, no sabía del todo bien si aquella necesidad me provocaba rabia, alivio o frustración, pero estaba ahí.
Cuando me dí cuenta, había destrozado la pulsera que tenía en las manos para jugar con ella y de aquella forma tratar de tranquilizarme. Cogí aire cuando paramos en frente de la enorme casa de Justin, rebusqué en mi bolsillo sacando el juego de llaves que Justin me había dejado y abrí las puertas automáticas dando vía libre a Lily para que se adentrara con el coche en el interior de la propiedad privada.
Muy bien, entras, coges algo de ropa y sales, ignoras el móvil durante toda la noche y por la mañana lo verás todo más claro, ya verás que sí.
Exhalé un leve suspiro, ya había oscurecido, pero no se veía ninguna luz encendida en el interior de la casa, señal de que Justin aún no había llegado. Intenté no dejar a mi mente ir por aquel camino porque terminaría sacando conclusiones de lo más pesimistas que quizás no tenían ni una sola similitud con lo que realmente estaría haciendo Justin en la calle a aquellas horas.
Lily y yo salimos del coche al mismo tiempo y nos acercamos a la entrada, ella se apoyó en una de las columnas que había fuera.
- Van a ser dos minutos, cogeré todo lo que necesite y vendré, - le decía a la vez que introducía la llave en el interior de la cerradura.- quédate aquí con el coche y abre el maleter... - la expresión de desconcierto de Justin en la penumbra de la casa me sorprendió en primer plano al abrir la puerta y no pude evitar dar un fuerte y agudo grito, de lo más típico de película de terror, con el que contagié Lily que se asustó a la vez e hicimos que Justin diese un paso atrás de la sorpresa.
Coloqué ambas manos sobre mi pecho y sentí mi corazón latiendo desbocado.
- ¿Qué cojones os pasa a vosotras dos? - exclamó Justin aún sin recuperarse del susto con los ojos muy abiertos.
- Tía, por poco no me hago pis en los pantalones. - la respiración de Lily sonaba agitada a mis espaldas.
- Me has dado un susto de muerte, joder. - le reproché a Justin.
- Pues deberías haber escuchado tu grito desde fuera. - esta vez su expresión asomaba una pequeñísima sonrisa de diversión.
Justin desapareció de mi campo de visión durante unos segundos y al momento, la luz de la entrada nos iluminó a todos.
- Tu coche no estaba y pensé que no había nadie en casa, ¿por qué tienes todas las luces apagadas? - dije rápidamente. Mi corazón aún seguía llendo demasiado rápido, pero no estaba muy segura de que fuese aún efecto del miedo que había pasado.
- Tengo el coche aparcado fuera, iba a salir a buscarte, es tarde y me he encontrado con que aún no estabas en casa, acabo de llegar y he ido directo a cargar el móvil para ver si me cogías la llamada de una maldita vez, no me ha dado tiempo si quiera a encender luces. - parecía enfadado, pero en su rostro se reflejaba el alivio. - Escuché el sonido de las puertas del coche y vuestras voces e iba a salir para ver si érais vosotras... - se masajeó el oído izquierdo. - Y sí, érais vosotras.
Me quedé allí plantada sin saber muy bien qué decir, esto no me lo esperaba, aún así debía continuar con el plan establecido, iba a pasar por su lado dispuesta a entrar sin decir una palabra cuando Justin me frenó.
- Espera, creo que me debes una explicación. - espetó.
Abrí más los ojos asombrada y le miré sin poder creer lo que me estaba diciendo, solté una leve carcajada que borró del rostro de Justin cualquier rastro de sonrisa.
- ¿Cómo dices? El que tiene que dar explicaciones aquí eres tú.
Genial, justo lo que quería evitar.
Justin me observó unos segundos extrañado, cuando la tensión fue interrumpida por un suave carraspeo a mis espaldas por parte de Lily.
- Yo creo que será mejor que me vaya, aún tengo que pasar por la grabación y se me hace muy tarde y...
- Sí, creo que será lo mejor, gracias por acompañarla, Lily. - le agradeció Justin.
- No se te ocurra moverte de ahí. - le ordené a su vez volviéndome hacia ella, giré mi cabeza de nuevo. - Me voy a su hotel, esta noche voy a dormir con ella, déjame pasar.
- ¿Por qué? - su tono se había dulcifiado un tanto. Él no buscaba la pelea ni mucho menos.
Agaché la mirada tratando de evitar el contacto con sus ojos, sabía que me estaba comportando como una cría consentida pero estaba demasiado asustada como para quedarme con él, hablando.
- Por favor, lo necesito.
Esta vez sí levanté la vista y pude apreciar algo de pánico en la mirada de Justin, aquello terminó de derrumbarme.
- De acuerdo... a ver, haremos una cosa, nos sentamos con tranquilidad a hablar, y yo te llevo después al hotel con Lily, ¿te parece bien?
Sin razón, colocó la palma de su mano sobre mi mejilla acariciándola y retiró el pelo de mi cara poniéndolo tras mi oreja, no era justo que se comportara de esa manera, antes tenía que explicarme qué era lo que yo había visto. Esbozó una pequeña sonrisa que terminó de tranquilizarme, me fijé en sus gruesos y rosados labios los cuales humedeció con la lengua en cuanto se hubo dado cuenta de que los observaba, tenía demasiadas ganas de besarlos, y de abrazarle, y de mandar a la mierda todo problema que me rondase ahora mismo por la cabeza, pero aún así debía mantenerme firme.
Me encogí de hombros como señal de aprobación y entré en casa tras despedirme de Lily y recoger mis bolsas de la compra sin decir una palabra, pude escuchar el profundo suspiro de Justin al pasar por su lado para entrar.
Me senté con tranquilidad en el sofá del salón, abandonando las bolsas sobre la mesa de café y me crucé de brazos.
- Muy bien, dime qué explicación tengo que darte para que estes así de cascarrabias. - sonrió Justin dejándose caer a mi lado y pasando su brazo por detrás de mi espalda dejándolo sobre el respaldo.
- Mira, reconozco que eso de salir de la reunión sin ninguna razón sólida y haberte dejado plantado para la entrevista de radio no ha sido lo que se dice, una reacción muy madura, - confesé- de hecho, me arrepentí poco después de marcharme con Lily.
Él me observaba con una media sonrisa que en aquel momento me estaba resultando de lo más irritable, eso sin contar que parecía estar tomándoselo a broma.
- Lo que a mí me gustaría saber - proseguí - es qué hacías a la hora en la que debías estar en la entrevista, en la calle rodeado de decenas de fotógrafos y abrazado a Ariana.
Aquello le pilló desprevenido, su expresión cambió fugazmente tornándose a una completamente asombrada, algo dentro de mí se resquebrajó por el simple hecho de pensar que tal vez hubiese dado en el clavo.
- ¿Nos viste?
La grieta se hizo más amplia.
Asentí con la cabeza muy seria, él no dijo nada, simplemente se rascó la nuca desviando la mirada, algo me estaba oprimiendo el pecho de una manera increíble en aquel mismo momento.
- Pues básicamente, llegaba tarde a la entrevista, pasé por aquel cruce, ví que se había formado una masa de gente en la acera de enfrente y Ariana salió de ella, estaba teniendo problemas con unos paparazzi y la ayudé a salir de allí, fin de la historia. - se encogió de hombros y bajó su brazo del respaldo colocándolo sobre mis hombros.
Sentí cómo una oleada de alivio me invadía reparando lo que había estado a punto de hacerse pedazos, aún así no me mostré satisfecha.
- ¿Y qué le pasaba con los paparazzi? - le pregunté ignorando que se había acercado hasta estar a pocos centímetros de mi cara.
Reflexionó durante unos segundos.
- Pues la verdad es que no tengo ni idea. - dijo finalmente. - No me lo ha querido decir.
Fruncí el ceño y una nueva sonrisa asomó el rostro de Justin. No había derecho a que se acercara tanto, olía muy bien, teía el pelo revuelto después de todo el día fuera, sentía ganas de acariciarlo y hundir mis dedos en él, si no hubiera sido por mi orgullo, ya me lo estaría comiendo a besos.
- ¿Me estas diciendo la verdad? - pregunté desviando la mirada.
Justin se mostró dolido.
- Por supuesto que sí, ¿cómo puedes si quiera pensar que sería capaz de mentirte? - rompió del todo la distancia que quedaba entre nosotros para abrazarme y apoyé mi cabeza sobre su hombro, estaba cansada de mis inseguridades, y no entiendo cómo no podía ponerse de los nervios conmigo. - Te quiero a ti, no quiero que te sientas amenazada nunca más por nadie, porque nadie supone una amenaza para ti, no sé si me explico.
Sonreí muy leve cerrando los ojos y disfrutando de la calidez que transmitía su cuerpo.
- Pero ella canta muy bien, y es guapa, y va a estar contigo durante mucho tiempo. - suspiré.
- ¿Qué mas da eso? Prometo que no he dicho ni un sólo te quiero sin sentirlo Brooks, y necesito que me creas cuando te digo... argh, esto es muy ñoño. - rió mientras acariciaba mi pelo.
No pude reprimir una suave risa, todas mis inseguridades y enfado acababan de desaparecer.
- Ya no lo es, tranquilo, ¿cuando me dices qué? - levanté la cabeza para poder mirarle y él dulcificó notablemente su expresión.
- Que me estoy enamorando de ti. - De nuevo me había dejado prácticamente sin palabras, me quedé mirándole con la respiración cortada durante unos segundos, entonces él prosiguió.- Por eso no tienes por qué enfadarte cuando pasen este tipo de cosas, ten por seguro que no eres alguien reemplazable para mí.
Rodeé su cintura con mis brazos y le abracé con fuerza cerrando los ojos y pegando mi mejilla a su pecho, él correspondió al abrazo con fuerza y pude sentir sus labios sobre mi cabeza y su voz muy cercana.
- No te culpo, últimamente todo hombre me parece una posible amenaza a mí también, y nunca he sido celoso. - me relajó saber que mi comportamiento no había sido tan excesivo. - Pero tenemos que aprender a confiar, sobre todo ahora que te vas a ir. - el tono de su voz fue descendiendo y algo dentro de mí se hizo más pequeño.
Levanté un poco la cabeza y le miré durante unos segundos antes de darle un suave beso en la mejilla que le hizo sonreír.
- Siento mucho cómo me he comportado, no quiero ni pensar en que te alejes de mí. - susurré al cabo de unos minutos. - Pero te prometo que a partir de ahora confiaré siempre en ti, Justin, yo sé que me lo cuentas todo.
Abrió la boca en señal de decir algo pero se arrepintió en el último momento y se quedó en silencio, yo fruncí el ceño.
El abrazo de Justin se hizo más intenso y encontré su brazo rodeándome por delante con la multitud de tatuajes que llevaba. Solté una pequeña risa apenas audible y comencé a acariciarlo repasando el contorno de cada uno de ellos, su voz esta vez me sorprendió muy cerca del oído.
- Es normal que no quieras que me aleje de tí. - Me zafé de su abrazó separándome de él para mirarle arqueando una ceja y me aclaré la voz mientras él mostraba una expresión divertida. - Me refiero... ¿tú me has visto?
Dijo esto último en un intento por contener su risa ensanchando aún más su sonrisa. ¿Cómo podía hacer que cambiara tan rápidamente de humor?
- Mira Bieber, eres...
- ¿El mejor? ¿el chico más fascinante que has conocido en tu vida? ¿los labios más dulces que has besado jamás?
Soltó una leve risa y yo golpeé su brazo con suavidad mordiendo mi labio inferior y conteniendo mi sonrisa.
- Narcisista de mierda.
- Aburrida. - y tras decir esto depositó un fugaz beso sobre mis labios.
- Impulsivo. - dije con un tono algo más inseguro.
Y con esto arrugó levemente su nariz e hizo una mueca tratando de imitarme en estado de fastidio.
- Niñato.
- Aguafiestas. - cada vez estaba más cerca de mí.
- Mujeriego.
- Celosa.
- ¿Cómo me has llamado?
- Preciosa.
Volví a reír agachando la cara y recogiendo los pies sobre el sofá.
- Bueno, no, te he dicho celosa, celosa posesiva y refunfuñona.
Con esto último agarró mis manos dejándome caer al sofá sobre mi espalda y tumbándome para poder colocarse sobre mí. Mi respiración se hizo entonces mucho más agitada.
- Llámame lo que quieras, me da igual, no pienso dejar que ninguna pava venga y decida que puede ponerse a ligar con mi novio. - Haciendo un esfuerzo y con el hecho de que conseguí pillarle desprevenido, le empujé por el pecho y rápidamente me hice con el control dejándole caer esta vez a él de espaldas sobre el sofá y acercando mucho mi cara a la suya. Entreabrió sus labios dejando escapar un leve suspiro al caer y se quedó mirándome durante unos segundos.
- Eso acaba de ponerme a cien.
De nuevo esa dulce sensación recorriéndome desde el vientre.
- Vicioso. - fui capaz de pronunciar sin dejar de mirar sus ojos que permanecían muy abiertos mientras me observaba, podía sentir su corazón bombear por debajo de la ropa y el calor que desprendía su cuerpo envolviéndome al completo.
- Sólo cuando se trata de tí. - y con esto descendió con sus manos poniéndolas sobre mi trasero y empujándome contra él.
- Ninfómano. - continué acusándole notando cómo la excitación crecía por momentos.
- Tranquilita eh, que sólo hemos follado una vez.
Abrí más mis ojos por la sorpresa y no sabía si soltar una carcajada o darle el guantazo de su vida, no me dio tiempo a decidir.
Faltaron segundos para que Justin rodase sobre el sofá haciéndose una vez más con el control pero esta vez para colocar sus manos sobre mis costillas comenzando una nueva tortura a base de cosquillas.
Chillé y me retorcí bajo su cuerpo tratando desesperadamente de escapar de su agarre sin poder parar de reír, mi respiración se hacía más pesada por momentos y el pelo comenzaba a cubrir mi cara por la brusquedad con la que trataba de liberarme. Justin observaba mi tormento desde primera fila con una sonrisa de satisfación a la vez que mordía fuertemente su labio inferior.
- ¡PARA! - grité sin dejar de reír intentando cubrir mi cuerpo con mis brazos. - ¡JUSTIN!
- ¿Estas de broma? - carcajeó sin parar de hacerme cosquillas. - No sabía que podía hacerte gritar mi nombre, reír y parecer tan sexy tan sólo haciéndote cosquillas.
Comencé a dar manotazos casi sin respiración dándole sin querer a la bolsa que había dejado en un primer momento sobre la mesa de café y tirándola al suelo.
El sonido de la bolsa al caer distrajo a Justin y por fin pude respirar con calma recuperando el aliento.
- Un día me ahogaré por tu culpa y...
- ¿Y esto?
De pronto ví cómo Justin recogía la bolsa de Victoria's Secret del suelo con una pícara sonrisa. Instintivamente levanté mis brazos para quitarle la bolsa pero él fue más rápido y la alzó fuera de mi alcance manteniéndome presa debajo de él.
- Dámelo, es mío.
- Eso es lo mejor de todo. - rió con propósito de mirar en el interior de la bolsa.
- ¡No! - grité yo tapándome la cara con las manos y soltando una risa nerviosa.
- Tienes razón, debería cumplir antes la función por la cual lo compraste.
De eso nada, no iba a volver a intimidarme, esta vez sería yo quien iba a llevar el control de la situación.
- Exacto, así que suéltame ahora mismo si no quieres que me mude a mi antigua cama y no me veas con esto puesto jamás.
Pareció funcionar, Justin levantó las cejas aún sonriendo sin decir una palabra y se echó a un lado en el sofá devolviéndome mi libertad y levantando las manos en señal de rendimiento.
- Tú mandas.
Me incorporé algo aturdida y carraspeé un poco tratando de recobrar la compostura y peinándome con los dedos bajo la mirada divertida de Justin.
Arranqué rápidamente la bolsa de sus manos para más tarde levantarme con la poca dignidad de la que disponía y dirigirme fuera del salón mientras me subía el pantalón que se había bajado debido a mis bruscos intentos por liberarme. Su voz sonó de nuevo a mis espaldas.
- Bonitas bragas, por cierto.
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Odiaba sentirme así, insegura, vulnerable, estúpida, pero sobre todo inocente. Lo peor es que él me llevaba ventaja en el asunto de cierta forma, era yo la que quería huir de él, era yo la que tendría que recomponer los pedazos si al final resultaba ser cierto todo lo que me gritaba mi subconsciente. Todo aquel tiempo había estado pensando que poco a poco, él me estaba abriendo las puertas a su vida, que por fin había encontrado a alguien que cuidara de mí, que me correspondiera, y de nuevo me había dado de bruces contra el suelo.
Una pequeña pizca de confianza dentro de mí me decía que volviera a llamarle, que fuera a su encuentro y le abrazase lo más fuerte posible para poder transmitirle lo mucho que le necesitaba, que me aclarase que todo había sido un malentendido y me llevase de vuelta a casa para poder darme caricias y que volviera a hacerme sentir querida, llevaba demasiado tiempo sin besarle y lo necesitaba, no sabía del todo bien si aquella necesidad me provocaba rabia, alivio o frustración, pero estaba ahí.
Cuando me dí cuenta, había destrozado la pulsera que tenía en las manos para jugar con ella y de aquella forma tratar de tranquilizarme. Cogí aire cuando paramos en frente de la enorme casa de Justin, rebusqué en mi bolsillo sacando el juego de llaves que Justin me había dejado y abrí las puertas automáticas dando vía libre a Lily para que se adentrara con el coche en el interior de la propiedad privada.
Muy bien, entras, coges algo de ropa y sales, ignoras el móvil durante toda la noche y por la mañana lo verás todo más claro, ya verás que sí.
Exhalé un leve suspiro, ya había oscurecido, pero no se veía ninguna luz encendida en el interior de la casa, señal de que Justin aún no había llegado. Intenté no dejar a mi mente ir por aquel camino porque terminaría sacando conclusiones de lo más pesimistas que quizás no tenían ni una sola similitud con lo que realmente estaría haciendo Justin en la calle a aquellas horas.
Lily y yo salimos del coche al mismo tiempo y nos acercamos a la entrada, ella se apoyó en una de las columnas que había fuera.
- Van a ser dos minutos, cogeré todo lo que necesite y vendré, - le decía a la vez que introducía la llave en el interior de la cerradura.- quédate aquí con el coche y abre el maleter... - la expresión de desconcierto de Justin en la penumbra de la casa me sorprendió en primer plano al abrir la puerta y no pude evitar dar un fuerte y agudo grito, de lo más típico de película de terror, con el que contagié Lily que se asustó a la vez e hicimos que Justin diese un paso atrás de la sorpresa.
Coloqué ambas manos sobre mi pecho y sentí mi corazón latiendo desbocado.
- ¿Qué cojones os pasa a vosotras dos? - exclamó Justin aún sin recuperarse del susto con los ojos muy abiertos.
- Tía, por poco no me hago pis en los pantalones. - la respiración de Lily sonaba agitada a mis espaldas.
- Me has dado un susto de muerte, joder. - le reproché a Justin.
- Pues deberías haber escuchado tu grito desde fuera. - esta vez su expresión asomaba una pequeñísima sonrisa de diversión.
Justin desapareció de mi campo de visión durante unos segundos y al momento, la luz de la entrada nos iluminó a todos.
- Tu coche no estaba y pensé que no había nadie en casa, ¿por qué tienes todas las luces apagadas? - dije rápidamente. Mi corazón aún seguía llendo demasiado rápido, pero no estaba muy segura de que fuese aún efecto del miedo que había pasado.
- Tengo el coche aparcado fuera, iba a salir a buscarte, es tarde y me he encontrado con que aún no estabas en casa, acabo de llegar y he ido directo a cargar el móvil para ver si me cogías la llamada de una maldita vez, no me ha dado tiempo si quiera a encender luces. - parecía enfadado, pero en su rostro se reflejaba el alivio. - Escuché el sonido de las puertas del coche y vuestras voces e iba a salir para ver si érais vosotras... - se masajeó el oído izquierdo. - Y sí, érais vosotras.
Me quedé allí plantada sin saber muy bien qué decir, esto no me lo esperaba, aún así debía continuar con el plan establecido, iba a pasar por su lado dispuesta a entrar sin decir una palabra cuando Justin me frenó.
- Espera, creo que me debes una explicación. - espetó.
Abrí más los ojos asombrada y le miré sin poder creer lo que me estaba diciendo, solté una leve carcajada que borró del rostro de Justin cualquier rastro de sonrisa.
- ¿Cómo dices? El que tiene que dar explicaciones aquí eres tú.
Genial, justo lo que quería evitar.
Justin me observó unos segundos extrañado, cuando la tensión fue interrumpida por un suave carraspeo a mis espaldas por parte de Lily.
- Yo creo que será mejor que me vaya, aún tengo que pasar por la grabación y se me hace muy tarde y...
- Sí, creo que será lo mejor, gracias por acompañarla, Lily. - le agradeció Justin.
- No se te ocurra moverte de ahí. - le ordené a su vez volviéndome hacia ella, giré mi cabeza de nuevo. - Me voy a su hotel, esta noche voy a dormir con ella, déjame pasar.
- ¿Por qué? - su tono se había dulcifiado un tanto. Él no buscaba la pelea ni mucho menos.
Agaché la mirada tratando de evitar el contacto con sus ojos, sabía que me estaba comportando como una cría consentida pero estaba demasiado asustada como para quedarme con él, hablando.
- Por favor, lo necesito.
Esta vez sí levanté la vista y pude apreciar algo de pánico en la mirada de Justin, aquello terminó de derrumbarme.
- De acuerdo... a ver, haremos una cosa, nos sentamos con tranquilidad a hablar, y yo te llevo después al hotel con Lily, ¿te parece bien?
Sin razón, colocó la palma de su mano sobre mi mejilla acariciándola y retiró el pelo de mi cara poniéndolo tras mi oreja, no era justo que se comportara de esa manera, antes tenía que explicarme qué era lo que yo había visto. Esbozó una pequeña sonrisa que terminó de tranquilizarme, me fijé en sus gruesos y rosados labios los cuales humedeció con la lengua en cuanto se hubo dado cuenta de que los observaba, tenía demasiadas ganas de besarlos, y de abrazarle, y de mandar a la mierda todo problema que me rondase ahora mismo por la cabeza, pero aún así debía mantenerme firme.
Me encogí de hombros como señal de aprobación y entré en casa tras despedirme de Lily y recoger mis bolsas de la compra sin decir una palabra, pude escuchar el profundo suspiro de Justin al pasar por su lado para entrar.
Me senté con tranquilidad en el sofá del salón, abandonando las bolsas sobre la mesa de café y me crucé de brazos.
- Muy bien, dime qué explicación tengo que darte para que estes así de cascarrabias. - sonrió Justin dejándose caer a mi lado y pasando su brazo por detrás de mi espalda dejándolo sobre el respaldo.
- Mira, reconozco que eso de salir de la reunión sin ninguna razón sólida y haberte dejado plantado para la entrevista de radio no ha sido lo que se dice, una reacción muy madura, - confesé- de hecho, me arrepentí poco después de marcharme con Lily.
Él me observaba con una media sonrisa que en aquel momento me estaba resultando de lo más irritable, eso sin contar que parecía estar tomándoselo a broma.
- Lo que a mí me gustaría saber - proseguí - es qué hacías a la hora en la que debías estar en la entrevista, en la calle rodeado de decenas de fotógrafos y abrazado a Ariana.
Aquello le pilló desprevenido, su expresión cambió fugazmente tornándose a una completamente asombrada, algo dentro de mí se resquebrajó por el simple hecho de pensar que tal vez hubiese dado en el clavo.
- ¿Nos viste?
La grieta se hizo más amplia.
Asentí con la cabeza muy seria, él no dijo nada, simplemente se rascó la nuca desviando la mirada, algo me estaba oprimiendo el pecho de una manera increíble en aquel mismo momento.
- Pues básicamente, llegaba tarde a la entrevista, pasé por aquel cruce, ví que se había formado una masa de gente en la acera de enfrente y Ariana salió de ella, estaba teniendo problemas con unos paparazzi y la ayudé a salir de allí, fin de la historia. - se encogió de hombros y bajó su brazo del respaldo colocándolo sobre mis hombros.
Sentí cómo una oleada de alivio me invadía reparando lo que había estado a punto de hacerse pedazos, aún así no me mostré satisfecha.
- ¿Y qué le pasaba con los paparazzi? - le pregunté ignorando que se había acercado hasta estar a pocos centímetros de mi cara.
Reflexionó durante unos segundos.
- Pues la verdad es que no tengo ni idea. - dijo finalmente. - No me lo ha querido decir.
Fruncí el ceño y una nueva sonrisa asomó el rostro de Justin. No había derecho a que se acercara tanto, olía muy bien, teía el pelo revuelto después de todo el día fuera, sentía ganas de acariciarlo y hundir mis dedos en él, si no hubiera sido por mi orgullo, ya me lo estaría comiendo a besos.
- ¿Me estas diciendo la verdad? - pregunté desviando la mirada.
Justin se mostró dolido.
- Por supuesto que sí, ¿cómo puedes si quiera pensar que sería capaz de mentirte? - rompió del todo la distancia que quedaba entre nosotros para abrazarme y apoyé mi cabeza sobre su hombro, estaba cansada de mis inseguridades, y no entiendo cómo no podía ponerse de los nervios conmigo. - Te quiero a ti, no quiero que te sientas amenazada nunca más por nadie, porque nadie supone una amenaza para ti, no sé si me explico.
Sonreí muy leve cerrando los ojos y disfrutando de la calidez que transmitía su cuerpo.
- Pero ella canta muy bien, y es guapa, y va a estar contigo durante mucho tiempo. - suspiré.
- ¿Qué mas da eso? Prometo que no he dicho ni un sólo te quiero sin sentirlo Brooks, y necesito que me creas cuando te digo... argh, esto es muy ñoño. - rió mientras acariciaba mi pelo.
No pude reprimir una suave risa, todas mis inseguridades y enfado acababan de desaparecer.
- Ya no lo es, tranquilo, ¿cuando me dices qué? - levanté la cabeza para poder mirarle y él dulcificó notablemente su expresión.
- Que me estoy enamorando de ti. - De nuevo me había dejado prácticamente sin palabras, me quedé mirándole con la respiración cortada durante unos segundos, entonces él prosiguió.- Por eso no tienes por qué enfadarte cuando pasen este tipo de cosas, ten por seguro que no eres alguien reemplazable para mí.
Rodeé su cintura con mis brazos y le abracé con fuerza cerrando los ojos y pegando mi mejilla a su pecho, él correspondió al abrazo con fuerza y pude sentir sus labios sobre mi cabeza y su voz muy cercana.
- No te culpo, últimamente todo hombre me parece una posible amenaza a mí también, y nunca he sido celoso. - me relajó saber que mi comportamiento no había sido tan excesivo. - Pero tenemos que aprender a confiar, sobre todo ahora que te vas a ir. - el tono de su voz fue descendiendo y algo dentro de mí se hizo más pequeño.
Levanté un poco la cabeza y le miré durante unos segundos antes de darle un suave beso en la mejilla que le hizo sonreír.
- Siento mucho cómo me he comportado, no quiero ni pensar en que te alejes de mí. - susurré al cabo de unos minutos. - Pero te prometo que a partir de ahora confiaré siempre en ti, Justin, yo sé que me lo cuentas todo.
Abrió la boca en señal de decir algo pero se arrepintió en el último momento y se quedó en silencio, yo fruncí el ceño.
El abrazo de Justin se hizo más intenso y encontré su brazo rodeándome por delante con la multitud de tatuajes que llevaba. Solté una pequeña risa apenas audible y comencé a acariciarlo repasando el contorno de cada uno de ellos, su voz esta vez me sorprendió muy cerca del oído.
- Es normal que no quieras que me aleje de tí. - Me zafé de su abrazó separándome de él para mirarle arqueando una ceja y me aclaré la voz mientras él mostraba una expresión divertida. - Me refiero... ¿tú me has visto?
Dijo esto último en un intento por contener su risa ensanchando aún más su sonrisa. ¿Cómo podía hacer que cambiara tan rápidamente de humor?
- Mira Bieber, eres...
- ¿El mejor? ¿el chico más fascinante que has conocido en tu vida? ¿los labios más dulces que has besado jamás?
Soltó una leve risa y yo golpeé su brazo con suavidad mordiendo mi labio inferior y conteniendo mi sonrisa.
- Narcisista de mierda.
- Aburrida. - y tras decir esto depositó un fugaz beso sobre mis labios.
- Impulsivo. - dije con un tono algo más inseguro.
Y con esto arrugó levemente su nariz e hizo una mueca tratando de imitarme en estado de fastidio.
- Niñato.
- Aguafiestas. - cada vez estaba más cerca de mí.
- Mujeriego.
- Celosa.
- ¿Cómo me has llamado?
- Preciosa.
Volví a reír agachando la cara y recogiendo los pies sobre el sofá.
- Bueno, no, te he dicho celosa, celosa posesiva y refunfuñona.
Con esto último agarró mis manos dejándome caer al sofá sobre mi espalda y tumbándome para poder colocarse sobre mí. Mi respiración se hizo entonces mucho más agitada.
- Llámame lo que quieras, me da igual, no pienso dejar que ninguna pava venga y decida que puede ponerse a ligar con mi novio. - Haciendo un esfuerzo y con el hecho de que conseguí pillarle desprevenido, le empujé por el pecho y rápidamente me hice con el control dejándole caer esta vez a él de espaldas sobre el sofá y acercando mucho mi cara a la suya. Entreabrió sus labios dejando escapar un leve suspiro al caer y se quedó mirándome durante unos segundos.
- Eso acaba de ponerme a cien.
De nuevo esa dulce sensación recorriéndome desde el vientre.
- Vicioso. - fui capaz de pronunciar sin dejar de mirar sus ojos que permanecían muy abiertos mientras me observaba, podía sentir su corazón bombear por debajo de la ropa y el calor que desprendía su cuerpo envolviéndome al completo.
- Sólo cuando se trata de tí. - y con esto descendió con sus manos poniéndolas sobre mi trasero y empujándome contra él.
- Ninfómano. - continué acusándole notando cómo la excitación crecía por momentos.
- Tranquilita eh, que sólo hemos follado una vez.
Abrí más mis ojos por la sorpresa y no sabía si soltar una carcajada o darle el guantazo de su vida, no me dio tiempo a decidir.
Faltaron segundos para que Justin rodase sobre el sofá haciéndose una vez más con el control pero esta vez para colocar sus manos sobre mis costillas comenzando una nueva tortura a base de cosquillas.
Chillé y me retorcí bajo su cuerpo tratando desesperadamente de escapar de su agarre sin poder parar de reír, mi respiración se hacía más pesada por momentos y el pelo comenzaba a cubrir mi cara por la brusquedad con la que trataba de liberarme. Justin observaba mi tormento desde primera fila con una sonrisa de satisfación a la vez que mordía fuertemente su labio inferior.
- ¡PARA! - grité sin dejar de reír intentando cubrir mi cuerpo con mis brazos. - ¡JUSTIN!
- ¿Estas de broma? - carcajeó sin parar de hacerme cosquillas. - No sabía que podía hacerte gritar mi nombre, reír y parecer tan sexy tan sólo haciéndote cosquillas.
Comencé a dar manotazos casi sin respiración dándole sin querer a la bolsa que había dejado en un primer momento sobre la mesa de café y tirándola al suelo.
El sonido de la bolsa al caer distrajo a Justin y por fin pude respirar con calma recuperando el aliento.
- Un día me ahogaré por tu culpa y...
- ¿Y esto?
De pronto ví cómo Justin recogía la bolsa de Victoria's Secret del suelo con una pícara sonrisa. Instintivamente levanté mis brazos para quitarle la bolsa pero él fue más rápido y la alzó fuera de mi alcance manteniéndome presa debajo de él.
- Dámelo, es mío.
- Eso es lo mejor de todo. - rió con propósito de mirar en el interior de la bolsa.
- ¡No! - grité yo tapándome la cara con las manos y soltando una risa nerviosa.
- Tienes razón, debería cumplir antes la función por la cual lo compraste.
De eso nada, no iba a volver a intimidarme, esta vez sería yo quien iba a llevar el control de la situación.
- Exacto, así que suéltame ahora mismo si no quieres que me mude a mi antigua cama y no me veas con esto puesto jamás.
Pareció funcionar, Justin levantó las cejas aún sonriendo sin decir una palabra y se echó a un lado en el sofá devolviéndome mi libertad y levantando las manos en señal de rendimiento.
- Tú mandas.
Me incorporé algo aturdida y carraspeé un poco tratando de recobrar la compostura y peinándome con los dedos bajo la mirada divertida de Justin.
Arranqué rápidamente la bolsa de sus manos para más tarde levantarme con la poca dignidad de la que disponía y dirigirme fuera del salón mientras me subía el pantalón que se había bajado debido a mis bruscos intentos por liberarme. Su voz sonó de nuevo a mis espaldas.
- Bonitas bragas, por cierto.
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