domingo, 20 de octubre de 2013

Capítulo 34 - Inalcanzable.

{Capíulo 34}
El borchornoso ambiente me obligó a abrir mis ojos poco a poco, tratándo de acostumbrarme a la claridad, me cubrí media cara con las finas sábanas, pero saqué rápidamente la cabeza al sentir que bajo la ropa de cama el calor aumentaba considerablemente. Me removí un poco sobre a cama aún algo aturdida y me dí cuenta de que tenía el cuerpo de Justin pegado al mío. El tacto con su piel era cálido y agradable. Él continuaba durmiendo plácidamente, sus labios entreabiertos dejaban entrar y salir su respiración calmada. Su pelo estaba revuelto y se veía más sexy que nunca. Sonreí casi sin darme cuenta y sentí el impulso de acariciar sus labios con la yema de mis dedos.
De repente, los recuerdos de la noche anterior me golperaron todos a la vez y mis ojos terminaron de abrirse del todo, moví un poco mi mano bajo las sábanas y sentí su abdomen ahora relajado bajo la palma.
La sangre se acumuló en mis mejillas e intenté controlar mi inquietud para evitar despertarle y que me viera completamente roja.
Había compartido mi primera vez, con él.
Y no podía haber sido más perfecta.
Con cuidado, volví a apoyar mi cabeza sobre su pecho, bajo su barbilla y entonces fue cuando mi mirada tropezó con el bulto que sobresalía dentro de las sábanas a la altura de la cintura de Justin.
Creo que el rubor se intensificó de una forma exagerada por toda mi cara.
Sentía demasiada curiosidad, la noche anterior casi no me había dado tiempo a fijarme en detalles, sólo me concentraba en mirar a Justin a los ojos, sonrío al recordar la sensación de sus labios sobre los míos.
Levanté la mirada hacia su boca entreabierta y sentí la enorme necesidad de despertarle con un beso.
Poco a poco me incorporé poniédome de cara a él y rocé suavemente mis labios sobre los suyos, los acaricié hasta que los párpados de Justin temblaron durante unos segundos, abriéndose muy despacio tratando de acostumbrarse a la luz.
Yo no pude evitar esbozar una pequeña sonrisa y él me imitó volviendo a cerrar los ojos para acoplar sus labios a los míos segundos después con algo de torpeza.
Lentamente, aquel beso fue haciendo prender los fuegos artificiales, nunca me habían besado con tantísima delicadeza, por cada caricia que me regalaba, sentía que se llevaba un poco de mi corazón.
El hormigueo y el sentimiento iban en aumento a medida que el beso se iba intensificando, sentí su mano deslizarse por mi espalda hasta que poco a poco aquel contacto fue llegando a su fin, y abandoné sus labios con suma dulzura depositando después un corto beso sobre su mandíbula cuando volví a apoyar mi cabeza sobre la almohada aún con mi brazo sobre su pecho.
- Buenos días a ti también. - casi suspiró Justin y rió por lo bajo.
Su voz aún era ronca debido a que acababa de despertarse, reí levemente y bajé mi mirada tímida, sabiendo que me encontraba completamente desnuda, cubierta únicamente por una sábana bajo la cual también se encontraba él.
- ¿Has dormido bien? - preguntó estirando un poco sus brazos, entrelazó los dedos de ambas manos colocándo las palmas de estas tras la cabeza y dejando escapar un sonoro bostezo.
Al desperezarse, la sábana dejó al descubierto parte de su pecho.
- Bastante bien. - dije luchando contra mí misma por no ruborizarme. - ¿y tú?
- Mejor que nunca.
Electricidad.
- Anoche hicimos magia. - me recordó con media sonrisa. - ¿Te duele algo?
- Sí, - afirmé avergonzada, tenía que quitarme la vergüenza con Justin, pero no podía evitarlo. - un poco al moverme.
- Es normal, te dejé muy bien follada. - sonrió con suficiencia.
- Dios, qué bruto eres. - espeté.
El rió y me miró durante un largo tiempo, sonreí cuando tomó mi cara con su mano acariciando mi mejilla, su tacto era tan suave.
- ¿Algo que hacer hoy? - sonreí abrazándome a su cuerpo, él bajó uno de sus brazos colocándolo tras mi espalda.
- No separarme de ti un solo instante.
Reí tímida y levanté mi rostro besando su mejilla cariñosamente.
- ¿Me das mi ropa? - pensaba en prepararle el desayuno más bueno que habría probado nunca.
- Ve tú a por ella.
Me miró levantando ambas cejas mientras trataba de ordenar su pelo con la mano contraria a la que usaba para darme caricias y me di cuenta de que estaba esperando a que me levantase para que saliera de entre las sábanas.
Lo cierto es que carecía de la suficiente confianza en mí misma como para ir andando desnuda tan normal bajo la mirada de Justin. Eso y que básicamente era la primera vez que estaba desnuda frente a alguien que no hubiese sido mi tía cuando yo aún era una cría.
Sin pensar en el ridículo que supondría, enrollé mi cuerpo en torno a las sábanas y salí de la cama dejando a Justin como Dios lo trajo al mundo sobre el colchón. Él no parecía notarlo, se reía siendo testigo de la escena.
Me dispuse a agacharme para recoger mi ropa cuando Justin se me adelantó y la agarró tirándola a la otra punta de la habitación. Levanté la cabeza aún agachada dispuesta a quejarme y me encontré de nuevo con su sonrisa pícara.
- ¿Qué te crees que estas haciendo? - le pregunté en un susurro tratando de parecer seria sin conseguirlo.
- Lo que tú me estas pidiendo que haga.
- ¿Yo? No he dicho nada.
- Lo has pensado. - afirmó mojando sus labios tratando así de contener la risa.
- Justin, dame mi ropa. - levanté las cejas intentando no apartar mi campo de visión de sus ojos. - No tiene gracia.
- Dame tú mi ropa de cama. - propuso.
- Me voy a duchar... - dije dando por concluido el juego e incorporándome para salir de la habitación.
No tuve la oportunidad de adelantarme un paso ya que en el momento en el que me erguí, Justin agarró las sábanas en las que estaba envuelta y tiró de ellas. Al tenerlas agarradas con fuerza alrededor de mi pecho, perdí el equilibrio cayendo de espaldas sobre su cuerpo, no pude evitar una exclamación de sorpresa al sentir los brazos de Justin cerrándose sobre mi cintura, atrapándome. Volvimos a sumergirnos entonces en una batalla de cosquillas.
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·Narra Justin·
Mantenía una diminuta sonrisa de satisfacción mientras mis dedos se deslizaban a lo largo del mando de la Xbox, me cubrían tan sólo mis pantalones anchos de pijama con pequeños marcianos dibujados. Las seis de la tarde y aún no me había ni peinado, hacía tanto que no pasaba el día en pijama que ni recordaba, mis pies se mantenían sobre la mesa, tenía una actitud tranquila mientras ____ se removía a mi lado en el sofa masacrando su mando a golpes.
- ¡Eso ha sido Icing, ha sido Icing!
Señalaba la pantalla por la cual los jugadores de hockey de su equipo se movían sin rumbo alguno. Me había decidido a probar mi nuevo videojuego, el NHL14, con ella.
- Nena, no has pasado de la línea central si quiera, porque sea el único término que te he enseñado no todo lo que ocurra tiene por qué ser Icing. - reí echando la cabeza hacia atrás apoyándola en el respaldo.
- Es que si no me enseñas para qué sirve cada condenado botón, no sé cómo pretendes que juegue bien.
Volví a explicarle más despacio cuál era la función de cada uno de los botones, ella observaba mis dedos escuchando atentamente, sonreí interiormente mirándola a la vez que le hablaba, era increíble lo rápido que había conseguido atraparme. Durante toda mi vida había estado presente el sentimiento de desconfianza. Me habían utilizado tantísimas veces por mi fama que había dejado de contarlas.
Era otra de las enormes desventajas de todo esto, mi vida era un continuo ''por supuesto, Justin'' dicho tan sólo para no contradecirme.
Tantas palabras y sonrisas falsas, tantos ''amigos'' que finalmente terminaron vendiéndome con cosas como un vídeo privado de mí haciendo el gilipollas por unos miles de dólares, tantas exclusivas dadas en mano por gente en la que creía confiar, ni recuerdo la de veces que me he derrumbado por el hecho de pensar que no podía contar con nadie.
Me manejaban y utilizaban, no quería convertirme en una persona desconfiada, pero era para lo que me entrenaban. No sé cómo ella ha hecho que le regale mi confianza tan fácilmente, de cualquier forma, me hacía sentir como nadie había hecho en mucho tiempo.
Cuando quise darme cuenta me había marcado ya tres goles.
- ¿Qué demonios...? - abrí más mis ojos mirándole con incredulidad.
- Estabas ahí mirando al infinito y he pensado en equilibrar la puntuación, -se encogió de hombros sin mirarme y esbozó una sonrisa triunfadora- ahora que sé cómo va esto ya estamos a iguales, ¿preparado para la paliza, Bieber?
Carcajeé con fuerza y me reincorporé.
- Esto va a ser divertido.
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- SÉPTIMO GOL, ¡SÍ! - levantó los brazos con el control en una de las manos.
No me lo podía creer, no había marcado ni uno.
- Paso de jugar más, esto esta roto. - dije levantándome y tirando el mando de la consola al sofá donde segundos antes estaba sentado.
______ movía los brazos a modo de celebración por su victoria, la miré arqueando una ceja con expresión de fastidio.
- Si quieres una opinión personal, jamás pienses en dedicarte a los videojuegos como trayectoria profesional. - sonrió con inocencia.
Miré a la pantalla donde el personaje de James Reimer ahora negaba con la cabeza gacha mientras patinaba hacia el exterior de la pista. El equipo contrincante daba saltos. Presioné mi lengua contra el interior de mi mejilla aguantando la risa y me dirigí a la cocina.
- Quita ya eso, voy por algo de comer, ¿te gustan las palomitas?
- Mucho, ¿vemos una película? - preguntó.
Iba a contestarle a voces desde la cocina cuando el sonido de mi móvil  me cortó. Sería Ryan, se había dejado medio armario aquí, ya me resultaba raro que no hubiera llamado antes.
Miré la pantalla.
''Llamada entrante "Mamá""
¿Había pasado algo? Descolgué en seguida.
- ¿Hola? ¿Mamá? - pregunté confuso.
Se escucharon voces de fondo, pero nadie al telefono, de pronto uno de los gritos sonó más próximo.
- "Pattie te ha dicho que no lo cogas, eres malo"
Una vocecilla dulce y juvenil parecía ignorar que acababa de realizar una llamada, reconocí a Jazmyn al instante y sentí una fuerte opresión en el pecho.
- "¡No! ¡Déjamee!" - Esta vez, el sonido de la voz era de un niño aún más pequeño. - "Ella ha dito que tenemo que llamar a papi" - arrastraba las palabras debido a su edad temprana haciendo notar su inexperiencia, la mandíbula me tembló al reconocer a Jaxon, tragué saliva conteniendo la emoción.
- "Nosotros no, ella lo llamará"
De pronto sonó el ruido de un pequeño forcejeo, estaban peleando por el teléfono móvil.
- Eh, eh, chicos, Jazzy, Jaxo, parad. - el forcejeo cesó y la voz de mi hermano se escuchó en un primer plano.
- "¡Justi!" - mi corazón dio un vuelco.
- Hola campeón - saludé sin poder reprimir una pequeña sonrisa, mis ojos se empañaron debido a la nostalgia. - ¿Ya estas haciendo de las tuyas?
- "Es Justi" - le decía probablemente a Jazmyn.
- "Hermanito, ¿cuándo vienes? Ven, esta Jaxo, y Pattie, y ya mismo viene papá, vente tú también" - ella se había vuelto a apoderar del teléfono.
Reí mientras secaba mis ojos con la cara externa de mi mano.
- Princesa, ya mismo estaré ahí, en cuanto el hermano termine sus deberes podrá ir y darte un abrazo muy muy fuerte, ¿vale?
Algo sonó a mis espaldas, me dí la vuelta rápidamente y ví que ____ me observaba desde la puerta extrañada.
- Justin, ¿qué haces? ¿con quién...? - paró de hablar al ver la expresión de mi cara y caminó hacia a mí mientras yo continuaba escuchando el otro lado de la línea.
- "¡Bien! ¡Jaxo, Justin va a venir!"
Se escuchó la celebración por parte de los dos y eso me hizo volver a reír agachando un poco la cabeza, ojalá fuera cierto.
- Princesa, escúchame, te echo mucho de menos, dile a Jaxo que a él también, os quiero, enanos.
Los brazos de ____ se cerraron en torno a mi cintura abrazándome mientras me observaba en silencio.
- "Soy grande" - se quejó Jazmyn.
- Sí que eres grande, corre, suelta el móvil antes de que Pattie os vea y se enfade.
- "¡Te quiero Justin, adiós, Jaxo también te quiere!"
De pronto el pitido de final de llamada sustituyó las voces de mis hermanos y sentí un enorme vacío que me atrapaba sin piedad. Dejé el móvil en la mesa soltando lentamente todo el aire que tenía en mis pulmones mediante un suspiro, _____ me apretó más contra ella, de algún modo, aquello me dio fuerzas.
- Habían llamado sin querer. - reí levemente pasando mi brazo por detrás de su espalda y besando su cabeza con dulzura.
- Algún día me los vas a presentar. - me aseguró mirándome y sonriendo con dulzura. - Vamos, deja las palomitas, veamos la película.
Tiró de mí y caminamos hacia el exterior de la cocina.
- Sólo si es de terror. - condicioné enredando mis dedos en uno de sus mechones de pelo.
- ¿Me estas vacilando? Vamos a ver ''Recuérdame'', que es preciosa... - sonrió levantando la mirada a algún sitio. - Oh, o también podemos ver ''Todos los días de mi vida'', veamos esa Justin.
Reí, sé que estaba intentando hacer que no pensara en lo mucho que añoraba mi casa, pero me era inevitable cuando recién había escuchado la voz de mis hermanos, llevaba demasiado tiempo sin verles, ahora ellos empezarían el colegio, ya tenía otros cuantos meses asegurados sin verles, y eso me destrozaba de una manera bestial.
- ¿Insidious? ¿The Conjuring? - propuse haciéndo un mohín, ____ se quedó mirándolo en silencio. Bingo.
El resto del día lo pasamos en casa, aprovechando cada segundo que vivíamos juntos.
Era raro, mi vida era emocionante y para nada rutinaria, pero aquel día para mí fue el primero de muchos en infinidad de sentidos.

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Una vez más, gracias a todas por soñar conmigo.

2 comentarios:

  1. HOLA. :) Me pasaba para pedirte un favor.
    ¿Te podrías pasar por mi novela? Es esta: http://talkdirtybieber.blogspot.com.es/
    Muchas gracias. Sigue la novela cuando puedas, es perfecta.
    @talkdirtybieber

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