domingo, 13 de octubre de 2013

Capítulo 33 - Inalcanzable.

{Capítulo 33}
No sé si alguna vez habréis experimentado una sensación así, pero existe un momento en el que todos los planetas se alinean, cuando te encuentras justo en el lugar perfecto en el momento perfecto, cuando parecen que las cosas comienzan a marchar de nuevo y lo único que puedes hacer es sonreír, puede durar semanas o segundos, lo que importa es el hecho de que no desearías ser otra persona salvo tú mismo.
Su risa me llenaba cada vez más, me sentía tonta, ya que con tan solo escucharla me hacía sonreír sin motivo.
- ¿Qué estas haciendo? Te he dicho que vayamos a casa. - protesté sin lograr ocultar mi diversión. Agarré su brazo con fuerza insistiéndole. - Gira ahora mismo, ¿dónde me llevas? te dije que yo me ocupaba del resto del día.
- Te llevo a una subasta en la que personas de un lugar llamado Afganistán compran chicas para poder llevarlas a sus prostíbulos, seguro que pujan alto por ti.
Mi sonrisa desapareció.
Justin por poco no pierde el control del coche debido al ataque de risa. Mordí mi labio inferior y comencé a golpear su brazo.
- Eres. Un. Estúpido. - reí a la vez que atestaba puñetazos con todas mis fuerzas.
De repente el coche frenó y con él mis ataques, levanté la mirada y ví que nos encontrábamos delante de la playa.
- ¿Malibú? - le pregunté girando mi cabeza hacia él.
Negó con su cabeza lentamente mientras miraba al frente.
- Desde aquí hay que seguir a pie, vamos.
Salimos a la vez del coche y el dulce sonido de las olas se vio interrumpido por el golpe de las puertas cerrándose bruscamente. Justin me observó en silencio y condujo su mano hasta la mía entrelazando nuestros dedos.
- ¿Dónde estamos? - pregunté ruborizada esperando que la oscuridad lograse ocultarlo.
- Ya verás.
Dejamos el calzado tras unas rocas y comenzamos a caminar a primera línea de playa. En mi vida había visto un lugar así, su arena era lisa y suave, el agua no traía otra cosa que espuma a la orilla, parecía una playa virgen, no había rastro de acampada ni basura por ninguna parte. Continuamos caminando hasta que una enorme formación rocosa nos impidió el paso marcando el fin del paseo marítimo.
- Esta cortado. - avisé a Justin que continuaba caminando.
-Eso pensé yo la primera vez que vine, sígueme.
Mi primer pensamiento fue que se había vuelto loco, estábamos descalzos y andar sobre aquella piedra nos haría daño en los pies, aún así mantuve mi mano aferrada a la suya y le seguí por un camino de escasa arena que conducía al interior de aquella fortaleza de piedra. Cada vez el techo estaba más bajo, y las paredes se cerraban a nuestro alrededor, casi no podía ver lo que había a mis pies y notaba cómo poco a poco la arena del suelo se iba convirtiendo en piedra, como había pensado. Entonces un leve reflejo y el sonido más próximo de las olas me distrajo. Entreabrí levemente los labios al presenciar el ancho hueco que daba lugar a un claro. Perseguí a Justin hasta salir de la minúscula cueva y me encontré ante un espacio arenoso en forma de C, las olas lo cortaban con un ritmo suave, estaba aislado del resto de la playa por las rocas, que no dejaban ver el exterior. Miré con mayor detenimiento y clavé mis pies en la suave arena blanca, alunas luciérnagas se escondían tras las rocas buscando pequeños microorganismos con los que alimentarse, el cantar de los grillos se distinguía un poco más alejado creando un ambiente calmado.
Estaba tan asombrada que no me había percatado de lo fuerte que agarraba el brazo de Justin.
- ¿Te gusta? - susurró.
- ¿Qué es este sitio? - pregunté a media voz aún perpleja.
- Lo encontré hace tiempo, salí hecho una fiera de casa porque uno de los programas más prestigiosos del mundo había dejado correr rumores bastante ofensivos hacia mí y mi familia, recuerdo que llamé a Scooter y le grité que no quería seguir más y que volvía a casa. Justo después cogí el coche y acabé en esta playa, la ví poco común y me di un paseo, y bueno, terminé aquí. - echó otro vistazo a lo largo de la pequeña entrada de mar. - Un sitio alejado, tranquilo, y lo mejor - sacó su móvil del bolsillo de su pantalón y sonrió mostrándomelo. - sin cobertura.
- ¿Vienes aquí siempre?
- Siempre que necesito calmarme, normalmente me basta con tocar algo de música a solas pero hay veces en las que necesito volver a poner los pies en la tierra, aquí no hay paparazzi, ni cámaras, ni nadie, sólo yo, supongo que todo el mundo necesita una fortaleza donde poder pensar o incluso relajarse, éste es mi lugar secreto.
Me estremecí al instante y sentí la boca seca, noté cómo mis piernas perdían la resistencia pero aguanté mirándole.
- ¿Y me has... traído contigo? - se me quebró la voz por la emoción y gané una nueva sonrisa por su parte.
- Aquí podremos estar solos.
Sin retener ni un sólo sengudo más el impulso, me abracé a él con fuerza y escondí mi cara sobre su pecho, sentí sus dedos expertos perderse sobre mi pelo y con su brazo libre rodeó mi cintura correspondiendo a mi abrazo.
- Te quiero mucho. - susurré.
Su corazón comenzó a ir mucho más rápido bajo su piel y noté su respiración sobre mi cabeza mientras besaba mi pelo con dulzura.
- Yo a ti también, más que a nadie.
Pasamos la noche sentados sobre la fina arena de aquel lugar único, abrazándonos, jugando, haciéndonos cosquillas, un beso, y otro, y otro más, mosdiscos y risas, después caricias de las que te hacen confirmar que es así justo como quieres que vayan las cosas, que si pudieras arrancar las agujas del reloj para que el tiempo quedase estancado junto con aquella sensación lo harías sin dudarlo.
Él es perfecto, y lo mejor es que es mío, la idea no podía salir de mi cabeza.
En uno de nuestros inofensivos contactos le mordí fuerte sin saber cómo transmitirle de otra forma lo mucho que le deseaba. Mis dientes se cerraron con fuerza en torno a su labio inferior y él soltó un quejido.
- Auch. - frunció el ceño con cierta diversión apartándose de mis labios y lamiendo su labio. - Ese ha dolido, ¿tienes hambre? - bromeó.
Iba a contestarle algo ingenioso cuando mis tripas protestaron rompiendo el silencio de forma un tanto embarazosa.
- Joder que si la tienes. - sonaba asombrado.
- Cállate. - reí colocando mi mano sobre mi estómago que continuaba rugiendo. - ¿No habrás traído algo de comer en este increíble plan tuyo, verdad?
- Pues se me ha pasado, no pensé que fueras a tener ganas de cenar tan pronto.
Volví a ruborizarme y Justin estalló en carcajadas.
- Venga, volvamos a casa y preparamos algo de comer, tengo un videojuego nuevo si quieres para probar después de comer. - preguntó mientras se ponía en pie.
- Pero no me quiero ir de aquí. - hice un mohín volviendo a contemplar el pequeño rincón que Justin había compartido conmigo.
Él volvió a reír.
- Vendremos más veces, lo prometo.

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Cortaba el queso tratando de crear láminas perfectas, pero la cocina nunca fue mi punto fuerte, y creo que tenía más miedo de perder un dedo que otra cosa. De pronto algo me tocó la pierna.
- ¡Dios! - levanté el cuchillo colocando mi mano en el pecho al ver a Tuts que ahora frotaba sus orejas contra mis piernas. - Por poco no te apuñalo por accidente pequeño.
Me volví una vez más dispuesta a continuar preparando la cena que le había prometido a Justin, pero entonces una lenta melodía comenzó a sonar de alguna parte y sus brazos cubrieron los míos desde atrás obligándome a soltar el cuchillo y colocando sus labios tras mi oreja.
- Será mejor que no toques esto nunca más... por mi propia seguridad y por la de todo este mundo. - soltó una suave risa muy cerca de mi oído, lo que hizo que se estremeciera hasta el rincón más remoto de mi ser. - ¿Bailas conmigo?
La pregunta me pilló desprevenida.
- ¿Qué? - giré un poco mi cabeza pero antes de que pudiera ponerle la vista encima, él ya me había tomado por las caderas y me había volteado haciendo que nuestros cuerpos quedaran muy cerca el uno del otro.
- Nunca he bailado contigo. - respondió simplemente como si la razón fuera obvia.
Antes de que me diera tiempo a replicar, Justin levantó mis manos colocándolas sobre sus hombros y clavó su mirada en la mía sin decir una sola palabra. Me sostuvo por la cintura y me impulsó inmediatamente hacia sí rompiendo toda la distancia que nos había separado hasta el momento.
Podía sentir el calor de su cuerpo pegado al mío y sus manos deambular a lo largo de mi espalda. Su cara ahora estaba a milímetros de la mía y yo no podía apartar los ojos de los suyos que ahora se mostraban ardientes y llenos de deseo.
- Sólo sigue mis movimientos, es lento. - y al terminar de decir esto sus pies comenzaron a moverse balanceando levemente su cuerpo al exquisito ritmo de la música.
Mi cuerpo era un torbellino de sensaciones en aquel instante, le seguía casi involuntariamente mientras mantenía una pequeña sonrisa en la boca sin ni si quiera ser consciente, él hacía que pareciese que sabía bailar, acompasaba mis movimientos a los suyos sin romper nuestro preciado contacto visual ni un segundo.
Parecía nervioso, lo cual hacía que también me inquietara de alguna forma, esbozó una diminuta sonrisa y por un momento dejé de sentir el calor de su cuerpo para realizar un giro completo, guiado por la mano de Justin. La separación duró poco, en cuestión de segundos volvía a tirar de mí atrayéndome de nuevo hacia él.
La música y su simple presencia hacían que me sintiera cómoda, apoyé lentamente mi mejilla sobre su hombro e inhalé el dulce aroma que desprendía rozando su cuello con mi nariz mientras acariciaba sus hombros con mis dedos.
Fue entonces cuando ocurrió y todos mis sentidos despertaron, sus manos comenzaron a descender desde mi espalda hacia mi cadera y se pararon allí. Mi corazón se disparó y le sentí vacilar sin dejar de bailar en ningún momento, un cúmulo de sensaciones se produjo en el interior de mi vientre y bajó despertando el deseo a su paso, no pude evitar exhalar un suave suspiro contra su cuello y fue entonces cuando paró de bailar. Yo tragué saliva y sentí su boca respirar pesadamente cerca de mi oreja. Sus manos colgaban en la cintura de mis vaqueros a la espera, sin pensármelo dos veces ataqué su cuello besándolo con controlada intensidad, dándole así mi permiso, y sus manos descendieron definitivamente agarrando mi trasero con firmeza y haciendo que los músculos de la parte más profunda y oscura de mí se tensasen, solté un leve jadeo sobre su cuello y su respiración se volvió más pesada. La sensación de deseo aumentaba por segundos y la temperatura de la habitación no paraba de subir.
Con un rápido movimiento me colocó contra la mesa de la cocina y pude volver a verle la cara, sólo que esta vez su expresión era completamente distinta, la sangre me bombeaba por todo el cuerpo y tuve que luchar por no hacerle ver lo mucho que me costaba respirar. Me miró unos segundos y al instante me besó. Sus labios ardientes se acoplaron a los míos de forma exigente y yo enredé mis manos en su pelo aferrándolo con fuerza, suspiró sobre mis labios lo que me provocó una mayor excitación. Sus manos fueron descendiendo una vez más hasta mis muslos, impulsándolos. Dí un pequeño salto y rodeé su cuerpo con mis piernas sin dejar de saborear la suavidad de sus labios. Fue entonces cuando empujó contra mí y logré notar el firme bulto que sobresalía de sus pantalones. Él también me deseaba, y aquello era algo que ambos habíamos esperado desde hacía tiempo.
- Eres mía. - susurró.
Volví a gemir y lo agarré por los brazos sintiendo sus bíceps, ahora tensos, tiré de su pelo y él no pudo reprimir un gruñido.
- Joder. - le escuché decir con dificultad mientras me dejaba nuevamente en el suelo. - Ven conmigo. - susurró antes de depositar un suave beso sobre mi mejilla.
Agarró mi mano con fuerza y ambos comenzamos a caminar rápidamente fuera de la cocina en dirección a las escaleras, que subimos entre risas y pequeños juegos hasta llegar al pasillo, entramos en su habitación y Justin me colocó contra la pared con el pulso a mil, observándome mientras respiraba con dificultad. Poco a poco sus labios se volvieron a encontrar con los míos pero esta vez el beso fue suave y delicado. Mantenía mis ojos cerrados disfrutando de la sensación que vacilaba entre la calma y la excitación.
- Déjame hacerte el amor. - suplicó contra mis labios.
El deseo creció de manera notable dentro de mí sacudiéndome por completo ante sus palabras.
Sin esperar una respuesta, Justin me condujo hacia su cama empujándome suavemente sobre ésta, y poco a poco fue acomodándose sobre mí. Pude sentir sus labios sobre mi cuello, ansiosos y sin rumbo, que fueron bajando muy despacio por mi garganta. Sentí entonces sus dedos desabrochando uno por uno cada uno de los botones de mi blusa hasta que consiguió deshacerse de ella al completo y sus labios rozaron el comienzo de mis pechos. No estaba mirándole directamente pero pude sentir su sonrisa dibujándose lentamente y mis manos se hundieron en el interior de su camiseta levantándola y descubriendo su espalda a mi paso.
Se incorporó durante unos segundos deshaciéndose de la camiseta y pude contemplar entonces su trabajado cuerpo, los músculos se marcaban sobre mí y cuando quise darme cuenta me ví agarrando su espalda con mis uñas.
Lo tenía claro, quería ser completamente suya aquella noche.
Volvió a rozar sus labios a lo largo de mi cuello pero esta vez con destino a mi boca. Sus manos volvieron a perderse y lentamente noté que mis pantalones iban descendiendo dejándome únicamente en ropa interior debajo de él. Gemí sobre sus labios notando el constante contacto de su erección sobre mi muslo.
- Eres... tan... hermosa... - susurraba por cada vez que nuestros labios se separaban para coger aire.
Me ardía la piel, estaba sofocada. De pronto, Justin se tumbó a un lado y pude distinguir el sonido de la cremallera de sus pantalones, instantes después, su pierna se rozaba desnuda contra la mía y él me contemplaba desde mi lado con los ojos muy abiertos y con la respiración pesada.
- Me estas volviendo completamente loco, ____.
Yo le respodí con el sonido de mi repiración desbocada.
- ¿Quieres seguir? - me preguntó esta vez con algo más de dulzura.
Mantenía su brazo apoyado en la almohada por encima de mi cabeza y acariciaba con la otra mano el centro de mi pecho, deslizaba su dedo índice por mi piel creando fuego a su paso, por la zona que el sostén no cubría.
- Sí. - dije a media voz sin poder evitar morder mi labio inferior.
Sonrió satisfecho. Poco a poco su mano se fue perdiendo bajo mi espalda, buscando pacientemente el broche de mi sujetador, que se descolgó tras un ágil movimiento de sus dedos.
Mordí mi labio observando su reacción mientras sus ojos me contemplaban con una expresión que mezclaba el deseo con el asombro. Dirigió después la mirada hacia a mí y la centró en mis labios. Una vez más, su cuerpo se colocó sobre el mío y me acogió con mayor ansia, su boca se cerró sobre la mía a la vez que sus manos deambulaban deseosas a lo largo de mi cintura hasta que una de ellas acogió mi pecho bajo su palma y se cerró sobre este enviando fuertes descargas hacia mi vientre.
Descendió sus labios rozándolos por mi garganta y acariciado mi piel hasta el nacimiento de mi seno contrario, de pronto sentí sus labios cerrarse en torno a mi pezón.
Arqueé la espalda en una búsqueda desesperada de su contacto y gemí cerrando los ojos de forma involuntaria para poder saborear aquel mar de sensaciones.
Su lengua comenzó un dulce baile a lo largo de mi pezón, que se endureció notablemente haciendo que me retorciera debido al placer. Sus labios eran gruesos y suaves, y jugaban a sus anchas sobre mí provocándome fuertes corrientes que me atravesaban.
Con su otra mano agarró mi pecho y deslizó su pulgar a lo largo de mi pezón contrario, estimulándolo, lo rodeó muy lentamente y después tiró de él.
- Justin... - logré gemir.
Sentí en aquel momento cómo la humedad se hacía notar y sin poder aguantarlo más, bajé mis manos tratando de deshacerme de la única tela que impedía que fuese totalmente mío.
- Shhhh... - trató de tranquilizarme aunque podía sentir cómo su propio corazón latía desbocado.
Se sentó entonces quitándome las bragas y dejándolas a un lado, me sentía completamente expuesta, pero él sólo miraba mis ojos respirando pesadamente por la boca con los labios entreabiertos.
Se quitó entonces los bóxers liberando su erección. No pude evitar que mis ojos se abrieran un poco más lo que produjo una suave risa por su parte que pareció calmar el ambiente. Era imposible que eso pudiera...
- Tranquila, soy yo ¿vale? - susurró muy bajo. Se acercó a mí alargándo su brazo para coger del cajón de su mesilla un pequeño paquete plateado. Lo cerró sobre su mano y comenzó a rozar su nariz en mi mejilla provocando el contacto directo de su sexo contra el mío y no puedo evitar suspirar jadeante. - No dolerá, te lo prometo.
Volvió a sentarse rompiendo aquella pequeña bolsita y deslizando lentamente el condón a lo largo de su miembro. Mi pecho subía y bajaba peligrosamente rápido cuando Justin se inclinó sobre mí quedando suspendido encima de mi cuerpo.
Bajó su rostro lentamente hasta hundirlo en mi cuello y mis piernas se doblaron instintivamente, abriéndose y dándole un mejor acceso.
Aquel momento era sólo nuestro, era una de las muchas primeras veces que iba a vivir a su lado y jamás me había sentido tan feliz de tener algo tan claro. Necesitaba que estuviera conmigo, y que me acercara a él del todo aquella misma noche.
Lentamente su cintura fue al encuentro de mis caderas y se hundió en mí muy lentamente, abriéndose paso, gemía mientras él depositaba suaves besos sobre mi cuello para tranquilizarme. Eché la cabeza hacia atrás aferrándome a su espalda y grité con fuerza cuando él me penetró rápidamente tensando todos los músculos de su cuerpo y soltando una fuerte bocanada de aire. Clavé mis uñas en sus omóplatos al sentir un pequeño tirón dentro de mí y volví a gritar con fuerza al sentirlo completamente, llenándome.
Gemía muy cerca de mi oído y levantó un poco su cara entre gemidos buscando mis ojos que se mantenían cerrados absorbiendo todas las sensaciones.
- ¿Estas bien? - jadeaba con voz ronca.
Asentí llevándo una de mis manos a su cabello y hundiendo los dedos a lo largo de éste.
- Más... - supliqué.
Casi como si hubiese estado esperando aquella misma palabra, retrocede muy despacio y vuelve a penetrarme más lentamente. Tiro de su pelo hacia atrás y Justin gruñe excitado.
- ¿Sigo?
- Sí... - gemí.
De nuevo Justin vuelve a alejarse de mí para después volver a mi encuentro, realiza el mismo proceso una y otra vez, despacio hasta que consigo acostumbrarme y termino de relajar todos mis músculos, entonces mis caderas comienzan a moverse a su ritmo y Justin entra y sale de mí cada vez más rápido, comienzo a moverme en su busca y él acelera de forma considerable y comienza a embestirme. El sonido del colchón moviéndose a nuestro ritmo me excitaba y se mezclaba con mis gritos, pude sentir las sábanas a ambos lados de mí arrugándose bajo el fuerte agarre de Justin que mantenía su mandíbula tensa mientras me penetra a un ritmo intenso e implacable. De repente sus labios volvieron a encontrarse con los míos, mordiéndolos, tomándolos con deseo.
Sentí entonces cómo poco a poco mi cuerpo comenzaba a tensarse a su alrededor y mis gemidos aumentaban mientras aquella sensación iba creciendo dentro de mí. Justin cada vez entraba y salía de mí más rápido, hasta que una fuerte sensación me hizo arquear nuevamente la espalda debido al placer. Era toda sensaciones, en mi vida imaginé que podía llegar a sentirme así. Grité su nombre.
- Vamos, déjate... - gimió tensando su mandíbula.
Bastó con esas palabras para que segundos después, liberase mi cuerpo de toda tensión. Alcancé el clímax aferrándome a él con fuerza y eché de nuevo la cabeza hacia atrás dejando que el placer me invadiera al completo.
Justin dio una fuerte embestida y quedó inmóvil dentro de mí, vaciándose en silencio, solté un fuerte gemido y éste se desplomó sobre mi cuerpo rozando su nariz contra mi cuello.
Ambos manteníamos los ojos cerrados y tratábamos de ralentizar nuestra respiración lentamente, de pronto pude sentir su respiración sobre mis labios y la palma de su mano sobre mi mejilla.
- Te quiero tanto.
Y me besó, un beso dulce y generoso que terminó de partirme en dos, por un momento sentí que el colchón desaparecía y mi cuerpo comenzaba a flotar. Me abracé a él con fuerza, aún sintiéndole dentro de mí y correspondí a su beso con intensidad, rodando en la cama y logrando poner medio cuerpo sobre él. Apoyé una mano sobre su pecho y separé un poco mis labios de los suyos. Le miré a los ojos que poco a poco me mostraron una sonrisa traviesa. Reí y me separé de él dejando que saliera de mí con un leve jadeo.
- ¿Te hice daño? - me preguntó tapándome con las sábanas y colocándose de lado para mirarme.
Negué lentamente con la cabeza a la vez que él acariciaba mi vientre y ví entonces que se inclinaba y se deshacía del pequeño envoltorio que momentos antes había tenido dentro.
- ¿Sabías que esto acabaría así? - pregunté a media voz mientras él volvía a tumbarse a mi lado metiéndose bajo la sábana y atrayéndome hacia sí.
- No, de otro modo te habría preparado algo.
Su voz sonaba tranquila y sonreía ampliamente mientras me miraba fascinado colocando su brazo alrededor de mis hombros. Yo apoyé mi mejilla en su pecho y noté que los párpados se me caían, de repente me había entrado un sueño tremendo.
- No podría haber sido más perecto.
Sentí sus labios sobre mi frente y cerré los ojos inhalando su aroma.
- Ahora eres del todo mía.
- Yo ya era del todo tuya. - protesté con una pequeña risa.
- Sabes a lo que me refiero. - respondió en tono burlón. - ¿Estas segura de que eras virgen?
Golpeé su pecho tratando de parecer ofendida y reí escondiendo mi cara en su pecho. Solté un breve bostezo sin darme cuenta.
- Duerme, debes de estar agotada. - decía mientras me acariciaba con ternura la espalda. - Ya si quieres mañana podemos... ya sabes, repetir.
Una nueva risa volvió a asomarme y mis ojos se cerraron lentamente disfrutando del calor que desprendía Justin.
- Buenas noches, Justin.
- Descansa preciosa, te quiero.
 - Yo también a ti.
Y con una indescriptible sensación en mi pecho, dejé que el dulce sueño me venciera.

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Si os ha gustado el capítulo (que eso espero porque pasé hasta las cuatro y media de la madrugada escribiendo (((:  ) haced RT AQUÍ y os avisaré para el siguiente.

3 comentarios:

  1. OH MI DIOS KEKRKDJSJWHEJDHDHAJWIFJSJSVWJWOQPQIEJFJAHQHWKRKGIWUWBFJCJAU
    Tu novela es una de las mejores que lei!! Te felicito porque esta muy bien escrita!! Sjekgjs
    Mi nombre es Camila y soy de Argentina, considerame tu nueva fiel lectora!
    Te dejo mi user de Twitter por que como estoy desde el celu no me deja abrir el link y no puedo dar rt :((
    @Idkitsgrey :)) te agradeceria mucho si me avisas cuando subes un nuevo cap jejdhahajcisiw

    Gracias!! Y besos desde Argentina

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  2. senda masurbada me pegue con este capitulo mis ovarios estan agotados lo lograste pequeña

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